Son todos esos que prefieren seguir indicaciones a tomar sus propias iniciativas. De este modo evitan asumir responsabilidades. Si algo sale mal siempre pueden afirmar con convicción que la culpa no es de ellos. Pero con esta actitud es imposible progresar....
La piscina
Ante todo nuevo reto escucharás todo tipo de argumentos para no abordarlo. El más habitual, tu falta de preparación y confianza. Pero lo que caracteriza a las oportunidades es que pasan y quizás nunca más se presenten. Lánzate a la piscina y empieza nadar....
Derrotas
Tendrás sin duda derrotas. No de forma continuada pero sin duda más de las que deseas. ¿Y entonces qué…? Te darás cuenta de que equivocaste una decisión, no de que seas un fracaso, y aprenderás. ¡De este modo habrás ganado!...
Riesgo controlado
Todos deseamos innovar ya que es un factor determinante del éxito empresarial. La lealtad del cliente cambia con rapidez y sólo la innovación continuada permite a las empresas crecer y mantener la relevancia en el mercado. Pero estamos inmersos en una cultura con poca tolerancia al riesgo. Las organizaciones que públicamente pregonan su defensa de la innovación, con frecuencia demuestran en la práctica su aversión al riesgo. Está en tu mano resolver este problema: Define cómo arriesgar con sensatez. Explica a tus colaboradores en qué consiste y las condiciones en las que estás dispuesto a apoyar. Quizás sea más razonable arriesgar en el descubrimiento de nuevas soluciones a los problemas de los clientes que en la ejecución de compromisos adquiridos o el logro de resultados financieros. El lenguaje ayuda. Las palabras que utilices pueden contribuir a establecer la mentalidad apropiada. En vez de hablar en términos de éxito o fracaso de los proyectos, utiliza expresiones como “explorar” o “experimentar” para describir las iniciativas de innovación. La dimensión es crítica. Para controlar el riesgo de innovar opta por grupos más pequeños, estructuras más simples, experimentos más sencillos, plazos de tiempo más cortos y actuaciones más ágiles. Para la mayoría de las organizaciones es una imprudencia ofrecer cheques en blanco para cualquier iniciativa innovadora. Pero el disponer de una delimitación clara de la zona de seguridad en la que adquirir riesgos controlados puede ayudar a la innovación incluso en las organizaciones más pusilánimes....
Decisiones
Toma una decisión. Si no funciona, vuelve a decidir. Tantas veces como sea preciso. Y así, de manera continuada, con esfuerzo y con inteligencia, se logra el objetivo. No hay otro camino....
Anticipación
No se trata de adivinar el futuro sino comprender los fenómenos que observas. Identificar la relevancia de lo que está sucediendo y analizar la información disponible permite anticipar lo que va a ocurrir y decidir apropiadamente. Toda estrategia se construye a partir…: de lo que observas en los mercados, en quienes te compran y en quienes no lo hacen, del reconocimiento de la tecnología imperante y la que sobreviene, de los cambios en las tendencias del mundo. La acción de observar comienza por centrar la atención en una determinada área de interés. Y se profundiza con la investigación de distintas fuentes y la consulta con terceros. Descubrir tendencias puede ser útil, salvo en períodos en que los cambios se suceden con rapidez. Un factor crítico para la anticipación es determinar si el futuro será el resultado de acontecimientos que ya han tenido lugar. Los cambios suelen obedecer a circunstancias que es posible identificar. Por tanto, si tienes la responsabilidad de diseñar el futuro que deseas para tu organización, habrás de: Observar y analizar los acontecimientos que suceden a tu alrededor y los factores que los influyen. Estudiar en detalle los asuntos que de manera general y específica afectan a tu organización. Dilucidar lo que pueda derivarse de los hechos acaecidos. Desarrollar un plan de acción que haga realidad ese futuro que anticipas. Muchos parecen conformarse con los pronósticos y la adivinación. Pero la anticipación requiere ejecución....
