Me explico. Pedirte que te desconectes un rato es la manera defenderte del excesivo ruido del que hablaba el sábado. Es mi mejor consejo para liberarte de la negatividad que nos rodea. No puedes empezar el día con las noticias o los correos que te indican que el mundo a tu alrededor se desploma, entre otras razones porque es falso. El estrés que te genera reduce totalmente tu capacidad para ser creativo y encontrar soluciones. Te lleva a cometer errores y entras en un círculo vicioso del que debes escapar. La recesión que te ha preocupar no es la económica sino la personal. No puedes mirar sólo cómo pasan los días a la espera de tiempos mejores, aguardando a que la economía se recupere o nos la arreglen. No puedes permitirte el estar disperso, esconderte en la lectura de la prensa, de las malas noticias, o buscar recompensas inmediatas fáciles para sobrevivir. Esa es una mala vida. Debes ocuparte en crecer como persona y como profesional cada día, y especialmente ahora: Desarróllate emocionalmente: Cuando estás en paz, relajado, tranquilo, estás más inspirado y tu capacidad se incrementa notablemente. Tu mejor estado de ánimo te permite trabajar mejor, estar de mejor humor, y los clientes lo notan y se genera un círculo virtuoso. Desarróllate técnicamente: Vuelve a ser el dueño de tu tiempo y de lo que haces con él. Estudia, aprende, empieza cada día adquiriendo nuevos conocimientos. Hemos de recuperar un modo de trabajar que haga que las cosas funcionen de nuevo, como antes de la crisis. Llega a conocer a más personas. Para relacionarse con la gente necesitas desarrollar tu capacidad de empatía y mucha generosidad. Cada día ofrece algo sin esperar nada a cambio. Es lo mejor que puedes hacer para que...
Demasiado ruido
La agitación de los negocios, la competencia de todos contra todos, la persecución de objetivos diversos y dispersos, la discusión acalorada por defender opiniones de las nadie está seguro… Ahora los decibelios han aumentado hasta hacerse ensordecedores. Las voces generadas por bancos, deudas, primas y cuñados, amplificadas por voceros aparentemente ilustrados, ya no dejan pensar. No hay manera de entenderse ni de reconocerse. No nos entendemos acerca de lo que es más conveniente para volver a trabajar, en algo, con eficacia, y de utilidad para alguien. Ni tampoco sobre cómo realizarlo, ni con qué recursos, ni en compañía de quién. Ni el porqué de las trabas y limitaciones que algunos ponen para hacerlo. Ni nos reconocemos por los metros con que nos miden. Nos aplican una contabilidad que nos señala la depreciación de nuestros activos, los que teníamos pero ya no tenemos, y nos valora lo que nunca tuvimos pero ahora debemos. Y los que así cuentan todavía reclaman cobrar por sus ejercicios de magia. Puestos a valorar bien lo que tienes, es preciso saber qué activos son verdaderamente valiosos e interesantes. No consigo recordar a nadie que se presente a sí mismo por el sueldo que gana o la cifra de su patrimonio. Quizá los hay pero son unos insensatos que me alegro de no haberme tropezado. Son otros activos, los no tangibles, los que te deben preocupar. Lo que sabes, la experiencia que adquieres, lo que estás aprendiendo, a quién conoces, a cuántos ayudas, el bien que haces… No importa que no aparezcan reflejados en el PIB ni en los balances de la contabilidad nacional. Pero al final son los que más cuentan. Insisto, demasidado ruido. Si volviera la calma, con un poco de silencio, recuperaríamos el sentido y veríamos que estos...
Pero no estés sólo…...
Si los días anteriores ponía el énfasis en la actitud y el esfuerzo personales para afrontar la crisis y sus consecuencias, hoy insisto en al conveniencia de no hacerlo sólo. Por un lado, aquello que crees que puedes hacer por ti mismo, dos lo hacen mejor. Llegarás antes y más lejos si colaboras con otro que si trabajas en solitario. Por otro lado, los conocimientos de que dispones no son suficientes para hacer bien tu trabajo. Sin duda necesitas de la contribución de otros. Has de identificar por tanto con quienes vas a trabajar. Las ventajas son numerosas: Os reforzaréis y complementareis mutuamente. Ampliará el ámbito de capacidades, experiencia y personalidades. Con su ayuda tendrás la oportunidad para desarrollar nuevas capacidades Aumenta la disponibilidad de cada uno para asumir más riesgos y permite afrontar proyectos más ambiciosos y complejos que a ti solo te resultarían mas difíciles Recibirás nuevas opiniones y soluciones a considerar y por tanto más posibilidades para reflexionar y seleccionar alguna mejor que la tuya. Se asignarán las responsabilidades en razón de la experiencia y disponibilidad de tiempo. El compromiso adicional y recíproco con la calidad, os permitirá llegar a resultados más destacados. Te permitirá poner a prueba tus ideas y propuestas lo que te hará ganar en seguridad a la vez que consolidas la relación. Tendréis más ojos para detectar errores, corregir desviaciones y más manos para ejecutar soluciones que serán más sólidas. Ganarás en satisfacción personal. Tendrás mayor motivación para realizar un buen trabajo en vez de tener que hacerlo todo por uno mismo. Aumentará el sentido de propiedad de la acción y la asunción de responsabilidades al tener que dar cuenta a otro. El compartir información ayudará a incrementar el aprendizaje y la profundidad del conocimiento. Os obligará...
