¿Estás en “la nube”…?...

Las pequeñas y medianas empresas tiene a su disposición nuevos modelos de acceso a las tecnologías informáticas, a plataformas y aplicaciones, que les permiten un acceso mucho más amplio y a la vez más barato. Disponer de soluciones informáticas alojadas en la Red y en servidores externos supone una gran ventaja en flexibilidad y costes, lo que tiene impacto en la rentabilidad. Además la oferta es variada lo que permite poder elegir entre diferentes proveedores la opción más conveniente. Los modelos de negocio empleados por estos servicios son también interesantes. El más sugerente es el de “pay as you go” o “paga sólo lo que necesites”. Aquí sólo has de pagar por los recursos que utilices durante un determinado período de tiempo, habitualmente un mes. Se aplica tanto a la disponibilidad de infraestructura (espacio en disco para almacenar información) como al uso de aplicaciones, o a la capacidad de procesos de datos. Para una PYME es interesante ya que: Te elimina la necesidad de predecir las necesidades en tecnologías de la información, de por sí complejas en ese mundo y sometidas a grandes oscilaciones. Si el incremento de visitas a tu web lo exige, la capacidad puede escalarse proporcionalmente y asegurar una respuesta adecuada. Se evita así la posible mala imagen que generaría la frustración de tus visitantes. Transformas la inversión en TIC en un gasto. Evitas, por ejemplo, tener que comprar servidores y actualizarlos periódicamente. Y el gasto, con algunos proveedores y cuando estás empezando, puede incluso ser nulo, pues hay servicios gratuitos. Simplifica el acceso a grandes cantidades de información. Cada vez son más las fuentes de datos disponibles y su acceso y análisis resulta de interés para que la empresa pueda mejorar su oferta y llegar más fácilmente a sus potenciales...

Desarrollar la cultura de la Innovación...

Siguiendo con el tema de una nota anterior, elaboro algo más la idea de cómo promover una cultura innovadora en la empresa y el papel que puedes desempeñar para lograrlo. Algunos directivos, más de los deseables, empujan a sus empleados a seguir los procedimientos y a ajustarse a las normas establecidas más que a inventar nuevas maneras de hacer las cosas. A la vez defienden que la empresa habría de ser más innovadora y manifiestan su impotencia para lograrlo pues piensan que todo nuevo producto ha de salir de sus laboratorios de I+D. Es un error asumir que la innovación se centra sólo en desarrollar nuevos productos, servicios o tecnologías. Las empresas necesitan innovar en esos y en otros muchos más campos. Por ejemplo, Apple no sólo lo ha hecho en nuevos productos, sino también en los embalajes, en las tiendas, en la atención a los clientes y en los acuerdos que establecen con los desarrolladores de aplicaciones. Las mejores organizaciones no basan su innovación en los resultados de un reducido número de personas creativas. Al contrario, se  preocupan de crear una cultura en la cual todo trabajador se vea motivado a innovar, ya sea en procesos, productos o servicios. Esto redunda no sólo en nuevos productos sino en mejores márgenes, vinculación de los clientes o unas relaciones más estrechas con otras empresas. Además sacan partido al talento de todo aquel que pueda contribuir con una innovación o una idea revolucionaria. Si quisieras desarrollar una cultura de promoción de la innovación en tu empresa, podrías empezar por algunas de estas cosas: Identifica e implanta una innovación en tu propia área de influencia. Trabaja con tus colaboradores para encontrar ideas que reduzcan costes, ahorren tiempo o mejoren el servicio a los clientes. Quédate con una...

¿Qué tipo de organización tienes?...

