Con mayor o menor intensidad la desidia nos afecta a todos. ¿Quién no tiene tareas pendientes aplazadas, compromisos pospuestos y obligaciones relegadas para mejor ocasión…? La desidia implica el retrasar tareas, actividades o decisiones que nos ayudarían a alcanzar nuestros objetivos. Lleva a comenzar esas obligaciones más tarde de lo debido y genera un estrés innecesario conforme vemos que se avecina la fecha de entrega y que contamos cada vez con menos tiempo para cumplir con ella. Se puede caer en la desidia por pereza o comodidad, pero también porque se prefiere realizar unas tareas más gratificantes en el corto plazo a expensas de las otras más difíciles o incómodas. Hay dos factores subyacentes que condicionan la facilidad con que se puede caer en la desidia: La baja tolerancia a la frustración. Ésta se evita optando por las tareas más sencillas y no las más provechosas. La falta de confianza en uno mismo. La inseguridad en la consecución de los resultados lleva a retrasar la ocasión de poner nuestra reputación en riesgo. La motivación para actuar no siempre es elevada, los proyectos en ocasiones son largos y la gratificación por nuestras acciones puede tardar en aparecer. Todo ello parece empujar a la desidia. Pero la desidia tiene arreglo si se reconocen con naturalidad dos ideas básicas: que la vida no siempre es fácil y sencilla y que la propia valía no depende los éxitos que se alcancen. Hay que aceptar que el fracaso es parte del proceso fuente de aprendizaje. No significa que no se sea bueno en algo sino que no se disponía del conocimiento suficiente para desarrollar esa tarea. La próxima vez que empieces a imaginar las razones para aplazar un compromiso, ponte a cumplirlo en el momento. Afronta las tareas más...
Excusas
No se puede hacer nada. Es la frase que todos te repiten y, en ocasiones, la que tu mismo quieres escuchar. Hoy, cuando nos enfrentamos a retos que nos parecen nuevos, las excusas se convierten en razones para hacernos la vida más cómoda y tranquila. Ante la inquietud de tener que cambiar algo que siempre ha funcionado respondemos con docenas de argumentos por los que no vale la pena arriesgarse. Lo que ocurre es que no se trata de razones en contra sino de excusas. Al aparecer como razones te evitan la molestia de tener que comprobarlas y parecen protegerte del riesgo de fracasar. Todo empieza con esa idea que te parece plausible hasta que se ve abatida por las excusas. No trates de hacer una lista de pros y contras. Siempre encontrarás una abrumadora mayoría de noes por una única posible y determinante razón para hacerlo. Deja de racionalizar y elaborar justificaciones para no actuar. Para enfrentarse a las excusas hay que cambiar de actitud, abandonar el pesimismo y creer que es posible alcanzar lo que te propones, por encima de los potenciales riesgos y fracasos. Cuando te veas repasándolas, utilízalas en tu provecho; pueden ser la pista para encontrar mejores soluciones. No dejes que las excusas te muevan a la inacción. Experimenta, intenta algo nuevo, averigua los resultados y si no funciona introduce las modificaciones necesarias. Y así hasta lograr lo que buscas. De todo lo valioso te separan únicamente tantas excusas como puedas imaginar. Ignóralas y pon toda tu energía en actuar. Depende sólo de ti....
Tu camino
La nota de hoy tiene un objetivo aparentemente paradójico: quiere influirte para que seas independiente. ¿A quién deberías hacer caso? ¿Quién te puede dar las indicaciones que gobiernen tu vida? Tienes que descubrir cuál es tu camino a pesar de los buenos consejos que recibes. Te rodean personas bien intencionadas que insisten en que pienses y te comportes como todos los demás. Pero cada uno de nosotros es singular y tiene su propia vida por desarrollar. Lo que para otros funcionó quizás a ti no se pueda aplicar. Tu vida es enteramente responsabilidad tuya. Y aunque te abrumen con indicaciones de cómo debieras actuar y pensar, ninguno de esos consejeros asumirá las consecuencias de hacer lo que te dicen. Si algo sale mal sólo escucharás sus excusas. Les hagas caso o no, siempre serás tu el único responsable. Reconoce, por tanto, como propias tus decisiones. Ante cualquier iniciativa que emprendas, te encontrarás con partidarios y detractores. Todos con sus buenas razones, pero no podrán forzarte a cambiar si asumes la propiedad de la decisión. Y al hacerlo tu vida se vuelve más sencilla. En ese momento dejas de lamentarte por lo que no hiciste o de echar la culpa a otros por tus fracasos o decisiones equivocadas. Seguir tu propio camino requiere fortaleza y coraje. Es probablemente la lucha más dura que habrás de pelear y es una batalla que nunca se acaba. Tus decisiones más osadas puede que no sean bien acogidas por quienes te rodean. Te corresponde entonces agradecer sus opiniones y utilizarlas o descartarlas, para continuar avanzando. Y vuelvo al principio. Las sugerencias de estas notas se ofrecen para tu consideración. Si las tienes en cuenta, estupendo. Y si las dejas a un lado, nadie se ofende. Es tu decisión....
