Ríete de tus enemigos, de sus insultos. Nada desmoraliza más a un adversario que no tomarlo en serio. Y ríete con otros, con tus amigos; súmate a sus risas. Y ríete de tus miedos, de tu autocompasión, de tu susceptibilidad, de tus resentimientos. Desplaza con la risa a los pensamientos negativos y desagradables. Es imponente el poder de la risa. Evita tomarte tan en serio…...
Los detalles
El secreto del éxito en cualquier ámbito de la vida está en la observación cuidadosa de los pequeños detalles. Todo el mundo presta atención a las grandes cosas, sin considerar que están formadas de multitud de pequeños elementos que, si se ignoran, se agrandan y se vuelven difíciles de manejar. No todos tienen la capacidad de hacer cosas monumentales, de ser personajes públicos destacados… Pero cada uno es capaz de sobresalir de la media apoyándose en la infinidad de esas pequeñas cosas a las que atiende y que para el resto pasan desapercibidas o son despreciadas. Quien ha adquirido el hábito de cuidar los detalles es capaz de responder a las exigencias de los grandes retos. La grandeza de una persona está en las sencillas palabras de amabilidad, en los pequeños sacrificios personales en beneficio de los demás, en el agradecimiento por los servicios recibidos, en la utilización diligente de los talentos propios. Esas tareas aparentemente insignificantes, bien realizadas, te proporcionarán las mayores recompensas, y si las abandonas, te ocasionarán un perjuicio incalculable. Cuídate de ellas cuando se presenten en tu vida. No las deseches por su aparente poca importancia pues se volverán relevantes. Las que decidas hacer o las que optes por ignorar serán la medida de tu profesionalidad. La realización de esas pequeñas cosas es lo que transmite mayor seguridad, a ti mismo y a quienes te rodean. Son la fuente de confianza y de valor ante los demás. Piensa en ellas y considera qué es lo que dicen de ti cuando las desprecias, los riesgos que asumes, la pobre calidad que aceptas, el valor que pierdes… Es en esas pequeñas cosas donde se notará tu impacto, donde dejarás huella....
Falso dilema
Leído…: Puedes elegir. O persigues tus propios ideales o trabajas para ayudar a que otro consiga los suyos. Bueno, esta es una manera maniquea de ver las cosas. También pueden coincidir los ideales de ambos y trabajar juntos para conseguirlos. En cualquier caso, hoy día hay que reinventarse de continuo, emprender distintas carreras. Hay que trabajar no con el miedo a perder el empleo sino con la motivación de crear puestos de trabajo. Ser capaz de trazar el propio destino....
Solo ante el peligro
La condición de líder exige afrontar de manera instintiva y decidida los peligros, a la vez que se protege a los propios seguidores. En un mundo, o mejor, en un país en el que no se premia el discrepar, el líder se caracteriza por sobresalir de la masa anónima y dirigirse hacia el peligro sin dudar. Si no lo hicieras dejarán de seguirte de inmediato. Ejercer el liderazgo demanda algo más que inteligencia y personalidad. No es tarea para tímidos. Requiere un coraje instintivo, que no pondera pros y contras antes de actuar, que no evalúa los riesgos, que no rehúye los costes personales....
Odios
Hay una epidemia mundial de odio, de peores consecuencias que las originadas por enfermedades. No hay ninguna duda; las pruebas son concluyentes. No es que nos acerquemos a una crisis. Es que estamos en medio de ella. El odio no es una enfermedad física, sino mental, emocional, y espiritual y como tal hay que tratarla. Y no es algo singular sino múltiple y diverso. Odios que nacen del reconocimiento de ser o sentirse diferentes, de tener intereses contrapuestos. Hay tantos odios diferentes y por tantas razones, entre personas, grupos y naciones que la resolución de esta epidemia no puede abordarse de manera sencilla ni inmediata. Las soluciones, aunque parciales se han de basar en la aceptación de que: Las diferencias no tienen por qué ser causa de odios. Es posible buscar, identificar y destacar las coincidencias. Se pueden tolerar las diferencias. Quizás baste señalar aquí la responsabilidad de cada uno de luchar contra el odio en su propio ambiente. Esa epidemia de odio no puedes subsistir en un entorno dominado por la buena voluntad. Ese debiera ser el primer paso; crear una atmósfera generosa de buena voluntad que se difunda entre personas, grupos y naciones....
