La gran tentación

Leer correos no siempre es interesante, pero en ocasiones puede volverse muy tentador. Y es esa excitación impredecible la que lleva a consultar el correo de manera compulsiva.

Además, el entorno condiciona tus decisiones por presentar unas opciones como más cercanas y asequibles que otras. El mundo que te rodea parece diseñado para empujarte a realizar todo de manera inmediata, lo que puede conducirte al desastre.

¿Qué puedes hacer? Evita ponerte en esas situaciones que contribuyen a distraerte. Si no abres la aplicación de correo, te será más fácil resistirte a consultarlo que si la tienes operativa y señalándote la llegada de nuevos correos.

La capacidad de autocontrol frente a las tentaciones se construye a partir de la forma de afrontar dos elementos, los problemas de autocontrol y sus soluciones. Los primeros surgen de tener que decidir entre “ahora” o “más tarde”. Las soluciones son todo aquello que pones en marcha para lograr un mejor desempeño. Por ejemplo, pagar una alta cuota mensual en un gimnasio crees que te hará sentir mal y te obligará a acudir. Pero el sentido de culpabilidad sólo funciona en el corto plazo y tiende a desvanecerse.

Además, has de contar con el desgaste que ocasiona tener que resistir las tentaciones una y otra vez. Esto te consume energías que, conforme avanza el día, se agotan, incrementando la probabilidad de caer en ellas.