Es lo que me faltó ayer. Bien es verdad que me pillaron desprevenido y sin tiempo a reaccionar…; pero perdí la paciencia. Ese tropiezo me da pie para escribir esta nota y evitar que te pueda pasar a ti, o si te ocurre, para que no te preocupes en exceso. Estamos en un momento en que todos tenemos una voz y que además se escucha amplificada en las distintas redes sociales. Este fenómeno también llega al ámbito empresarial y de manera particular afecta a los denominados asesores de empresas. Cualquiera puede alzar su voz y presentarse como consultor de estrategia y coach directivo pues, para muchos, los criterios de evaluación de las opiniones no están claros. En unos momentos de cambios radicales y continuados, la necesidad de orientación es evidente. Y manifestar las propias opiniones sobre cómo sortear momentos complicados tiene un coste: el de equivocarse, el de experimentar en la incertidumbre, el de tener que rectificar… Sin embargo, hay quien encuentra un modo muy eficaz de estar ahí sin incurrir en esos costes, de estar en la batalla sin pegar un tiro. Sólo se trata de opinar sin “mojarse”, de repetir lo obvio, como por ejemplo alertar de potenciales peligros si se toman decisiones en los tiempos que corren, de sugerir la demora de compromisos hasta tener una mejor información, o el defender los comportamientos tradicionales que tan bien se han demostrado en el pasado. No parecen importar la contradicciones en que con frecuencia se incurre o la vacuidad de los mensajes: nada que valga la pena repetir o recordar pues no aporta valor a las cuestiones que se llevan entre manos. Pero lo grave es que esa actitud tiene unos costes aún mayores que los de comprometerse: los costes de la banalidad,...
Selección
Cuando llevas muchos asuntos entre manos siempre encuentras argumentos para posponer o ignorar los más incómodos. Pero tu desempeño y eficacia dependen no tanto de hacer lo sencillo sino de la capacidad para concentrarte en la realización en las tareas más difíciles y que requieren mayor esfuerzo. Esas son las que marcan la diferencia....
Tu equipo
El reto de tu equipo está en su capacidad de funcionar con eficacia antes que en resolver problemas. El equipo ha de funcionar durante mucho más tiempo que la duración de cada cuestión que deba abordar. De ahí que sea prioritario que la colaboración interna funcione adecuadamente. Ser capaces de trabajar juntos es anterior a poder discrepar sobre asuntos concretos....
Tu mensaje
Hoy, con tantos mensajes como se cruzan a través de los distintos medios, no basta sólo con que tú emitas los tuyos. La eficacia de tu mensaje se mide no tanto por el número de los que lo reciben o lo recuerdan sino por cuántos lo han atendido y comentado con otros y se han sentido inspirados y motivados a actuar....
Lo que te reclaman
No es fácil que desde tu posición de directivo tengas una buena información sobre cómo desarrollas tu trabajo en relación a tus colaboradores, y mucho menos del modo en que lo valoran. Quizás por ello pueda serte de utilidad considerar lo que algunos estudios consideran como las principales preocupaciones que los colaboradores tienen en relación a sus directivos. Estas son sus quejas más importantes: No reciben orientación. Precisan obtenerla de manera regular y periódica pues de otro modo su desempeño se resiente. El que no la reclamen espontáneamente, el que se sientan inseguros cuando se la des, no significa que no la deseen o la necesiten. No tienen objetivos claros. Hemos de pensar que es un problema de comunicación, pues la empresa debería tener claros sus objetivos estratégicos. Pero si no les llegan a quienes han de ejecutarlos no podrá realizarse la estrategia de la empresa. No se les otorga poder. La incapacidad para delegar de los directivos les lleva a ejercer control sobre todos los detalles y anula la disposición de los colaboradores para ser creativos y tener iniciativas. Esperan poder asumir responsabilidades y tener que dar cuenta de ellas. No hay reconocimiento. No celebrar los éxitos limita la capacidad de estimular a los colaboradores para que insistan en unos comportamientos que se demuestran eficaces. Conviene recompensar el que se alcancen los resultados deseados. No hay flexibilidad. Los colaboradores esperan que sus directivos se muestran flexibles y dispuestos a escuchar sus preocupaciones y atender las oportunidades detectadas. La rigidez en el directivo se traduce en colaboradores inflexibles ante las demandas de servicios de los clientes. Compensa liderar con el ejemplo. Recuerda por un momento las tareas asociadas a tu papel de directivo: Desarrollar las relaciones con tus compañeros, negociar, motivar a tus colaboradores, diseminar información,...
