

El rol del directivo
En ocasiones caemos en la tentación, muy humana pero equivocada, de aprovechar una determinada posición de liderazgo, dirección o en general superioridad, para gratificar nuestro ego. Desde esa posición nos sentimos poderosos y podemos llegar a utilizarla para buscar obcecadamente el máximo éxito y reconocimiento individual.
Sin embargo la reflexión correcta es la opuesta, el poder que otorga el cargo que ostentamos no es algo que resida en nosotros, sino es algo que pasa a través nuestro. Desde esa posición se espera que juguemos un determinado rol, a través del cual pongamos nuestras habilidades al servicio de nuestros equipos, compañeros, empresa o proyecto, pero jamás al contrario.