Una de las cinco sencillas preguntas incluía el «quienes». Se trataba de identificar a las personas de las que te habrás de rodear y que te han de acompañar en tu itinerario profesional y personal. Igual piensas que se trata de personas con unas competencias específicas de las que tu careces. Y esto es verdad, ellos son claramente necesarios para lograr tus objetivos, digamos que desde un abordaje más técnico. Pero hay más. Desde un punto de vista más conceptual y a la vez operativo necesitas algunos perfiles como los siguientes: El mentor: Es la persona que te hace de guía, posiblemente a quien deseas imitar. Es la autoridad que te hace recordar lo que puedes lograr si haces uso de tus compacidades. El provocador: En el buen sentido, alguien que te incita, que te hace pensar. Será quien te inspire y te empuje para que te pongas en movimiento, para que pases de la idea a la acción. El animador: Es tu seguidor incondicional, quien te apoya y te defiende, a ti y a tu trabajo. De su vinculación continuada te llega buena parte de la motivación. El capataz: Es quien te machaca para que cumplas con tus objetivos, para que alcances tus metas. Será quien te señale si estás avanzando o no. El facilitador: Es el que te ayuda a entrar donde tu no puedes, a descubrir caminos que no conoces. Con él llegarás a personas y lugares ahora poco accesibles para ti. Será quien te ponga en sociedad. Está claro que tanto puede ser «el» como «la». Si no los tienes identificados ya al leer estas líneas, deberías buscarlos cuanto antes. No puedes esperar más tiempo o de otro modo manifiestas tu falta de compromiso con tus objetivos. Y no...
La imaginación
Hace unos días me encontré con este video de Ken Robinson. Sus intervenciones son siempre interesantes. Esta vez se centraba en explicar la diferencias entre imaginación, creatividad e innovación. Como son conceptos actuales y apasionantes, con frecuencia tratados en estas notas, merecen ser comentados de nuevo. Imaginación: La define Ken como el poder de traer a la mente cosas que no están accesibles o que no existen. Nos permite revisitar el pasado, visualizar distintos escenarios futuros, ponernos en el lugar de otros. Creatividad: Surge de la capacidad de imaginar y avanza un paso más; la pone a trabajar, la aplica a cuestiones concretas. De este modo pueden generarse ideas originales con potencial para generar valor. Innovación: Es el estadio final de este proceso que concluye con la puesta en práctica de las ideas antes generadas. Nadie discute hoy día la necesidad de personas y organizaciones de desarrollar este proceso, dadas las exigencias del cambiante mundo en el que nos movemos. Y sin embargo no son tantas las que de manera efectiva lo llevan a cabo. Entre las razones que se proponen como causa para no hacerlo se destaca la naturaleza de nuestros sistemas educativos que limitan, cuando no suprimen, la capacidad de imaginación y el desarrollo de la creatividad. No sé si hay una única causa. Seguramente serán diversos los factores determinantes, pero estoy de acuerdo en el diagnóstico. Lo comentaba hace unos días. La industrialización de la formación, la preferencia por la estandarización y los sistemas de control, limitan la espontaneidad y la generación de iniciativas por el miedo a incurrir en errores o fracasar. Y sin embargo los tiempos nos obligan a experimentar de continuo. Quedarse en los modelos que funcionaron en el pasado nos lleva al bloqueo y la extinción....
Cinco sencillas preguntas...
Hoy me acabarás odiando. Seguro que significativamente más que otros días. Pero no sería justo que no te ayudara a pensar en aquello que más te puede ayudar. Lo normal es que andes buscando respuestas. Las pareces necesitar para salir de problemas o para afrontar nuevos retos. Sin embargo, y aunque te pueda parecer chocante, lo verdaderamente valioso son las preguntas que deberías estar haciéndote. Tiene una importancia crítica que puedas identificar esas preguntas que se caracterizarán por ser audaces, atrevidas y valientes. Esos calificativos no se aplican tanto por la naturaleza de cada pregunta como por tu disposición a hacértelas, por lo que te exigirán de imaginación, de cambio, de innovación. Las necesitas sin duda para redefinir la estrategia de tu negocio, de tu empresa; y también para orientar tu propia vida, personal y profesional. Estas son las que te propongo: ¿Porqué?: Tiene que ver con el propósito que te mueve. Es concretar una determinada Visión, que incluye establecer tu misión, aquello a lo que aspiras y los valores que te mueven. ¿Para quién?: Aquí habrás de identificar de manera precisa a quiénes deseas beneficiar y atender en sus necesidades concretas. ¿Qué?: El qué te lleva a determinar tu propuesta de valor, lo que ofrecerás a aquellos que has decidido atender. ¿Cómo?: Son las tareas concretas que habrás de llevar a cabo para poder realizar lo que te propones. ¿Con quiénes?: Como no podrás lograr en solitario tus objetivos, habrás de reconocer a aquellos que te han de acompañar por disponer de las competencias que a ti te faltan. No dedico mucho espacio a su desarrollo porque hoy lo relevante es el tiempo que habrás de ocupar para reflexionar sus respuestas. Cinco sencillas preguntas… y cinco complejas respuestas. No vale engañarse. ¡Tómate...
Una cultura atrayente...
No hay estrategia que puedas calificar de inteligente o brillante sin las personas capaces de llevarla cabo. De ahí la importancia de contar con personal adecuadamente preparado y motivado. En las organizaciones actuales, obligadas a desenvolverse en situaciones de cambio, se necesitan personas con flexibilidad y capaces de asumir riesgos. Lo mismo ocurre para la puesta en marcha de nuevos negocios. La actitud de las personas es incluso más importante que el nivel de conocimientos. Encontrar esa gente y con la actitud que precisas es todo un reto. Y además has de ser capaz de convencerles para que se sumen a tu proyecto. Esto hace que hoy día la cultura de la empresa contratante será incluso más determinante que el salario que pueda ofrecerse. La mundialización de los negocios, la similitud en las exigencias a las que se enfrentan las empresas de cualquier localización geográfica, hace que sean similares las características que formarían parte de esa cultura atractiva para las personas de más talento. Entre ellas se encuentran: La flexibilidad en los horarios y el lugar de trabajo. El tener la libertad de elegir las horas en las que trabajar y el lugar desde donde hacerlo puede ser no sólo un incentivo para atraer a los mejores, sino para asegurar la productividad y la lealtad a la empresa. La accesibilidad de los directivos. La posibilidad de relacionarse sin trabas con directivos de cualquier nivel de la organización para acceder a información o resolver dudas es un elemento destacado de la cultura de las empresas más modernas. Planes de carrera. Los empleados tienen claras sus posibilidades de progresión y disponen de los medios para desarrollar las competencias necesarias para lograrla. Reconocimiento público. Los profesionales más destacados ven reconocidos de manera pública y periódica sus logros...
Desesperanza
No sé si te ocurre a ti. A mí me golpean con dureza las noticias de los suicidios de personas afectadas por desahucios. Aunque se cuenta menos, también sé de directores de sucursales bancarias que han muerto de infarto por verse sometidos a la presión de esas situaciones. Es inhumano. Ciertamente, en la vida, hay que hacer frente a veces a coyunturas difíciles o agobiantes. Es posible que el origen de problema esté en circunstancias externas pero las más de las veces vivimos engañados; echamos la culpa a lo que nos rodea cuando el problema real se encuentra dentro de nosotros, en la manera en que decidimos responder. Lo comentaba hace unos días. Te pueden hacer la vida muy difícil, apropiarse de tus bienes materiales, incluso hacerte prisionero, pero no determinar la actitud con que haces frente a los problemas. Habrás de reconocer limitaciones personales y tu incapacidad para superar determinados trances. Es humano llegar a sentirse desanimado y agotado. Y sin embargo no puedes olvidar aquello que verdaderamente posees y nadie puede arrebatarte. Nadie puede impedirte tener amigos en los que apoyarte, ni obligarte a dejar de ser fiel a tus principios y valores. En tu interior, donde ellos no pueden llegar, está tu libertad. En ella encontrarás la fuerza para salir adelante, para superar humillaciones o persecución. Es en la dificultad donde se te presentará la mejor oportunidad para crecer. ¡Nadie puede quitarte la esperanza…!...
¿Qué tan buen jefe eres?...
Ayer estuve con alguien cuyo puesto de trabajo exige unas dotes de liderazgo extremadamente desarrolladas. En mayor o menor medida todos estamos obligados a disponer de esas capacidades para poder desarrollar hoy con eficacia nuestro trabajo. Fundamentalmente necesitas: La capacidad para observar y comprender las dinámicas de las relaciones entre tu gente y saber cómo contribuir al desarrollo de cada uno de ellos. Conocer cuándo y cómo debes intervenir en las actividades tu equipo y dependiendo de su grado de consolidación. Disponer de habilidades para la relación interpersonal y la gestión de equipos que te permitan definir los procesos más eficaces para el establecimiento de los valores y normas, la comunicación, toma de decisiones, resolución de conflictos y problemas y evaluación del desempeño. Piensa qué tal se te dan estas cosas: Crear una visión y un propósito compartidos, y un clima de cooperación para alcanzarlos. Identificar y promover los principios y normas que contribuyan al éxito de tu equipo, y los criterios para evaluar y reconocer su desempeño. Facilitar el crecimiento de la gente de tu equipo y asumir el riesgo de que sean ellos los que ejerzan el liderazgo cuando sus competencias sean las más adecuadas para la tarea entre manos. Ser valorado por tu gente como alguien justo, comprensivo, con criterio y a quien se debe seguir en sus indicaciones. Todo esto te ayudará a saber cómo avanzar por el camino que te conduzca a ser un buen jefe. Aunque te aviso que hay quienes piensan erróneamente que son las características opuestas las que les asegurarán el éxito. Si te tocara un jefe que piense así…, sal corriendo....
Abandona la comodidad...
Seguro que sabes de lo que hablo. Las actividades de cada día puedes clasificarlas al menos en dos grupos genéricos: Aquellas actividades que haces con más o menos gusto, que no tienen una especial dificultad, ni tampoco molestan a nadie. Al llevarlas a cabo incluso dan toda la impresión de que eres muy productivo. Y luego están las otras que requieren mayor esfuerzo, que «desgastan» neuronas, que te exigen interactuar con otros, levantarte de tu mesa y adentrarte en la siempre incómoda jungla de la organización. Estas son las actividades para las que siempre encuentras razones para posponerlas. Lo cierto es que las primeras no te hacen especialmente productivo ni valioso para la organización. Hasta tu cuñado podría sustituirte. Podrías pasarte el día contestando correos y no haber trabajado verdaderamente en aquello que debías. Pero para eso no te han contratado; no es lo que se espera de ti. ¡Decídete ya! Elige hacer aquello que es más importante y definitivo para tu desarrollo personal y profesional. Requerirá sacrificio, sin duda, pero la recompensa es impagable. Es seguro que necesitarás quien te oriente y te siga. ¡Búscalo...
¿A qué dices que te dedicas?...
