

La ejecución de la formación
Una vez elegida la formación a realizar por el colaborador, hay una serie de mecanismos que deberíamos activar, como managers, para ponerla en valor:
- Dedica tiempo a explicar por anticipado a tu colaborador el objetivo y sentido de la formación, en el caso que no haya participado en la elección. Asimismo clarifícale aspectos operativos como la fecha, duración, lugar, metodología, etc…
- Anímale de forma entusiasta a su asistencia y fomenta su participación e involucración en la sesión.
- En ningún caso suspendas la formación por una punta de trabajo o actividad, esa es la forma mas rápida de desvalorizarla y en general de perder credibilidad.
- Una vez realizada, dedícale unos minutos a comentar y evaluar la calidad de la formación. Además de hacerle reflexionar al respecto, nos interesa saber que ha aprendido, calidad de la formación y formadores, etc…
- Establece próximos pasos; reflexiona conjuntamente con el colaborador en como integrar lo aprendido en el día a día. Otra idea es invitarle a desplegar el contenido de la formación a sus compañeros en sesiones internas.
La formación es un proceso con un alto coste directo (formador, salas, etc…) e indirecto (disminución de horas/hombre disponibles). Pero está sin duda en nuestras manos el transformar ese coste en una inversión con un alto retorno, en forma de mejora funcional y/o competencial, así como de motivación del colaborador.