Si no estabas seguro de la razón por la que debías comprometerte con la innovación, ahora ya la tienes. Si no hubieran cambios, podrías seguir haciendo lo mismo, lo de siempre. Sin embargo: Los mercados son inestables Los clientes son impredecibles Los competidores se reinventan La tecnología evoluciona Asistimos a un cambio acelerado. No tienes alternativa; o tu generas el cambio o te cambian. Y si lo diriges tu, te ahorrarás inconvenientes y los beneficios serán más duraderos. ¿Y qué has de decidir? Cómo prepararte para los mercados de mañana Cómo desarrollar la mentalidad innovadora en la organización Cómo alcanzar una posición ante tus clientes que otros no puedan igualar La innovación, la promuevas tu o te la promuevan otros, hará que los productos y servicios, que los modelos de negocio, que el sector incluso se vuelva obsoleto. De ahí que la innovación sea un elemento clave para la formulación de la estrategia. Y su transformación en iniciativas concretas que llevar a los clientes, lo que te ayudará a sobrevivir. Como directivo de una pequeña empresa tienes la ventaja de estar de estar en contacto directo con los clientes, lo que te debe ayudar a identificar la necesidad del cambio y a implantarlo más rápidamente. ¿Qué crees que pueden necesitar? No esperes que te lo pidan; igual no caen en la...
Hábitos para hoy
Este libro recientemente publicado, The Innovator’s DNA: Mastering the Five Skills of Disruptive Innovators, enumera los cinco hábitos que caracterizan a los innovadores radicales: Asociar ideas.Ser capaz de conectar cosas, ideas, conceptos aparentemente alejados o imposibles de relacionar. Ser inquisitivo.Preguntarse de continuo porqué las cosas no pueden hacerse de manera diferente. Observar.Es prestar atención a los comportamientos de la gente como fuente de inspiración de nuevas ideas. Tener una amplia red de contactos.No tanto para conseguir contratos como para descubrir ideas procedentes de otros entornos y mercados, nuevos puntos de vista. Experimentar.Los innovadores andan siempre «trasteando», enredados en introducir modificaciones en sus productos y modelos de negocio. Dichas características también se aplican a las empresas. Las más innovadoras buscan contratar gente creativa y les estimulan a ser observadores e inquisitivos. Si bien defienden sus autores que todo lo anterior puede aprenderse, también reconocen la existencia de genios, especialmente dotados para la innovación radical. Independientemente de tu ADN, ¿cultivas esos cinco...
Intuición
No es mala. Su papel en la toma de decisiones debe ser mejor reconocido y gestionado. Se suele confiar en exceso en los análisis cuantitativos. Si bien los números son importantes, las ideas más innovadoras y prometedoras, de más impacto estratégico, difícilmente pueden ser cuantificadas. Corren por tanto el riesgo de ser descartadas y olvidadas. ¿Porqué este exceso de la validación cuantitativa? Por la incertidumbre de las decisiones de largo plazo Por la inseguridad respecto a estar haciendo lo correcto Como justificación de haber realizado un análisis en profundidad Para fundamentar una determinada decisión Pero los números dirán siempre lo que tu quieras y centrarte en ellos te impedirá ver aquello que es verdaderamente importante pero imposible de cuantificar. Está bien que hagas algunos números. Pueden ayudarte a descubrir aspectos en los que no hayas caído. Pero después, déjalos a un lado y toma la decisión según lo que te diga tu experiencia e...
Algo va mal
Tus clientes están “quemados” contigo: Averigua la razón Responde a las quejas Arregla los problemas Comunica lo que has hecho para mejorar Tus clientes te ignoran: Mantén la relación Cuida los contenidos de los canales de comunicación Construye un propuesta singular Haz un seguimiento de la frecuencia de la relación A tus clientes los tienes confundidos: Simplifica los canales de comunicación Aclara los procedimientos de ayuda Mejora la documentación Analiza el origen de los problemas Tus clientes se han ido “con otra”… empresa: Asegúrate de mantener un trato personalizado Arregla y aclara tu propuesta de valor Mira de comunicarla mejor Trata de recuperarlos de inmediato Y no esperes a que nada de esto se...
¿Cómo innovas?