Qué vas a hacer
Esta es la pregunta que se echa en falta en estos tiempos; o quizás sea la más desatendida. Ciertamente estamos rodeados de problemas políticos y económicos de envergadura y, sin embargo, parece que nadie se hace esa pregunta dado que no se escuchan respuestas concretas. Es una buena ocasión para repasar qué debes hacer como directivo cuando te enfrentes a problemas. Seguro que encuentras razones capaces de que explicar y confirmar tus problemas, pero la pregunta permanece: ¿Qué vas a hacer? En cualquier circunstancia, lo que sigue debería formar parte de tu respuesta: Asume tus responsabilidades y toma decisiones. Reconoce el problema y ponte en marcha. Olvida sus orígenes y abandona la esperanza en un acontecimiento excepcional que lo resuelva por sí solo. Ni esperes ni te lamentes. Haz uso de tus recursos y capacidades. No te desanimes. Son más útiles de lo que piensas. No eres el primero en enfrentarse a esos problemas y podrás superarlos como han hecho otros antes. Investiga o pregunta cómo actuaron. Diseña un plan de acción. Decide a dónde te diriges y determina los objetivos pertinentes a corto y medio plazo. Actúa. Pon en práctica las acciones de tu plan. Da los primeros pasos. Los otros vendrán con naturalidad. Lo que hace destacar a un directivo es su capacidad para emprender aquello a lo que otros renunciarían. Mientras otros se quejan o se resignan, tu decide qué vas a hacer....
Planes y decisiones
Las actividades de planificación estratégica en las empresas concluyen en la elaboración de un plan. Pero con demasiada frecuencia lo establecido en ese plan no se traduce en la toma de decisiones necesarias para asegurar la viabilidad de la empresa. Los buenos resultados no se derivan de la existencia de un plan brillante sino de la ejecución de decisiones estratégicas apropiadas. Y sin embargo muchos directivos tienen dificultades para identificar lo que deben llevar a cabo como consecuencia del plan elaborado. En la práctica, esta contradicción suele deberse a: El riesgo. Los directivos deben asumir un riesgo personal al afrontar decisiones controvertidas. Su reputación y el desarrollo de su carrera se ponen en juego. Sin embargo, pocos directivos llegan a posiciones de alta responsabilidad sin haber demostrado coraje en la toma decisiones importantes. La complejidad. Las decisiones estratégicas se caracterizan por su complejidad y demandan conocimiento, perspicacia y sensatez, cosas con las que muchos directivos no se sienten seguros o cómodos. La capacidad de liderazgo. Los temas objeto del análisis estratégico suelen ser causa de importantes debates y discusiones. No en vano tienen implicaciones significativas en la carrera profesional de las personas afectadas. Demorar la decisión hasta alcanzar un consenso raramente es una opción viable. De ahí la necesidad de ejercer el liderazgo para emprender decisiones críticas. Los valores imperantes. Si los incentivos de los directores y su promoción están ligados a resultados de corto plazo o a la cotización de las acciones en bolsa, no encontrarán razones para implicarse en decisiones estratégicas cuyos resultados piensan que no les afectarán. El plan estratégico no puede reducirse a una actividad rutinaria. Debe concretarse en decisiones importantes, caracterizadas por lo mucho que se pone en juego. Y la formación y motivación de los directivos han de...
Momento oportuno
Un factor crítico en la toma de decisiones por los directivos es el del tiempo. En momentos de cambios acelerados, conocer cuál es el momento adecuado para tomar una decisión tiene un impacto decisivo en los resultados. No basta acertar con hacer lo que corresponde sino realizarlo cuando resulta más indicado. En el caso de la introducción de innovaciones tecnológicas, la complejidad es aún mayor por tres razones: Si se trata de tecnologías completamente nuevas, los tiempos de desarrollo para algunos productos se alargan. El ritmo de introducción de nuevos productos tecnológicos ocasiona una más rápida obsolescencia de los ya existentes. El acertar con el momento oportuno puede determinar una ventaja competitiva fundamental. El reto reside, por tanto, en tomar decisiones que han de considerar no sólo la situación actual sino las condiciones del futuro. Ello requiere un equilibrio entre unas posiciones excesivamente cautelosas y otras demasiado apresuradas. Habitualmente los retrasos en la toma de decisiones por mantener la prudencia suelen ocasionar más problemas, pero la precipitación no está exenta de riesgos. Toda decisión suele implicar además un compromiso de recursos que pueden ser muy significativos en el caso de innovaciones tecnológicas. Ante la incertidumbre del éxito en la implantación de la tecnología muchos directivos optan por esperar y abandonan la oportunidad de ser los primeros en abrir el mercado. Esta opción no es negativa si permite aprender de los errores de otros y reducir los costes de entrada. Ese es el reto del directivo: No sólo determinar cuál es la decisión correcta sino acertar con el momento oportuno para llevarla a cabo....
Calidad
Es un concepto más relativo de lo que crees. La calidad no está en lo que ofreces sino en lo que el cliente obtiene de ella; aquello por lo que te elige y paga....