Conforme aumentan tus éxitos, crece tu ego. Estás orgulloso de los avances realizados y eso es bueno. Pero, si bien que el ego puede ser parte de lo que empuje tu motivación, no debes concederle más de lo que merece. El ego atrapa incluso a los profesionales con más talento. Hay directivos que, llegados a una determinada posición, no atienden a otra opinión que no sea la suya. Dejan de escuchar y de aprender y entonces el ego se convierte en una trampa para tontos. Cuando pierdes la curiosidad sobre ti mismo y los demás, dejas de ver al mundo como en realidad es. Un directivo con inteligencia emocional no permite que su ego le oculte sus defectos. Es imprescindible que descubra la manera de controlar sus debilidades para poder concentrarse en desarrollar sus fortalezas. Si has ascendido hasta posiciones directivas elevadas debes ser lo suficientemente inteligente como para no caer en la trampa de un ego desmedido. Es sencillo escapar de ella. Sólo tienes que ejercitar algo de humildad y empezar a preocuparte por las necesidades de lo demás antes que de las tuyas....
Abusivos
Hay directivos a quienes les gusta creer que son tan buenos como todo el mundo les dice y no se toman en serio sus limitaciones. No les gusta escuchar malas noticias ni recibir observaciones. Cuando esos directivos se sienten mejores que los demás, empiezan a pensar que pueden ignorar las necesidades y sentimientos de cuantos les rodean. Este tipo de abuso se debe al deseo de aumentar su sentimiento de poder y competencia a expensas de sus subordinados. Habitualmente sus víctimas suelen ser personas mucho más competentes y por eso las percibe como potenciales amenazas. En estas circunstancias, la consecuencia institucional es la mediocridad o incluso la ruina de la organización. Cuando un directivo se vuelve controlador y abusivo, su gente deja de crecer y aprender, la organización no progresa, y todos pierden el tiempo preocupados por sentirse continuamente juzgados....
Puedes perderla
Todo directivo debe disponer de la capacidad para manejar bien los conflictos, y conforme aumentan sus responsabilidades, más necesaria es esa competencia. Es la inteligencia emocional lo que te permite reconocer e interpretar adecuadamente aquello que les ocurre a tus colegas, colaboradores o clientes. Has de poder distinguir si un colaborador está frustrado, o bien, enfadado. La distinción es importante, pues la frustración aparece cuando alguien se siente incapaz de lograr un objetivo, mientras que el enfado es la respuesta a un trato que se percibe como injusto o equivocado. Sin embargo, la mayoría de directivos no son capaces de establecer la diferencia. Estudios realizados demuestran que cuanto mayor es la responsabilidad directiva, más disminuye la inteligencia emocional, comenzando ya desde el acceso al puesto de mando intermedio. La inteligencia emocional es un componente principal de la fortaleza mental. Los directivos que poseen esta capacidad de resistencia pueden gestionar sus emociones de tal modo que las negativas no condicionen ni su comportamiento ni su manera de pensar. Aunque experimenten momentos de mal humor, no actúan sin la reflexión necesaria. Una circunstancia que puede contribuir a la pérdida de inteligencia emocional es la adicción al trabajo. Si bien muchos hemos crecido con la convicción del valor intrínseco de un trabajo intenso y bien hecho, hemos de reconocer que un estilo de vida basado en valores como el acúmulo de dinero o de éxitos, es una frivolidad. Es fácil que te aleje de otros valores más apreciados como los de la familia o las relaciones de amistad. Puedes corregir esa posible deficiencia buscando un amigo o familiar cercano y confrontar con él tu disposición a sacrificar el descanso, las vacaciones, la juventud, la salud, la familia o tus principios morales…, por el trabajo que realizas. Piensa...
Mejorando
Una cultura empresarial que sólo reverencie el talento está perdida. No se admitirán defectos ni se corregirán deficiencias. Ni se tolerarán las imperfecciones. En ese entorno, cuando alguien se sienta amenazado, responderá con la mentira. Y así no se puede crecer. Es preciso ser capaz de mirar a la cara a los fracasos y pensar en que al final se puede vencer. Creer en que es posible el desarrollo de las personas y las organizaciones. No se trata de probar de continuo que se es mejor que los demás, ni de apoyarse en la jerarquía para ponerse por delante de los otros, ni de atribuirse como propios los resultados de los demás, ni de menospreciar a los que te rodean para sentirse poderoso. Es inútil. Al contrario; piensa siempre en mejorar. Rodéate de los más capaces que puedas encontrar. Admite tus errores y deficiencias, y déjate orientar acerca de las competencias que necesitas desarrollar. Así avanzarás con seguridad y a partir de hechos y no de hipótesis imaginarias....
¿Cuántas capacidades tienes?...
Son sin duda muchas; quizás se cuenten por docenas. Unas tienen que ver con tu empuje físico y otras con la gestión de tus emociones; con tu capacidad de pensar y de relacionarte; con tu creatividad y con el desempeño que puedes alcanzar; con tu cualidad para ejercer de líder. Cada una de esas competencias se construye a partir de tus talentos y decisiones. No se desarrollan de forma aislada, sino que se apoyan unas a otras. Cada vez que alguna de ellas crece las otras se refuerzan y aumentan tu potencial. Constituyen un soporte sólido sobre el que construyes tu vida y te hacen capar de soportar grandes cargar y dificultades....
¿De qué lado estás?...
Quizás eres de los que defienden que las capacidades de las personas vienen como labradas en piedra. O bien eres de los inteligentes, de los que tienen éxitos y sortean los fracasos, o no lo eres, y te caracterizarás por los repetidos fracasos que te acompañan. El esfuerzo y la perseverancia no juegan papel alguno en esta clasificación. O tal vez seas de los que piensan que la inteligencia y la personalidad pueden desarrollarse y no son algo fijado y preestablecido. De los que creen que la formación y la práctica pueden contribuir a hacer crecer tu atención, tu memoria, tus conocimientos, y, por tanto, volverte más inteligente. Tu desarrollo sería el resultado del efecto de tus genes pero también del entorno, pues aquellos necesitan información de éste para funcionar de manera apropiada. Se puede partir de distintos temperamentos y aptitudes, pero la experiencia, la formación, y el esfuerzo personal juegan un papel determinante en los resultados que se alcanzan. Tu actitud en este asunto tendrá un efecto decisivo. Puede determinar el que alcances a ser la persona que deseas, que logres aquellas cosas que más valoras. Creer que tus capacidades vienen prefijadas te obliga a ponerte a prueba continuamente, a dejar clara tu inteligencia, tu personalidad y tu carácter. Pero si, por el contrario, defiendes que puedes cultivar y hacer crecer tus cualidades personales, el esfuerzo y la experiencia jugarán un papel determinante en los intereses, talentos y aptitudes que puedas alcanzar, y nadie podrá predecir tu verdadero potencial. En este último caso, carece de sentido: Tratar de demostrar lo inteligente que se es cuando lo importante es siempre mejorar. Ocultar las propias deficiencias en vez de mirar de superarlas. Buscar el reconocimiento de terceros para sostener la autoestima en vez de rodearte...
Gente excepcional
Sois gente excepcional quienes deseáis conocer el estado de vuestras competencias actuales, aunque no os parezcan muy destacadas, pues estáis convencidos de que podéis mejorarlas; porque queréis aprender; porque sois capaces de transformar los contratiempos de hoy en los éxitos del mañana; porque amáis los retos, creéis en el esfuerzo y resistís a las contrariedades; porque vuestro fracaso consiste en no crecer, no alcanzar las cosas que más valoráis, no avanzar en vuestro potencial de desarrollo; porque ponéis el esfuerzo preciso para aumentar vuestro talento y llegar más lejos. Si no crees encontrarte en ese grupo de gente excepcional, sólo tienes que cambiar de manera de pensar para unirte a ellos. Está en tu mano....
Tu mejor venta
Para destacar en aquello que haces has de saber venderte. Has de estar absolutamente convencido del valor de tu empresa, de sus productos o servicios, de tus ideas. Si no lo haces bien, tus resultados serán flojos, no avanzarás, sólo presentarás excusas. Es innegociable. Has de estar tan identificado con tu oferta hasta el punto de parecer poco razonable, o incluso fanático. Tu convencimiento ha de ser tal que, sin caer en la arrogancia, no podrás tomar en consideración ninguna otra opción. No existen tus competidores. Estarás más familiarizado con las necesidades de tus clientes que las conocerás mejor que nadie y podrás pedir un precio más alto. Y tan seguro, que tú mismo estarías dispuesto a pagarlo por obtener ese producto o servicio....
Has enfermado
Estás en una posición directiva o de cierta responsabilidad y presentas estos síntomas…: No cometes errores y acabas todo rápido y perfecto. Lo que para otros resulta difícil para ti es muy sencillo. Buscas que te pongan en un pedestal porque te sientes especial. Te rodeas de gente que te hagan sentir el mejor, que te reverencien. Has desterrado a los posibles críticos y has dejado de aprender. Eliges estrategias de corto plazo que maquillen los resultados y te hagan aparecer como un héroe. Acude a ese “médico” cercano para que… Reconozca tus defectos y te ayude a remediarlos. Te anime a seguir aprendiendo. Te obligue a ser mejor persona....
Test del gilipolla
Límite de tiempo: 0 SUmario del cuestionario 0 de 23 preguntas completado Preguntas: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 Información Ha sido enorme y sorprendente la acogida del post anterior titulado Gilipollas. Parece existir una verdadera preocupación por tener algunos de ellos alrededor y la posibilidad de verse contagiado. Te será de utilidad entonces realizar este test de autoevaluación, ligeramente modificado del propuesto por Robert I. Sutton en su libro No Asshole Rule. Queda tranquilo; es un cuestionario anónimo y no se guarda ninguna información. Puedes repetirlo cuantas veces consideres necesario, para ti o para otros. Al final encontrarás la evaluación resultante. Ya has realizado este cuestionario antes. Por tanto, no puedes empezarlo otra vez. Cargando el cuestionario... Debes ser un usuario registrado para poder realizar el cuestionario. Tienes que terminar antes el siguiente cuestionario, para iniciar este cuestionario: Resultados El tiempo se ha terminado Has conseguido 0 de 0 puntos posibles (0) Categorías No asignada a ninguna categoría 0% No parece que se te pueda calificar como un gilipolla, salvo que estés tratando de engañarte a ti mismo. Puedes considerarte como un gilipolla “borderline”. Estás todavía a tiempo de cambiar tu comportamiento, antes de que empeores. Pereces haber obtenido el certificado de gilipolla total. Busca ayuda de inmediato, si eres capaz de encontrar a alguien dispuesto a ayudarte… 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 Contestada Revisada Pregunta 1 de 23 1. Pregunta Crees estar rodeado de idiotas incompetentes y no puedes evitar hacérselo ver de tanto en cuando. Verdadero Falso Pregunta 2 de 23...