¿Quién puede ser capaz en tu organización de generar la vinculación con el cliente que demanda la estrategia actual de la empresa? Evidentemente sólo puede hacerlo el factor humano de la misma, con la ayuda de algunos sistemas tecnológicos y en el contexto de una cultura organizativa que lo favorezca. Hoy trato de reflexionar sobre qué tan fácil resulta disponer de esos empleados comprometidos con la empresa y capaces de desarrollar las tareas que resultarán en unos clientes vinculados, y la influencia del diseño de la organización y su cultura. En mi experiencia, el grado de compromiso de los empleados no suele ser muy alto, y no porque a la gente no le guste su trabajo (esto puede ser parte de la causa) sino porque en realidad no confían en sus jefes.  Es muy probable que quienes debieran liderar a los empleados no ejerzan esta función pues los ven más como subordinados y no como colaboradores. Las relaciones entre ambos se vuelven fácilmente políticas, en un contexto en el que los subordinados tratan de satisfacer a sus jefes y éstos se aseguran su lealtad mediante el control de la carrera profesional de aquéllos. Otro problema fácil de observar es la escasa autonomía de las personas en la organización. Una vez contratadas y asignadas a un determinado puesto se encontrarán con serias dificultades para escoger el trabajo a realizar, la manera de llevarlo a cabo, o los componentes del equipo con quienes trabajar. Las definiciones de los puestos de trabajo traen como resultado que en el mejor de los casos la gente acabe entregando exactamente eso que se les pide, y nada más. Todo esto significa talento desaprovechado. El énfasis en las normas y regulaciones hace que los empleados acaben siendo tratados como si fueran...

¿Cuándo habrías de dejarlo…?...

Os respondo a los que en las últimas semanas me habéis preguntado cuándo debíais dejar vuestro empleo actual para poner en marcha vuestra propia empresa. Poner en marcha un negocio que dure no es fácil. Has de dedicar a ello mucho tiempo y dinero, y cuanto más inviertas, mayor el riesgo. Lo más conveniente, lo menos arriesgado y lo que incrementa las posibilidades de éxito es mantener tu empleo mientras pones en marcha tu nuevo proyecto. Sin duda será difícil, requerirá sacrificios y mucho trabajo. Pero es obligado, según la opinión mayoritaria de quienes lo hemos experimentado, si quieres tener alguna posibilidad de que la nueva empresa arranque. Si te pones a ello, sería bueno que consideraras estas orientaciones: Destaca en tu puesto actual. No te puedes permitir perder tu empleo actual. Habrás de trabajar como nunca y rendir más que los demás. Y no puedes perder el tiempo, pues todo el que puedas sacar fuera de tus horas de trabajo oficiales habrá de ser para hacer realidad tu proyecto. Programa rigurosamente tu agenda. Establece tu jornada de trabajo normal y decide los horarios que dedicarás para trabajar en tu futura empresa. Todas las horas que puedas sacar en las tardes-noches y fines de semana siempre te parecerán pocas. Y cumple con tus compromisos. Se austero. Elimina todo gasto que no sea imprescindible. Necesitas cada euro porque siempre habrás de gastar más de lo que piensas y los ingresos llegarán más tarde de lo que esperas. Reinvierte todo lo que ganes en tu propio negocio. Te ayudará a consolidar la infraestructura que necesitas. Minimizarás los riesgos de fallida por falta de liquidez que, más tarde o más temprano, siempre acabará apareciendo.   Y recuerda que el error más habitual es abandonar el empleo actual...

El papel de la cultura empresarial en la innovación...

Los elementos que hacen a una empresa realmente innovadora son diversos: una estrategia centrada en la innovación, un conocimiento profundo del cliente, disponer de un gran talento, un conjunto de capacidades adecuado para la implantación de la estrategia… Sin embargo, más importante que cualquiera de esos elementos aislados, es el papel de la cultura de la empresa para integrarlos: los patrones de comportamiento, sentimientos, maneras de pensar y creencias de la organización. Según los resultados de este estudio sobre Innovación Global, sólo la mitad de las empresas afirman que disponen de una cultura que apoye con firmeza su estrategia de innovación. Y en la misma proporción dicen reconocer que su estrategia de innovación no está alineada con la estrategia global de la empresa. Esta desconexión es tanto un problema como una oportunidad. Por un lado, se asocia a un peor rendimiento en comparación con las empresas competidoras. Por otro, los directivos son conscientes de lo que está en juego, incluso aunque sus empresas no hagan las cosas bien. Reconocen como sus objetivos estratégicos principales lograr  “el rendimiento superior del producto” y “un producto de calidad superior”, y coinciden en que los atributos culturales más importantes habrían de ser “una fuerte identificación con el cliente” y la “pasión/orgullo por los propios productos”. La lección es que cuando se trata de innovar, no sólo hay que repensar la plataforma de investigación y desarrollo. La cultura de la empresa es útil para promover la innovación y acelerar su ejecución.  Para ello se aconseja: Que la estrategia de innovación se defina de manera clara y sea comunicada a través de toda la organización. Que exista alineación entre los técnicos y los altos directivos y que los primeros participen en la toma de decisiones estratégicas. Que la agenda de...

