El organigrama junto con los estados financieros suelen ser considerados los dos engaños más comunes de toda organización. No se trata de prejuzgar una mala intención sino de reconocer la dificultad de describir con propiedad las realidades que tratan de representar. Es habitual que, en los momentos en que una organización ha de hacer frente a determinados problemas del negocio, piense que su solución pasa por un cambio en el organigrama. Es un error tan común como comprensible, dado el poder de comunicación que se le asigna a la estructura organizativa y la elevada carga emocional que contiene, al señalar las relaciones de dependencia entre las personas, algo que genera más rechazo que entusiasmo. La necesidad de reordenar el organigrama no es algo que se deba abordar de manera aislada ni repentina. Se requiere avanzar por pasos mediante la implantación de determinadas decisiones, de las que la definición de la estructura ha de ser la última a tomar. Si no se hace así, los cambios introducidos no se materializarán y las posibles ventajas se perderán, regresando espontáneamente a la situación previa de equilibrio. Los problemas a afrontar son comunes a muchas organizaciones: Nuevas tecnologías, rápida obsolescencia de productos, nuevos y veloces competidores, modelos de negocio insospechados… No sirve de nada redibujar cuadros y líneas de dependencia sino comprender los factores que pueden limitar la capacidad de respuesta: Los flujos de información, el modo en que se toman decisiones y la manera como se ejecutan. De ahí que lo aconsejable sea, en primer lugar, Eliminar procedimientos y reuniones inútiles (para mejorar la información). Aclarar la asignación de responsabilidades (quién decide y cómo puede hacerlo). Cambiar los sistemas de recompensa de las personas (la motivación). Una vez atendidos los problemas podrá abordarse con garantías el rediseño...
No te esfuerzas
La principal dificultad para tu crecimiento es que tiendes a reconocer tus limitaciones y no tu potencialidad. Estás encerrado en tu mundo. No puedes ver de lo que eres capaz y te comportas con excesiva cautela. Tus objetivos no van más allá de tus capacidades, de lo que imaginas que alcanzarás con facilidad. Si no te esfuerzas hasta el punto de sentirte incómodo gastarás tu vida en el estrecho ámbito de lo que estás seguro de conseguir....
No es difícil
Adquirir un nuevo hábito lleva tiempo pero no tanto como parece. En cualquier caso es más sencillo que abandonar otro bien arraigado. Céntrate en la búsqueda de soluciones, no en los problemas. Abandona el deseo de arreglar lo que está roto y apasiónate por identificar maneras de crecer y desarrollarte en nuevas disciplinas....
Cambiar de mentalidad (2)...
Continuación de la nota anterior: Cambiar de mentalidad (1) 2. Asume otros puntos de vista. Nunca sabes de dónde puede surgir esa nueva idea que revolucionará y hará crecer tu negocio. Desconfía de tu tendencia a creer que sólo la información de la que tu dispones es la relevante para la toma de decisiones. En un entorno incierto, la diversidad de puntos de vista te amplía el campo de visión y te abre a un mayor número de posibles soluciones. Además suelen proceder de fuentes inesperadas para ti. Para poder incorporarlos, en la práctica, podrías hacer lo siguiente: Adopta el punto de vista de alguien que habitualmente te irrita o resulta desagradable. Averigua qué es lo que podrías aprender de esa persona. Busca la opiniones de personas que se encuentran mas allá de tu zona de confort. Te sorprenderá favorablemente la perspectiva de gente más joven o la de clientes insatisfechos. Escucha las opiniones de terceros. No trates de convencerles de tus conclusiones; escucha y aprende. Podría ocurrir que te llevaran a cambiar de criterio. 3. Desarrolla nuevos sistemas Trata de identificar nuevos patrones de comportamiento y experimenta con nuevas políticas y sistemas de funcionamiento a partir de ellos. Puedes encontrar nuevas posibilidades si: Consideras ideas contrapuestas sin necesidad de tener que reconciliarlas. Es posible que al no tener que optar entre ellas descubras otras opciones que te pasaban desapercibidas. No pierdas tiempo persiguiendo la mejor solución. Selecciona lo mejor de diferentes opciones y experimenta con ellas. En vez de afrontar de modo directo la raíz de un problema aborda aspectos periféricos más susceptibles al cambio y capaces de generar resultados inmediatos. Todo cambio de mentalidad tiene implicaciones y puede acarrear algunos costes. Tu imagen de jefe tradicional y oxidado puede resentirse pero ganarás en...
No es lo que parece
Ayer en el AVE, una niña sentada en sentido contrario de la marcha exclamaba sorprendida: ¡Por qué va para atrás…! Vemos el mundo no como es sino como somos. Buscamos acomodar en nuestros esquemas conceptuales toda la información que recibimos de él y si no se ajusta, tratamos de forzarla o descartarla por irrelevante. Si pretendes mejorar el desempeño de tus colaboradores deberás ser capaz de influir en el modo en que perciben la realidad, y esa es una nueva capacidad a desarrollar....
