Adaptar y adoptar

En determinados momentos conviene detenerse y reflexionar sobre el modo en que te estás adaptando a las demandas de cambio que te llegan y si estás adoptando nuevas herramientas y maneras de trabajar. Si no eres consciente de haber incorporado nuevas rutinas, si no has establecido nuevos compromisos para tu desarrollo personal y profesional, estás dejando pasar un tiempo muy valioso e irrecuperable. Estos son ámbitos fundamentales en los que deberías haber establecido nuevos objetivos: Nuevas herramientas de trabajo. El correo electrónico, el procesador de textos y la hoja de cálculo o la aplicación para presentaciones no pueden ser las únicas herramientas con las que te manejes. Necesitas familiarizarte con otras nuevas que aumenten tu productividad y que respondan más adecuadamente a entornos de trabajo compartidos. Investiga cosas como Google docs, Evernote, Producteev, etc… Nuevas estrategias. No puedes estar anclado en las estrategias del siglo pasado. El contexto actual marcado por el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación otorga un poder nuevo y decisivo al cliente y sus recomendaciones. Investiga en las distintas entradas de este blog relacionadas con el Modelo Delta otras maneras de reconfigurar tu estrategia. Nuevas competencias. La adopción de nuevas estrategias no puede verse limitada por la falta de capacidades para llevarlas a cabo. Averigua qué competencias debes adquirir para llevar a cabo las nuevas estrategias que te planteas. Seguramente te serán necesarias competencias relacionadas con la creatividad, la innovación y la vinculación con los clientes. Nuevos modelos de negocio. Si sigues aplicando el mismo modelo de negocio de años atrás, por bien que creas que te vaya, estás ignorando muchas oportunidades que te pasarán factura más pronto que tarde. Experimenta con nuevos modelos de negocio capaces de hacerte llegar a más clientes con propuestas de valor...

Hasta dónde

Hoy llegarás tan lejos como pueda llevarte tu voluntad apoyándose en tus conocimientos y capacidades actuales....

Reflexiona

Tu mente es la herramienta más importante. Tus actuaciones dependen de tu capacidad para controlar tu conciencia y tus emociones. Ayuda a reconocer cuándo has de mantener la calma o mostrarte firme en tus posiciones....

Tu desarrollo

Tu desarrollo personal y profesional son determinantes para tu futuro. Decide cuáles son las competencias clave para tu desempeño actual y próximo. Cuanto mayores y mejores sean tus capacidades, mayores serán tus logros....

Riesgo seguro

Me preguntaban hace unos días cómo vencer en las organizaciones las resistencias de los innófobos. Su fuerza no es desdeñable pues se escudan en el prestigio alcanzado tras muchos años de proceder de un mismo modo. Y el problema no es menor pues cuando la realidad les demuestre su error ya será demasiado tarde para todos. La solución pasa en primer lugar por obtener el respaldo de la alta dirección. Es responsabilidad de quien ejerce el liderazgo de la organización el promover el cambio cultural necesario para hacer de la innovación el motor de la adaptación al cambio. Eso implica que toda la organización se ve afectada por el compromiso de innovar y no sólo unos locos visionarios de un departamento considerado como maldito por los innófobos. En segundo lugar, se han de buscar maneras de reducir la sensación de riesgo de los innófobos, para evitar sus actitudes defensivas y la puesta en marcha de iniciativas contrarias a la innovación. Eso se puede conseguir estableciendo una especie de red de seguridad para las iniciativas innovadoras, unos límites en los que se deberían desenvolver y acordados por todos: Recursos. Establecer una cifra de euros y un número de personas a participar en iniciativas innovadoras. Tiempo. Porcentaje del tiempo de trabajo que se puede destinar a esas iniciativas. Estructura organizativa. En qué entornos se va a experimentar con esas iniciativas de innovación. Criterios. Cómo se define el ámbito de lo que se considera apropiado experimentar. Competencias. Qué capacidades se han de desarrollar internamente o es necesario incorporar del exterior. Seguimiento. Qué hitos se establecen para cada proyecto de innovación. Comunicación. Cómo y con qué frecuencia se informará de los avances que se produzcan. Fracasos. Cuál es el nivel de fracaso que se considera permisible y cómo...

Resistencia

Hace tiempo que le tengo ganas a la palabra “resiliencia”. No me ocurre sólo con ella. En el ámbito de la empresa y del desarrollo personal o profesional son muchos los términos que, perezosamente, más que traducirse se castellanizan, sin dedicar mucho tiempo ni neuronas a encontrar la palabra adecuada. No soy lingüista, pero aún así me incomoda tener que adoptar expresiones artificiales y que suenan extrañas en las conversaciones entre profesionales. Mucho más en el ámbito de la docencia, donde se complican innecesariamente las explicaciones cuando se adoptan términos de oscuro significado. Nadie se extraña del uso de palabras como resistencia, adaptación o recuperación para describir la capacidad de superar con esfuerzo una y otra vez situaciones adversas. Y sin embargo algunos emplean “resiliencia” para tratar de hacer énfasis en el gran valor que representa aquella recuperación. El caso es que además, la “resiliencia”, en su origen tecnológico, describe la vuelta al estado normal de los sistemas a que los se aplica como espontánea y sin alteraciones. Cuando nos referimos a personas o instituciones que superan circunstancias difíciles, se ha de reconocer que habitualmente las reacciones no son espontáneas ni automáticas sino que exigen trabajo y sacrifico y de ellas no se suele salir incólume. Por tanto, resistencia describe incluso mejor la actitud y capacidades de los resistentes, por lo que seguiré resistiéndome al uso de aquella palabra....

