Evolución de las competencias requeridas en las empresas modernas (II)
Comentábamos que la tendencia al aplanamiento de las estructuras organizativas debería hacer evolucionar el perfil competencial requerido en los distintos puestos de trabajo de las organizaciones. Queremos reflexionar hoy acerca de dicha evolución.
Si pensamos en los distintos tipos de competencias existentes, de acuerdo a nuestra clasificación, podríamos decir que todos ellos deberían experimentar algún tipo de evolución:
Competencias de desarrollo profesional. Diríamos que las habilidades que potencian la autonomía, orientación a resultados y la eficacia personal (planificación, organización, etc…) de las personas del equipo, ganan relevancia al disminuir la supervisión recibida por los managers. La razón es que éstos disponen de menos tiempo por recurso al incrementarse el span de control.
Por la misma razón, y pensando en los propios managers o directivos, las competencias que potencien un estilo de liderazgo por influencia y delegación ganarán relevancia, al tener dichos mandos que “confiar” mucho mas, tanto en la capacidad de las personas para tomar decisiones como de organizarse de forma autónoma.
Competencias específicas o técnicas. El conocimiento técnico que pueda ser aplicable potencialmente al puesto seguirá siendo relevante e, incluso ganará importancia, al disminuir el tiempo disponible por el manager para realizar formación técnica a sus equipos.
Asimismo disminuirá la capacidad del manager o directivo para tomar decisiones en lugar del empleado en virtud de su supuesta mejor preparación, tanto por falta de tiempo para centralizar esas decisiones como por la dificultad de que el manager o directivo tenga conocimiento experto en todas las áreas bajo su ámbito de responsabilidad.
Todo ello obligará a potenciar el conocimiento técnico de las personas, dentro de su ámbito de responsabilidad.
Competencias de desarrollo humano. Será fundamental que las personas dispongan de unos valores que les induzcan a un comportamiento consistente con las expectativas de la organización; la integridad, honestidad y transparencia devienen fundamentales en un contexto de autonomía y responsabilidad como el descrito.