Aguanta y persevera

El camino para alcanzar toda aspiración está lleno de complicaciones. Más vale que las esperes; mejor aún prepárate para afrontarlas. Compensa anticiparlas y prepararse que no mirar atrás y lamentarse.

El primer reto para lograr tus aspiraciones es el fracaso. Todos lo experimentamos. Por ello, a pesar de los reveses, agárrate a tus ideales hasta que por fin los alcances.

Puesto que ta habrás de encontrar con el fracaso, hazte amigo de él. Asume las frustraciones, analízalas, aprende de ellas. Con tal de que no repitas siempre los mismos fallos, acabarás aprendiendo de ellos y te volverás emocionalmente más fuerte.

El segundo reto que has de afrontar y superar es la inflexibilidad. Sólo hay dos tipos de planes los que podrían funcionar y los que no. No existe el plan perfecto. Has de elegir uno con potencial y hacerlo funcionar. Y en el proceso mantenerte flexible. Tus aspiraciones se han de mantener inalterables, pero todo lo demás cambiará: plazos de tiempo, recursos disponibles, supuestos, iniciativas, colaboradores…

Dos capacidades has de desarrollar: Descubrir qué has de cambiar y saber cómo cambiarlo. Si te mantienes flexible y aplicas esas directrices tienes muchas posibilidades de superar los desafíos y salvar los obstáculos.

Nunca contarás con garantías, pero si tienes un plan, te mantienes flexible, concentras tus esfuerzos y trabajas cada día para acercarte a tus aspiraciones, tienes muchas opciones para alcanzarlas.