Lecciones de Steve Jobs (III)
La tercera historia de Steve Jobs en su célebre discurso de Stanford habla acerca de la muerte. Y en particular de como la perspectiva de la misma le ayudó a relativizar los aspectos secundarios de la vida y poner foco en lo auténticamente importante.
Y lo importante no es mas que luchar por su realización y felicidad haciendo de cada día algo especial, “como si éste pudiera ser el último de tu vida”. Dice textualmente que “la perspectiva de la muerte es la mejor forma de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder”. “El tiempo es limitado y no se debe malgastar viviendo la vida de otro”
Jobs insiste de nuevo en la importancia de seguir tu voz interior y destaca que nuestro corazón e intuición nos marcarán el camino. Esta idea es sin duda el principal denominador común de todo el discurso (las tres historias) y su mensaje principal.
Es difícil después de escuchar o leer el discurso en su conjunto no sentir un impulso de energía que nos induzca a luchar por nuestros objetivos o deseos vitales. Evidentemente las cosas importantes no se pueden cambiar en un instante, requieren planificación, esfuerzo y sobretodo constancia. Pero sin duda es posible si lo deseamos lo suficiente.
Como dice aquel proverbio árabe “quien quiere hacer algo encuentra un medio, quien no quiere encuentra una excusa”. Se trata del focalizarse al “hay que” en lugar del “es que” para perseguir nuestros objetivos. O como dice el profesor Küppers “no caer en el valle de las excusas” para justificar nuestra inacción.
Para cerrar este magistral discurso Jobs nos traslada una última sugerencia “stay hungry, stay foolish”. Desde nuestro punto de vista, la mejor traducción de esta frase, mas allá de su significado literal, la apuntaba el otro día el profesor Paco Guillen en su post diario; “nunca conformistas, siempre insaciables”. Que buena recomendación.