Abandona el escepticismo. Quizás te extrañe, pero el mundo se mueve por los principios de la ayuda mutua y la generosidad. Internet facilita hoy de manera extraordinaria el compartir sin buscar recompensa. Adoptar este comportamiento te obligará hacer un buen trabajo cuyas repercusiones serán insospechadas....
Compromiso
Para que la empresa pueda alcanzar sus objetivos precisa de unos profesionales comprometidos. No basta con que los colaboradores desarrollen un trabajo normal, de cumplir el expediente, sino que se necesita un desempeño extraordinario para alcanzar unos resultados significativos. Un profesional comprometido desea realizar una contribución destacada a su organización y está dispuesto a poner un empeño extraordinario en la realización de las tareas que conducen al logro de los objetivos. Pero el compromiso es algo muy distinto al grado de satisfacción que tratan de medir las encuestas de clima laboral. Puede darse el trabajador satisfecho pero acomodado, lo que no le hace particularmente responsable. Para empezar a trabajar en el desarrollo de profesionales comprometidos se necesita actuar en estos ámbitos: Cuidar la selección y promoción de los colaboradores. Hay que asegurar que cada uno de ellos se encuentra en la posición adecuada. Solicitar de ellos un desempeño destacado. De este modo se les reta a que den lo mejor de sus capacidades. Proporcionarles información. De este modo pueden reconocer la importancia de lo que hacen, valorar su desempeño en relación a los objetivos y asumir la responsabilidad de sus iniciativas. Animarles a que asuman un punto de vista directivo. Esto eleva su nivel de desempeño al comprender su impacto en el éxito de la organización. Les permite ganar confianza, asumir riesgos y funcionar autónomamente, sin necesidad de supervisión. De este modo resulta evidente cómo los directivos que actúan con favoritismos, que retienen información a sus colaboradores para aparentar más poder, o que no delegan ocasionan un grave perjuicio a su empresa y demuestran ser muy poco inteligentes. La calidad del directivo se mide por el nivel de desempeño de sus colaboradores. Y su objetivo, conseguir que estén verdaderamente comprometidos....
Descríbelos
Es frecuente encontrar en los documentos de comunicación de las empresas la enumeración de los valores que las rigen. Y parece que las empresas se copiaran unas a otras por la repetición habitual de los mismos principios. Se suelen presentar en forma de un listado de conceptos atractivos con los que no es posible mostrarse en desacuerdo: Honestidad, Creatividad, Innovación, Excelencia, Comunicación, Justicia, Liderazgo, Servicio, Respeto al medio ambiente… Pero su enumeración no basta. Los valores son los principios que deben guiar el comportamiento de los miembros de la organización y orientar la toma de decisiones. Tienen que ver con el CÓMO se hacen las cosas y el modo en que se incorporan en las políticas y procesos de la empresa, con la construcción de la cultura de la empresa. Para que sean efectivos, me interesa destacar hoy tres aspectos: Los valores deben ser descritos y no sólo enumerados en forma de sustantivos. En su definición deben incorporarse verbos en su forma activa, que presenten el modo de hacer realidad esos valores. De otro modo es imposible que nadie en la organización pueda asumir de manera concreta la responsabilidad de aplicarlos. Se ha de establecer un sistema de incentivos que asegure su cumplimiento. Conocer la teoría no basta. El seguimiento de esos principios debe estar premiado y desviarse de ellos acarrear consecuencias. De otro modo, caerían rápidamente en el olvido. Predicar con el ejemplo. No puede imponerse aquello en lo que no se cree. Los directivos han de ser los primeros en ser consecuentes con esos principios y asumir la responsabilidad de moverse por ellos en toda ocasión. La descripción de los valores permite tener una idea clara de cómo actuar ante una situación determinada. Pero conocer el modo y circunstancias en las que...
Conexiones
Cada día me sorprendo como cliente por la ausencia total de interés de quienes me prestan servicios o me venden productos por establecer una conexión que me vincule con ellos. Puedo contar sólo unas pocas excepciones notables pero que han bastado para convertirme en su cliente leal. El contexto en el que transcurre la transacción comercial, la experiencia del cliente que traducen algunos, o mejor, la necesidad total que se atiende, va más allá de la oferta concreta. Hoy, si quieres sobrevivir en el mercado, es más importante la conexión que se establece con el cliente antes y después de la venta que la propia venta. La intensidad de la relación que se establezca y construya será determinante del flujo y el valor de las ventas futuras. Y sin embargo, en el 99% de las ocasiones, la transacción se concluye sin que ocurra nada memorable ni se establezca una relación especial. Si tu negocio es de venta al detall: Reconoce que tus productos se pueden comprar on line o en otros lugares, por lo que debes desarrollar las razones para que te visiten y te compren. En un mundo tan rápidamente cambiante y complejo, tus potenciales clientes necesitan más asesoramiento y confianza que una solución genérica para un problema técnico u operativo. Preocúpate de asegurar el tráfico de gente y la interacción con ellos. No te obsesiones con cerrar ventas y sus importes que subirán por sí solos. No confíes tu éxito a la cantidad y variedad de productos en stock, ni a las promociones o descuentos. Eso te convertiría en un almacén para clientes anónimos que te impide establecer una relación personal con ellos. Aplica la tecnología para facilitar el modo de atenderles, al tiempo que obtienes información y construyes la relación. No pienses...
El cambio
No trates de explicar su conveniencia. No te escucharan o no te entenderán. Cambia y luego lo...
Tu voz
Hoy me voy a referir al modo en que te comunicas en las redes sociales. No basta con estar en ellas. No son de especial utilidad las cifras de tuits, o notas en el blog, o los seguidores. Tampoco su análisis y evolución. Lo importante para tu marca personal y profesional es la profundidad y relevancia de lo que comunica tu voz. No puedes quedarte en el ruido de palabras que es lo que más abunda. Necesitas personalizar tu voz para establecer una conexión real con tu audiencia. Le has de dar un tono y un estilo propios que atraiga a unos seguidores y llegar establecer una comunidad con ellos. Más allá de los calificativos que describan el tono de tu voz, lo determinante de su singularidad y atractivo se construye a partir de cosas como las siguientes: Misión: Responde al propósito que te mueve a participar en las redes sociales, el impacto o la huella que pretendes dejar en aquellos a los que te diriges. Carácter: Es el modo en que se manifiesta tu personalidad. Responde a los atributos que describen tu identidad, p.e.: Inspirador, académico, animador, orientador… Tono: Refleja el estilo con el que suena tu voz, p.e. directo, honesto, personal, concienzudo… Naturaleza de la conversación: Es el contenido que ofreces al comunicar. Podrías considerarla como la verdadera propuesta de valor que transmite tu voz. Comunidad: La que forman quienes te siguen. Esta es la parte más difícil. Mientras que los elementos anteriores los eliges tu, aquí sólo te toca demostrar constancia y esperar que te elijan y te sean fieles. Mi consejo, también aquí, es que no pretendas hablar de cualquier cosa para llegar a todos. Es inútil. No te interesa que tu voz suene sino que resuene, que tenga eco en...
Experimentos
Tengo la impresión de que la mayoría de las empresas aún no se creen la necesidad de apostar por la innovación para asegurar su viabilidad. No hay más que ver cómo se afirman en sus modos de operación tradicionales. A lo más, se implican en nuevas campañas de promoción y comunicación con las que piensan atraer a los clientes que les abandonaron. En el fondo, esas empresas se sienten confortables con su posición dominante en el mercado y larga tradición y reconocimiento de su marca. Sin embargo, debiera inquietarles los numerosos ejemplos de empresas nacionales y extranjeras que han pasado de ser líderes en sus sectores a desaparecer o mantener tan solo una posición marginal. En casi todos los casos el fenómeno ha sido el mismo. Cambios radicales de la tecnología relevante para sus negocios han cambiado las reglas de juego y han permitido que los clientes optaran por nuevos operadores que ofrecían mejores de condiciones de precio y conveniencia o prestaciones. No todo está perdido si dichas organizaciones deciden afrontar sin prejuicios las nuevas reglas de innovación. No lo tienen fácil pues han de convencer a su gente de que están dispuestas a romper con la inercia y otorgar el poder de decisión y de equivocarse al mayor número posible de ellos. La apuesta es por iniciar tantos experimentos como sea posible. Sus competidores aún no identificados ya los están haciendo. Los experimentos enseñan, también los que fallan. Y cuantos más se realicen, más posibilidades de dar con la clave de la redefinición de la oferta de valor para los clientes. La ventaja de las organizaciones establecidas es que disponen de masa crítica de personas y activos de conocimientos e información que en teoría les pueden permitir avanzar con rapidez. El inconveniente, el...
