Cambio de rumbo (4)

Sigamos con la revisión de iniciativas concretas en determinadas áreas de la empresa para adaptarse a tiempos difíciles. Revisa las operaciones Aquí tendrán lugar cambios fundamentales para que la empresa pueda adaptarse a las nuevas circunstancias y salir con más fuerza en el futuro. Las iniciativas concretas variarán según se trate de una empresa industrial o de servicios, su localización y complejidad… Pero se pueden identificar algunos rasgos comunes como los que se mencionan a continuación: Reducir el punto de equilibrio. Se busca reducir los costes de producción anticipándose a la disminución de las ventas. La capacidad deberá reajustarse de manera rápida, ya sea por la vía de disminuir turnos o cerrar unidades productivas. Habrás de considerar simultáneamente la posibilidad de subcontratar parte de los procesos productivos. Simplificar la línea de productos. No temas suprimir elementos de la gama de productos que sólo aporten complejidad a su gestión. La reorganización debería permitirte fabricar mejor, más rápido y con más eficiencia. Gestionar las existencias. Has de ser consciente de las implicaciones que las existencias de materias primas y productos terminados tienen sobre la disponibilidad de tesorería. La comunicación fluida con márqueting y ventas es obligada para lograr un uso eficiente del circulante. Subcontratar lo que puedas. Céntrate en la fabricación de lo que te hace singular. El resto trata de subcontratarlo y convertirlo en coste variable. En estos tiempos podrás encontrar empresas deseosas de ofrecerte estos servicios. Reevaluar las inversiones de capital. La demanda de efectivo puede obligar a posponer determinadas inversiones. Deberías llevar a cabo un análisis cuidadoso de los distintos proyectos pues no puedes anularlos todos ellos. Aquellos de mayor impacto estratégico, los relacionados con nuevas tecnologías, así como los relativos a la seguridad laboral y el cumplimiento de normativas no deben abandonarse....

Y China también se suma...

Por si lo de ayer no te llamaba la atención, resulta que en China también sufren su propia burbuja. En este caso se caracteriza por el acúmulo de productos no vendidos, de existencias que se apilan en proporciones gigantescas porque no se atreven a parar de producir. Tras tres décadas de fuerte crecimiento, China es la segunda economía mundial y la locomotora del crecimiento desde la crisis de 2008. Si su economía se debilita dejarán de comprar e invertir en el extranjero, lo que añadido a la reducción de la demanda desde Europa, se les acumularán las existencias y se reducirá la capacidad productiva en todo el mundo. Los signos ya son claros: Las ventas se les han reducido un 50% y las existencias son tan elevadas que tiene dificultades para almacenarlas y financiarlas. Los coches no salen de los distribuidores y las fábricas funcionan al 65% de la capacidad, lejos de 80% que señala el umbral de rentabilidad. Las hileras de bloques de viviendas vacíos se repiten en todas las grandes ciudades. Guerras de precios para vender fuera lo que no pueden vender en su propio mercado. Pero los fabricantes se resisten a dejar de producir para disponer de producto cuando se recupere la demanda (?!).   Y sin embargo su gobierno maquilla las cifras y niega la existencia de problema alguno para mantener la confianza de empresarios e inversores. Algo que nos resulta muy familiar… Parece que se acerca la tormenta perfecta: La economía china se para, la zona euro se hunde y el bloqueo ocasionado por el proceso electoral en EEUU nos llevan a una recesión de alcance planetario. Lo siento por los pesimistas. Encontrarás más información en este artículo del...

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