Compromiso

Para que la empresa pueda alcanzar sus objetivos precisa de unos profesionales comprometidos. No basta con que los colaboradores desarrollen un trabajo normal, de cumplir el expediente, sino que se necesita un desempeño extraordinario para alcanzar unos resultados significativos. Un profesional comprometido desea realizar una contribución destacada a su organización y está dispuesto a poner un empeño extraordinario en la realización de las tareas que conducen al logro de los objetivos. Pero el compromiso es algo muy distinto al grado de satisfacción que tratan de medir las encuestas de clima laboral. Puede darse el trabajador satisfecho pero acomodado, lo que no le hace particularmente responsable. Para empezar a trabajar en el desarrollo de profesionales comprometidos se necesita actuar en estos ámbitos: Cuidar la selección y promoción de los colaboradores. Hay que asegurar que cada uno de ellos se encuentra en la posición adecuada. Solicitar de ellos un desempeño destacado. De este modo se les reta a que den lo mejor de sus capacidades. Proporcionarles información. De este modo pueden reconocer la importancia de lo que hacen, valorar su desempeño en relación a los objetivos y asumir la responsabilidad de sus iniciativas. Animarles a que asuman un punto de vista directivo. Esto eleva su nivel de desempeño al comprender su impacto en el éxito de la organización. Les permite ganar confianza, asumir riesgos y funcionar autónomamente, sin necesidad de supervisión. De este modo resulta evidente cómo los directivos que actúan con favoritismos, que retienen información a sus colaboradores para aparentar más poder, o que no delegan ocasionan un grave perjuicio a su empresa y demuestran ser muy poco inteligentes. La calidad del directivo se mide por el nivel de desempeño de sus colaboradores. Y su objetivo, conseguir que estén verdaderamente comprometidos....

Liderar

No es lo mismo tener el cargo de líder que liderar. El liderazgo no se impone sino que te lo reconocen. Los demás deciden voluntariamente seguirte, no porque les paguen o estén obligados, sino porque...

Desidia

Con mayor o menor intensidad la desidia nos afecta a todos. ¿Quién no tiene tareas pendientes aplazadas, compromisos pospuestos y obligaciones relegadas para mejor ocasión…? La desidia implica el retrasar tareas, actividades o decisiones que nos ayudarían a alcanzar nuestros objetivos. Lleva a comenzar esas obligaciones más tarde de lo debido y genera un estrés innecesario conforme vemos que se avecina la fecha de entrega y que contamos cada vez con menos tiempo para cumplir con ella. Se puede caer en la desidia por pereza o comodidad, pero también porque se prefiere realizar unas tareas más gratificantes en el corto plazo a expensas de las otras más difíciles o incómodas. Hay dos factores subyacentes que condicionan la facilidad con que se puede caer en la desidia: La baja tolerancia a la frustración. Ésta se evita optando por las tareas más sencillas y no las más provechosas. La falta de confianza en uno mismo. La inseguridad en la consecución de los resultados lleva a retrasar la ocasión de poner nuestra reputación en riesgo. La motivación para actuar no siempre es elevada, los proyectos en ocasiones son largos y la gratificación por nuestras acciones puede tardar en aparecer. Todo ello parece empujar a la desidia. Pero la desidia tiene arreglo si se reconocen con naturalidad dos ideas básicas: que la vida no siempre es fácil y sencilla y que la propia valía no depende los éxitos que se alcancen. Hay que aceptar que el fracaso es parte del proceso fuente de aprendizaje. No significa que no se sea bueno en algo sino que no se disponía del conocimiento suficiente para desarrollar esa tarea. La próxima vez que empieces a imaginar las razones para aplazar un compromiso, ponte a cumplirlo en el momento. Afronta las tareas más...

