Se ha puesto de moda este concepto de la transparencia. En un mundo hiperconectado y sobreinformado, parece la condición obligada para ganarse la confianza de los otros. Un amigo me contaba el énfasis que le hacía su jefe en mantener una relación profesional gobernada por la transparencia. Era tal la insistencia en este asunto que no había reunión en la que su jefe no insistiera en la transparencia como el principal valor de la nueva cultura de la empresa. Hasta que un día se descubrió el comportamiento gravemente deshonesto de su jefe. Sin embargo, la transparencia en el entorno empresarial tiene más significados y de carácter positivo. Por ejemplo hace referencia a que: Todos deben conocer dónde se dirige la empresa y cómo llegar a su destino. Todos comparten objetivos importantes y no pierden el tiempo en la burocracia y en batallas políticas internas. Todos disponen de la información que les permite centrarse en lo que realmente importa y en el modo en que pueden realizar una contribución significativa. Nadie tiene miedo a recibir correcciones. Nadie tiene nada que ocultar pues no gana nada con ello. Nadie opera de manera aislada o individual. Se trabaja de manera colaboradora y se crean comunidades. Lo personal y lo profesional no aparecen como cosas completamente separadas e independientes. No se rehúye hablar con claridad con compañeros o con clientes. El control no es lo más relevante pues se ha contratado a personas que son responsables. Se admiten los errores y no se penalizan. Se mantiene la palabra dada. Se manifesta y defiende la propia opinión y se está abierto a escuchar la de los otros. Por el bien de tu organización, compensa que promuevas una comunicación directa y abierta con todos los interesados y por el...
Incomodidades
Todos las experimentamos aunque parece que la mayoría trata de evitarlas. Sin embargo, actuar así es un factor limitante del propio desarrollo. Seguro que cada día te encuentras con cosas que no te gustan, personas que te incomodan, situaciones que te resultan molestas. Cae dentro de la normalidad y has de saber vivir con ello. Algunos tratan de escapar de cualquier malestar o molestia y se entregan a hábitos que generan mayores inconvenientes: tabaco, alcohol, drogas, comida, desidia. El resultado para quienes no saben asumir o convivir con las pequeñas incomodidades habituales es que se muestran inquietas, nerviosas o de mal humor. Todo crecimiento o cambio exige un esfuerzo que se acompaña de cansancio y molestias. No son algo malo en sí mismo; es sólo que no estás acostumbrado a esas nuevas circunstancias, que no las aceptas como algo positivo. Aunque suene contradictorio, para superar las incomodidades lo mejor es sentirse “cómodo” con ellas. Y esto sólo ocurre si tu mismo las has elegido. Desde ese momento pasan a tener un sentido y una utilidad extraordinaria para tu desarrollo personal. Las recompensas llegan siempre antes de lo que imaginas: orden, eficacia, satisfacción, alegría, amistades, aprendizaje, progreso, descubrimientos, salud, … Ya ha sido suficiente molestia leer esta nota. Ahora ya puedes ponerte con eso que no te apetece nada y date el gusto de sacártelo de encima. ¡Tu eliges!...
Cinco sencillas preguntas...
