Lo he mencionado en ocasiones anteriores: Es clave para el desarrollo de tu negocio y consiste en establecer unos lazos estrechos con tus clientes. Se trata de aprender a conectar con ellos. Estos son algunos de los rasgos que debieras fomentar y que te ayudarán a construir esa relación: Personalidad. Que dispongas de ella es la base para poder generar confianza. Intereses comunes. Descúbrelos y te ayudarán a dar los primeros pasos y avanzar deprisa. Escucha. Pon atención en lo que te dicen. Te ayudará a conocerlos. Si no lo haces, lo notarán en seguida y desconfiarán de tu actitud. Sé accesible. Si le resulta costoso contactar contigo difícilmente podrás establecer esa relación. Comprensión. Errar es humano. Acepta que en toda relación habrá buenos y malos momentos. Compromiso. No parece actual, pero me resulta difícil de entender una relación que no se construya sobre el compromiso de permanecer… ¿para siempre? Sé espléndido. Ofrécete sin medida, sin esperar recompensa. Sólo entonces recibirás incluso más de lo entregaste. Todo esto te exigirá invertir tiempo y esfuerzo. A los simples les parecerá tontería y en ocasiones pensarás que tienen razón… Pero será tu mejor inversión y no necesitarás la aprobación de ninguna entidad financiera. Empieza por una pequeña lista de unos cuantos clientes y haz algo con cada uno de ellos...
¡Bien hecho…!
¿Cuántas veces felicitas a tus colaboradores por sus logros? Y no se trata de reconocer sólo el resultado. Es importante interesarse por los detalles, por todo el proceso que ha llevado a alcanzarlo. Hacerlo, mejora la autoestima de los colaboradores y les anima a afrontar retos aún mayores. Es además la base para generar la confianza que precisas para que ellos sean capaces de corregirte cuando observen que te equivocas. Te será muy valiosa la crítica constructiva que puedan hacerte. Pídela con frecuencia y no les des razones para que se arrepientan de haberlo hecho. Sé constante. No se consigue en un...
Fortaleza
¿Hasta dónde estás dispuesto para sacar adelante tu empresa? ¿A hacer frente a lo que venga, no importa el esfuerzo que represente? ¿A seguir a pesar de las faenas que te hagan, o del dinero que pierdas? ¿Dispuesto a afrontar obstáculos enormes y traiciones? En este mundo, aunque quizás no te lo parezca, no hay tarea ni profesión fácil. Ni siquiera ser rico (de hecho una de las más penosas). Habrás de retener tu impaciencia, dar muchas vueltas a los problemas y dificultades, disculpar a irresponsables… Si no estás dispuesto, es mejor que lo dejes. Cuanto antes. O la caída será más dolorosa. Si lo aceptas te harás fuerte y no habrá competidor que te doblegue. Si necesitas ayuda, todos la necesitamos, busca alguien que te acompañe y te oriente en esa travesía. Y acuerda lo que le vas a pagar por hacerlo. No dejes que no te cobre. Yo hoy he decidido...
Malas noticias
No nos gusta recibirlas y a pocos les gusta darlas (siempre hay gente peculiar…) Eso hace que nos enteremos tarde de los problemas, lo que los agrava por retrasar nuestra reacción y la puesta en marcha de la posible solución. La gestión eficaz de la empresa requiere la información precoz de cualquier contrariedad. Dos sugerencias para lograrlo: Diles a tus colaboradores que te comuniquen las malas noticias lo primero; para las buenas ya habrá tiempo. No vuelques en el mensajero la frustración que la mala noticia te genera. No es momento de buscar culpables sino de agradecer la prontitud con que te avisan. Y a continuación, para minimizar el impacto o incluso para convertirlas en acontecimientos positivos, poner de inmediato en marcha las acciones correctoras correspondientes. Aunque parezca contradictorio, te harán la vida más fácil y te ayudará a generar...
¿Sabes comunicar?
Lo comunicado es lo que el receptor hace. Esta es mi mejor traducción de una expresión inglesa que hace tiempo me ha dado que pensar. Todos tus esfuerzos, todos tus recursos y capacidades puestas al servicio de la comunicación tienen una única y definitiva prueba de su eficacia: la actuación de aquél al que te dirigías. Si te dice que sí, que lo entendió, pero no se mueve, no comunicaste nada. Si hace otra cosa de la que esperabas, comunicaste mal. Cuidado con utilizar variables proxi de la buena comunicación distintas de la actuación del receptor. Estarás siempre confundido o...
Conexión personal
El carácter de liderazgo en un directivo se pone de manifiesto en los tiempos difíciles. Se es líder no destacando por lo bien que se hacen las cosas sino por el modo en que se conecta de manera personal e individual con cada uno de los empleados, particularmente cuando éstos lo pasan mal. Descendiendo a lo concreto: ¿Apareces por el hospital cuando un colaborador tuyo o alguno de sus familiares cercanos está enfermo? ¿Eres capaz de abandonar la oficina y viajar a una población distante sólo para acompañarle en un funeral? ¿Vas a su casa cuando lo está pasando mal para manifestarle tu apoyo personal? Y también en ocasiones menos dramáticas: ¿Asistes a la fiesta de cumpleaños, a una graduación, a la boda…? Puede parecer trivial, pero demuestra compromiso y requiere notable esfuerzo para quienes ya tienen una agenda muy cargada, con viajes frecuentes, y una vida privada muy sacrificada. Hazlo y te verás recompensado en forma de lealtad y de compromiso personal de tus...