El porqué

La confianza no es una experiencia racional sino un sentimiento. La confianza se genera cuando se percibe que la otra persona o la organización se mueven por razones distintas a las de su propio interés. Puedes ganar la confianza si comunicas y demuestras que compartes los mismos valores y creencias. Has de dar a conocer porqué haces las cosas y demostrarlo en lo que haces y en el cómo lo llevas a cabo. Sólo cuando se aprecia la coherencia en los tres niveles se genera confianza. En la organización se empieza a construir la confianza en el momento de la contratación de colaboradores. Para atraer a los mejores hay que empezar por el porqué, identificar los que comparten la misma pasión por el propósito y que traerán la actitud que les identificará de inmediato con la cultura imperante. Después se podrán evaluar las capacidades y experiencia. Empezar por la solidez del currículum de los candidatos no es garantía de éxito. No se selecciona a los más capaces y se les motiva después sino que se apuesta por los más motivados que serán los más productivos y leales. Las empresas con un sentido claro del propósito que las mueve son más capaces de motivar a sus colaboradores y les hace más productivos e innovadores. Y su manera de trabajar atrae a otros colaboradores y organizaciones a trabajar o hacer negocios con ellos. Desde el exterior se puede percibir esa identidad en el porqué que les hace especial y es capaz de generar la confianza. Pagar grandes sueldos para atraer gente con grandes ideas no suele dar resultado. Mientras que construir un equipo de gente que comparte principios y se entregan a una causa común asegura mucho más su eficacia. No se trata de dar a la...

Angustia

Es el malestar que sentimos por la tensión entre la comodidad de dejarse llevar por la inercia que ahora nos mueve y la necesidad de cambiar e innovar. La superas avanzando, acometiendo esa decisión que no es tan ardua como...

Excusas

No se puede hacer nada. Es la frase que todos te repiten y, en ocasiones, la que tu mismo quieres escuchar. Hoy, cuando nos enfrentamos a retos que nos parecen nuevos, las excusas se convierten en razones para hacernos la vida más cómoda y tranquila. Ante la inquietud de tener que cambiar algo que siempre ha funcionado respondemos con docenas de argumentos por los que no vale la pena arriesgarse. Lo que ocurre es que no se trata de razones en contra sino de excusas. Al aparecer como razones te evitan la molestia de tener que comprobarlas y parecen protegerte del riesgo de fracasar. Todo empieza con esa idea que te parece plausible hasta que se ve abatida por las excusas. No trates de hacer una lista de pros y contras. Siempre encontrarás una abrumadora mayoría de noes por una única posible y determinante razón para hacerlo. Deja de racionalizar y elaborar justificaciones para no actuar. Para enfrentarse a las excusas hay que cambiar de actitud, abandonar el pesimismo y creer que es posible alcanzar lo que te propones, por encima de los potenciales riesgos y fracasos. Cuando te veas repasándolas, utilízalas en tu provecho; pueden ser la pista para encontrar mejores soluciones. No dejes que las excusas te muevan a la inacción. Experimenta, intenta algo nuevo, averigua los resultados y si no funciona introduce las modificaciones necesarias. Y así hasta lograr lo que buscas. De todo lo valioso te separan únicamente tantas excusas como puedas imaginar. Ignóralas y pon toda tu energía en actuar. Depende sólo de ti....

Descubre

Tu vida no consiste en mantenerte en el mismo puesto de la misma empresa en la misma ciudad y haciendo las mismas cosas. Empieza a pensar y comienza a...