He mencionado en otra ocasión la necesidad de contestar de manera adecuada y profesional a la pregunta «¿a qué te dedicas…?» Hoy me quiero centrar en la dimensión temporal de la respuesta. Me explico. Una manera de contestar, particularmente cuando se responde a otra persona que te hace esa pregunta, consiste en describir lo que te ocupa en la actualidad, los clientes a los que resuelves sus problemas y el modo extraordinario y singular en que los atiendes. Pero también es bueno que te hagas esta pregunta a ti mismo y que la contestes con una perspectiva temporal más amplia. Podrías tratar de imaginar en qué deseas ocuparte el próximo trimestre, semestre o durante este año. Estos períodos dan más de sí de lo que sueles esperar. Esta nueva respuesta debería incluir además no sólo aquello que haces para ganarte la vida, sino otros objetivos en los ámbitos del desarrollo de competencias personales y profesionales. Si analizas en lo que te estás ocupando ahora, ¿estás seguro de que es verdaderamente eso lo que deseas?, ¿te gusta el efecto que está teniendo sobre ti?, ¿qué conclusiones sacas de todo ello…? No te escribo estas líneas porque estemos todavía en los primeros días de este nuevo año. Las tareas de las que hablo se han de llevar a cabo de manera continuada. De nada sirve pensarlas una vez y no volver a considerarlas de nuevo hasta la descorazonadora cita del cambio de año. Mi consejo es que pienses hoy de manera original y ambiciosa. No trates de hacer lo mismo que todos los que te rodean. Busca tu propio camino siguiendo la pista de aquellos que consideras mejores. Hoy no es complicado lograrlo con las herramientas de publicación y comunicación a tu alcance. Y ten la suficiente flexibilidad como...
Libertad
Siguen vigentes estos tiempos difíciles. Y algunos, malvados, parecen querer sacar ventaja de ellos. En las últimas semanas me han llegado historias duras por las que os veis afectados. Que sepas que no eres el único. Es ley de vida y nos pasa a todos. No te puedes dejar vencer por el agobio o la angustia que te generan agentes externos. Si te sientes frágil y amenazado, perseguido o humillado, es una equivocación caer en el rencor. Sé consciente que cuentas con lo más valioso: tu libertad. La libertad está en tu interior y nadie te la puede arrebatar. No depende de las barreras ni las circunstancias a las que te debas enfrentar. No se encuentra más allá de esas ataduras, obstáculos o restricciones que se te imponen. De hecho nunca estarás del todo libre de ellas y por tanto sería absurdo que te generaran una insatisfacción permanente. La libertad se puede ejercer y disfrutar incluso en ese contexto estrecho y vulgar, en ese entorno hostil y vengativo en que te encuentras. Basta que creas en ti y en las personas que te acompañan en ese proyecto vital de crecimiento personal. Defiende tus valores y déjate orientar por ellos particularmente en estos momentos en que te lo ponen humanamente más difícil, en los que la persecución se vuelve más intensa. Gracias por...
Conflictos entre profesionales...
Seguro que los observas con frecuencia en tu lugar de trabajo; quizás incluso estás metido de lleno en uno de ellos. Es un mal asunto pues afecta a la calidad de tu trabajo, a la posibilidad de disfrutarlo, y genera un estrés innecesario. El origen de estos conflictos suele estar en: Diferentes maneras de ser: Los distintos orígenes y puntos de vista en lo social, político, religioso generan distintas percepciones y experiencias que tienen un impacto significativo en la manera en la que nos relacionamos con los demás. Diferentes maneras de trabajar: Los hay que son más diligentes y otros más tranquilos y confiados. Los hay más responsables y más descuidados. Unos son más ordenados y metódicos y otros más espontáneos y diletantes. Distintas actitudes: Quienes muestran una actitud negativa tiene problemas para comunicarse y relacionarse. Los hay que sólo buscan fallos, o quienes siempre se quejan, mientras que otros se ocupan en buscar soluciones y destacar lo positivo. Afán por competir: Algunos sólo piensan en competir y compararse con los demás mientras que otros prefieren cooperar y trabajar en equipo. Los hay agresivos, condescendientes, soberbios y los hay más sencillos y discretos. Estas diferencias pueden hacer muy difícil la colaboración y el trabajo conjunto. Se traducen de inmediato en un entorno de trabajo incómodo y de baja productividad que puede afectar incluso a la salud. Dado que esta realidad no puede ignorarse, se ha de trabajar por minimizar el impacto sobre el conjunto de la organización. Esto empieza por reconocer uno mismo que no siempre se está en lo cierto ni que la propia manera de ver las cosas es la más normal; por aceptar que los distintos puntos de vista son enriquecedores y que, en último extremo, los conflictos hay que afrontarlos...