El politiqueo

Unos lo llaman Política, con mayúscula, otros honesta colaboración, pero en las organizaciones mucha veces no es más que un disfraz para abusos e injusticias. Llevo varios días considerando si tratar este asunto o más exactamente sobre la posición a tomar. Es cierto que bajo esta denominación se incluye tanta variedad de situaciones y posiciones que cualquier afirmación puede ser a la vez defendida y rebatida. No me refiero aquí a las políticas institucionales que gobiernan decisiones empresariales, sino a la manera informal en que se concretan determinadas relaciones entre las personas de una organización con el fin de obtener ventajas individuales. Por un lado sabemos que la mayoría de las decisiones en la empresa no representan serios dilemas éticos, y por tanto, puede adoptarse una posición y defenderla y modificarla más tarde en razón de un bien mayor como el de consolidar relaciones interpersonales y evitar conflictos. En el otro extremo del espectro están las decisiones claramente inmorales que no puedes secundar o compartir, incluso aunque puedan acarrear como consecuencia tu despido. Quedan después todo un conjunto de circunstancias y comportamientos aparentemente intrascendentes pero cuyos efectos pueden ser significativos. Esas posiciones “políticas” se concentran en torno a las posiciones a mantener en relación con los superiores y el impacto más o menos directo que tienen sobre la progresión de la propia carrera en la empresa. Es del todo razonable tratar de destacar para atraer la atención de quien puede decidir tu ascenso o evitar tu despido. Pero para lograrlo, algunos no repararán en utilizar cualquier medio, incluido el de la adulación o el disimulo. Y presumen de disponer de lo que denominan “competencias políticas” que utilizan para dar cobertura a sus comportamientos inapropiados. Más aún, a quienes se sienten perjudicados por sus maquinaciones les...

Ten coraje

El coraje se ejercita. Afronta repetidamente las cuestiones que te asustan. Es un buen entrenamiento que te será de utilidad en circunstancias...

Cultura

Palabra que escucharás cada día aunque sean pocos los que puedan explicar en qué consiste. La reconocerás en una organización por el modo en que trabajan en ella las personas. Todos, de manera autónoma, tienen una manera perfectamente reconocible de actuar que les permite hacer lo que se espera de ellos para lograr sus objetivos. Esa acción casi instintiva es el resultado de mucho tiempo de trabajar juntos y descubrir lo que precisan hacer para resolver los problemas. Se conforma así una combinación singular de procesos y prioridades que identifica la cultura de la organización. Desarrollar una cultura no es algo que se improvisa, que se aprueba y se da a conocer, y que a continuación puedas esperar que funcione de modo automático. Los verdaderos valores de la cultura de tu organización no son los que unos redactaron, sino los que aplicas cada día en la toma de decisiones. Aunque existe buena voluntad para actuar de forma consistente, las presiones del día a día hacen que sea difícil regirse por los principios que aquellos establecieron. Y salvo que alguien se ocupe de su seguimiento y tutela, lo más habitual es que no tengan nada que ver entre sí. Por tanto, la cultura no se enseña sino que se aprende. No se impone sino que se asume. Has de proponer las condiciones para que se desarrolle y vigilar constantemente para corregir desviaciones. Y no mediante castigos sino con el refuerzo positivo, la felicitación, por los comportamientos...

Optimismo

Ten una visión optimista del mundo en el que te desenvuelves. Identifica los aspectos positivos de las personas con las que te relacionas. Considera las barreras a las que te enfrentes como superables. Allí donde estés, haz lo que puedas con los recursos a tu...

Aspiraciones

¿Tienes claro lo que deseas alcanzar? Pide consejo a quienes que lo han alcanzado y más aún a los que lo tuvieron y lo dejaron....

Convicciones

Confirma que las decisiones del día a día y las actividades a las que dedicas tu tiempo son coherentes con tus convicciones más profundas....

La calidad

La calidad importa, más aún, es obligada. Pero no crea clientes leales. Eres uno más ofreciéndola. Se vincularán sólo tras el conocimiento mutuo y la identificación con tus...

Ellos van primero

Comentaba en la nota El propósito de la estrategia el valor que esperan recibir los empleados o colaboradores y que va más allá de las condiciones económicas y las perspectivas de desarrollo profesional. La confianza de pertenecer a un grupo en el que se comparte el compromiso de una ayuda mutua frente a las dificultades e incertidumbres del trabajo es el principal valor que la empresa les puede ofrecer. Y esto requiere unas determinadas condiciones en la organización y en sus directivos. No basta con promover una cultura de colaboración. Es preciso mostrar con ejemplos concretos que quienes ejercen la responsabilidad de liderazgo son dignos de la confianza de sus colaboradores. No es únicamente en las épocas difíciles o de crisis cuando el comportamiento directivo es observado de manera más cuidadosa. Cada decisión ejecutiva en relación con los colaboradores contribuirá a construir o deteriorar la confianza. Y para ellos es muy sencillo de observar: ¿Qué se pone por delante…? La comodidad del directivo y la consecución de sus resultados a expensas del sacrificio de sus colabores. O el sacrificio de algunas comodidades del directivo a cambio de asegurar la estabilidad y el crecimiento de sus colaboradores. La primera opción destruye la confianza y perjudica a la organización. La segunda consolida el compromiso y asegura el esfuerzo de todos para sacar adelante la empresa por muy complicadas que se vuelvan las circunstancias. Lamentablemente, en los últimos tiempos han abundado los comportamientos directivos egoístas que se han traducido en la quiebra de sus empresa. Por eso es bueno destacar ejemplos como los relatados por Simon Sinek, de empresas que ofrecen contratos indefinidos y nunca despiden a sus colaboradores por problemas de desempeño, sino que les proporcionan en cada caso la orientación necesaria. Si quieres ser líder no tienes otra...

Mantén el equilibrio...

Para conservar el equilibrio, busca 10 minutos dos veces al día para recuperar energías mediante actividades físicas (p.e. caminar), mentales (p.e. hablar con colegas), emocionales (p.e., contactar con amigos) y espirituales (p.e. meditar)....

Siéntete incómodo

Sal de tu zona de confort, abandona la comodidad y atrévete con iniciativas osadas. Evitarás quedarte anquilosado y obsoleto....

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