Hoy me acabarás odiando. Seguro que significativamente más que otros días. Pero no sería justo que no te ayudara a pensar en aquello que más te puede ayudar. Lo normal es que andes buscando respuestas. Las pareces necesitar para salir de problemas o para afrontar nuevos retos. Sin embargo, y aunque te pueda parecer chocante, lo verdaderamente valioso son las preguntas que deberías estar haciéndote. Tiene una importancia crítica que puedas identificar esas preguntas que se caracterizarán por ser audaces, atrevidas y valientes. Esos calificativos no se aplican tanto por la naturaleza de cada pregunta como por tu disposición a hacértelas, por lo que te exigirán de imaginación, de cambio, de innovación. Las necesitas sin duda para redefinir la estrategia de tu negocio, de tu empresa; y también para orientar tu propia vida, personal y profesional. Estas son las que te propongo: ¿Porqué?: Tiene que ver con el propósito que te mueve. Es concretar una determinada Visión, que incluye establecer tu misión, aquello a lo que aspiras y los valores que te mueven. ¿Para quién?: Aquí habrás de identificar de manera precisa a quiénes deseas beneficiar y atender en sus necesidades concretas. ¿Qué?: El qué te lleva a determinar tu propuesta de valor, lo que ofrecerás a aquellos que has decidido atender. ¿Cómo?: Son las tareas concretas que habrás de llevar a cabo para poder realizar lo que te propones. ¿Con quiénes?: Como no podrás lograr en solitario tus objetivos, habrás de reconocer a aquellos que te han de acompañar por disponer de las competencias que a ti te faltan. No dedico mucho espacio a su desarrollo porque hoy lo relevante es el tiempo que habrás de ocupar para reflexionar sus respuestas. Cinco sencillas preguntas… y cinco complejas respuestas. No vale engañarse. ¡Tómate...
Una cultura atrayente...
No hay estrategia que puedas calificar de inteligente o brillante sin las personas capaces de llevarla cabo. De ahí la importancia de contar con personal adecuadamente preparado y motivado. En las organizaciones actuales, obligadas a desenvolverse en situaciones de cambio, se necesitan personas con flexibilidad y capaces de asumir riesgos. Lo mismo ocurre para la puesta en marcha de nuevos negocios. La actitud de las personas es incluso más importante que el nivel de conocimientos. Encontrar esa gente y con la actitud que precisas es todo un reto. Y además has de ser capaz de convencerles para que se sumen a tu proyecto. Esto hace que hoy día la cultura de la empresa contratante será incluso más determinante que el salario que pueda ofrecerse. La mundialización de los negocios, la similitud en las exigencias a las que se enfrentan las empresas de cualquier localización geográfica, hace que sean similares las características que formarían parte de esa cultura atractiva para las personas de más talento. Entre ellas se encuentran: La flexibilidad en los horarios y el lugar de trabajo. El tener la libertad de elegir las horas en las que trabajar y el lugar desde donde hacerlo puede ser no sólo un incentivo para atraer a los mejores, sino para asegurar la productividad y la lealtad a la empresa. La accesibilidad de los directivos. La posibilidad de relacionarse sin trabas con directivos de cualquier nivel de la organización para acceder a información o resolver dudas es un elemento destacado de la cultura de las empresas más modernas. Planes de carrera. Los empleados tienen claras sus posibilidades de progresión y disponen de los medios para desarrollar las competencias necesarias para lograrla. Reconocimiento público. Los profesionales más destacados ven reconocidos de manera pública y periódica sus logros...
Desesperanza
No sé si te ocurre a ti. A mí me golpean con dureza las noticias de los suicidios de personas afectadas por desahucios. Aunque se cuenta menos, también sé de directores de sucursales bancarias que han muerto de infarto por verse sometidos a la presión de esas situaciones. Es inhumano. Ciertamente, en la vida, hay que hacer frente a veces a coyunturas difíciles o agobiantes. Es posible que el origen de problema esté en circunstancias externas pero las más de las veces vivimos engañados; echamos la culpa a lo que nos rodea cuando el problema real se encuentra dentro de nosotros, en la manera en que decidimos responder. Lo comentaba hace unos días. Te pueden hacer la vida muy difícil, apropiarse de tus bienes materiales, incluso hacerte prisionero, pero no determinar la actitud con que haces frente a los problemas. Habrás de reconocer limitaciones personales y tu incapacidad para superar determinados trances. Es humano llegar a sentirse desanimado y agotado. Y sin embargo no puedes olvidar aquello que verdaderamente posees y nadie puede arrebatarte. Nadie puede impedirte tener amigos en los que apoyarte, ni obligarte a dejar de ser fiel a tus principios y valores. En tu interior, donde ellos no pueden llegar, está tu libertad. En ella encontrarás la fuerza para salir adelante, para superar humillaciones o persecución. Es en la dificultad donde se te presentará la mejor oportunidad para crecer. ¡Nadie puede quitarte la esperanza…!...