Nos falta gente experta en las TIC...

¿Estás de acuerdo? En las empresas de nuestro entorno, en las pequeñas y medianas, falta gente con esas competencias en tecnologías de la información y la comunicación y por tanto no pueden resolver adecuadamente su presencia en Internet ni en los dispositivos que usan sus clientes. Y la situación se agrava cuando los distintos profesionales de la organización necesitan de dichas tecnologías para poder desarrollar y expresar sus propias capacidades. Seguramente la solución pasa además por un cambio de la estructura organizativa, en la que tengamos a un grupo de expertos trabajando en la elaboración de una plataforma que pueda ser usada desde distintos puntos de la organización para comunicarse con los clientes e impulsar el negocio. Hay que tener en cuenta que en muchos casos (¿todos…?) la renovación o reinvención del negocio se asienta sobre el uso de estas tecnologías. Como la dimensión de muchas empresas no permite una solución propia y autónoma, trataremos de proporcionárosla desde...

Reconoce los signos y actúa...

He encontrado este artículo que identifica algunos signos que te señalan de manera inequívoca la necesidad de reconvertir tu negocio. Me ha parecido un complemento adecuado a los comentarios de los dos últimos días. Por eso te los señalo a continuación, por si te convencen y te ayudan a emprender las acciones necesarias antes de que sea demasiado tarde: Reducción de ingresos y beneficios. Quizás los atribuyes a la crisis económica y te consuelas con que le pasa a todo el mundo, pero lo más probable, como repito con frecuencia, es que el modelo de negocio ya no sea adecuado. Tus empleados se marchan. En particular lo más valiosos y por diversas razones. En todo caso la responsabilidad puede ser tuya por no haber sido capaz de proporcionarles lo que les retendría en tu empresa. Fuerte competencia. Eso traduce que tus clientes se marchan con otros. Ya sabes de la importancia que desde estas páginas se da al desarrollo de una vinculación estrecha con tus clientes que haga irrelevante la presión de la competencia. Errores en tus previsiones de ventas. Como no aciertas, los beneficios se transforman en pérdidas. Pero ten en cuenta que es sólo un indicador, la causa no está aquí. Deuda excesiva e imposible de atender. Has entrado en un círculo vicioso que además te representará dificultades futuras para obtener financiación. Seguramente necesitarás de la ayuda de especialistas para salir de esa situación. Ausencia de nuevos proyectos. Tu oferta ha quedado obsoleta o no cumple ya las expectativas de tus clientes. Y careces de nuevos productos o servicios para sustituirla, bien porque no has prestado atención o porque has seguido un camino equivocado. Estrategia desenfocada. O puede que incluso carezcas de ella. La empresa se ve arrastrada hacia el caos sin...

