Llega de nuevo el cambio de año en el calendario y con él renace la necesidad universal de replantearse objetivos personales y profesionales. Un buen amigo ha aprovechado las vacaciones para avanzarse en la definición de sus nuevos propósitos y ponerlos en marcha: Dejar de fumar, aprender inglés y hacer deporte. Todo a la vez. Su determinación y compromiso han sido tales que acabó en el servicio de urgencias de un hospital por haberse “picado” y tratar de superar en la piscina a una abuelita bien entrenada. He defendido en otras notas que los objetivos hay que revisarlos de manera continuada y no anualmente. No obstante, aprovecharé la ocasión que me proporciona este periodo festivo para comentar algunas acciones especialmente adecuadas para realizar en estas fechas: Reflexionar. Que puedas hacerlo es buena señal. Quizás la crisis ya te ha pasado factura y has tenido que reinventarte. Pero si aún no lo has hecho, no dejes pasar un día más sin ponerte a ello. Nada volverá a ser como antes, por tanto, no esperes su regreso. Invertir. No el dinero, que apenas te quedará, sino en tu capital intelectual. Lee, estudia, fórmate. Son muchas las áreas que desconoces y que serán determinantes para el trabajo que debas realizar en los próximos meses y años. Descansar. Hay que reponer las fuerzas. El desgaste de estos tiempos es muy alto y se necesita estar en la mejor forma para afrontar con éxito la intensidad del trabajo que está por llegarte. Arreglar asuntos personales. Es un buen momento para abordar todos esas tareas que siempre quedan postergadas ante los compromisos laborales más urgentes. Hacerlo te ahorrará estrés cuando regreses a la actividad normal. Relacionarte. Cuidar las relaciones es una tarea de siempre que en estos días puede ser...
Retomando la conversación...
Hoy es un buen día para retomar el trabajo de escribir estas notas. Aprovecho la ocasión para desearos que estéis contentos en estos días en que celebramos la Navidad. Me ha parecido de utilidad reflexionar sobre el impacto que la capacidad de escuchar tiene sobre la propia imagen personal y el establecimiento de una comunicación eficaz con los demás. Es habitual que las conversaciones sean más una sucesión de declaraciones que un intercambio de ideas y opiniones. Y aún así, quienes participan en ellas piensan que han sido útiles y constructivas, cuando no han pasado de ser monólogos en vez de diálogos. Al controlar la conversación se genera una inconsciente sensación de poder que te hace sentir bien, mientras que quien escucha puede tener la sensación desagradable de sentirse invisible y minusvalorado. Para desarrollar una comunicación eficaz y ser capaz de generar empatía en el interlocutor hay que esforzarse en mantener conversaciones inteligentes, para lo que es preciso tener en cuenta estos puntos: No hagas juicios de valor acerca de lo que escuchas. Sé consciente de que las emociones, el miedo o la confianza asociados a la relación entre los interlocutores condiciona el modo en que se interpretan los hechos sobre los que se habla. Los demás raramente piensan, sienten o ven las cosas de la misma manera que tu. Tampoco tu eres objetivo; sólo recuerdas aquello que crees que los demás te han dicho, y no lo que verdaderamente dijeron. Trata de minimizar el tiempo que acaparas en cada conversación. Haz preguntas que den ocasión a explicarse a tu interlocutor de manera que puedas comprenderle mejor. En las últimas semanas he tenido la oportunidad de conocer y hablar con muchas personas y en ocasiones he olvidado algunas de las reglas básicas antes...