Me ha parecido interesante la propuesta de este artículo sobre la forma de categorizar los tipos de innovación. Se basa en la manera en que tiene lugar en tres grandes empresas indiscutiblemente innovadoras. Trata de identificar la predominancia de alguna de estas tres cualidades necesarias para la innovación: Visión: Que señala dónde quieres llegar. Estrategia: Que te indica cómo llegar. Ejecución: Que te lleva al lugar deseado. Según estas cualidades, puede hablarse de: Innovación estructurada. Propia de Apple, se trataría de un proceso metódico, que evoluciona de manera descendente en la organización. El enfoque es en la ejecución de la visión que emana desde la dirección general; abundan los profesionales que destacan por su capacidad de ejecución. Innovación desestructurada. Propia de Amazon, consistiría en un proceso más descentralizado, con diversos visionarios que persiguen vías de innovación en los distintos ámbitos. Llegan a muchos mercados en los que experimentan diversos modelos de negocio. Comparativamente, abundan visionarios y estrategas. Innovación abierta. Propia de Google, consistiría en un proceso más caótico, con muchos proyectos de innovación que cualquiera está en condiciones de promover. Sus profesionales son innovadores de raza que participan de las dotes de los visionarios, estrategas y ejecutores. La alineación con una visión global de la empresa es difícil de conseguir. El autor propone que el tipo de innovación estructurada es la más apropiada para una empresa de nuevo establecimiento. No me parece mal. Es una propuesta sugerente y descriptiva, resultado de una investigación quizás no muy rigurosa metodológicamente. En todo caso, me quedo con que nuestras empresas necesitan innovar, por iniciativa de todos los que en ellas trabajan.¡Ojalá que el problema fuera el caos que se...
No es tan difícil
La rapidez del cambio de la manera en que los clientes deciden y compran es lo que exige a la empresa actualización e innovación. No hacerlo es la causa última de la reducción de las ventas, de la falta de competitividad, de la indiferencia que generan sus productos y servicios. Innovar es crítico, por tanto, y un desafío, aunque no tan difícil como suele parecer. Solemos pensar que innovar es dar con un “gran idea”, y eso sí es difícil. Para dar con ella se precisa mucho tiempo y mucha investigación de gente muy lista. Y llevar a la práctica esa gran idea, aún más difícil. Obliga a contentar intereses diversos, implica alto riesgo, exige un esfuerzo directivo importante y puede tardar en reconocerse sus resultados. Pero innovar está más próximo… Al desarrollo de decenas de pequeñas ideas y experimentos. A la consideración detallada de lo que hacemos cada día, a la identificación de nuevas maneras de llevarlo a cabo, de modo más diligente, más eficaz, más simple. Y la mayoría de ellas pueden aplicarse sin costes adicionales, o incluso ayudarán a reducirlos. En cambio, los enemigos de la innovación son: la falta de atención, seguir el guión establecido quién sabe cuándo, el dejarse llevar por la rutina. Como directivo tienes la responsabilidad de promover que los tuyos prueben nuevas ideas, que asuman riesgos, que compartan experiencias. La ideas podrán venir de otras empresas y sectores, de la asistencia a reuniones, del aprendizaje continuado, de las relaciones establecidas más allá de los círculos habituales. ¿Qué habrá muchas ideas que no funcionarán? De acuerdo, pero de ellas también se aprende y pueden ser origen de otras nuevas y acertadas. Y los riesgos, en todo caso, son pequeños o nulos. A lo práctico: Propón a tu...
¡Se acabó!
No ha sido cosa de hoy. Pero algún día había que escribirlo aquí de manera contundente. La economía basada en las transacciones se da ya por muerta. La nueva economía nace de las relaciones, de la colaboración y la creación de comunidades. Necesitas un modelo de negocio que desarrolle la estrategia de la empresa en esta época caracterizada por el impacto de Internet en los negocios. Si piensas en tecnologías web te equivocas. Ellas no son las que te proporcionarán resultados económicos, sino el modelo de negocio que establezcas. La pregunta no es qué hacemos con Internet, sino qué hacemos con nuestro negocio dado que estamos en la era de Internet. Naturalmente, estás obligado a disponer de un lugar en la red con un diseño y funcionamiento de primera clase. Y también programas especializados para la gestión de datos y las comunicaciones, de forma que te ayuden a conseguir la innovación y la expansión de tu negocio. Todo esto es necesario pero no suficiente. Necesitas, insisto, un nuevo modelo de negocio. ¿Sabes qué es…? Se define como ese diagrama que describe el modo en que la empresa crea y proporciona valor a sus clientes y la manera en que éstos la recompensan en forma de ingresos económicos. El desarrollo de este concepto es reciente. Es la vía por la que la estrategia desciende a lo concreto, el modo en que los distintos elementos que determinan la creación de valor se articulan para hacerlo llegar al cliente. Hay distintas propuestas para construir el diagrama. Habitualmente sus elementos se agrupan en cuatro categorías: Propuesta de valor para el cliente Plan tecnológico y de operaciones Cómo llegar al mercado Cómo generar beneficios Yo he acabado desarrollando una estructura propia para ese diagrama, más completa, más lógica y...
