Pesimistas

No son necesariamente personas que te deseen algo malo. Incluso podrás encontrarlos entre tus familiares y amigos más cercanos, pero sus observaciones tenderán a frenarte, al menos temporalmente. Les escucharás decir: Se prudente…, ten cuidado…, paciencia…, ve despacio…, porqué te arriesgas…, no necesitas hacerlo…, ya estás bien como estás… Se preocupan por ti, pero siempre, por defecto, sus posiciones son negativas. Quieren protegerte y protegerse, evitar todo lo que represente riesgo, de ahí que no siempre puedas contar con su apoyo. Responden bien a su papel de protectores, no de emprendedores. Tratan de dar sentido a su habitual falta de actuación; protegerse de sus propias justificaciones respecto a la vida que llevan y las decisiones que tomaron. Si les escuchas, el resultado será siempre el mismo: desanimarte, generarte duda y confusión respecto a los retos que afrontas, complicando así aún más tus propias dificultades. Pero no tienen derecho a distraerte de tus metas y aspiraciones. La mejor manera de tratar a estos pesimistas es perseguir una y otra vez tus objetivos hasta lograrlos, hasta que no les quede otro remedio que creer en ti....

Tu “dream team”

No importa cuál sea tu ideal, habrás de aprender a relacionarte con muchas otras personas. Dependiendo de lo que quieras lograr, su impacto será más o menos determinante, pero, en cualquier caso, deberás contar con los demás para alcanzar tus metas. Aquello a lo que aspiras es también la expresión de lo que serás incapaz de lograr si no cuentas con la ayuda de otros. Si miras atrás, la lista de personas que han dejado huella en tu vida es larga. Han marcado la diferencia y te han añadido valor de modos diversos y seguramente difíciles de expresar. Cada una de ellas ha sido especial y estás agradecido por su ayuda. De ahí la necesidad de reconocer de nuevo que debes contar con un equipo que te ayude a lograr lo que te propones. Son muchas las cosas que pueden hacer por ti: Te facilitarán que puedas dar lo mejor de ti mismo. Podrás ayudar a otros a desarrollar su potencial. Te harán ganar tiempo. Te acompañarán. Multiplicarán tu esfuerzo. Te ayudarán a lograr tus metas. Si careces de ese equipo, tu ideal se volverá inalcanzable; será difícil que logres algo significativo. Con un mal equipo, tu sueño se convertirá una pesadilla. Si cuentas con buenos colaboradores, tu aspiración tiene potencial. Y si tienes un gran equipo, tus metas serán indefectibles. Necesitas un “dream team” y estas son las cualidades de las personas que han de formar parte de ese equipo: Están comprometidas con que tu trabajo tenga impacto. Aprovechan toda oportunidad de aprendizaje y mejora. Te responden con respeto y honestidad. Están dispuestos a decirte la verdad. Te animan a perseverar. Te motivan, que te empujan a progresar, a pensar mejor, trabajar con más intensidad y arriesgar más. Sólo se conforman con la...

Convencido

No podrás convencer a nadie si antes no estás tu convencido. No vale engañarse. Sólo se gana cuando se está decidido a ganar llevando a cabo las acciones correspondientes. No puedes excusarte por tus colaboradores ni suele ser posible cambiar de equipo. Has de sacar todo el partido posible a los activos y capacidades disponibles. Cualquiera que sea el reto al que te enfrentes en la vida, céntrate en lograrlo. Convéncete de lo que debes hacer hoy y realízalo de forma destacada. Y aplícalo a las relaciones que has de mantener y a todo lo que contribuya a alcanzarlo. David no venció a Goliat porque tuviera todo a su favor sino porque estaba absolutamente convencido de lo que tenía que hacer. Su supervivencia dependía de ello. Tienes que estar convencido y comprometido con el hecho de que tu oferta, tu producto o servicio, son imbatibles. Has de estar tan seguro de ello como para poder transmitir tal convicción que nadie se plantee siquiera discutírtelo. De lo contrario no pasarías de ser un mercenario errante que se vende en cada momento al mejor postor....

¿Estás quemado?

Anímate a analizar de manera crítica la situación profesional en la que te encuentras para determinar si te te sientes “quemado” o por el contrario estás apasionado y disfrutas con lo que haces. Toma un papel y haz un inventario de tu vida, de tus aspiraciones y de lo que estás haciendo en la actualidad. Quizás has perdido la referencia y ya no persigues grandes ideales, sino que te conformas con sentirte ocupado y disfrutar de un cierto bienestar económico. Seguramente estás lejos de lo que pensabas que eras capaz de alcanzar. La sensación de estar “quemado” suele nacer por haber perdido de vista esas aspiraciones y no trabajar por realizarlas. Pero en la medida que recuperas la conciencia de lo que deseas descubrirás que no estás tan quemado o que la situación es perfectamente reversible. Reafirmar los propósitos rejuvenece. Centrarse de nuevo en ellos lleva a recuperar la fuerza para lograrlos y avanzar más rápido que nunca. Si tienes claro lo que persigues no permitirás que te “quemen”....

Duda asesina

La duda te mata, asesina tus aspiraciones. Tienes tantas dudas que no eres capaz de creer en ti mismo, que no puedes centrarte en lo que deseas conseguir. Dudar es tu verdadero problema. Es una enfermedad muy peligrosa y traicionera. Afecta a personas y organizaciones, a las relaciones interpersonales y a los ideales, y en ocasiones se convierte en el mayor de tus problemas. Deja de considerar lo que has sido o en lo que te has convertido, de culparte y de insistir en tu ineptitud, o de escuchar a quienes no confían en ti. Dales a conocer eso que tu ambicionas, convénceles de que es tu mejor opción y anímales a respaldarte o alejarse. Reconoce también la imposibilidad de esa misión en la que te embarcas, el que nadie antes que tu lo haya logrado, y pon de manifiesto tu fanatismo. Ninguna circunstancia justifica tus dudas y responde, por tanto, con determinación. Para poder avanzar, aclara a todo el mundo que no aceptarás dudas ni reproches y que esperas el apoyo total de quienes te rodean. Recuérdalo, la duda es tu enemiga. Te ha impedido llegar donde querías, te ha dejado sin una causa por la que pelear ni objetivos por alcanzar. Es esa falta de definición lo que ha permitido que tus dudas te retengan atrapado....

Aguanta y persevera

El camino para alcanzar toda aspiración está lleno de complicaciones. Más vale que las esperes; mejor aún prepárate para afrontarlas. Compensa anticiparlas y prepararse que no mirar atrás y lamentarse. El primer reto para lograr tus aspiraciones es el fracaso. Todos lo experimentamos. Por ello, a pesar de los reveses, agárrate a tus ideales hasta que por fin los alcances. Puesto que ta habrás de encontrar con el fracaso, hazte amigo de él. Asume las frustraciones, analízalas, aprende de ellas. Con tal de que no repitas siempre los mismos fallos, acabarás aprendiendo de ellos y te volverás emocionalmente más fuerte. El segundo reto que has de afrontar y superar es la inflexibilidad. Sólo hay dos tipos de planes los que podrían funcionar y los que no. No existe el plan perfecto. Has de elegir uno con potencial y hacerlo funcionar. Y en el proceso mantenerte flexible. Tus aspiraciones se han de mantener inalterables, pero todo lo demás cambiará: plazos de tiempo, recursos disponibles, supuestos, iniciativas, colaboradores… Dos capacidades has de desarrollar: Descubrir qué has de cambiar y saber cómo cambiarlo. Si te mantienes flexible y aplicas esas directrices tienes muchas posibilidades de superar los desafíos y salvar los obstáculos. Nunca contarás con garantías, pero si tienes un plan, te mantienes flexible, concentras tus esfuerzos y trabajas cada día para acercarte a tus aspiraciones, tienes muchas opciones para alcanzarlas....

