La gran tentación

Leer correos no siempre es interesante, pero en ocasiones puede volverse muy tentador. Y es esa excitación impredecible la que lleva a consultar el correo de manera compulsiva. Además, el entorno condiciona tus decisiones por presentar unas opciones como más cercanas y asequibles que otras. El mundo que te rodea parece diseñado para empujarte a realizar todo de manera inmediata, lo que puede conducirte al desastre. ¿Qué puedes hacer? Evita ponerte en esas situaciones que contribuyen a distraerte. Si no abres la aplicación de correo, te será más fácil resistirte a consultarlo que si la tienes operativa y señalándote la llegada de nuevos correos. La capacidad de autocontrol frente a las tentaciones se construye a partir de la forma de afrontar dos elementos, los problemas de autocontrol y sus soluciones. Los primeros surgen de tener que decidir entre “ahora” o “más tarde”. Las soluciones son todo aquello que pones en marcha para lograr un mejor desempeño. Por ejemplo, pagar una alta cuota mensual en un gimnasio crees que te hará sentir mal y te obligará a acudir. Pero el sentido de culpabilidad sólo funciona en el corto plazo y tiende a desvanecerse. Además, has de contar con el desgaste que ocasiona tener que resistir las tentaciones una y otra vez. Esto te consume energías que, conforme avanza el día, se agotan, incrementando la probabilidad de caer en ellas....

Multiplicidad de opciones...

Quizás todavía andas sobrado de confianza, crees tener la respuesta acertada para toda pregunta, te muestras dogmático y piensas estar siempre en lo cierto. No es un defecto atribuible sólo a la edad, aunque es cierto que esa actitud es más frecuente en los jóvenes. Con la edad aprendes que tienes menos respuestas. La exposición a nuevas ideas junto con la madurez costosamente ganada a fuerza de los errores, te lleva a reconocer que, casi siempre y en todo, hay más de una respuesta correcta. Las certezas se vuelven escasas y aprendes a funcionar sin inquietarte por ello. Cuando antes luchabas por defender sin concesiones tu respuesta “verdadera”, ahora buscas tantas opciones como te sea posible encontrar. Cuanto mayor sea esa lista, más seguro te sentirás de encontrar maneras apropiadas de lograr lo que te propones. Como directivo te conviene adoptar la práctica de solicitar a tus colaboradores que, ante cualquier problema, te presenten al menos tres soluciones para abordarlo. Esto les ayudará a tener una mentalidad más abierta, a ser más creativos y capaces de considerar distintas ideas y opiniones. De este modo se volverán más flexibles y capaces de adaptarse a situaciones inciertas, ganando en eficacia y productividad. La creatividad se multiplica de forma extraordinaria cuando reconoces que son muchas las opciones posibles....

Ponte en lo peor

Aunque muchos innovadores se muestran externamente llenos de seguridad y confianza, internamente esos sentimientos suelen mezclarse con otros de indecisión y baja autoestima. Han de luchar constantemente con la incertidumbre de si alcanzarán a cumplir su misión. Combatir lo establecido es siempre una lucha cuesta arriba, llena de barreras, fracasos y decepciones. Esos retos se pueden afrontar de dos maneras: la del optimista estratégico o la del pesimista a la defensiva. Los primeros anticipan lo mejor, permanecen tranquilos y se fijan unas expectativas elevadas. Los segundos esperan lo peor, se muestran ansiosos e imaginan todo lo que puede salir mal. Muchos asumirán que es mejor ser optimista que pesimista, pero los estudios realizados demuestran un desempeño similar en ambos casos. De hecho, la estrategia del pesimista que se pone a la defensiva puede ser de gran utilidad para abordar situaciones caracterizadas por el miedo, la ansiedad y las preocupaciones. Cuando se ven acosados por la inseguridad, los pesimistas no se permiten quedar bloqueados por el miedo. De modo consciente imaginan el peor de los escenarios para intensificar su ansiedad y tranformarla en motivación; se ven empujados a evitar esas circunstancias prestando atención a todos los detalles para asegurarse de no caer o equivocarse, lo que les proporciona una sensación de control. Cuando llega el momento decisivo están preparados para superarlo. Esta confianza no nace de la ignorancia o el autoengaño respecto a las dificultades a afrontar, sino de un análisis realista de la situación y la elaboración de un plan de acción exhaustivo. Esa manera negativa de pensar pone de manifiesto todo aquello que puede fallar y elimina toda complacencia; obliga a prepararse a conciencia y defenderse de cualquier posible riesgo. La clave está en hacer del miedo un amigo. La neurociencia sugiere que...