El peligro de la inercia...
La mayoría de las organizaciones, incluso en momentos de grandes cambios, o precisamente por ser de gran incertidumbre, favorecen la actitud de no hacer nada y dejar que las cosas sigan realizándose como siempre. Los sistemas establecidos en las empresas están configurados, de manera inconsciente después de tanto tiempo en funcionamiento, para dar soporte al modelo de negocio vigente. La remuneración de los directivos está ligada a la obtención de unas metas predecibles, y no animan a realizar experimentos de resultados inciertos. Los distintos indicadores utilizados penalizan el dejarse llevar por la atractividad de nuevas iniciativas. Esta inercia, basada en rutinas obsoletas o inapropiadas, sólo puede corregirse si los directivos con capaces de identificar la necesidad del cambio y actuar. Lamentablemente muchas empresas no perciben la urgencia de realizar esos cambios hasta que adquieren la conciencia de encontrarse al borde de su desaparición. Cuanto antes optes por la revisión y redefinición de tu modelo de negocio, más pronto podrás capturar las nuevas oportunidades y beneficiarte de un rápido...
¡No lo hagas…!...
Vamos a tu agenda. Ahí está relatado el tipo de profesional que eres y las cosas que te interesan. Quizás no te guste lo que muestra de ti, pero desde luego no engaña. Hoy en vez de reflexionar sobre lo que debería estar en ella y no aparece, prefiero pararme en lo que no debería estar. Se trata de analizar esas actividades que haces y que no debieras realizar por alguna de estas razones: Carecen de interés y te hacen perder tiempo. No tienen nada que ver con tus objetivos profesionales o personales. Son tareas que deberían realizar tus colaboradores. ¡Delega! Te dispersan, por lo que no puedes dar lo mejor de ti mismo en aquello que es lo principal. Te suelen ocasionar estrés, al no dejarte hacer lo que debieras. Estas son algunas de esas cosas que no deberías hacer: Trabajar sin horario. Revisar el correo como primera actividad del día. Revisar el correo constantemente. Acudir a reuniones sin una agenda clara e interminables. Contestar llamadas de desconocidos. Dedicar tiempo a clientes que deberías haber despedido hace tiempo. Atender urgencias y no hacer lo importante. Estar conectado al teléfono o al ordenador de continuo. Comer solo. Dejar para mañana lo que deberías haber entregado ayer. Y algunas sugerencias complementarias: Pon esa lista de lo que no harás donde puedas verla. Actualízala cada mañana antes de ponerte a trabajar. Compártela con tus colaboradores: La ayuda será mutua. Añade durante el día aquellas cosas que sean causa de desviaciones. Escribe tu lista de las cosas que no has de hacer. Y ¡prepárate…! Es más difícil de cumplir que la lista de cosas que deberías...
¡Anímate!
¿Te animas a tener más iniciativas? Proponte llevar a cabo cosas que no haces habitualmente porque crees que no sabes o no puedes… Empieza por cosas tales como hacer ejercicio, cocinar, organizar una reunión de amigos, leer aquél libro, ordenar la mesa de trabajo, ir de excursión,… Cosas en las que pienses que vas a fracasar. Verás que en la mayoría de los casos las sacarás adelante, y en aquellas ocasiones, las menos, en las que no lo consigas, no pasará nada y habrás ganado una experiencia valiosa sobre cómo abordar nuevas iniciativas similares. Si esto lo conviertes en un hábito, descubrirás numerosas oportunidades a tu alrededor y sabrás aprovecharlas. Verás que ya no te dejarás llevar por las cosas que te trae la vida sino que serás tú quien tendrá el control sobre ellas. Aunque las iniciativas sean pequeñas, contribuirán a tu desarrollo personal, y tan sólo por el hecho de afrontarlas experimentarás de inmediato una satisfacción inesperada. Y cada vez las iniciativas serán más relevantes para ti y para los demás, y contagiarás a otros con tu ejemplo. ¿Cuál será la primera de...