No has de ser un adivino para predecir el futuro. Basta que identifiques los cambios que ya han tenido lugar y los reconozcas como tus nuevas...
Reinvéntate (2)
Reinventarse es algo que está a tu alcance. Considera lo siguiente: Hoy nos encontramos en un entorno distinto. Seas como seas, tienes a tu alrededor las herramientas que necesitas para hacer realidad tu propias ideas y llegar a quienes se pueden beneficiar de ellas. La tecnología a tu disposición te sale barata o gratis. Para lo que antes se precisaban varias personas ahora lo puede hacer una sola. Lo que resultaba imposible ahora está al alcance de cualquiera. Emprender ese cambio no te requerirá jornadas interminables y agotadoras. Tampoco habrás de consumir los ahorros de tu vida o asumir riesgos extraordinarios. Puedes probar con una dedicación inicial de 10 a 30 horas a la semana, como un complemento de tu trabajo actual que de momento te asegura los ingresos que necesitas. No necesitas disponer de una oficina. Puedes trabajar desde casa y colaborar con gente de cualquier lugar del mundo. No te preocupes por lo que deberás abandonar sino concéntrate en lo que tienes por delante y las satisfacciones que te proporcionará. Tampoco eres el único y pronto te darás cuenta. En cuanto te abras a ese nuevo futuro identificarás a muchos otros que están rehaciendo sus vidas y a los que les ocurren cosas apasionantes. Y lo que piensen los demás es indiferente. No necesitas de sus aplausos para convertirte en tu nuevo modelo. No puedes resignarte y rendirte a un trabajo gris en un sistema que se tambalea. Hay esperanza, claro. Vivimos unos momentos de libertad y de acceso a las oportunidades como nunca antes. Posiblemente sea algo más que una tendencia y estemos ante el comienzo de una nueva revolución social que señalará el camino para las generaciones que nos sigan. Tienes las condiciones adecuadas; como todos los demás. Está en...
Reinvéntate (1)
Quizás los comentarios de las últimas notas te han dejado pensando (Inadaptados, Los números, Desobedece). Igual incluso algo preocupado. Tu también lo observas: Mismo puesto con más trabajo y menos sueldo. O mismo negocio que ya no crece y sin nada nuevo que ofrecer. Pasa el tiempo y estás en lo mismo con cada vez menos opciones. Algunos pensamos que es algo connatural con los tiempos que vivimos. Otros descubren esta necesidad de reinventarse porque el sistema les ha descartado. Otros, en fin, porque ya no se sienten cómodos con lo que hacen. En todo caso este es el preciso momento en que debes reinventarte. No se trata de un mero maquillaje externo, de una mejora superficial, sino de una transformación profunda, de cambiar las reglas que te han guiado hasta ahora. No obstante te resistes porque: Crees que cambiar a estas alturas de la vida no es lo tuyo. Tener un trabajo interesante y satisfactorio, poder cambiar el viejo utilitario o tener una casa familiar más cómoda no le corresponde al número de la lotería que te ha tocado. Piensas que careces del tiempo, el dinero o el convencimiento necesarios para arrancar algo nuevo. Tienes la idea de que hacer negocios es algo casi inmoral. Te asusta asumir riesgos. Nunca pensaste en montar tu propia empresa y sacarla adelante. Eso es para una raza especial de mutantes nacidos para conquistar retos imposibles para los demás. Piensa si no estarás proyectando hacia fuera esa confusión interior que te hace sentir infeliz cualquiera que sean las circunstancias en las que te encuentres. Quejarte o resignarte no te ayudará. Tienes que escapar de esos altibajos emocionales y emprender nuevas acciones que te ayuden a reescribir el trabajo que realizas y reconocerte como una persona nueva. Reinventarse...
Depende de ti
Todos vemos el mundo según como somos y no como realmente es. Reflejamos en él nuestro modo de pensar y de comportarnos. Por tanto depende de ti el cómo quieres que...
Inadaptados
En las últimas semanas he tenido ocasión de encontrarme con un buen número de ellos. Y me comprometí a escribirles estas líneas. Y lo prometido es deuda… Estamos en un sistema que exige nuestro tiempo, nuestro trabajo, nuestro conocimiento, pero que no ofrece nada a cambio, que no escucha, que se mueve con lentitud y al que apenas importamos. Un sistema que no parece inmutarse por los millones de personas a los que no es capaz de emplear, ni por otras muchas más a las que entretiene con trabajos poco cualificados y mal pagados. Si sientes que eres una de ellas, bienvenida al grupo de los inadaptados (descartados los llama el Papa Francisco). En el contexto actual no se trata de una calificación negativa. Precisamente porque no encajas en las reglas, normativas y procedimientos del sistema estás obligado a ejercitar tu creatividad y capacidad de iniciativa para salir adelante. Es importante que seas consciente de que no tienes otra opción que reconocer esa singularidad y asumir tu responsabilidad. Lamentablemente, por falta de formación y de información, muchos continuáis llamando a las puertas del sistema esperando que os las abran. Os habéis convertido en entregadores de curricula a los que nadie atiende. Y para empeorar las cosas, tampoco disponemos de suficientes líderes capaces de agrupar a los inadaptados en torno a organizaciones que favorezcan la innovación y el desarrollo de iniciativas, y que se ocupen de coordinar la obtención de los recursos necesarios. Tenemos el reto de construir un nuevo mercado de trabajo que ha de ser colaborativo más que competitivo. Los jóvenes desmotivados, los sobradamente formados, los expertos discriminados por su edad, habéis de encontrar los mecanismos de participación y colaboración para compartir vuestros conocimientos y sacar adelante vuestros propios proyectos. Disponéis de las...