Buenos recuerdos

Parecería que no somos capaces de sacar todo el partido a las vivencias que experimentamos cada día; en parte por no actuar de manera intencionada y en parte por no reflexionar sobre lo acontecido. Por eso, cada vez que ayudas a alguien a que actúe de esta manera, le das ocasión de desarrollar unos buenos recuerdos para el futuro. Se trata por tanto de establecer el hábito de generar buenos recuerdos a partir de los acontecimientos cotidianos. Y esto puede conseguirse considerando las siguientes reflexiones cuando te relaciones con otros: ¿De qué podríais hablar y estár todos de acuerdo? ¿De qué asuntos les gustaría debatir? ¿Qué podríais hacer que fuera diferente y divertido? ¿Qué cosas sabes tu y que a ellos les gustaría conocer? ¿Tienes un secreto inocente que podrías compartir? Todo esto contribuye a estrechar lazos y a demostrar que les aprecias sinceramente. Son pequeños detalles que deliberadamente manifestados pueden convertirse en grandes momentos para otros, dignos de ser recordados. Puedes aprovechar las vacaciones para empezar a practicar....

Los amigos

Todos sabemos por experiencia que una amistad bien establecida no requiere cultivarla continuamente. No cabe temer la pérdida de interés. La amistad es un fin en sí mismo; no se persigue el pasarlo bien, aunque sea el resultado natural. Con los amigos más cercanos, basta con estar juntos. De hecho, sin ellos, no alcanzarás lo mejor de ti mismo. La amistad se construye sobre la consistencia. Resulta difícil hacerlo cuando se ha de defender de continuos altibajos, cuando cada conversación parece poner en riesgo la relación. Los amigos se caracterizan por ser siempre confiables y consistentes, lo que puedes conseguir de la siguiente manera: Esperando siempre lo mejor de ellos. Has de verlos no como son, sino como lo que pueden llegar a ser. No ayudará a sostener la relación de amistad si no confías en ellos. No pretendas arreglarlos, para eso ya tienes bastante contigo mismo. Estarán en mejores condiciones de progresar si crees en ellos que si no lo hicieras. No permitiendo que su comportamiento te condicione. Con demasiada frecuencia permites que las acciones de los demás impacten en tus propias actitudes y emociones. Las inconsistencias de ellos te podrían volver a ti inconsistente. No lo permitas. Tienes la capacidad de controlar tus propias actitudes y emociones y has de saber ejercitarla cada día. Ten en gran estima esa relación, incluso en situaciones difíciles. A veces las circunstancias te obligarán a tomar decisiones costosas que no deberían sacrificar la relación. Deberás hacer todo lo posible por mantener la amistad y aunque se nieguen, en tu mano está el seguir manteniendo el trato....