Un viaje decisivo
En los Estados Unidos se debate si la innovación o el espíritu emprendedor sacarán adelante al país. Para los que piensen que vienen a ser lo mismo hay que aclararles que no. La innovación es el “carro” y los emprendedores son los “bueyes”. Son ellos los que pueden definir el modelo de negocio para la innovación y hacerla llegar a los clientes. Si miramos a nuestro país nos encontramos que no hay terreno abonado para que prosperen ni la innovación ni el espíritu emprendedor. Escuchar la satisfacción que produce en nuestros gobernantes el crecimiento de los ingresos derivado únicamente de la subida del IVA es para echarse “al monte” o caer en depresión profunda; no admite término medio. En estas notas tratamos de continuo la necesidad de emprender y reinventar los negocios como consecuencia del cambio que vivimos. También ha sido tratado de manera especial en el Primer Encuentro de la Red Delta. Gracias a la colaboración de Nancy Barry hemos puesto en marcha un proyecto singular que os avanzo: Un viaje a la India. Este viaje tiene estos objetivos: Estudio de nuevos modelos de negocio e identificación de oportunidades. Guiados por la experiencia y contactos de Enterprise Solutions to Poverty se estudiarán iniciativas y se entrevistará en profundidad a empresarios capaces de redefinir sus negocios en circunstancias particularmente difíciles y en sectores económicos diversos. Disponemos de varios meses para prepararlo y concretar los detalles, incluidos la búsqueda de soluciones creativas para su financiación. No obstante, dado que el número de plazas disponible será muy limitado, si tuvieras interés en participar puedes solicitar la preinscripción. Pensamos en que sólo se abrirán 20 plazas y de ellas ya hay cinco reservadas. Esta iniciativa está abierta a todos los miembros de la Red Delta y sus...
Porque no nos dicen la verdad…...
No me queda más remedio que reflejar en estas notas mi valoración de los cambios que estamos experimentando en nuestro entorno político y económico por el impacto innegable que tiene sobre nuestras iniciativas empresariales. Lo comentaba ayer con un especialista en financias internacionales bien informado. Y coincidíamos en que no nos están diciendo la verdad. La seriedad de los problemas y la rápida transformación del escenario político a la que asistimos no se acompañan de las explicaciones adecuadas. Esto hace que las pequeñas empresas, las que cuentan con menos recursos para adaptarse, deban desenvolverse en una incertidumbre singularmente elevada. No hay margen para desesperar. No queda otra opción que la colaboración mutua para poner en marcha soluciones apropiadas. Esta es la razón última de la convocatoria del Primer Encuentro de la Red Delta en Barcelona. A esta reunión están particularmente invitados los seguidores de este blog. Puedes encontrar la información relativa al mismo en este enlace: I Encuentro Red Delta, Barcelona Las distintas ponencias de este Encuentro tratan de servir de catalizadores y punto de partida para encontrar soluciones de manera conjunta entre todos los participantes. Te animo a compartir con nosotros tu...
Pedir perdón
Lo he tratado en alguna ocasión anterior. El reciente patinazo de la aplicación de Mapas de Apple para el iPhone también sirve de enseñanza. En este caso para saber pedir perdón cuando haces algo mal, como ha sucedido con la carta abierta de Tim Cook. Esto es algo que no parece estar de moda ya que algunos piensan equivocadamente que es un signo de debilidad. De hecho hacerlo es una muestra de fortaleza ya que haces ver que te preocupas por lo ocurrido y sus implicaciones. Tu disculpa como directivo puede servir para limitar las consecuencias, mantener tu capacidad de influencia y quizás aumentar tu credibilidad a largo plazo. He aquí algunas características que debes tener en cuenta a la hora de disculparte: Haz una declaración expresa de tu petición de perdón. No caben medias disculpas ni buscar fórmulas para quedar bien. Asume tu responsabilidad. Aunque no estuviera en tus planes lo sucedido y no fuera tu intención, no te excuses ni te defiendas. Si no lo haces con rapidez, tus competidores tratarán de sacar ventaja de ello. No la retrases. Si es un pequeño error mira de disculparte de inmediato. Y no te andes con rodeos. Sé específico y concreto. Céntrate en el trastorno ocasionado a tus clientes y demuestra que comprendes las dimensión del impacto generado con tu error. De otro modo pensarán que no eres verdaderamente sensible a sus dificultades. Plantea la solución. Explica lo que haces para corregir el error y muéstrate disponible hasta que se haya solucionado. No les eches la culpa a ellos. Si no cuidas la manera de expresarte en la disculpa podrá parecer que no les reconoces razón suficiente para quejarse. Evita los condicionales del tipo “si he molestado a alguien…” No trates de defenderte mostrando...