Aceptar la realidad

Quizás la reflexión de ayer ha de ir precedida en algunos casos de la toma de una decisión muy seria. Decidir si continuar la penosa marcha de un negocio o cerrarlo es una experiencia muy dolorosa. Como responsable de la empresa no puedes ignorar las personas a tu cargo y sus familias. Tu imagen y tu ego los imaginas ligados a tu negocio y piensas que saldrán dañados. Te preocupa el vacío y la sensación de pérdida al acabar una aventura que te ha ocupado tantos años de tu vida. Tengo un amigo que lleva meses debatiéndose en esta duda. En su caso el problema nace del comportamiento desleal de un socio que ha expoliado a la empresa. En otros puede ser el entorno de crisis, o la obsolescencia del producto o del modelo de negocio. Quizás sea ya el momento de dejar de lado lamentaciones inútiles y, con gran realismo, ponerse a tomar decisiones racionales y claras acerca de tu futuro. Cerrar la empresa no debiera asociarse a un fracaso, y aunque así se considerara, el aprendizaje que ello genera tiene un inmenso valor. Tu éxito nacerá de que aprendas la lección y te pongas cuanto antes a una nueva iniciativa. Los primeros en necesitarlo son aquellos empleados valiosos que saben de tus capacidades y que esperan que les llames de nuevo. Y después tus clientes que desean escuchar tus nuevas propuestas. Tienes 23 días para...

Estate preparado

Enero de 2012 será determinante para la puesta en marcha de tu nuevo negocio o para la transformación radical del que llevas entre manos. La coyuntura de la entrada del nuevo gobierno, la puesta en marcha de sus medidas para reactivar la economía (desconozco cuáles serán), la pesadez de la queja continuada de tantos y durante tantos meses…, deberían animarte a tomar esa seria decisión el próximo enero. Nos esperes al día 1 para formular tus propósitos para el nuevo año. Comienza hoy a dar los pasos necesarios. Las oportunidades aparecerán: Las pequeñas empresas son la base de la economía y las que crearán empleo. El nuevo gobierno no podrá ignorarlas si quiere relanzar la economía. Seguro que ofrecerán ayudas que te serán de gran utilidad. Los clientes te comprarán a ti, a pesar de la globalización, si me haces caso y construyes una relación estrecha que te permita ofrecerles un producto singular para cada uno de ellos. Tendrás fácil el darte a conocer a través de las redes sociales, asumiendo que ya estás allí y con una buena presencia (si no fuera así, empieza hoy…). Comienza a pensar en esas competencias que te hacen especialista en algún tema y prepárate para ponerlas al servicio de tus potenciales clientes. No te descuides y sigue formándote. Y si tienes dudas, puedes apoyarte en un franquiciador, pero no en cualquiera.   Desde la Escuela de Emprendedores del Business Learning and Development Institute podemos ayudarte de muchas maneras: Con formación, en la definición del modelo de negocio, en el plan de empresa, en la infraestuctura que necesitas, en el acompañamiento posterior al lanzamiento,… ¡Tu pide!...

El porqué de tus problemas…...

La reducción de las ventas, la falta de anticipación a la crisis, la dificultad para desarrollar iniciativas que te ayuden a salir adelante, la situación de bloqueo ante la falta de ideas… No todo esto debes atribuirlo a los cambios del entorno, o al comportamiento inepto de reguladores y gobernantes o al abuso y la falta de ética en el sector financiero. Habrás de reconocer que tu también tomas decisiones de continuo. Es tu trabajo y eso determina cómo es tu empresa y hacia dónde se desarrolla. Pero los conocimientos que adquiriste se deprecian. El mundo cambia de modo tan acelerado que tu capacidad de seguirlo es claramente insuficiente. Tus capacidades se van amortizando aunque no registres adecuadamente esos asientos en tu contabilidad. Además debes considerar la inercia de tu organización o empresa, que se caracteriza por esa estructura monolítica e inmutable que le has proporcionado: Las mismas personas con los mismos conocimientos y desarrollando las mismas tareas y con la misma manera de pensar, tratando de permanecer anónimos y pasar desapercibidos. Y así desde hace años. El resultado es una incapacidad para afrontar con agilidad los retos actuales. La realidad se impone. Necesitas incorporar el conocimiento y las capacidades de otros al proceso de decisión estratégica que ya no puede depender únicamente de tus decisiones. Habrás de estructurar tu empresa en unidades más pequeñas, con autonomía, formadas por personas capaces de adaptarse, de cambiar y de evolucionar, de tener iniciativa y asumir...

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