Persíguelas

Es descorazonador ver cómo esperas que otros aprueben tus ideas innovadoras. Es triste porque al hacerlo las estás perdiendo. El reconocimiento les llega a quienes muestran el coraje suficiente para tomar la iniciativa. Esperar, considerar, estar a punto de… no cuenta. Para cambiar algo hay que ponerse a hacerlo. La diferencia entre los que logran lo que persiguen y los que lo pierden, es sólo la determinación para empezar y la disciplina para seguir. Detenerse sólo empeora las cosas. Cuando el miedo y la incertidumbre te frenan estás ante un truco de tu mente que te engaña haciéndote creer que vivirás más seguro. Es compatible tener dudas y, aún así, estar preparado; o estar asustado y pese a ello, actuar; sentirse rechazado y, sin embargo, seguir adelante. Tu tesoro está dentro de ti; tu potencial existe en tu interior. Lo activas cuando sacas el coraje que necesitas para forzarte a avanzar. Si atiendes a esa voz interior, tendrás claro lo que debes que hacer. No hay discusión posible. Sólo acallas lo que te ronda por la cabeza cuando te decides a ir a por ello. Una única decisión te separa de una vida diferente a la que llevas. El miedo a lo desconocido te lleva a pedir garantías antes de intentarlo. Pero la vida no es una lotería con un único premio. Que tengas éxito es cuestión de número: cuantas más veces te esfuerces, más probable será que lo logres....

No lo retrases

¿Esperas que alguien te llame, te elija, que tiren de ti o te empujen a dar un paso al frente…, o cuentas con el coraje necesario para empujarte a ti mismo? No esperes a estar preparado, a tener confianza, a que te apetezca, a tener más experiencia, a que te valga la pena. En muchos casos no hay tiempo, no tienes una segunda oportunidad, no hay espera. Es ahora o nunca. Si lo estás retrasando se debe a tu desidia. Estás haciendo algo más peligroso que lo que tratas de evitar. Intentas convencerte a ti mismo de que ahora no es el momento, lo que te lleva a luchar activamente contra tus propias aspiraciones. Quizá pienses que te ahorras de molestar a alguien, que impides el que te juzguen o rechacen, pero esas excusas sólo te llevan a restringir tu capacidad de lograr tus ideales. No existe ese momento mejor. Sólo dispones del ahora. No tienes otra cosa. Y no podrás recuperarlo. Depende de ti que te esfuerces en aprovecharlo al máximo....

Sé hiperrealista

Nada mejor que hacer realidad los sueños. Trabajar por conseguirlos le da emoción a la vida. Pero quienes alcanzan grandes logros no son unos soñadores ociosos, sino que están profundamente anclados en la realidad. Ser hiperrealista te ayuda a escoger sabiamente tus ideales y conseguirlos. Para poder progresar hay que comprender bien las relaciones causa-efecto que gobiernan la realidad y saber usarlas para obtener lo que se persigue. Ya seas de los que quieren saborear la vida o de los que buscan dejar huella, has de decidir qué es lo que más valoras y elegir el camino para lograrlo. Habrás de trabajar con intensidad, sin duda, pero sobretodo, habrás de trabajar con eficacia ya que es lo que multiplicará tu productividad....

Subidón

Esforzarte para alcanzar grandes ideales te pone en la posición de fracasar, con la necesidad de aprender y descubrir nuevas soluciones para poder avanzar. Descubrirás que es muy estimulante estar dentro de ese ciclo de rápido aprendizaje, aunque en ocasiones te lleve a estrellarte. No es que no debas asustarte por esas caídas, que siempre serán dolorosas. Pero podrás ponerlas en perspectiva, sabiendo que las superarás y que, reflexionado sobre ellas, te proporcionarán la mayor parte de tu aprendizaje. Al superarlas, disfrutarás de la misma emoción que los corredores de maratón cuando traspasan la barrera de ese muro, físico y mental, en torno al km 35. Con la práctica, adquirirás nuevos hábitos y disfrutarás del subidón de aprender de los errores. Si eres capaz de reconciliar esas emociones con la lógica y alinearlas, podrás tomar mejores decisiones....

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies