La imaginación

brain.scanHace unos días me encontré con este video de Ken Robinson. Sus intervenciones son siempre interesantes. Esta vez se centraba en explicar la diferencias entre imaginación, creatividad e innovación. Como son conceptos actuales y apasionantes, con frecuencia tratados en estas notas, merecen ser comentados  de nuevo.

  • Imaginación: La define Ken como el poder de traer a la mente cosas que no están accesibles o que no existen. Nos permite revisitar el pasado, visualizar distintos escenarios futuros, ponernos en el lugar de otros.
  • Creatividad: Surge de la capacidad de imaginar y avanza un paso más; la pone a trabajar, la aplica a cuestiones concretas. De este modo pueden generarse ideas originales con potencial para generar valor.
  • Innovación: Es el estadio final de este proceso que concluye con la puesta en práctica de las ideas antes generadas.

 

Nadie discute hoy día la necesidad de personas y organizaciones de desarrollar este proceso, dadas las exigencias del cambiante mundo en el que nos movemos. Y sin embargo no son tantas las que de manera efectiva lo llevan a cabo.

Entre las razones que se proponen como causa para no hacerlo se destaca la naturaleza de nuestros sistemas educativos que limitan, cuando no suprimen, la capacidad de imaginación y el desarrollo de la creatividad.

No sé si hay una única causa. Seguramente serán diversos los factores determinantes, pero estoy de acuerdo en el diagnóstico. Lo comentaba hace unos días. La industrialización de la formación, la preferencia por la estandarización y los sistemas de control, limitan la espontaneidad y la generación de iniciativas por el miedo a incurrir en errores o fracasar.

Y sin embargo los tiempos nos obligan a experimentar de continuo. Quedarse en los modelos que funcionaron en el pasado nos lleva al bloqueo y la extinción. Por eso compensa aplicarse a animar a la gente con la que trabajamos a que arriesgue, a que salga de su situación confortable, o de otro modo la realidad nos sacará a todos a la fuerza.

Y cuando lo que se pruebe no funcione, cosa que ocurrirá en la mayoría de las ocasiones, habrá que estar ahí de modo diligente, no para castigar sino para motivar y dar apoyo.

Empieza por dar ejemplo. Vence la pereza y estimula tu imaginación, adéntrate por senderos no explorados, busca nuevas situaciones, renuncia a lo acostumbrado. Y el mejor estímulo para hacerlo es tener que dar cuenta de ello ante terceros.

¡Búscalos y comprométete!