Adversidad
Se observa con mucha frecuencia que la iniciativa emprendedora, la capacidad de innovar, tiende a desarrollarse más en medio de la adversidad y de la mano de personas comprometidas. Muchos emprendedores reconocen que el origen de su motivación estuvo en procesos de infortunio que tuvieron que superar. Son numerosos los ejemplos de personas que al encontrarse en situaciones difíciles y con escasos recursos, no tuvieron otra salida que resolver esos problemas difíciles mediante la imaginación de soluciones creativas y generadoras de valor. Es bueno reconocer hoy la relevancia de la determinación por encima de la pasión a la hora de emprender. No se innova más por tener el viento a favor. Los verdaderos innovadores son capaces de hacerlo en entornos muy adversos, con múltiples restricciones: normativas inacabables, costes de implantación elevados, mercados con demanda no desarrollada, nula protección de los derechos de propiedad intelectual, escaso acceso a capital… La adversidad genera creatividad y se convierte en motor de la innovación. Los emprendedores son capaces de crear un valor extraordinario para el negocio cuando se enfrentan a problemas que una mayoría resignada considera irresolubles e insuperables. La adversidad se te presentará en un momento u otro y podrás escoger que sea el camino para la transformación personal y del negocio. No desaproveches la oportunidad....
Descríbelos
Es frecuente encontrar en los documentos de comunicación de las empresas la enumeración de los valores que las rigen. Y parece que las empresas se copiaran unas a otras por la repetición habitual de los mismos principios. Se suelen presentar en forma de un listado de conceptos atractivos con los que no es posible mostrarse en desacuerdo: Honestidad, Creatividad, Innovación, Excelencia, Comunicación, Justicia, Liderazgo, Servicio, Respeto al medio ambiente… Pero su enumeración no basta. Los valores son los principios que deben guiar el comportamiento de los miembros de la organización y orientar la toma de decisiones. Tienen que ver con el CÓMO se hacen las cosas y el modo en que se incorporan en las políticas y procesos de la empresa, con la construcción de la cultura de la empresa. Para que sean efectivos, me interesa destacar hoy tres aspectos: Los valores deben ser descritos y no sólo enumerados en forma de sustantivos. En su definición deben incorporarse verbos en su forma activa, que presenten el modo de hacer realidad esos valores. De otro modo es imposible que nadie en la organización pueda asumir de manera concreta la responsabilidad de aplicarlos. Se ha de establecer un sistema de incentivos que asegure su cumplimiento. Conocer la teoría no basta. El seguimiento de esos principios debe estar premiado y desviarse de ellos acarrear consecuencias. De otro modo, caerían rápidamente en el olvido. Predicar con el ejemplo. No puede imponerse aquello en lo que no se cree. Los directivos han de ser los primeros en ser consecuentes con esos principios y asumir la responsabilidad de moverse por ellos en toda ocasión. La descripción de los valores permite tener una idea clara de cómo actuar ante una situación determinada. Pero conocer el modo y circunstancias en las que...