Aburrimiento

El ritmo acelerado de este mundo caracterizado por el cambio, la velocidad y la novedad nos lleva a perder la capacidad para tolerar la rutina y la repetición propias de la vida cotidiana. Esto genera un sentimiento de incomodidad respecto al aburrimiento que, para evitarlo, empuja a buscar una excitación incesante, una adicción a estímulos cada vez más peligrosos para alejar el tedio de la vida, o a comportamientos compulsivos en actividades como comer, beber o comprar. Hemos de volver a sentirnos cómodos en el aburrimiento, a aceptarlo con naturalidad y no tratar de escapar de él buscando cualquier estímulo en el móvil. Nos proporciona la oportunidad para pensar, para crear, para escuchar a los demás, para centrarse en lo que es importante, lo que afecta a tu vida y a la de aquellos que te rodean. Acepta que necesitas estar aburrido de cuando en cuando para aprender a calmarte y apreciar el valor del momento presente, a descubrir las necesidades propias o las de los demás, a ejercer ese papel para el que eres insustituible. El aburrimiento no es necesariamente una emoción negativa, sino que tiene su utilidad. Es un catalizador de la creatividad, de la reflexión, del pensamiento inteligente. Hay que acogerlo de nuevo en nuestras vidas y alejarse de la búsqueda del estímulo continuado que nos proporcionan los dispositivos que nos mantienen siempre conectados; descubrir de nuevo el lujo de no tener señal en el móvil o carecer del modo de recargarlo. Dale a tu mente y a tu espíritu un poco de sano aburrimiento. Es un buen plan para el periodo de vacaciones....

Maneras de desobedecer...

Puedes desobedecer diciendo que no harás algo, o callando y no haciendo nada, o haciendo expresamente lo contrario de lo que te han pedido. Pero estas maneras de desobedecer no son siempre muy inteligentes. En muchos casos vas a tener que seguir trabajando con la persona a la que no quieres obedecer y si te pone la etiqueta de insubordinado, vas a tener difícil progresar o crecer. Otras veces, si la acción es peligrosa, no basta con desobedecer. Si tu jefe no ha comprendido el peligro, puede actuar por su cuenta o pedir que sea otro el que obedezca. Por tanto, desobedecer bien reclama comunicar con eficacia las razones por las que te niegas a obedecer la orden recibida. Esto exige tener suficiente presencia de ánimo para obligar a tu superior a que reconsidere la situación antes de actuar. Son muchas las circunstancias profesionales en las que te puedes ver obligado a asumir esta responsabilidad por el elevado daño que puede llegar a producirse. Será bueno que puedas reconocer y practicar algunos principios para que cuando se den esas situaciones críticas sepas responder con firmeza: Obedecer o desobedecer de manera inteligente suele implicar, además de la propia acción, algún tipo de manifestación oral o escrita. Cada uno de nosotros ha desarrollado su propia manera de expresarse, lo que nos permite desenvolvernos en situaciones sociales y jerárquicas complicadas. Has de ser consciente del momento en que debes asumir el protagonismo para resolver de forma apropiada situaciones complejas o de riesgo. Cuanto más lo practiques, más preparado estarás para poner de manifiesto tu opinión de manera firme y eficaz. Esta capacidad es importante tanto para funcionar con equipos de trabajo estables como cambiantes, pues todos son capaces de identificar cuando alguien manifiesta una señal clara de...

El valor de las ideas...

No todos piensan de la misma manera y eso establece notables diferencias en el desarrollo de las personas. Aquello que pienses determinará en lo que te conviertes y lo que haces. Esas ideas definirán tu destino y tu legado. Pero se puede cambiar la manera de pensar y ejercitarse en la generación nuevas y buenas ideas, capaces de mejorar la propia vida si se ponen en práctica. Muchos parecen no dar ningún valor a lo que piensan. Tienen ideas y las dejan perder sin hacer nada con ellas. Pero si les das la importancia que les corresponde, reconocerás su utilidad y aumentará tu capacidad de pensar. Si lo haces así, te harás constantemente preguntas que te servirán para descubrir y desarrollar nuevas ideas, del tipo: ¿Dónde puedo encontrar una idea? Para pensar mejor tendrás que desarrollar la mentalidad adecuada. Habrás de estar siempre dispuesto a “picar piedra” para incrementar tu capacidad de pensar. ¿Cómo puedo usarla? Los hay que se tropiezan con una idea, reconocen sus cualidades, pero no hacen nada con ella. No la trabajan, lo que es una pena porque si no se ejercitan, se pierden. ¿Cómo puedo sacarle el máximo partido? Raramente una idea se muestra inicialmente en toda su potencialidad. Cualquier idea puede puede elevarse a un nivel superior y dar mucho más de sí. Cuando se te ocurra una idea que añada valor a los demás, anótala y decide dedicarle más tiempo a reflexionar sobre ella. Analiza con atención si es acorde al momento vital en que te encuentras, si te ayuda mejorar tus cualidades, si te ayuda a crecer y completarte....