Tu eres la solución (6)...
Y hoy acabo con las propuestas de estos últimos días para afrontar los restos de los tiempos actuales. O no…(?) Con amabilidad. Sé amable con todo el mundo. También con los que se toman la molestia de darte su opinión aun que no te resulte agradable. Cuida tus maneras y disculpa los malos modales de los otros seguramente debidos a la presión que soportan. Si las cosas salen bien agradéceselo a los que te acompañan y si salen mal asume tu la responsabilidad. Respeta a los demás. Olvídate de perseguir culpables; no conduce a nada y genera descontento. Sé amable, pero no escondas la realidad ni camufles la verdad. La capacidad de resistencia de las personas es extraordinaria, pero las mentiras desmoralizan. Descubre el sentido de la palabra detallista. Quizás puedas redescubrir las flores. Elogia los logros de tus colaboradores. Celebra los pequeños éxitos como si fueran grandes victorias. Pide disculpas. Repasa esas llamadas todavía pendientes y arregla la situación. Muéstrate agradecido con quienes hacen un trabajo importante pero poco sobresaliente. Muéstrate cortés y paciente incluso con los mal educados. Son tus clientes. Evita el rencor o el sarcasmo. Nadie los digiere bien, tu el primero. Y reza… Pareciera no estar de moda pero no es cierto. Hasta Bruce, The Boss, se apuntaba a ello en Barcelona el jueves pasado para pedir la llegada de tiempos mejores. Lo viene haciendo la humanidad desde que el mundo es mundo. Unos nos dirigimos hacia el Sagrario y otros hacia la Meca. Unos recitan la Torá y otros agitan campanillas y queman incienso. (Tristemente también hay locos que se orientan hacia el Mal…). Todos buscamos alguien que nos ayude a suplir lo que con las propias fuerzas no podemos lograr. Cada uno es libre de dirigirse...
Tu eres la solución (5)...
Ten firmeza Dudaba si utilizar firmeza o exigencia, ya que este último término suele herir susceptibilidades. Trataré de que no se malinterprete lo que quiero decir, pero en todo caso aviso que los tiempos actuales admiten contemporizar poco. Lo cual no está reñido con crear un buen entorno de trabajo y de relación (como veremos mañana). Hoy se trata de destacar las siguientes iniciativas, para con uno mismo y con los demás: No dejes sin respuesta ni siquiera a los problemas más pequeños. Haz las cosas bien a la primera para evitar repeticiones, llegar tarde a los plazos o pasarte de presupuesto. Reconoce lo que se debe mejorar y pon en marcha las iniciativas de cambio correspondientes. Sube el listón, mantén la exigencia y evalúa el desempeño. No se trata de pasar las pruebas sin más, sino de destacar. Lleva un control de las actividades y mide el rendimiento de los colaboradores asegurando que se cumplen unos estándares altos. Crea un entorno de trabajo ordenado, predecible, con expectativas claras. Concreta los compromisos en las reuniones y ponte plazos de tiempo muy cortos, con tareas para completar en el mismo día y en 24 horas. Presta atención a los detalles, revisa cuantas veces sea necesario, simplifica. Asegúrate de tener al cliente en el centro de la estrategia y con sus necesidades bien atendidas. Asume tus responsabilidades. Vence las resistencias al cambio del modelo de negocio o de la organización. Todo esto sin perder la visión general, sin generar estrés, sin limitar la creatividad o la capacidad de iniciativa, evitando estar excesivamente encima de los detalles y coartando la autonomía, Se trata de luchar contra el conformismo. Otras notas relacionadas: Tu eres la solución (4) Tu eres la solución (3) Tu eres la solución (2)...
Tu eres la solución (4)...
Vamos con la tercera propuesta para despertarte y alejarte del pesimismo imperante. Recuerda, llevamos tres: Pon un esfuerzo extraordinario, Sé profesional, Muéstrate confiado. Y la de hoy…: ¡Muévete! Adopta una actitud proactiva y no reactiva. Lo que te ocurre no depende tanto de lo que te rodea, ni se debe a unas circunstancias imponderables, sino que resulta de lo que tu decides hacer, de las iniciativas que emprendes. Está en tu mano llevar a cabo todo lo que viene a continuación: Haz crecer tu red de contactos. No menosprecies a nadie, no puedes tener prejuicios, muchos te sorprenderán. Es mucho lo que te pierdes por no conocer a más gente. Mantén el contacto, cultiva la relación. Usa el teléfono, envía un correo, queda para comer o hacer deporte… Tienes que conocerles mejor. Visita a clientes, hoy, cada día, siguiendo tus prioridades, y lleva la cuenta… Cambia de rutinas, invéntate cosas atrevidas, descubre nuevas perspectivas. Ni se te ocurra pensar que ya “estás bien” o que “estás amortizado”. Haz algo que no hayas hecho en mucho tiempo. O algo que nunca hayas intentado o experimentado. Explora nuevos terrenos. Investiga posibles oportunidades. Revisa tu agenda. Si analizas en qué ocupas tu tiempo quizás descubras que no te estás dedicando a lo que debes. Busca alguien que te asesore y te acompañe en el cambio. Ayuda a otros. Empieza por tus colegas y colaboradores. Dedica tiempo a echarles una mano o a enseñarles como mejorar. O aprende de los que verdaderamente saben como hacer su trabajo. Suprime cualquier exceso. Abandona aquello que te limita o condiciona. Te sentirás libre nuevamente. Anticípate. Estate atento y aborda los posibles problemas antes de que se manifiesten con toda su fuerza. Toma precauciones. No te acostumbres a convivir con los problemas....
Tu eres la solución (3)...
Sigo un día más con las propuestas para ayudarte a navegar por mares procelosos… Muéstrate confiado. Ten una actitud positiva. Te dedicas a resolver problemas no a crearlos. Rodéate de gente joven y animada, emprendedora, sin complejos y con capacidad de adaptación. Evita a las personas pesimistas o con actitud negativa. Te pueden contaminar. Aunque las circunstancias sean objetivamente difíciles y desagradables, trata de quitarles importancia. Y sigue a lo tuyo como si nada. Cuida tu estado de salud. Es determinante para mantener el equilibrio mental y superar bien el estrés. Además la buena forma física contribuirá a tener una actitud positiva. Rechaza la nostalgia de tiempos mejores. Estos también pasarán, y por si tardan en hacerlo, trata de sacar el mayor partido a lo que tienes. Utiliza un lenguaje corporal positivo. Sonríe, da las gracias, presta atención, escucha las preocupaciones de otros y trata sinceramente de ayudar. Si te cuesta, practica delante del espejo. Presta atención a tu presencia física: que el estado de tu vestimenta y del calzado sean un reflejo de tu propia seguridad. Adopta una postura erguida y cómoda, mira a los ojos, muéstrate relajado, habla con tranquilidad. Es el mejor momento para dejar de fumar y reducir el consumo de café u otros estimulantes. Si se presenta la ocasión, no te importe hablar de ti mismo. Estate preparado para poner de manifiesto lo que es tu marca personal y hazlo con tacto. Dedica más tiempo a escuchar que a hablar, y cuando hables hazlo con la intención de aportar algo valioso a los demás. No te importe reconocer tus preocupaciones de manera honesta y transparente, a la vez que manifiestas la convicción de poder superarlas. ¿Cómo te vas a ejercitar hoy…? Otras notas relacionadas: Tu eres la solución...
Tu eres la solución (2)...
Sé profesional. Lo necesitas para progresar, para que te tomen en serio y te consideren un activo. Esto te exige mirar más allá de las apremiantes circunstancias inmediatas. Para lograrlo puede servirte lo siguiente: Mejora tu competencia; fórmate adecuadamente; identifica un conjunto de temas sobre los que vas a concentrar tu estudio. Da ejemplo de responsabilidad personal; prepárate mejor, profundiza más en los temas. Dale vueltas de continuo a nuevas ideas. Nunca pares de aprender. Lee más que los demás. Estudia más que nunca. Toma notas, resume, comparte lo que lees; es la mejor manera de aprenderlo y contribuyes a la formación de los que te rodean. Aprende las nuevas exigencias de tu oficio; ponte al día de las novedades estándares y especificaciones; conviértete en experto; aporta nuevas soluciones. Estate siempre “al pie del cañón”; disponible para lo que te necesiten a cualquier hora que lo necesiten. Da lo mejor de ti mismo. Aléjate de la mediocridad. Cuando cometas errores asume la responsabilidad y pide disculpas. Sé puntual; ten el hábito de llegar siempre el primero. Haz lo que te corresponde y no lo abandones para que lo tengan que acabar otros. Sé honesto; evita a toda costa engañar a nadie; siempre con la verdad por delante y fiel a tus principios. Ten un comportamiento ético; actúa siempre para el mejor interés de tus clientes y de la sociedad. Haz aquello a lo que te has comprometido; que generes confianza y puedan fiarse de ti. No pierdas la compostura; evita entrar en discusiones o desacuerdos en público. Escucha con atención. Da a otros la oportunidad de expresarse adecuadamente y defender sus posiciones. Te equivocarías si pensaras que las circunstancias actuales te autorizan a aflojar en alguno de los puntos anteriores. Antes al contrario,...
Tu eres la solución (1)...
Los problemas aumentan y todo hace pensar que irán a peor. Las conversaciones de los últimos días están teñidas de un pesimismo creciente. Algunas caras empiezan a mostrar signos de angustia claros. Sin embargo, el haber regresado recientemente de un viaje profesional por Etiopía, me ayuda a ver que los problemas son siempre relativos y que la solución está en tu mano. En los próximos días y por si te resulta de utilidad, voy a repasar algunas propuestas que pueden ayudar a afrontar las dificultades de siempre y que surgen de notas tomadas de distintas fuentes en los últimos meses. Son cosas que están a tu alcance y que tratan de convencerte de que tu eres la solución, que no has de esperar a que venga de fuera. Pon un esfuerzo extraordinario. Es lo que toca ahora. Hay que picar mucha piedra y estar contento de poder hacerlo. Madruga, pues es mucho lo que hay que hacer y te faltarán horas. Además te ayudará a evitar el insomnio por la noche. Deja de escuchar la radio, leer periódicos o ver televisión. Deprimen más que ayudan. O cambia de medios y acude a los internacionales y a los de tu interés profesional. Llega a trabajar el primero y márchate de los últimos. Trabaja más, con mayor intensidad, y ofrécete voluntario para desarrollar nuevas tareas. Estate dispuesto a trabajar por menos dinero y acepta aquello que no hace tanto te parecía indigno de tu alta valía. Muéstrate contento y pon buena cara. Aunque estés roto o cansado, no lo manifiestes. Participa como voluntario en iniciativas sociales. Descubrirás que siempre hay alguien más necesitado que tu y a quien puedes ser de gran ayuda. Esto sólo para...
No confundas proyectos y tareas...
Seguro que no lo sueles hacer, pero mi experiencia me sugiere que compensa escribir unas líneas sobre este asunto. Cuando llega el momento de la implantación de la estrategia, y habitualmente en el contexto de la elaboración de un Cuadro de Mando, observo que es común confundir la gestión de tareas y de proyectos como si fueran cosas intercambiables. Es importante reconocer bien las diferencias para no defraudar expectativas tanto dentro como fuera de la organización. Todo proyecto se compone de tareas pero no toda tarea es parte de un proyecto. Las tareas son los elementos básicos de los proyectos. Cuando se aborda un proyecto lo primero que se debe hacer es descomponerlo en tareas concretas. Habitualmente se caracterizarán por ser de corta duración y asignarse a una sola persona. Si cada uno de los miembros del equipo responsable de un proyecto lleva a cabo sus propias tareas, el proyecto podrá darse por completado. Sin embargo, no todas las tareas que tienes encomendadas forman parte, necesariamente, proyecto. Hay muchas otras que se agrupan en tareas pendientes por realizar y que nos obligan a gestionarlas y priorizarlas junto con las correspondientes a los proyectos en marcha. Para lograrlo tenemos a nuestro alcance diversas aplicaciones que resultan de utilidad para saber lo que tienes pendiente de hacer y para cuándo deberías acabarlo. Sin embargo, la gestión de proyectos tiene un nivel de complejidad mayor que no suelen incorporar las aplicaciones habituales de gestión de tareas. A continuación se mencionan algunas de esas áreas que añaden mayor complejidad y que deben ser consideradas en la gestión de los proyectos: Estimación de las tareas. Es preciso determinar cuál será la duración estimada y su impacto en la duración del proyecto en su conjunto. Programación de las tareas. Se...