¿Con que ánimo estas hoy?
Cuantas veces, en el ámbito laboral, entre compañeros, hemos hecho comentarios como ¿Qué tal está hoy el jefe? ¿Con que humor ha venido hoy? Estos comentarios tienen mucho calado, ya que dejan entrever la tendencia del directivo correspondiente a proyectar un estado de ánimo variable, de acuerdo con sus circunstancias (personales o profesionales). Si analizamos nuestro propio comportamiento como directivos, es muy posible que nosotros mismos hayamos caído en esas espirales en ocasiones, proyectando a los demás estados de ánimos variables en función de las circunstancias.
Lo cierto es que estar motivado y comportarse de una forma positiva cuando las cosas van bien es bastante fácil. Lo realmente difícil es mantener una homogeneidad en nuestra motivación y actitud proyectada hacia el exterior, independientemente de las dificultades profesionales, aspectos personales, frustraciones puntuales y en general de las circunstancias.
Deberíamos ser conscientes en todo momento del importante efecto multiplicador que nuestra motivación o desmotivación tiene sobre la de nuestros equipos en un sentido u otro, además de sobre el clima laboral de la organización.
Igualmente deberíamos ser conscientes que el impacto que generamos en nuestros colaboradores y el grado de reconocimiento obtenido de los mismos, variará mucho en función de nuestra capacidad o no de comportarnos de una forma consistente y homogénea. No en vano, muchas veces la categoría de una persona o de un profesional se descubre en mayor medida por la forma en la que afronta los reveses y dificultades que por sus éxitos y logros.