Paranoia provechosa

Otra característica que se observa en los directivos de las empresas más destacadas (Great by Choice), y que les diferencia de sus colegas menos exitosos, es el modo en que mantienen una alerta y vigilancia extrema tanto en tiempos de bonanza económica como en tiempos de crisis. Incluso en condiciones de aparente calma, cuando los negocios marchan bien y las perspectivas son claras, estos directivos trabajan de manera continuada con la conciencia de que los acontecimientos se pueden volver en su contra en cualquier momento. De hecho piensan, con una certeza absoluta, que las condiciones cambiarán a peor sin avisar, de manera impredecible y en el momento más inconveniente. Por eso persiguen estar siempre lo mejor preparados posible. Lo que distingue a estos personajes no es sólo ese rasgo paranoico de su carácter sino que sean capaces de emprender acciones eficaces como consecuencia de su obsesión. Dicho comportamiento puede ser enormemente útil si el miedo se canaliza hacia una preparación más profunda y una actuación más clarividente y calmada. De ahí que se califique la paranoia como provechosa. Por ejemplo, este tipo de directivos se caracterizan por mantener una posición financiera conservadora, acumulando tesorería para protegerse frente a las posibles consecuencias negativas de unos cambios no hubieran acertado a prever. Esta paranoia provechosa no tiene nada que ver con pasar por la vida tratando de evitar peligros y buscando el camino más cómodo y seguro. Al contrario, en su actuación como líderes se proponen grandes objetivos, metas ambiciosas y nobles. Buscan cambiar el mundo o manifiestan el deseo de ser útiles de manera extrema. De hecho, no se comportan como si trataran de proteger lo que tienen sino que buscan crear y construir algo verdaderamente grande, superior a ellos mismos. Sacudámonos la comodidad y...

Decide y actúa (2)

Céntrate en las oportunidades Un buen directivo se centra antes en las oportunidades que en los problemas. Por supuesto que te has de ocupar de los problemas, pero resolverlos ayuda más bien a evitar perjuicios y no necesariamente garantiza avanzar en resultados. Es del aprovechamiento de las oportunidades de donde se derivan los resultados. Debieras considerar las circunstancias de cambio como oportunidades y no como amenazas. Ante los cambios que observes dentro y fuera de la empresa deberías preguntarte en qué medida pueden ser una oportunidad para tu empresa. Procura evitar que las reuniones directivas comiencen con la enumeración o discusión de problemas. Salvo casos de extrema gravedad o catástrofe, lo inteligente es comenzar por el tratamiento de las oportunidades.Una oportunidad de importancia excepcional es la gestión de las personas. Tu eficacia crecerá si pones a las más capacitadas como responsables de las oportunidades antes que al frente de los problemas. Para lograrlo, asegúrate periódicamente de actualizar tu conocimiento de las capacidades de tus colaboradores y tener bien identificadas las oportunidades. Mantén reuniones productivas Lo más probable es que la mayor parte de la jornada laboral te la ocupen reuniones con otras personas. De ahí la importancia de asegurar que sean verdaderamente productivas. Te ayudará a conseguirlo el identificar por adelantado el tipo de reunión en la que vas a participar. Una reunión cuya única una función fuera que los participantes se encontraran con su jefe sería del todo improductiva. Soy consciente de que, en nuestro entorno cultural, conseguir unas reuniones eficaces requiere mucha auto-disciplina. Pero has de ser exigente en establecer la naturaleza de la reunión y adecuar su desarrollo de manera apropiada. Y es obligado acabarla tan pronto se haya cumplido el propósito de la misma o se haya consumido el tiempo asignado....

Principios de la estrategia (9)...

El plan estratégico surge del consenso entre los directivos de la empresa.Lo principal del plan es el proceso por el cual los directivos acuerdan la dirección a seguir por la organización. Esto exige la máxima participación y debate de las distintas ideas hasta alcanzar un acuerdo razonable. Que no haya unanimidad en la visión y en el modo de alcanzarla es aceptable, pero una vez establecida, la alineación y el compromiso han de ser totales.Si el proceso ha sido bien gestionado, los participantes podrán sentirse satisfechos con la decisión y es de esperar que compartan, sin divisiones, la responsabilidad de implantar la agenda estratégica resultante. [Anterior]   Principios de la estrategia  ...

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