Perfeccionismo 06Oct

Perfeccionismo

La mayoría consideramos que establecerse unos estándares altos es un buen objetivo. Buscar la excelencia demuestra fortaleza de carácter y un compromiso ético con las propias obligaciones. Ponerse unas metas altas impulsa a alcanzar un nivel de desempeño elevado. Pero en algunos casos esos deseos pueden llevar a caer en el perfeccionismo cuando se pretenden objetivos excesivamente elevados y poco realistas. Equivocadamente puede pensarse que el perfeccionismo es deseable, e incluso necesario para alcanzar el éxito. En la práctica se demuestra que de hecho lo limita. El deseo de ser perfecto impide igualar el desempeño de otros que se establecen metas más realistas y priva de alcanzar la satisfacción personal por lo realizado. Para combatirlo: Ten conciencia de estar afectado. Aprende a reconocerlo en la manera en la que te comportas, piensas y sientes. Sé más realista. Reemplaza la autocrítica por pensamientos positivos realistas. Asume el punto de vista de otras personas. No des por buena la valoración que tu haces de situaciones o resultados. Adopta una visión de conjunto. No te pierdas en los detalles. Acepta transigir. Sé más tolerante flexible y acepta unos estándares más razonables. Cambia de comportamientos. Exponte de manera gradual y repetida a situaciones que sueles evitar por miedo a no estar a la altura. Combate la desidia. Afronta las tareas que pospones por miedo a tus errores o imperfecciones. Date un homenaje. Prémiate por el buen trabajo que haces. Practica y disfrutarás a la vez que destacarás por tu trabajo....

Vocación

En el ámbito profesional la vocación es lo que caracteriza el trabajo del competente. Es lo que aporta esa nota de autenticidad y singularidad, aquello que le permite destacar por encima de cuantos dicen desarrollar las mismas tareas. Hay que tener vocación para cualquier trabajo que se desarrolle, aunque a muchos les gustaría que la suya fuera de esas que piden hacer cosas sencillas y económicamente bien remuneradas. Quien tiene verdadera vocación la desarrolla por encima de circunstancias adversas y aunque hubiera de hacer su trabajo sin cobrar. El que le paguen no pasa de ser un regalo que es bien recibido. La pasión por tu trabajo no puedes aprenderla ni tampoco disimularla. Es el resultado de ese don especial que tienes. Si aún no lo has descubierto habrás de buscarlo. Toda persona tiene un don especial. Parafraseando a un poeta, el día que naciste no le pillaste a Dios enfermo. Sólo te falta encontrar tu talento. Quizás llevas años buscando ese don, tratando de identificar esa actividad para la que sabrás que has sido llamado. Seguramente más una vez creías haberlo encontrado para descubrir al poco tiempo que aún no diste con él. Sigue indagando. La vida consiste en una búsqueda continuada del encaje entre tus cualidades y las oportunidades que se te presentan. Si te cansas o te acomodas en lo primero que encuentres, habrás de simular lo que no eres y acabarás marginado en la mediocridad, por muy bien que te la paguen durante un tiempo. Tu integridad reclama que sigas buscando y no abandonar. Pregúntate en qué eres bueno y explora distintas opciones. Tendrás tropiezos en el camino pero cada uno de ellos te animará a seguir investigando y te acercará al objeto de tu pasión. No conseguirás destacar si...

Eres un genio

Han tratado de convencerte de lo contrario, de que ya estás bien donde estás, con lo que haces y por lo que cobras. Pero si te resistes a quedar marginado, tu sabes de lo que puedes ser capaz si te lo propones, del impacto que puedes provocar. ¡Demuéstraselo!...

Qué vas a hacer

Esta es la pregunta que se echa en falta en estos tiempos; o quizás sea la más desatendida. Ciertamente estamos rodeados de problemas políticos y económicos de envergadura y, sin embargo, parece que nadie se hace esa pregunta dado que no se escuchan respuestas concretas. Es una buena ocasión para repasar qué debes hacer como directivo cuando te enfrentes a problemas. Seguro que encuentras razones capaces de que explicar y confirmar tus problemas, pero la pregunta permanece: ¿Qué vas a hacer? En cualquier circunstancia, lo que sigue debería formar parte de tu respuesta: Asume tus responsabilidades y toma decisiones. Reconoce el problema y ponte en marcha. Olvida sus orígenes y abandona la esperanza en un acontecimiento excepcional que lo resuelva por sí solo. Ni esperes ni te lamentes. Haz uso de tus recursos y capacidades. No te desanimes. Son más útiles de lo que piensas. No eres el primero en enfrentarse a esos problemas y podrás superarlos como han hecho otros antes. Investiga o pregunta cómo actuaron. Diseña un plan de acción. Decide a dónde te diriges y determina los objetivos pertinentes a corto y medio plazo. Actúa. Pon en práctica las acciones de tu plan. Da los primeros pasos. Los otros vendrán con naturalidad. Lo que hace destacar a un directivo es su capacidad para emprender aquello a lo que otros renunciarían. Mientras otros se quejan o se resignan, tu decide qué vas a hacer....

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies