Jugársela

En la actualidad, la planificación no puede sustituir ni superar a la experiencia. Es más importante intentar algo nuevo y resolver los problemas conforme se vayan presentando que tratar de descubrir un modo de hacer las cosas que no dé lugar a problemas. Es la actualización del conocido better safe than sorry que ya no resulta adecuado en muchos casos....

Responsabilidad

Asume la responsabilidad por todo lo bueno y lo malo que te ocurra. Una vez hayas aceptado incluso lo peor, ya puedes dejar de preocuparte....

Tu respuesta

Las preocupaciones y el estrés no nacen directamente de las situaciones sino del modo de responder a ellas. Los más afortunados son aquellos que afrontan la realidad de manera directa....

Qué vas a hacer

Esta es la pregunta que se echa en falta en estos tiempos; o quizás sea la más desatendida. Ciertamente estamos rodeados de problemas políticos y económicos de envergadura y, sin embargo, parece que nadie se hace esa pregunta dado que no se escuchan respuestas concretas. Es una buena ocasión para repasar qué debes hacer como directivo cuando te enfrentes a problemas. Seguro que encuentras razones capaces de que explicar y confirmar tus problemas, pero la pregunta permanece: ¿Qué vas a hacer? En cualquier circunstancia, lo que sigue debería formar parte de tu respuesta: Asume tus responsabilidades y toma decisiones. Reconoce el problema y ponte en marcha. Olvida sus orígenes y abandona la esperanza en un acontecimiento excepcional que lo resuelva por sí solo. Ni esperes ni te lamentes. Haz uso de tus recursos y capacidades. No te desanimes. Son más útiles de lo que piensas. No eres el primero en enfrentarse a esos problemas y podrás superarlos como han hecho otros antes. Investiga o pregunta cómo actuaron. Diseña un plan de acción. Decide a dónde te diriges y determina los objetivos pertinentes a corto y medio plazo. Actúa. Pon en práctica las acciones de tu plan. Da los primeros pasos. Los otros vendrán con naturalidad. Lo que hace destacar a un directivo es su capacidad para emprender aquello a lo que otros renunciarían. Mientras otros se quejan o se resignan, tu decide qué vas a hacer....

Autonomía

No les digas lo que deben hacer. Dales el poder que les corresponde en razón de su singular conocimiento de los problemas que llevan entre manos. Pide sólo que te rindan cuentas en los plazos que...

Escapa

Aléjate de las discusiones estériles sobre problemas y corre a buscar las...

Ayuda a un colaborador...

Pregunta a un colaborador cuál es el principal problema que le preocupa. Ayúdele a reflexionar sobre el resultado que desearía conseguir, a recordar cómo se resolvieron problemas similares y a determinar algunos de los pasos a seguir....

El Problema

Muchas de las nuevas iniciativas empresariales se desarrollan de manera consciente como soluciones que tratan de responder a un problema. Las metodologías más extendidas en los últimos años, identificadas con términos como “lean”, “agile”, “canvas” han ayudado a enfocar los esfuerzos de los emprendedores que las siguen en la implantación de soluciones concretas a determinados problemas. Mi observación de muchas de esas iniciativas y de la aplicación de dichas metodologías me lleva a dos consideraciones: No se suelen acompañar de una formulación estratégica sólida o actual. Son herramientas que se aplican sobre presupuestos sectoriales obsoletos o se apoyan en las tradicionales estrategias competitivas genéricas. Los problemas se definen, en la práctica, a posteriori, una vez que el emprendedor ha ideado una solución de la que ya se ha apasionado. Esto hace que aquellas metodologías, con ser valiosas, no sean tan eficaces como debieran. En mi opinión, la causa de los errores anteriores nace de que aún se mantiene la inercia de considerar la empresa desde el punto de vista de la oferta y no de los clientes. ¿Pero si se proponen soluciones a problemas, cómo defiendo que mantienen el punto de vista del producto? Pues porque los problemas que tratan de resolver, en la mayoría de las ocasiones, tienen un carácter genérico, abstracto, que no responden a necesidades concretas de clientes bien identificados. Y como he defendido muchas veces en estas páginas, no existen los problemas genéricos. No hay un problema sin alguien que lo padezca. Sólo es de utilidad resolver problemas ligados a clientes concretos. Puede parecer ésta una afirmación extrema. Todos podemos aceptar la existencia de problemas abstractos, que intelectualmente resultan atractivos de estudiar y llegar a resolver. Y algunos de ellos eventualmente podrían acabar encontrando un camino para su aplicación a los mercados en...

Riesgos sobrevenidos (5)...

5. Acaba con ellos La solución de estos problemas sobrevenidos reclama una toma de decisiones segura y diligente. No es tarea sencilla hacerlo en medio de la confusión y la rápida sucesión de los acontecimientos. Estas iniciativas deberán formar parte de tu respuesta: Identifica el problema concreto y acumula los hechos más relevantes. Esto separará lo importante de lo que no lo es. Escucha a las personas adecuadas y acude al sitio correcto. Convierte la inquietud o incluso el miedo en un impulso para actuar con firmeza. Mantente alerta respecto a la evolución de los acontecimientos. Céntrate en las prioridades: la seguridad y necesidades de las personas a tu cargo. Abandona y olvida lo que queda fuera de tu control.     Mañana veremos qué nos enseñan… Notas Relacionadas: Riesgos sobrevenidos (1) Riesgos sobrevenidos (2) Riesgos sobrevenidos (3) Riesgos sobrevenidos (4)...

Riesgos sobrevenidos (4)...

4. Trata de contenerlos. Una vez se ha manifestado la situación de riesgo, lo primero que te debe preocupar es limitar el daño. Para ello habrás de estar presente y tomar decisiones con rapidez. Podrás así proporcionar la información necesaria y mostrar que asumes tu responsabilidad y te haces cargo de la situación. Lo que deberás hacer: Demuestra resolución. La situación no te permite tomarte un tiempo para deliberar. Muéstrate enérgico y decidido, lo que transmitirá confianza a tus colaboradores. Estate atento a las necesidades de tu gente. La prioridad es su seguridad y bienestar. Excédete en la comunicación. Es la herramienta más útil de que dispones. No te olvides de nadie a quien debas informar y evita las especulaciones. Se específico y presenta los hechos como son pues es la mejor manera de acabar con los rumores.   No será sencillo. En esos momentos, la información de lo que ocurre no suele ser exacta y la presión para actuar muy elevada. Confía en tu preparación y en tu mejor juicio acerca de cuál sea la actuación más apropiada.   Mañana veremos cómo acabar con ellos…   Notas Relacionadas: Riesgos sobrevenidos (1) Riesgos sobrevenidos (2) Riesgos sobrevenidos (3)...

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