El rol del tutor
Una práctica en determinadas organizaciones es asignar a los empleados en el momento de su incorporación un tutor que les acompañe en su aterrizaje en la empresa y puesto. Dicho tutor puede ser un compañero con mas experiencia, un responsable de área, o un manager o directivo. En definitiva, alguien con conocimiento y dominio de los aspectos internos de la organización y/o el puesto.
El objetivo es que el empleado pueda contar con alguien en quien apoyarse para aprender los aspectos mas operativos del día a día de su actividad, resolver las dudas que le puedan surgir y, aprender los aspectos clave de la cultura de la compañía. Sin necesidad para ello de recurrir constantemente a su jefe directo o alguien dentro de la estructura jerárquica donde esta situado.
De hecho, por razones de disponibilidad y eficiencia, la relación con el jefe directo es mas habitual que se focalice a aspectos relacionados con el contenido del puesto, dejando para el mencionado tutor los aspectos operativos, administrativos o de organización interna de la empresa, propios del día día.
Existen organizaciones que llevan incluso más lejos la figura del tutor, otorgándole un rol permanente a lo largo de la carrera profesional del empleado y no solo en el momento de su incorporación. En estos casos el tutor suele ser un manager o alguien con una categoría profesional superior, de quien se espera pueda ejercer un rol de coach del empleado a lo largo del tiempo y, contribuir a su desarrollo profesional con su acompañamiento.
En general, cuando se dispone de esta figura y se implanta de una forma concienzuda, el valor otorgado al empleado es muy elevado ya que éste dispone de una canal de comunicación y, en general de desarrollo, paralelo a la estructura jerárquica donde esta situado. Además el empleado siente que hay alguien mas que se preocupa por él, con un interés auténtico en su encaje y crecimiento dentro de la organización.
Igualmente el valor para la organización es muy importante porque permite potenciar el desarrollo de las personas a través del tutor. Asimismo disponer de más información acerca del empleado y sus circunstancias y, tener una visión paralela por parte del tutor, generalmente independiente y objetiva, de la evolución del colaborador en el puesto y organización.