El politiqueo
Unos lo llaman Política, con mayúscula, otros honesta colaboración, pero en las organizaciones mucha veces no es más que un disfraz para abusos e injusticias. Llevo varios días considerando si tratar este asunto o más exactamente sobre la posición a tomar. Es cierto que bajo esta denominación se incluye tanta variedad de situaciones y posiciones que cualquier afirmación puede ser a la vez defendida y rebatida. No me refiero aquí a las políticas institucionales que gobiernan decisiones empresariales, sino a la manera informal en que se concretan determinadas relaciones entre las personas de una organización con el fin de obtener ventajas individuales. Por un lado sabemos que la mayoría de las decisiones en la empresa no representan serios dilemas éticos, y por tanto, puede adoptarse una posición y defenderla y modificarla más tarde en razón de un bien mayor como el de consolidar relaciones interpersonales y evitar conflictos. En el otro extremo del espectro están las decisiones claramente inmorales que no puedes secundar o compartir, incluso aunque puedan acarrear como consecuencia tu despido. Quedan después todo un conjunto de circunstancias y comportamientos aparentemente intrascendentes pero cuyos efectos pueden ser significativos. Esas posiciones “políticas” se concentran en torno a las posiciones a mantener en relación con los superiores y el impacto más o menos directo que tienen sobre la progresión de la propia carrera en la empresa. Es del todo razonable tratar de destacar para atraer la atención de quien puede decidir tu ascenso o evitar tu despido. Pero para lograrlo, algunos no repararán en utilizar cualquier medio, incluido el de la adulación o el disimulo. Y presumen de disponer de lo que denominan “competencias políticas” que utilizan para dar cobertura a sus comportamientos inapropiados. Más aún, a quienes se sienten perjudicados por sus maquinaciones les...
Felicita
Cada día encontrarás razones para felicitar a distintas personas: un trabajo bien hecho, un servicio bien prestado, un objetivo alcanzado… No desaproveches la ocasión. Lo...
Saltarse las reglas
Que las reglas son necesarias no tiene discusión posible. Las reglas, cualquiera que sea su ámbito de aplicación, están para ayudar y proteger a las personas. Y precisamente por eso nada hay más frustrante que ver cómo algunos burócratas sólo buscan obedecer reglas sin considerar los perjuicios que, en determinadas circunstancias, pueden provocar sobre esas mismas personas a las deberían defender. No confiamos en las reglas sino en las personas. Una nota distintiva de la capacidad de liderazgo es la de saber cuándo saltarse las reglas. Quienes simplemente cumplen las normas no nos merecen un especial reconocimiento. Sin embargo, confiamos en aquellas personas que sabemos que disponen del criterio y el conocimiento que les llevará a saltarse las reglas cuando sea beneficioso para la organización. Las operaciones habituales y regladas no son las más indicadas para desenvolverse hoy con seguridad. Los manuales diseñados en años pasados no están preparados para responder a los retos de los tiempos actuales. Necesitamos, por tanto, directivos capaces de comunicar a sus colaboradores las reglas establecidas y enseñarles a ser competentes en su manejo. Y permitirles que adquieran experiencia y asuman las responsabilidades. Se construye así una organización sólida de personas confiables y líderes, capaces de saltarse las reglas no en su propio beneficio sino por el bien de la organización. Carece de sentido fiar el futuro a unos sistemas de control orientados al cumplimiento de unas normas obsoletas. Es preciso confiar en la gente competente, darles iniciativa y pedirles responsabilidades después. Premiar sus aciertos y aceptar sus equivocaciones con normalidad. Nadie puede ofrecer mejor garantía de futuro que ellos. ¿Te saltas las reglas o te puede el miedo…?...