Fuertes

Los que se resisten al cambio se caracterizan por desear unos resultados inmediatos y buscar una existencia libre de problemas. Pero la vida reclama esfuerzos y es normal encontrar dificultades y valorar el aprendizaje con que se acompañan. Es humano resistirse al cambio, particularmente si se presenta en forma de retos o adversidades; pero es inevitable, y desarrollar la capacidad para adaptarse a él ayuda no sólo a sobrevivir, sino a crecer y prosperar. La capacidad de resistencia permite hacer frente al estrés y la adversidad. Nace de creer en uno mismo y a la vez en algo superior a uno mismo. No es una condición con la que se nazca; implica comportamientos, pensamientos y acciones que cualquiera puede aprender y desarrollar. Quien cuenta con esa capacidad, no espera necesariamente resultados inmediatos, sino que está preparado para el largo plazo. Afronta las dificultades con energía y fortaleza. Comprende que alcanzar el éxito lleva su tiempo. Ensaya iniciativas y fracasan; encuentra obstáculos y persevera. No se detiene, persiste en su trabajo. Se centra en las decisiones que debe tomar y las lleva a cabo sin demora, aunque sabe que tardará en llegar a su destino. Aquellos que destacan en su trabajo han aprendido a convivir con el fracaso con cierta comodidad; no en vano fallan más que los mediocres, porque comienzan más veces, lo intentan en más ocasiones… Para dar lo mejor de uno mismo se necesitan retos que superar y problemas a resolver. Y esto sólo se logra con fortaleza y apreciando el valor de las pruebas. Olvida los logros alcanzados y date permiso para recomenzar. Pasar de la seguridad al riesgo, de lo conocido a lo desconocido, requiere coraje y fe. Y además fortaleza....

Amienemigos

Frenemies, es un neologismo inglés que se ha traducido al español utilizando también un solo término, Amienemigos. Se trata de personas con las que se tiene una relación amistosa, pese a mantener con ellos unas disputas o desacuerdos fundamentales. Se utiliza para describir situaciones tanto en lo personal, como vinculadas a la política o las relaciones comerciales, y se aplica tanto a individuos como a grupos o a instituciones. Sueles ser consciente que cuentas con amigos que te guardan las espaldas y con enemigos que trabajan activamente en tu contra. Pero además debes reconocer esas otras relaciones ambivalentes, que se manifiestan a la vez como positivas y negativas. Son tus amienemigos, que unas veces te defenderán y otras te destruirán. Tus enemigos son tan incómodos como predecibles; mantienes las distancias y esperas lo peor. Pero con los amienemigos siempre te ves en la necesidad de mantenerte en guardia, dudando si debes confiar en ellos o no. Su inconsistencia desgasta enormemente tus energías. Son más dañinos que los propios enemigos. Si cuentas con muchos de aquellos tendrás grandes probabilidades de padecer estrés, infelicidad y depresión. Tu instinto te lleva a cortar con los enemigos y salvar a los amienemigos. Sin embargo, deberías hacer lo contrario: abandonar a los amienemigos y intentar convertir a tus enemigos en amigos. Este conocimiento es importante cuando tratas de establecer alianzas. Tiendes a ignorar a tus oponentes, porque crees que no merece la pena perder el tiempo con ellos, y centrarte en reforzar los lazos con quienes ya te apoyan. Sin embargo, tus mejores aliados no son aquellos que siempre estuvieron de tu parte, sino quienes empezaron en posiciones contrarias y acabaron dándote la razón. Tus antiguos rivales se convierten en tus defensores más entusiastas. Además, quienes estuvieron en tu contra...

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