Lo que cuesta
Suele ser lo que verdaderamente importa, lo que resulta más eficaz. Y sin embargo es lo que la mayor parte del tiempo tratamos de evitar. Son esas cosas que te requieren un esfuerzo suplementario durante un período de tiempo. Resultan incómodas y parecen demandar un esfuerzo mental y físico enormes. Puedes encontrar cientos de excusas para no abordarlas y pretender que no van contigo. Lo más sensato es buscar y afrontar de manera activa esas tareas que aparecen más costosas: Te obligarán a crecer, a mejorar. Seguir en la rutina es infinitamente mas cómodo. Pero si trabajas en lo que cuesta más en poco tiempo estarás en mejores condiciones para optar con éxito a cualquier cosa que desees. Te harán sobresalir de entre los que bajo ningún concepto están dispuestos a poner ese esfuerzo. En el corto plazo te requerirá algún sacrificio pero el asumirlo es lo que te distinguirá. Y éste puede ser un método para abordarlas con garantías de éxito: Reflexiona. Identifica esas cosas difíciles y relevantes para tu vida. No te llevará mucho tiempo. Seguro que ya reconoces qué es eso que te parece tan costoso y que debes realizar. Elige una de ellas. Opta por la más asequible y determina qué sacrificios requiere. El objetivo es adquirir confianza con rapidez. Comprométete. Decide en los próximos 20 minutos hacer sólo una de esas cosas que cuestan. Aíslate de todo lo demás y actúa. Retrasarlo no lo hará más fácil. No hay un momento mejor para hacerlo que debas esperar. No te rindas. Tu mente querrá escaparse hacia cosas más sencillas y cómodas. Pero es un engaño que te traerá dificultades en el futuro. Disfruta con ello. Alégrate por la satisfacción de haber logrado un hito que aparecía insuperable. Lo cierto es que...
¡Silencio!
¡Silencio! Innovador pensando. Éste debería ser el texto de los posters de moda para sustituir al sobreexplotado del “Keep Calm…” El conocido péndulo de las tendencias se ha desplazado al extremo y nos deja, por tanto, desequilibrados. Nuestro estado de conexión continuada, la infinita información a nuestro inmediato alcance, genera un nivel de ruido tal que nos incapacita para pensar. Y sin embargo es en este entorno en el que tenemos que resolver el reto principal al que hemos de hacer frente hoy, el de la creatividad y la innovación. La apuesta dominante para facilitar la creatividad es la colaboración en equipos, la interacción y el trabajo conjunto de diversos especialistas que den origen a una fertilización cruzada de ideas. El modelo de innovación abierta aprovecha la capacidad de comunicación para incorporar al proceso creativo las ideas de cualquier individuo del mundo sin importar el lugar dónde se encuentre. Las tendencias sociales e institucionales proponen incluso soluciones urbanas, donde se agrupan en una misma zona de la ciudad empresas y especialistas para facilitar un intercambio más o menos espontáneo de conocimientos. Corremos el riesgo de defender ahora únicamente este modelo abierto y público de promoción de la creatividad y abandonar el tradicional método de la reflexión personal y aislada. No dudo de la utilidad de abrirse al exterior, de intercambiar ideas, pero debemos reconocer el riesgo de caer en la dispersión intelectual, en una superficialidad que anule la creatividad e impida la innovación. No está de más defender hoy la soledad y el aislamiento que nos ayude a identificar lo que deseamos alcanzar, a comprender con claridad los problemas, a reconocer lo que queremos hacer y a descubrir las maneras de llevarlo a cabo. En la práctica eso significa cerrar períodos del día, de...
Reinvéntate (6)
Aún hay más cosas que debes considerar para hacer realidad tu proyecto de reinvención. Necesitas un mentor Necesitas alguien que te acompañe y te oriente en el proceso de cambio. Este es la vía más directa y valiosa. Al final lo harás a tu manera y la responsabilidad será tuya, pero escucharle será muy eficaz. También te pueden ser de utilidad algunos libros, aunque no precisamente los de autoayuda… Supera el miedo al fracaso Admite que el miedo y las frustraciones forman parte de la realidad de la vida. No necesitas negar ese miedo, porque no eres el único en padecerlo. Otros que hayan pasado por el mismo proceso de reinvención te podrán contar las dificultades que tuvieron que superar. Pregúntate qué es lo peor que te puede ocurrir y, si se dieran esas circunstancias, ¿sería tan horroroso como imaginas…? Superar esos miedos secretos te garantizará un futuro más luminoso. No te preocupe si no te apasiona. No necesitas de la pasión para tener éxito. Haz con ilusión aquello que te gusta y lo demás se dará de manera natural. Si no sabes por dónde empezar, practica la búsqueda de ideas. Necesitas entrenamiento. No tengas prisa. Acepta el riesgo. Emprendes una expedición por terrenos desconocidos. No sobreestimes los riesgos y ponlos en perspectiva. No te puedes quedar inmóvil. Aunque fracases, sólo te lamentarás de lo que no intentaste, no de lo que hiciste. Mantente motivado Para llevar adelante tu proyecto de reinvención necesitas mantenerte positivo y motivado incluso en los días en los que no te sientas especialmente esperanzado. Te será de ayuda: Recordar las importantes razones que te movieron a emprender ese proceso. Rodearte de imágenes y objetos que te recuerden el destino al que te diriges. Anotar...
