Despejando dudas

Si tienes la responsabilidad conseguir cambios de comportamiento en ti mismo o en otros, ¿es mejor poner de manifiesto las ventajas que acompañan al cambio o los costes asociados a no cambiar…? Todo dependerá de si la percepción de ese nuevo comportamiento es la de una mayor seguridad o de más riesgo. Si cambiar resulta más seguro, habrá que hacer énfasis en las bondades derivadas de ese cambio y así se actuará con urgencia para conseguir cuanto antes esas ventajas. Pero si la percepción del cambio es arriesgada eso no funcionará. Ya se sienten cómodos con la situación actual, y los potenciales beneficios de cambiar no son nada atractivos ni motivadores. Es preciso entonces desestabilizar el estado actual de las cosas destacando los perjuicios que se ocasionarán si se sigue como hasta ahora. Confrontados con la garantía de unas pérdidas si no se cambia de inmediato, se hace entonces más llevadero el asumir ciertos riesgos. Cuando se discute sobre la conveniencia o no de innovar, los directivos se suelen inclinar por no asumir riesgos. Pero si se reflexionara sobre el modo en que esas mismas innovaciones en manos de los competidores podrían dejarles fuera de juego, la percepción del riesgo por no innovar se vuelve mucho más clara y la urgencia por cambiar más evidente. Para contrarrestar la apatía, la mayoría de los defensores del cambio buscan centrarse en mostrar una visión inspiradora del futuro, pero esto no debería ser lo primero ni lo principal. Si buscas que la gente asuma riesgos, necesitas mostrar lo que está mal ahora. Para empujar a que salgan de la zona de confort, has de cultivar la insatisfacción, la frustración o el disgusto por la situación actual y hacerles ver las pérdidas e inconvenientes en los que están...

Moderación

Te parece que son los objetivos compartidos los que mantienen unido al grupo; sin embargo, en la práctica, muchas veces son los que los desunen. Son las pequeñas diferencias, entre gente por lo demás muy similar, las que generan las discrepancias y los sentimientos de hostilidad. No basta con tener los mismos objetivos para sostener una unión. Sus opiniones sobre lo que consideren como las actuaciones y medios más adecuados marcará los enfrentamientos. Cuando se trata de motivar a las personas, empezar con el porqué, es lo razonable. Cuando comunicas la visión que empuja tus ideas, el propósito que respalda tus productos o servicios, la gente se sentirá atraída. A menos que tu propuesta sea vista como algo excesivamente original que desafíe su status quo. Tus convicciones morales corren el riesgo de enfrentarse con ideas fuertemente enraizadas. Cuando expliques los fundamentos de tu creatividad rupturista puedes encontrarte con que estás desafiando lo que otros consideran posible y razonable. Para poder avanzar tendrás que atemperar su radicalismo. Has de aprender a presentar tus ideas y creencias de forma que sean menos chocantes y más atractivas para la mayoría de tu audiencia. No se trata de que renuncies a tus ideas, sino de ensombrecer las características más extremas. Para aparecer menos radical, basta con desplazar algo el foco desde el porqué hacia el cómo. Para lograr alianzas es preciso calmar el radicalismo o eliminarás toda posibilidad de avanzar....

Descubridores y colonos...

Los descubridores se describen como pioneros en el desarrollo y comercialización de productos. Los colonos, por el contrario, son más lentos y esperan a que los primeros creen el mercado para entrar. Dicen las estadísticas, que como todos sabemos siempre mienten, que el 47% de los descubridores fracasan, frente al 8% de los colonos; y si los pioneros triunfan, sólo se quedan con el 10% del mercado. Otros estudios apuntan a que quizás capturen más cuota de mercado, pero acaban teniendo menos beneficios y menos probabilidades de sobrevivir. Sorprendentemente, parece que los inconvenientes de ser los primeros son superiores a las ventajas, por lo que, si eres de los que sienten urgencia por meterse en nuevos líos, hay quienes te animan a reflexionar con cuidado sobre la idoneidad de hacerlo en este momento. A los colonos se les suele menospreciar tachándoles de imitadores, aunque algunos defenderán que, en vez de responder a la demanda identificada, prefieren tomarse su tiempo hasta estar en condiciones de ofrecer algo nuevo o revolucionario en su categoría. Quienes tienen propensión a asumir riesgos se sienten empujados a ser los primeros, a tomar decisiones impulsivas, mientras que los más conservadores esperan a que les llegue la oportunidad y blindan sus riesgos antes de lanzarse. Los pioneros están llamados a cometer todo tipo de errores mientras que los colonos los observan y aprenden de ellos sin tener que padecerlos. Los primeros suelen quedarse anclados en sus ofertas iniciales mientras los segundos pueden observar los cambios en el mercado y ajustarse a ellos. Vaya, que parece de tontos perseguir la posición de ser pioneros, según las estadísticas que manejan los colonos, claro. Pero lo cierto es que si todos esperáramos para actuar nunca se produciría nada original. Alguien tendrá que asumir el...

¿Estás quemado?