La culpa es tuya
Es frustrante ver que las cosas te llegan mal hechas. Pero pocas veces reconocemos que la responsabilidad última no es de quien hace el trabajo mal, sino nuestra. Cuando los resultados o el comportamiento de un colaborador no están a la altura, hay que hacerlo saber y proporcionar el apoyo y las condiciones para que el trabajo salga bien. Nadie quiere ser un trabajador malo o desastroso. Si alguien se encuentra en esa situación es porque: No sabe qué hacer No sabe cómo hacerlo No sabe porqué hacerlo O piensa que lo hace bien Para arreglarlo, hay que hablar con el afectado y explicarle: Que lo que hace no te está ayudando El impacto de sus acciones en otras tareas o personas Lo que desearías que hiciera de modo distinto Cómo puedes ayudarle o darle el apoyo que necesite. Estás obligado a actuar. (Leído...
Claves del éxito
Todos las buscan pero conocerlas no basta. Es habitual encontrarse con recetas para el éxito elaboradas a partir del análisis de casos particulares de éxito indiscutible. La última que he leído hace referencia a Oprah Winfrey. Es indudable la utilidad de conocer los elementos que permitieron construir a alguien una estrategia de éxito, pero no hay que olvidar que los resultados llegan como consecuencia de la realización de acciones concretas, y estas necesariamente varían dependiendo de los contextos y las personas. No obstante, anoto algunos de esos elementos que sin duda ayudan a construir el éxito profesional: Apostar fuerte por uno mismo. Has de ser el primero en creer en ti mismo, ya que no puedes estar seguro de que nadie más lo vaya a hacer. Pero una cosa es decirlo y otra hacerlo de verdad, ser exigente y llevarlo hasta las últimas consecuencias. Si lo haces la recompensa llega. Construir tu propia marca personal. Decide cuál ha de ser y a cultivarla de manera coherente y consistente. A este asunto dedicaré más notas en el futuro. Extender la marca a nuevos negocios. Incrementar el ámbito de tu influencia para aprovechar nuevas oportunidades. Apoyar a otros. Contribuir al éxito de tus colaboradores es acrecentar tu propio prestigio. No pararse. Es curioso: quienes buscan el éxito lo desean para “retirarse”. Sin embargo quienes tienen éxito nunca paran de trabajar y de...
No es lo que parece
Mirando hacia atrás observo que las oportunidades de avance significativo en mi carrera profesional se produjeron en momentos singulares que poco anticipaban las consecuencias que de ellos se derivarían. Es una experiencia en la que coinciden muchas otras personas y que suelen atribuir a estar en el lugar adecuado en el momento oportuno. Pasados los años se felicitan por haber optado por algo que otros rechazaban y que les ha reportado grandes beneficios. A mi no me parece un análisis correcto, ni un planteamiento del que se pueda aprender. Si eso fuera así, nuestra progresión sería el resultado de un azar, en el que nuestro papel no iría más allá del acto de comprar el número de lotería. Se generalizaría un conformismo y una resignación entre aquellos que parecen no progresar. O lo que sería peor, se instalarían en un resentimiento ante las desigualdades que de manera injusta reparte la vida. Mi opinión es otra. Si recordamos esos momentos como singulares es porque fueron el origen de unas decisiones concretas que se siguieron de compromisos y esfuerzos, de asunciones de determinados liderazgos que fueron la causa final de los avances de nuestra carrera. Y eso sí que se puede transmitir y de ahí se puede aprender. No niego que la suerte, o la originalidad de determinadas decisiones, o la ausencia de otros voluntarios para asumir aquellas responsabilidades puedan jugar algún papel favorecedor, pero en modo alguno significativo. Los resultados no se consiguen por haber realizado una apuesta acertada sino por el desempeño esforzado de todas las tareas que acabaron conduciendo a ellos. En efecto, el azar es el nombre tras el que se oculta alguien que no quiere aparecer, pero que seguro...
¿En qué piensas?
Nuestros sentimientos, creencias y saberes se basan en nuestros pensamientos internos, conscientes e inconscientes. Depende de nosotros el ser positivos, entusiastas, activos, o ser lo contrario. Es la actitud la que establece las diferencias entre las personas. Tu actitud se ha construido a partir de muchos factores y experiencias del pasado que han conformado la imagen que tienes de ti mismo y del mundo que te rodea. Y se mantiene por la conversaciones, conscientes e inconscientes, que tienes de continuo contigo mismo. Si quieres cambiar o mejorar esa actitud deberás modificar esas conversaciones de manera acorde. En qué deberías pensar…: Compromiso. Contigo mismo, con aprender, con tu trabajo, familia, amigos y otras causas que merezcan el esfuerzo. Ten elogios para los demás y para contigo. Ten entusiasmo. Piensa que lograrás lo que deseas. Dominio. Céntrate en las cosas importantes. Establece objetivos y prioridades para lo que haces. Practica visualizando tus acciones. Desarrolla una estrategia para afrontar los problemas. Disfruta con tus éxitos. Se honesto contigo mismo. Coraje. Ten arrojo. Mejora cada día. Da lo mejor de ti mismo y no mires atrás. Descubre oportunidades de aprendizaje. Prueba nuevas cosas. Busca otras opciones. Escoge nuevos caminos. Conoce a nuevas personas. Haz preguntas. Cuida tu salud física y mental. Sé optimista. Esto te llevará a mejorar tu desempeño, desarrollará tu autoestima, promoverá pensamientos positivos, aumentará tu...