El cambio
No trates de explicar su conveniencia. No te escucharan o no te entenderán. Cambia y luego lo...
Los números
Hoy he conocido un nuevo caso de empresa que despide a tres destacados profesionales con la sola excusa de los malos resultados del conjunto de la organización. No importa que la facturación siga siendo extraordinaria aun en tiempos de crisis, ni que la actuación de dichos profesionales en nada pueda relacionarse con la cuota de mercado de la empresa. Se trata de una historia desgraciadamente común. Un directivo, al que sólo le preocupaban unos números que hablaban del pasado, quería maquillar sus resultados en el corto plazo sin entender de sus causas. Un caso más en el que decisiones inconscientes y equivocadas lesionan a personas. Hay que insistir sin descanso en la relación entre resultados y desempeño. Y lo que es más evidente, los resultados sólo pueden mejorarse si se premia y estimula el buen desempeño. Otra cosa es hacerse trampas. Como directivo tienes la responsabilidad de…: Orientar a tus colaboradores hacia el desarrollo de aquellas actuaciones que se demuestran eficaces para la consecución de los objetivos deseados. Reconocer públicamente e incentivar económicamente el desempeño eficaz y destacado. O de otro modo dejarán de hacer lo que corresponde y como no sabrás dónde corregir; actuarás a ciegas y penalizarás a quien no corresponde. Facilitar los procesos de cambio tolerando las deficiencias iniciales y premiando los avances, aunque menores, para acelerar así su aceptación. No mejorarás resultados con un comportamiento directivo egoísta y autoritario, obsesionado sólo con el seguimiento de unos números cuyas implicaciones desconoces. Se precisa de capacidad de observación, paciencia, constancia y generosidad para lograr las metas que te han marcado. Sin ellos, si los despides, nunca las lograrás. Y te convertirás en prescindible de aquí a poco....
Tu tienda
No son tiempos fáciles para el comercio minorista. Que el entorno ha cambiado os resulta evidente, aunque quizás no acertéis a comprender completamente las causas de los problemas y menos aún las soluciones. El comercio electrónico arrasa con su eficiencia cada vez a más sectores. Los consumidores consultan en Internet desde electrodomésticos o coches, a ropa, libros o productos de alimentación. Y compran con gran facilidad y obtienen ahorros significativos. Es imposible competir en precio con las tiendas virtuales. No pueden hacerlo ni siquiera las grandes cadenas. Si tienes una pequeña tienda sólo te vale la cercanía, la maestría en la satisfacción de las necesidades del cliente y la emoción con que acompañas el proceso de venta. No es poca cosa. Nada de eso te pueden copiar las tiendas virtuales, pero necesitas saber como transformar esa ventaja en ingresos. Para lograrlo deberías considerar los siguientes aspectos: Tus conocimientos. El cliente que entra a observar de cerca la mercancía necesita y agradece el asesoramiento que nace de tu experiencia. Y la elección basada en la confianza en ti como experto bien vale un precio algo más alto. Esto exige que la atención la preste un vendedor informado y comprometido y no uno apático e inexperto. Cuida la selección de las personas. La vinculación. Una compra es sólo el primer eslabón de una serie de ellas. La necesidad inicial del cliente con frecuencia requiere ser complementada con otros productos o servicios más o menos cercanos en el tiempo. Debes estar en condiciones de asesorar sobre una solución completa a necesidades más amplias y complejas. Ponte en la situación del cliente y serás capaz de anticiparlas. Crea tu club. Haz de tu tienda el lugar donde tus clientes puedan encontrarse, conocerse y relacionarse. Dependiendo de la naturaleza de...
Desobedece
La crisis ha dejado ver la cara más defectuosa de unas organizaciones anticuadas. En los últimos meses se ha agudizado el fenómeno por el que buenos profesionales se han visto obligados a abandonar las organizaciones en las que trabajaban. Igual tu también atraviesas por una situación similar. No debiera sorprenderte. A esas viejas organizaciones les incomoda el que destaques. Prefieren la estabilidad y el mantenimiento del status quo antes que el progreso. Su objetivo es perpetuarse aun a costa de las personas que las componen, a las que consideran perfectamente reemplazables. Por eso observas organizaciones llenas de burócratas, aduladores, fieles cumplidores del manual y temerosos de pensar por ellos mismos. Y a cambio reciben como recompensa la ausencia de responsabilidades, unos salarios bajos y permanecer en el anonimato. Para dichas estructuras ser obediente es lo obligado pues te ven como una pieza sustituible. Como podría esperarse, en estos sistemas mucha gente padece frustración al reconocerse manipulada y desaprovechada. Cómo sólo hacen lo que les dicen nunca llegan a recibir lo que creen merecerse por unas capacidades que jamás ponen en servicio. Pero las organizaciones que se aferran a estos viejos sistemas de funcionamiento, por muy reconocidas que sean sus marcas, están condenadas a desaparecer. De hecho las noticias de su descomposición aparecen cada vez con más frecuencia en los medios de comunicación. Si te encuentras en esa situación, no te queda más remedido que desobedecer y buscarte una nueva vida. Sólo podrás escapar si ejercitas tu talento y creatividad. Puedes contribuir con eficacia al desarrollo de nuevas organizaciones si dejas de acomodarte al lugar donde te encuentras y te decides a desarrollar tu potencial. Descubre por ti mismo lo que quieres hacer y cómo realizarlo. Propón contribuciones valiosas con impacto en la vida de...
Flexibilidad
Lo fundamental es tener claro el propósito. Después sé flexible respecto a la manera de alcanzarlo. Y realista para redefinirlo si las circunstancias te obligan a...