Droga dura
Estoy enganchado… Como con toda adicción, cuesta reconocerlo. Escribir cada día este blog es una tarea especialmente satisfactoria para quien tiene como oficio último estudiar para enseñar. La tarea se vuelve gravemente adictiva si además manifestáis que lo seguís habitualmente y lo difundís a terceros. Hoy se cumplen 541 días desde que lo inicié y en todos y cada uno de ellos han aparecido notas hasta sumar las 591 publicadas. La conversación reciente con uno de vosotros (gracias Alejandro…) me hizo reflexionar más tarde acerca de la dimensión de lo que ha representado la dedicación al blog todo este tiempo. El esfuerzo de estudio, actualización y edición que requiere es más del que he querido reconocer. Obliga a dedicar y consumir recursos en detrimento de otras tareas. Y eso puede llegar a tener efectos negativos sobre otras actividades e iniciativas empresariales en marcha. Hay proyectos dirigidos a serviros mejor que no avanzan como debieran por la adicción a este blog. La humildad y la sabiduría están en reconocer la verdad. De ahí que sea prudente poner las cosas en su sitio y modificar la periodicidad de publicación de estas notas. Esto me permitirá hacerlas compatibles con otras actividades que también se orientan a ayudaros en vuestro trabajo y desarrollo personales. Si lo lees pero no te has suscrito, hazlo y así te asegurarás de que te llegan las novedades cuando se publiquen. Te animo además a que envíes preguntas y sugerencias para que los temas tratados respondan con seguridad a vuestros intereses. No es una despedida, aclaro. Es sólo la decisión de una mayor moderación en la frecuencia con que aparecen estas notas. Quizás para pasar a unas dos o tres a la semana. Pero uno nunca sabe si podrá...
Genera un ambiente de confianza...
Particularmente en tu empresa. Frente a lo que puede haber sido una tendencia de épocas anteriores, la literatura actual relativa a las relaciones internas en la empresa insiste en el valor del desarrollo de un entorno de confianza. Ha demostrado ser sumamente eficaz romper las barreras establecidas entre las personas como resultado de la jerarquía. Esto no significa que se pierda el respeto a nadie, sino que cada uno pueda desenvolverse como realmente es y contribuir al desarrollo de los demás. Quienes defienden esta manera de funcionar no lo hacen por un sentido utilitarista, por que sea bueno para los resultados del negocio, sino por considerar que la confianza es el elemento fundamental capaz de hacer avanzar la empresa y sus personas. Hay quienes se muestran satisfechos porque dicen haberlo logrado ya. No les creas. Este es un proceso continuado e inacabable; siempre difícil. Requiere ejercitar diariamente la fortaleza para decir cada vez a un colega o a un colaborador, de manera inmediata, lo que ha hecho bien y felicitarle por ello; pero también lo que no funciona y mostrarle el impacto negativo que su comportamiento genera. Hacerlo de ese modo ayudará a ganarse su aprecio y crear el ambiente de colaboración y diálogo que permitirá el desarrollo de un espíritu de equipo. Aunque no en todas las ocasiones salga bien y a pesar de malentendidos ocasionales, establecer esta cultura de comunicación sincera puede constituirse como una ventaja competitiva. Lamentablemente, todavía hay empresas que prefieren organizarse en torno al miedo y al estrés en sus relaciones interpersonales. ¿Cómo valoras el ambiente que “se respira” en tu...
Prohibido gritar
Te recomiendo esta interesante entrevista que le han hecho a Mario Batali, reconocido y popular cocinero de los EEUU (He tenido la oportunidad de comer en uno de sus restaurantes, Otto Pizzeria de NYC, muy recomendable) En dicha entrevista hay una observación deliciosa: en sus cocinas impera la regla de que si no estás lo suficientemente cerca de alguien como para tocarle, no puedes hablarle. Las ventajas son evidentes: el ambiente de trabajo es más relajado, se comunican sin tener que dar voces y se evitan malos entendidos. Esta cultura tiene un impacto muy significativo en el modo en que se corrige a los colaboradores. No hay ninguna necesidad de gritar. Basta tener una conversación directa, en un tono de voz natural, describir el comportamiento inadecuado, el impacto sobre los demás de los efectos indeseados de sus actuaciones y preguntarle si está dispuesto a mejorarlas para que no vuelvan a ocurrir dichos inconvenientes. En las cocinas, parece necesario que el resto del equipo escuche la corrección realizada a uno de ellos. Lo normal en el caso de una empresa es que esto tenga lugar mediante una conversación discreta, breve, en cualquier lugar conveniente y que pueda darse con frecuencia. La mayoría de las veces será para reconocer lo que se ha hecho bien, las menos para corregir errores. Por tanto, gritar para modificar comportamientos no tiene lugar ni sentido. Es más bien una expresión de la propia frustración por no haber sabido hacer bien la tarea de formar a esos a los que has acabado gritando. Otras notas relacionadas: ¡Mi jefe me...
Necesitas un asesor personal (2)...
Como veíamos ayer, los directivos se encuentran sometidos a un fuerte estrés. Ciertamente no son los únicos que lo padecen hoy día en las organizaciones, pero por su responsabilidad, sus efectos son más graves. Dicho estrés genera ansiedad, trastornos físicos, preocupaciones que no suelen manifestar para no desmerecer el juicio que los demás puedan hacer sobre sus capacidades para abordar los problemas. En esta tensión entre como se ven a sí mismos los directivos y cómo les ven los demás puede encontrarse el origen de una crisis de liderazgo. Cuanto más lejano esté un directivo del reconocimiento de las propias limitaciones, más difícil le resultará crear un entorno de trabajo abierto al cambio, receptivo de las distintas opiniones y basado en la honestidad. De ahí la necesidad de disponer de un asesor personal de confianza que le manifieste las peculiaridades de su comportamiento, algo que el directivo no podrá obtener de otras personas de la organización. Aunque no suelan reconocerlo ante terceros, nadie más que él necesita de un apoyo cercano y honesto que le ayude a cambiar su manera actuar, si fuera necesario. O que le asegure que no pierde la fiabilidad, la pasión, el compromiso, el coraje o la honestidad, necesarios para asegurar en último extremo el éxito de los que le rodean. Los campos de actuación son muy diversos pero es común que se coopere en estas áreas: Cómo manejarse en la ambigüedad. Gestionar el reparto de poderes en la organización. Lograr el equilibrio entre la visibilidad pública del cargo y la vida privada y las relaciones personales. Qué hacer para ganar en cercanía, humildad, empatía, ética… El asesor personal puede ser la solución que en tiempos actuales reclaman para facilitar el desarrollo y mejora del desempeño del directivo, para...
Necesitas un asesor personal...
Y cuanto más altas sean tus responsabilidades directivas, más imprescindible te resulta. El trabajo de directivos y altos ejecutivos es cada día más difícil. Sus responsabilidades les exigen hacer frente a mercados en continuo cambio, tecnologías radicalmente innovadoras, colaboradores con nuevas expectativas, una mayor presión financiera o la exposición pública de su persona y decisiones. Es fácil sentirse aislado y sometido a más presión que nunca. Quienes piensan que pueden asumir todo ello por sí solos acaban desgastados, toman decisiones equivocadas o evitan hacerlo, lo que se acompaña de graves consecuencias económicas y personales. El trabajo del directivo, en sus distintos niveles, es singular. Necesita más que nadie saber la verdad y probablemente sea el que menos la reciba. Las decisiones últimas y más difíciles le corresponden a él y será sobre quien recaigan las críticas si algo sale mal. Quizás por eso se justifica su mayor remuneración. Lo cierto es que las posibilidades de éxito y el mantenerse en un alto puesto directivo es cada vez más difícil. Son muchos los estudios que reflejan un alto nivel de fracaso que no tiene que ver con las propias capacidades o la experiencia. Se atribuye más bien a la arrogancia y el orgullo de su estilo de liderazgo, no apropiados para los tiempos actuales; a su incapacidad para establecer unas relaciones adecuadas con sus compañeros y colaboradores. Además, lo que caracteriza a los directivos de más éxito y en posiciones de poder más elevadas es su elevado nivel de confianza en ellos mismos. Esto les hace que estén menos abiertos a recibir consejos y observaciones. De ahí que sus propias organizaciones raramente se los proporcionen. Sus colaboradores se resisten a darles malas noticias y sus superiores están más interesados en los resultados económicos que en...