Dales tiempo
Cuando las realidades externas cambian, la percepción de esas realidades por las personas no se modifica con la misma rapidez. Tus colaboradores necesitan tiempo para asimilar las transformaciones de su entorno de trabajo que algunos pueden percibir incluso como amenazas. Tienes que asistirles en la identificación y abandono de esas estructuras mentales obsoletas para que pueden desarrollar su verdadero...
Los hábitos
El modo en que hablas, caminas, te relacionas o te comunicas está profundamente arraigado y se desarrolla principalmente de modo inconsciente. Cambiar los hábitos propios o de los demás te llevará más tiempo y esfuerzo del que ahora empleas y probablemente un abordaje distinto....
Formas de pensar
Los logros de tu trabajo vienen determinados por tu forma de pensar. Si quieres mejorar el desempeño de tus colaboradores, lo más eficaz no es tanto modificar sus hábitos, que también será necesario, sino es buscar la mejora en su forma de pensar y sus motivaciones. Es más rápido y más sencillo de lo que parece....
Cambiar de mentalidad (1)...
Para abordar situaciones desconocidas o caracterizadas por la incertidumbre resulta natural buscar fórmulas que proporcionen seguridad y capacidad de control. Enfrentado a problemas complejos e imprecisos aplicas rutinas que ya conoces y que te aportan claridad y tranquilidad. Pero al actuar de ese modo reduces tus posibilidades de respuesta sólo al ámbito de lo que para ti resulta familiar y conocido, lo que para esas nuevas situaciones seguramente no es lo más acertado ni eficaz. Operar con modelos simples en circunstancias complejas impide percibir adecuadamente la realidad y descubrir soluciones más eficaces. En vez de desagregar la complejidad en piezas asequibles deberías cambiar de mentalidad, expandir tus opciones y realizar experimentos de bajo riesgo que potencialmente te proporcionen mejores resultados. ¿Pero cómo hacerlo en la práctica? Se trata de desarrollar nuevos hábitos, poner en marcha iniciativas no convencionales que no siempre han de ser muy radicales. Con frecuencia unos pequeños cambios pueden tener consecuencias sorprendentes y significativas. A continuación vamos a ver algunos procedimientos que te serán de utilidad. Hazte unas preguntas diferentes. Las preguntas que te sueles hacer ante cualquier problema responden a tu manera habitual de pensar. Tratas de encuadrarlo en unos parámetros que te ayuden a encontrar la solución. Pero al actuar así te mantienes dentro de lo acostumbrado y ordinario y las respuestas serán mediocres o inadecuadas. Para variar, hazte un tipo de preguntas distintas, que te lleven más tiempo de contestar, que te obliguen a pensar en profundidad y considerar otras posibles opciones, como por ejemplo: ¿Qué es aquello que no espero encontrarme? ¿Cómo podría acomodarme a lo inesperado? ¿Hay algo que doy por sabido y me quedo con la primera explicación que aparece de manera rápida o a la ligera? ¿Que ocurriría si, para experimentar, abandono mis supuestos...
Incomodidad
En una época de constantes cambios, el objetivo para quien tiene responsabilidades directivas debería ser estar dispuesto a reinventarse y anticiparse a las nuevas demandas lo más rápidamente posible. Eso significa trabajar por adquirir nuevas competencias antes incluso de que puedan asignártelas. Para poder gestionar tu trayectoria profesional y directiva has de buscar voluntaria e intencionadamente la incomodidad. Sólo si te comprometes a salir de tu zona de confort podrás ganar la perspectiva necesaria para visualizar el camino a seguir. Lograrlo exige vencer la inercia de mantenerte en aquello que sabes hacer bien con la intención de llegar a ser incluso mejor. Todos los incentivos parecen empujarte a ello. Pero ese comportamiento rutinario te lleva a no dedicar tiempo a aprender otras cosas nuevas e importantes. Sentirte cómodo con las competencias actuales te traerá notables incertidumbres cuando las circunstancias cambien. Tu gran preparación se demostrará menos valiosa o incluso obsoleta en esos nuevos contextos. Para evitar caer en esa trampa pon en marcha estas prácticas: Reserva tiempo en tu agenda para participar en proyectos y actividades fuera de tu área fundamental de experiencia. Busca activamente desarrollar contactos y relaciones con personas que trabajen en otros sectores y que posean competencias distintas a las tuyas. Descubre situaciones fuera de tu comportamiento normal en las que puedes sentirte incómodo y participa activamente en ellas. Tratar de desarrollar una nueva identidad no significa perder autenticidad ni querer engañar a nadie. Al contrario, responde a la necesidad de superar la tendencia a no preocuparse por desarrollar nuevas competencias hasta que no se necesiten, lo que puede llegar demasiado tarde y poner en peligro la carrera profesional. Independientemente de la posición y antigüedad en tu puesto de trabajo, nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para obligarte a salir de...