Resentimiento
Es un trastorno emocional extremadamente común y peligroso. Pretende servir de excusa ante el propio fracaso, al atribuir a los demás la responsabilidad por un supuesto maltrato recibido. Deriva hacia la autocompasión que reclama recibir la atención física, mental y emocional ajenas. Exige una deuda de gratitud por favores y servicios prestados, aunque sean insignificantes. El resentimiento genera una espiral negativa que se transforma indignación, odio y deseos de venganza. Has de aprender a evitarlo para aliviar la angustia que le acompaña. Cuando reconoces que ese rencor es una reacción a lo que consideras un ataque a tu ego, a tu persona, o a lo que te pertenece, puedes anularlo si lo ignoras. No puedes cambiar el pasado por muchas vueltas que le des en tu memoria. Carece de sentido sufrir por ello y es mejor olvidarlo. Te exigirá crecer emocionalmente, no permitir que nada ni nadie hiera tus sentimientos. Hacer una montaña de un grano de arena sólo te perjudica a ti. No te tomes tanto en serio y sé más comprensivo con quienes te resultan antipáticos. Igual está en ti el origen de su animadversión. Tus disculpas pueden romper ese círculo vicioso del resentimiento recíproco....
Pide
Participa en tantas conversaciones como te sea posible y aprende el arte de pedir: Pide que den esa información que necesitas. Pide que hagan aquello que puede ayudarte. Pide que te proporcionen eso que necesitas. Si lo que pides es razonable y lo haces de forma apropiada, te lo entregarán....
Apagafuegos
Trabajar en modo “apagafuegos” elimina distracciones y ayuda a completar proyectos importantes. Se sabe lo que se ha de hacer a continuación y se ejecuta. Estar obligados por lo urgente e inmediato minimiza la necesidad de planificación. No hay lugar para las dudas acerca de qué hay que hacer, quién debe participar, o qué significa acertar. Vivimos en una sociedad dominada por lo urgente, lo que lleva a ser muy eficaces viviendo, trabajando y pensado de manera reactiva. Esto es una suerte si únicamente se ha de reaccionar a una sola cosa urgente, pero lo ordinario es tener que atender a varias urgencias a la vez. Pensar en sacar tiempo para uno mismo es visto como el colmo del egoísmo. Te reclaman que hagas algo de inmediato; pero para preocuparte por algo has de ser consciente de que existe el problema y eso requiere pausa y reflexión, tiempo del que no dispones. El peaje que se paga por este estilo de vida es elevado. Perjudica al cuerpo, a la mente, a las relaciones, al espíritu. La tiranía de lo urgente no funciona. Cada vez son más los afectados y tienen mayor conciencia de ello. Escapar de ese círculo vicioso de lo urgente requiere esfuerzo. Adquirir el hábito de planificar implica alterar el modo de vida que alimenta esos fuegos continuados. Como no tienes un momento, no sacas tiempo para disponer de él y por tanto siempre andas rezagado, sin energía, exhausto y dolorido, sin fuerzas para hacer ejercicio o comer bien, sin capacidad para establecer o renegociar barreras y compromisos. El vórtice de lo urgente te arrastra al abismo. Y cuando más tardes en tratar de escapar de él, más difícil te será. Afortunadamente, puedes librarte de las urgencias interminables mediante el ejercicio de...
Idealista
Tropezar con una idea deslumbrante no es base suficiente para establecer un negocio. En esas circunstancias te puede resultar difícil pensar con objetividad. No bastan el optimismo y el entusiasmo para construir una empresa solvente. Busca asesoramiento que te ayude a distinguir entre lo que puede ser un buen entretenimiento, que aumente tus conocimientos y capacidades, y lo que debe ser una operación que te proporcione ingresos seguros y estables. Si ganas en objetividad antes de comprometer recursos significativos, te ahorrarás frustraciones y esfuerzos innecesarios....
Resolutivo
Para ser eficaz has de ser selectivo en las responsabilidades que decides incorporar a tu mochila. Si dejas que cualquiera te lastre con problemas y preocupaciones no deseadas, esa sobrecarga te quebrará. Para prevenirlo: Simplifica. No te enredes más allá de lo necesario. El mundo no espera que seas tú quien le solucione sus enormes problemas. Resuelve tus propios problemas y sé selectivo a la hora de aceptar los problemas de los demás. Hay muchos que quieren liberarse de sus responsabilidades pasándotelas a ti. No importa cuán grande sea la carga, reconoce que dispones de la fortaleza interior para sobrellevarla. Afronta un único problema cada vez. El de ahora. No les des vueltas a los de ayer, ni te preocupes por los de más tarde y menos aún por los de...