Anímate a analizar de manera crítica la situación profesional en la que te encuentras para determinar si te te sientes “quemado” o por el contrario estás apasionado y disfrutas con lo que haces. Toma un papel y haz un inventario de tu vida, de tus aspiraciones y de lo que estás haciendo en la actualidad. Quizás has perdido la referencia y ya no persigues grandes ideales, sino que te conformas con sentirte ocupado y disfrutar de un cierto bienestar económico. Seguramente estás lejos de lo que pensabas que eras capaz de alcanzar. La sensación de estar “quemado” suele nacer por haber perdido de vista esas aspiraciones y no trabajar por realizarlas. Pero en la medida que recuperas la conciencia de lo que deseas descubrirás que no estás tan quemado o que la situación es perfectamente reversible. Reafirmar los propósitos rejuvenece. Centrarse de nuevo en ellos lleva a recuperar la fuerza para lograrlos y avanzar más rápido que nunca. Si tienes claro lo que persigues no permitirás que te “quemen”....

Encuentra a un loco

Los genios cometen errores, pero su genialidad es reconocida. Para encontrarlos diseña sistemas que generen disparates, entendiendo como tales ideas que se salgan de lo establecido. Si sólo se aprueban las ideas que caen dentro de la norma, se pierden las originales e innovadoras. Aprecia la diversidad, permite el cambio, actúa de forma imprevisible. Suele ser la mejor estrategia. No busques consensos sino discusiones. En la controversia encontrarás la respuesta ganadora....

Subidón

Esforzarte para alcanzar grandes ideales te pone en la posición de fracasar, con la necesidad de aprender y descubrir nuevas soluciones para poder avanzar. Descubrirás que es muy estimulante estar dentro de ese ciclo de rápido aprendizaje, aunque en ocasiones te lleve a estrellarte. No es que no debas asustarte por esas caídas, que siempre serán dolorosas. Pero podrás ponerlas en perspectiva, sabiendo que las superarás y que, reflexionado sobre ellas, te proporcionarán la mayor parte de tu aprendizaje. Al superarlas, disfrutarás de la misma emoción que los corredores de maratón cuando traspasan la barrera de ese muro, físico y mental, en torno al km 35. Con la práctica, adquirirás nuevos hábitos y disfrutarás del subidón de aprender de los errores. Si eres capaz de reconciliar esas emociones con la lógica y alinearlas, podrás tomar mejores decisiones....

¿Crees en las hadas?...

Es tan triste carecer de aspiraciones como no tener una estrategia para alcanzarlas. Lo más común es observar que quienes sueñan con lograr determinados objetivos no disponen de un plan concreto que les lleve desde donde se encuentran hasta el lugar adonde desean llegar. No son capaces de dejar de ser unos soñadores para convertirse en realizadores. Tener una aspiración no proporciona poderes mágicos. No basta con esperar para que se materialice. Tampoco acudirán las hadas en tu ayuda. Son muy pocos los que actúan de manera consistente y diaria para avanzar en la consecución de sus aspiraciones. Si quieres ser de esos raros ejemplos, tendrás que poner esfuerzo y para ello necesitas una estrategia que oriente y gobierne tus iniciativas....

Irracionales

Decía George Bernard Shaw que las personas razonables se amoldaban al mundo, y las poco razonables, las irracionales, son las que tratan que el mundo se adapte a ellos. De ahí que todo el progreso dependa de los irracionales. Todos los días encontramos cosas que nos satisfacen y cosas que se han de cambiar. Las primeras nos alegran; las segundas nos estimulan a hacer un mundo mejor. Pero cambiar comportamientos e ideas firmemente arraigadas es una tarea abrumadora. De ahí que muchos opten por acomodarse pues el cambio les parece imposible. ¿Eres tú de los conformistas que defienden el status quo y que se suman a la multitud para circular por caminos convencionales? ¿O eres de los originales o singulares que eligen los caminos menos transitados, que defienden ideas novedosas, que van contracorriente y que tratan de mejorar las cosas? Para ser original no basta con ser creativo, con tener la capacidad parar generar conceptos nuevos y de utilidad. Ser singular incluye además tomar la iniciativa y hacer realidad los ideales. ¿Crees de veras que una sola persona es capaz de marcar la diferencia? ¿Crees que esa persona puedes ser tú?...

Tu aspiración 01Feb

Tu aspiración

Seguro que lo has escuchado de muchas maneras anteriormente y con historias distintas. Las personas describen su trabajo de alguna de las tres maneras siguientes: Como una tarea. Lo importante es la recompensa económica asociada y la necesidad básica que resuelve. Nada que ver con otros temas, como la satisfacción personal, ni forma parte de algo significativo de la propia vida. Como una profesión. Lo esencial aquí es el crecimiento o la progresión que se obtiene con él. Como una vocación. Es algo que satisface por el servicio que se presta a los demás. No importa la profesión de que se trate, parece que las personas se reparten de manera equilibrada entre las tres opciones antes mencionadas. Las hay que encuentran su aspiración en ella y las hay que ni la buscan. Pero no puedes saber qué tan importante es algo para ti hasta que no empiezas a practicarlo. El conocimiento te llega por la actuación. Aquello a lo que aspiras no es una respuesta, ni un interrogante; es una acción. No lo identificas hasta que lo pones a...

No lo entienden

Es una buena señal. Demuestra que la nueva idea que propones es suficientemente singular y que vale la pena seguir trabajándola. Lo malo sería que hubiera resultado inmediatamente comprensible por excesivamente obvia y banal. Y si todos estuvieran dispuestos a aceptarla, mala señal. Tampoco servirá para cambiar nada....

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