Oportunidades

Los grandes cambios se acompañan de grandes oportunidades. Innova poniendo en marcha nuevas iniciativas, crea productos que la gente desea, cambia las reglas de juego de los...

Cambio de rumbo (5)

Replantea la innovación De las iniciativas de investigación y desarrollo depende el futuro a medio-largo plazo de la empresa. Un entorno de crisis y de falta de liquidez te obliga a estudiarlas con detenimiento. He aquí algunas acciones a emprender en este área: Reconsidera los presupuestos. La menor disponibilidad de recursos reclamará ajustes que, o son acertados, o pondrán en riesgo la viabilidad de la empresa cuando la situación retorne a la normalidad. Identifica qué proyectos son críticos y cuáles debes sacrificar. Piensa en las oportunidades que te proporcionarán una ventaja singular mañana. Reestablece tus prioridades. Deberás centrarte no tanto en mejorar lo que ya tienes sino en iniciativas orientadas al desarrollo de nuevos procesos y la obtención de nuevos productos. En particular favorece aquellos que creen nuevos mercados o determinen cambios radicales en los ya existentes. Saca partido a tus activos. Y el principal que tienes son las personas y sus ideas. Internamente hay que asignarlas a los proyectos adecuados y externamente buscar asociaciones con terceros para explotar oportunidades. No obres con precipitación. Busca los socios apropiados para lograr avances significativos. Elimina lo caduco. Analiza con rigor la contribución de cada una de las personas y su nivel de puesta al día. Deberás prescindir de quienes no estén a la altura y de los implicados en proyectos innecesarios. Con cuidado para identificar a los más valiosos y asignarlos a las iniciativas más prometedoras. Escucha al mercado. Para que la innovación se traduzca en resultados económicos deberá responder a necesidades del mercado, expresadas o anticipadas. La opinión del departamento de márqueting y ventas será muy valiosa, pero no te evita llegar a los clientes y trabajar directamente con ellos.   Y continuaremos…...

¿Cuánto quieres equivocarte?...

Sabes que puedes usar los errores para estimular la creatividad y la innovación. Te permitirán llegar más allá de lo que inicialmente esperas. Gracias a errores y accidentes hemos podido acceder a productos muy valiosos como antibióticos o vacunas. Los errores animan a explorar más allá de los límites de lo seguro, donde se puede encontrar la base del éxito futuro. Por eso hay empresas que promueven una cultura de premia los errores que generan mejoras, que estimulan la creatividad y que abren nuevos caminos. Eso incluye tolerar también los errores más tontos e inútiles. Sin embargo esas empresas son todavía la excepción. La mayoría no están muy dispuestas para aceptar errores. Más bien buscan eliminarlos para asegurar que obtienen resultados a corto plazo. Y sus directivos optan por lo que consideran menos arriesgado en vez de por la innovación. Las empresas más destacadas consiguen un equilibrio entre las culturas del desempeño (evaluación de resultados) y del aprendizaje. El problema para lograrlo es la arraigada actitud de aversión al riesgo ¿Tu qué haces? ¿Premias sólo el corto plazo? ¿Cuál de estas actitudes te describe mejor? Odias equivocarte y escondes tus errores. No aprendes de ellos y los acabas repitiendo. No ocultas tus errores, pero buscas averiguar lo ocurrido y quién es el responsable. Se aprende poco y es sólo un mecanismo de autodefensa. Aceptas los errores bienintencionados. Agradeces públicamente a quienes tienen una buena razón para haberse equivocado. Aprecias más el aprendizaje a largo que los resultados a corto. Asumes que los errores son gajes del oficio y celebras lo que aprendes de ellos. Eres capaz de cometer errores a propósito al intentar aquello que va contra el sentido común. De este modo pones a prueba tus aprioris para descubrir si estás equivocado.  ...

Reflexionando…

De las lecturas de estos días he tomado algunas notas de ideas que ya han salido aquí pero que parece buen momento para recordar. No trates de imitar exactamente lo que hacen otros porque te parecen importantes, ni sigas apostando por lo que funcionó en épocas pasadas. Acabarás abocando grandes cantidades de dinero en iniciativas que no funcionarán. Una innovación lo es sólo en la medida que responde a una necesidad de los clientes o les proporciona algo que ellos piden. Tu trabajo no es encontrar compradores para tus productos sino productos para tus compradores. Tu proceso de innovación consiste en evaluar lo que estás haciendo por tus clientes y descubrir lo que no haces y lo que podrías llegar a hacer. En ocasiones esas innovaciones son muy sencillas y otras veces requieren desarrollos más técnicos y complejos. En cualquier caso todo empieza con el cliente. La opinión de los clientes es lo más útil que ellos te pueden proporcionar. Te darán la clave de lo que es más valioso, te dirán lo que funciona y lo que no, te contarán cómo se sienten en la interacción con tu empresa. Habla con ellos directamente. No cometas el error de centrarte sólo en el precio para llegar a tus potenciales clientes. Es una barrera significativa, pero no la única ni la más importante. Has de ser consistente y persistente en el logro del propósito institucional. Orientará la estrategia de la empresa. El resto son actuaciones tácticas que habrán de cambiar continuamente para adaptarse al mundo que te rodea. Si se te ocurre decir, en el contexto actual, que vas a poner en marcha un nuevo negocio, muchos te dirán que estás loco. Te aconsejarán que te mantengas en lo seguro, un trabajo discreto en una...

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