Hay estudios que defienden que la fuerza de voluntad disminuye cuando el resultado que se anticipa es ambiguo. Eso explica que la mayoría de los decisores quieran evitar la incertidumbre. No sólo muestran rechazo a esa inseguridad sino también a la complejidad que suele acompañar a la evaluación de los factores que condicionan el resultado una determinada decisión. Optar por la apuesta segura es el equivalente mental de encogerse de hombros con resignación. Quizás ahora entiendes el porqué de muchas decisiones inesperadas que te imponen, para ti incomprensibles. Pero esa actitud, en los momentos actuales de intenso cambio e incertidumbre, no es compatible con el crecimiento y el desarrollo de iniciativas innovadoras. Las certezas hoy no son garantía de viabilidad. Quienes optan por ellas olvidan que los resultados dependen más de la voluntad y el esfuerzo de quienes los trabajan que del entorno en el que se mueven. O de otro modo todos estaríamos aún en la Edad de Piedra....
No es sólo voluntarismo...
Tu comportamiento no viene condicionado sólo por decisiones conscientes. También influyen los estímulos que te llegan del entorno que te rodea, capaces de desencadenar hábitos automáticos que te hacen sentir seguro y cómodo. Para que determinados cambios se puedan realizar, para que tus resoluciones se lleven a cabo, deberás superar algunos viejos hábitos que pueden significar ciertas dificultades. Resolver esos problemas no es sólo cuestión de fuerza de voluntad. No se trata tan solo de hacer más de lo mismo, sino de hacer las cosas de otro modo. Para lograr el cambio que te propones, habrás de ser capaz de gestionar tanto tus intenciones como las circunstancias que influyen en tu comportamiento....
Contratiempos
La vida nos enseña que las dificultades que arrastramos por necesidad o elección, pueden en verdad elevarnos, hacernos crecer. Son parte de la existencia, no podemos escapar de ellas, y la alegría con que se vive depende de la actitud con que se afronten, la manera en que se asumen y se sobrellevan. Acepta lo inevitable. Hay muchas circunstancias y acontecimientos que se presentan en la vida y que no puedes entender ni cambiar. Nos desconciertan por considerarlas como una injusticia del destino. Pero si reconoces tu naturaleza trascendente, que formas parte de un plan perfecto que no alcanzas a ver ni comprender ahora, podrás asumir lo inevitable con paz en la mente y en el espíritu. Quienes lo ignoran caen en la desesperación o la apatía. Y reconoce a la vez la infinidad de buenas cosas, momentos y hechos que te rodean y que son el resultado de afrontarlos con decisión y superar las adversidades....
Concreta
No requiere mucho esfuerzo soñar con la obtención de unos resultados deseados. Sin embargo, es mucho más costoso determinar el comportamiento necesario para lograr esos objetivos. Que tus propósitos se traduzcan en actuaciones requiere que se formulen de manera muy concreta y específica. Que una aspiración se haga realidad exige saber exactamente cuáles son las acciones necesarias para lograrlo. Es un error concentrarse en la descripción de los resultados que se pretenden y no formular los comportamientos necesarios para llegar a ellos. Eso conduce a no emprender acción alguna o realizar las equivocadas. Es el comportamiento lo que une las intenciones y los resultados. El comportamiento está en la naturaleza de todo cambio....
La estabilidad
La toma de decisiones de los directivos se ve condicionada de manera habitual por sesgos que condicionan la naturaleza del conocimiento disponible en el momento de ejercitarla. Un tipo de sesgo particularmente influyente en momentos de incertidumbre es el de la estabilidad. Se caracteriza por la tendencia a dejarse llevar por la inercia en situaciones de inseguridad y puede adoptar diversas formas: Enrocarse. La decisión se fija en un punto de partida inicial, sin querer considerar nueva información que llevaría a realizar algunos ajustes. Aversión a las perdidas. Se produce cuando se perciben de manera más clara y negativa los efectos de las pérdidas que las ventajas obtenidas por unas ganancias del mismo orden. La falacia de los costes incurridos. Por ella se presta toda la atención a costes del pasado no recuperables cuando se trata de decidir sobre posibles acciones futuras. El status quo. Lleva a preferir mantener la situación actual si no hay presiones excesivas para cambiar. Es particularmente importante vigilar y corregir estos sesgos en los entornos tan cambiantes en los que nos movemos. Se pueden contrarrestar estableciendo objetivos ambiciosos para la organización, imposibles de lograr si se mantiene la manera acostumbrada de operar. O también reduciendo el presupuesto disponible, lo que obliga a decisiones complicadas de redistribución de los recursos y búsqueda de nuevas oportunidades....
Tú puedes
No importa cuán grande sea tu carga, reconoce que dispones de la fortaleza interior para sobrellevarla. Y pon en marcha estas medidas de prudencia: No te enredes más allá de lo necesario. El mundo no espera que seas tú quien le solucione sus enormes problemas. Resuelve tus propios problemas y sé selectivo a la hora de aceptar los problemas de los demás. Hay muchos que quieren descargarse de sus responsabilidades pasándotelas a ti. Afronta un solo problema cada vez. El de ahora. No les des vueltas a los de ayer ni te preocupes por los de más tarde y menos por los de mañana....
No basta la intención...