Cuando tengas tiempo
Es comprensible; ahora no, que estás muy liado. Y una y otra vez pospones eso que sabes que deberías hacer porque te ahorraría tiempo y te simplificaría la vida. Nunca tendrás el tiempo y la tranquilidad que pides para abordarlo. Desengáñate. Siempre habrá cosas más urgentes que te reclamen. Tu decides: O cierras una hora en la agenda para hacerlo, hoy o mañana, o sigues buscando excusas y padeciendo por ello....
Tu estratega
Hablemos en serio. Necesitas un profesional de la estrategia que te ayude a hacer frente a las incertidumbres actuales que afectan a tu empresa. No hablo de un responsable de la planificación estratégica en el sentido tradicional: el que coordinaba el proceso de planificación, rellenaba plantillas y cumplía con las fechas de entrega establecidas. Son ya muchas las opiniones que coinciden en la escasa utilidad e ineficiencia de ese tipo de planificación estratégica y del que he hablado en otras ocasiones (Ver Presupuestos obsoletos y Planificación Continua) La agilidad organizativa que demandan los tiempos actuales exige una manera diferente de pensar sobre la estrategia: Reasignación de recursos, desarrollo de distintas capacidades estratégicas en diversos lugares de la organización, identificar oportunidades de negocio, o generar conocimiento e innovación. Y su formulación se ha de llevar a cabo mediante un diálogo estratégico que necesita de la participación de grupos de dentro y fuera de la empresa y con un dinamismo propio del entorno en el que se mueve. Incluso el propio proceso estratégico adquiere unas características diferentes de las tradicionales, con actualizaciones periódicas del presupuesto y revisión de temas específicos en reuniones a lo largo del año. Has de innovar en el proceso de formulación, desarrollo y ejecución de la estrategia. El responsable de la misma ha de ser un profesional acreditado cuyo papel vaya más allá del de un mero facilitador y cuyo perfil esté determinado por las necesidades de la empresa y las características del equipo directivo. En ocasiones el estratega será más un visionario, capaz de identificar tendencias en el entorno y descubrir oportunidades de creación de valor y alertar y prevenir de potenciales riesgos. Otras veces será más un impulsor que haga las preguntas adecuadas, que discuta las tradiciones más establecidas, que...
Cronómetro
Atrévete a usarlo. No te lances a tareas o reuniones sin un programa claro, ni saltes de una actividad a otra sin concierto. Haz una estimación de cuánto ha de durar cada uno de tus compromisos, asígnales bloques de tiempo y trata de ganar al cronómetro en su realización. Ganarás en concentración, productividad y eficacia....
No esperes
Las decisiones arriesgadas te ponen nervioso y te descentran. El cuerpo te pide retrasarlas a la espera de nueva información que pueda hacerlas más sencillas. Habitualmente es una estrategia inadecuada. Nunca tendrás una perfecta información y los costes de tu vacilación no harán sino crecer. Si te acostumbras de decidir con diligencia sacarás ventaja a la mayoría de...
Buenas decisiones
A la hora de tomar decisiones, amplía las opciones a considerar. No te dejes cegar por la alternativa que te parece más inmediata y familiar. Las buenas decisiones requieren una mente abierta, capaz de considerar mucha información procedente de diversas fuentes y la opinión de terceras personas, expertos, amigos y familiares. Contrariamente a lo que pudiera parecer, tener sólo una opción lleva a darle más vueltas y sentirse más comprometido con ella, lo que puede retrasar más la toma de decisiones que el buscar información adicional. Y ayuda mucho una sencilla pregunta: ¿Qué aconsejaría a alguien que se encontrara en mi lugar?...