Tu camino

La nota de hoy tiene un objetivo aparentemente paradójico: quiere influirte para que seas independiente. ¿A quién deberías hacer caso? ¿Quién te puede dar las indicaciones que gobiernen tu vida? Tienes que descubrir cuál es tu camino a pesar de los buenos consejos que recibes. Te rodean personas bien intencionadas que insisten en que pienses y te comportes como todos los demás. Pero cada uno de nosotros es singular y tiene su propia vida por desarrollar. Lo que para otros funcionó quizás a ti no se pueda aplicar. Tu vida es enteramente responsabilidad tuya. Y aunque te abrumen con indicaciones de cómo debieras actuar y pensar, ninguno de esos consejeros asumirá las consecuencias de hacer lo que te dicen. Si algo sale mal sólo escucharás sus excusas. Les hagas caso o no, siempre serás tu el único responsable. Reconoce, por tanto, como propias tus decisiones. Ante cualquier iniciativa que emprendas, te encontrarás con partidarios y detractores. Todos con sus buenas razones, pero no podrán forzarte a cambiar si asumes la propiedad de la decisión. Y al hacerlo tu vida se vuelve más sencilla. En ese momento dejas de lamentarte por lo que no hiciste o de echar la culpa a otros por tus fracasos o decisiones equivocadas. Seguir tu propio camino requiere fortaleza y coraje. Es probablemente la lucha más dura que habrás de pelear y es una batalla que nunca se acaba. Tus decisiones más osadas puede que no sean bien acogidas por quienes te rodean. Te corresponde entonces agradecer sus opiniones y utilizarlas o descartarlas, para continuar avanzando. Y vuelvo al principio. Las sugerencias de estas notas se ofrecen para tu consideración. Si las tienes en cuenta, estupendo. Y si las dejas a un lado, nadie se ofende. Es tu decisión....

Adversidad

Se observa con mucha frecuencia que la iniciativa emprendedora, la capacidad de innovar, tiende a desarrollarse más en medio de la adversidad y de la mano de personas comprometidas. Muchos emprendedores reconocen que el origen de su motivación estuvo en procesos de infortunio que tuvieron que superar. Son numerosos los ejemplos de personas que al encontrarse en situaciones difíciles y con escasos recursos, no tuvieron otra salida que resolver esos problemas difíciles mediante la imaginación de soluciones creativas y generadoras de valor. Es bueno reconocer hoy la relevancia de la determinación por encima de la pasión a la hora de emprender. No se innova más por tener el viento a favor. Los verdaderos innovadores son capaces de hacerlo en entornos muy adversos, con múltiples restricciones: normativas inacabables, costes de implantación elevados, mercados con demanda no desarrollada, nula protección de los derechos de propiedad intelectual, escaso acceso a capital… La adversidad genera creatividad y se convierte en motor de la innovación. Los emprendedores son capaces de crear un valor extraordinario para el negocio cuando se enfrentan a problemas que una mayoría resignada considera irresolubles e insuperables. La adversidad se te presentará en un momento u otro y podrás escoger que sea el camino para la transformación personal y del negocio. No desaproveches la oportunidad....

Descríbelos

Es frecuente encontrar en los documentos de comunicación de las empresas la enumeración de los valores que las rigen. Y parece que las empresas se copiaran unas a otras por la repetición habitual de los mismos principios. Se suelen presentar en forma de un listado de conceptos atractivos con los que no es posible mostrarse en desacuerdo: Honestidad, Creatividad, Innovación, Excelencia, Comunicación, Justicia, Liderazgo, Servicio, Respeto al medio ambiente… Pero su enumeración no basta. Los valores son los principios que deben guiar el comportamiento de los miembros de la organización y orientar la toma de decisiones. Tienen que ver con el CÓMO se hacen las cosas y el modo en que se incorporan en las políticas y procesos de la empresa, con la construcción de la cultura de la empresa. Para que sean efectivos, me interesa destacar hoy tres aspectos: Los valores deben ser descritos y no sólo enumerados en forma de sustantivos. En su definición deben incorporarse verbos en su forma activa, que presenten el modo de hacer realidad esos valores. De otro modo es imposible que nadie en la organización pueda asumir de manera concreta la responsabilidad de aplicarlos. Se ha de establecer un sistema de incentivos que asegure su cumplimiento. Conocer la teoría no basta. El seguimiento de esos principios debe estar premiado y desviarse de ellos acarrear consecuencias. De otro modo, caerían rápidamente en el olvido. Predicar con el ejemplo. No puede imponerse aquello en lo que no se cree. Los directivos han de ser los primeros en ser consecuentes con esos principios y asumir la responsabilidad de moverse por ellos en toda ocasión. La descripción de los valores permite tener una idea clara de cómo actuar ante una situación determinada. Pero conocer el modo y circunstancias en las que...

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