Así como hay muchos cambios que se desencadenan como consecuencia de acontecimientos ajenos a tu control, hay un cambio en el que puedes tomar la iniciativa e influir de continuo: tu cambio de comportamiento. En ocasiones puede venir condicionado por las circunstancias, unas veces atractivas, otras amenazadoras. Es preciso conocer y trabajar las técnicas para llevar a cabo ese cambio, aunque no basta tener la intención de cambiar para lograrlo. Es cierto que parte de tu comportamiento obedece a tus deseos e intenciones, pero hay una parte significativa del mismo que viene determinado por automatismos gobernados por las circunstancias más inmediatas que te rodean. Si no puedes controlar esos impulsos espontáneos, te resultará muy difícil cambiar....
¿Solitario?
Son muchos los que por distintas circunstancias o razones de trabajo tienen que pasar mucho tiempo solos. Lo cual no equivale a estar aislados. Ni tampoco significa que vivan en soledad. La soledad puede nacer de no gustarse a uno mismo, de no disfrutar de un entorno tranquilo en el que encontrarse con uno mismo y decidir qué hacer. Asúmelo. Eres la persona con la que habrás de pasar más tiempo. Nunca podrás estar con los demás tanto tiempo como contigo, de modo que tendrás que aprender a quererte. Si no te gusta cómo eres, tendrás que cambiar para convertirte en esa persona que puedas aceptar, con la que te llevarás bien. Y ya no estarás solo....
Cambia de comportamiento...
Cambiar es costoso. Exige voluntad, energía y tiempo. Pero es posible y necesario, dado que cambiar de comportamiento te hace capaz de alcanzar logros importantes. Ese cambio puede tener un impacto enorme en tu vida privada, incluso en tu salud, que viene tan condicionada por esos comportamientos y estilos de vida. También influye en tu vida profesional y en la social por el modo en que tratas a los demás, lo que determina en gran medida la calidad de tu vida diaria. Cambiar de comportamiento no parece fácil si te lo miras desde la distancia, pero es posible aprender cómo lograrlo, siempre y cuando lo consideres importante para ti. Te requerirá: Establecer qué resultados futuros son importantes para ti y trasladarlos a cambios de hábitos personales hoy. Definir un plan de actuación para esos cambios incluso en las condiciones más difíciles Medir primero ese cambio de desempeño y sólo más tarde los resultados de ese cambio. Y acompañarlo recompensas inmediatas por cada logro....
Tragedia
Más pronto o más tarde te habrás de enfrentar a una tragedia personal. Las ves que suceden a tu alrededor y de momento parece respetarte a ti. Pero, ¿estás preparado para cuando te llegue? ¿Sabrás como afrontarla? Seguramente serán muchas las cosas que podrías hacer, pero estas cuatro actitudes habrán de estar presentes para ayudarte a salir de esa situación: Admitirla. Se trata de reconocer que se ha producido lo inesperado. Tu desconcierto e incredulidad tratarán de llevarte a un intento inútil de escapar de la realidad. Lo mejor que puedes hacer es afrontar la tragedia de manera franca y honesta. Hacerlo proporciona un cierto alivio que te ayuda a pasar a la siguiente fase. Aceptarla. En el reconocimiento de que al hombre no le es posible controlar todas las circunstancias se encuentra la mayor recompensa emocional y espiritual. La humilde aceptación de la tragedia proporciona los recursos necesarios para hacer frente a las consecuencias que puedan derivarse. En la aceptación se descubre la fuerza para sobrellevar la carga recibida. La resignación es capital para avanzar ahora y alcanzar la tranquilidad del espíritu. Adaptarse. Significa abandonar la pasividad e implicarse en la realización de los cambios necesarios para superar la desgracia y excluye toda posibilidad de rendirse o abandonar. Esta adaptación es una condición interna que reclama voluntad y compromiso sin reservas, que exige coraje y determinación. Actuar. No eres esclavo del destino, está en tu mano elegir en qué ocupar tus pensamientos y a qué dedicar tus energías. Así dejas atrás toda lamentación o pena por la tragedia sufrida. La mejor manera de encontrar la motivación para actuar es ponerse a trabajar pensando en ayudar a otros, en salir de uno mismo y abrirse a los demás. Esa actuación física e intelectual alivia...
Averigua
Nada hay más desmoralizante que verse rodeado de interrogantes. Ni nada más satisfactorio que encontrar respuestas a preguntas y soluciones a los problemas. Necesitamos personas dedicada a averiguar lo que hay que hacer y cómo se ha de hacer. Hay demasiada gente que hace cosas porque cree saber hacerlas y las hace mal. No se toman la molestia de averiguar si están en lo cierto. Mejor sería que no hicieran nada. En determinados ámbitos, mejor no señalar, te encuentras montones de individuos muy ocupados haciendo cosas equivocadas, decidiendo mal, y actuando de mala manera para obtener resultados desastrosos. Y todo por no detenerse a averiguar lo que corresponde. En cualquier ámbito de la vida, para tener impacto, para dejar huella, para destacar, no basta con hacer cosas, sino que se ha de averiguar qué es lo que no funciona y ver cómo arreglarlo. Después, hacerlo, será tarea de otros muchos, no menos determinantes....
Crecer
Tu mente necesita ejercicio y esfuerzo tanto o más que tu cuerpo. Pero no son muchos los que lo practican, vistos los resultados. Esa es una disciplina poderosa que te obliga a considerar la necesidad de cambiar, de ser riguroso y honesto contigo mismo, que te empuja a crecer. Aléjate de esas multitudes, temerosas y negativas, que te gritan para que te unas a ellas como una víctima más de las...