Reinvéntate (5)
Haz cosas nuevas Tu proceso de reinvención incluye modificar tus actividades cotidianas. Estas son algunas de las cosas que nesitas reconsiderar: Cambio de profesión. Una nueva carrera puede proporcionarte mayores satisfacciones. Nuevas aficiones. Busca una actividad física o intelectual que te llene. Distintas amistades. Relaciónate con nuevas personas y haz amistad con gente que no conocías. Cambia de imagen Te resultará más difícil reconocerte como alguien nuevo si mantienes la misma imagen de años atrás. Puedes intentar: Un nuevo corte o color de pelo, cambiar de gafas o abandonarlas. Elegir un nuevo estilo de vestir. Sonreir más y mirar a los ojos cuando hables. Hablar más o algo menos, en voz más alta o más discreta, más deprisa o más pausadamente. Opta por lo que te acerque más a la gente con que te relaciones. Elige nuevos temas de conversación sobre asuntos de intereses compartidos Lánzate Si avanzas temerosamente, dando pequeños pasos, el cambio se te hará más difícil. Afronta con decisión propuestas de cambio radicales. No esperes a tener un conocimiento exacto de todos los pasos a dar para alcanzar tus nuevos objetivos. Muéstrate abierto a distintas posibilidades y convencido de que puedes llegar a lograrlos. Proponte algo atrevido y al lograrlo estarás en mejores condiciones para afrontar nuevas osadías. No te preocupes por el modo en que los cambios se van materializando. Ten confianza en ti mismo. Notas relacionas: Reinvéntate (4) Reinvéntate (3) Reinvéntate (2) Reinvéntate (1)...
Reinvéntate (4)
Mejora tu formación El proceso de reinventarte te lleva a establecer nuevos objetivos y para alcanzarlos necesitas formarte de manera continuada. Puedes lograrlo de diversas maneras: Nunca es tarde para volver a la universidad e inscribirte en programas que te permitan obtener una titulación reglada si la necesitas para tu nueva carrera. Sigue a expertos en el campo de tu interés. Ponte el objetivo de aprender de ellos un nuevo tema cada semana. Aprende un idioma. Utiliza la infinidad de recursos que las nuevas tecnologías ponen a tu alcance. Aquí también puedes establecerte objetivos específicos de aprendizaje semanales. Viaja siempre que puedas y expande tu red de contactos, con especial atención en aquellos con los que compartes intereses. Lee más Es una vía ineludible para crecer en conocimientos y mejorar. Lee de de fuentes fiables y lee de ámbitos diversos, desde literatura a filosofía, autores clásicos y de ficción. En ellos descubrirás otras maneras de vivir. Y algo de prensa para estar al día. Cambia de entorno Tu transformación en alguien distinto podría necesitar de un cambio de ambiente, más acorde con tus nuevos objetivos. Empieza por unas cortas vacaciones. Tómate un período de descanso en un lugar apartado, no muy lejano, donde puedas reflexionar y aclarar la visión de tu futuro. Quizás debas buscar un despacho distinto más que una nueva vivienda. O redecorar el espacio en el que te mueves. En todo caso, deberás hacer algo que te ayude a desconectar del pasado. Los cambios que inicies ahora formarán parte mañana de tu biografía. Notas relacionas: Reinvéntate (3) Reinvéntate (2) Reinvéntate (1)...