¿Qué tan buen jefe eres?...
Ayer estuve con alguien cuyo puesto de trabajo exige unas dotes de liderazgo extremadamente desarrolladas. En mayor o menor medida todos estamos obligados a disponer de esas capacidades para poder desarrollar hoy con eficacia nuestro trabajo. Fundamentalmente necesitas: La capacidad para observar y comprender las dinámicas de las relaciones entre tu gente y saber cómo contribuir al desarrollo de cada uno de ellos. Conocer cuándo y cómo debes intervenir en las actividades tu equipo y dependiendo de su grado de consolidación. Disponer de habilidades para la relación interpersonal y la gestión de equipos que te permitan definir los procesos más eficaces para el establecimiento de los valores y normas, la comunicación, toma de decisiones, resolución de conflictos y problemas y evaluación del desempeño. Piensa qué tal se te dan estas cosas: Crear una visión y un propósito compartidos, y un clima de cooperación para alcanzarlos. Identificar y promover los principios y normas que contribuyan al éxito de tu equipo, y los criterios para evaluar y reconocer su desempeño. Facilitar el crecimiento de la gente de tu equipo y asumir el riesgo de que sean ellos los que ejerzan el liderazgo cuando sus competencias sean las más adecuadas para la tarea entre manos. Ser valorado por tu gente como alguien justo, comprensivo, con criterio y a quien se debe seguir en sus indicaciones. Todo esto te ayudará a saber cómo avanzar por el camino que te conduzca a ser un buen jefe. Aunque te aviso que hay quienes piensan erróneamente que son las características opuestas las que les asegurarán el éxito. Si te tocara un jefe que piense así…, sal corriendo....
Corrupción
¡Cómo no hablar de ella! En la estación de Atocha me ha pedido una ayuda un hombre de 48 años, con buena presencia, que ya ha visto agotada su cobertura por desempleo. Hemos hablado un rato. Por las mañanas busca trabajo y por la tarde pide limosna en la estación. Para su desconcierto, la respuesta de muchas de las ofertas a las que aplica es que ya tiene demasiada edad. Se lamentaba de la pasividad de nuestra sociedad ante la corrupción y de la avaricia desmedida de algunos por acumular dinero y sacarlo a Suiza impunemente. Si yo le contara… No hace mucho fui consciente, como en pocas ocasiones, de la gravedad moral de la corrupción. Incomprensiblemente, personas con trabajo, estudios y posición social destacada, se corrompen y corrompen a otros con tal de llegar a acumular cosas que en el fondo no necesitan. Y duele especialmente saber que quienes tienen la obligación de parar la corrupción, no se atreven y se hacen cómplices de la inmoralidad. Es como ser diagnosticado de cáncer y renunciar a someterse a tratamiento. La corrupción tiene cura. Exige extirpar el mal para sanar al resto. Necesitamos encontrar al cirujano adecuado y dejarle actuar....
Parar la caída
Escuchaba una entrevista a Jim Collins en la que hablaba de las fases por las que evolucionan empresas dirigidas por personas inconscientes. Me llamó la atención por recordarme a empresas con las que me encontrado en mi vida profesional. Y me parece que es una buena llamada de atención para quienes se ocupan hoy en tareas directivas. La fase 1 se caracteriza por la arrogancia. Todo lo que se emprende funciona, se crece a buen ritmo, se tiene éxito. Nadie se sorprende pues se atribuye a lo bien que saben hacer las cosas. En la fase 2 se mantiene el convencimiento de que todo seguirá yendo bien como en el pasado, por lo que se toman decisiones sin disciplina, se entra en actividades en las que se carece de experiencia, se asumen riesgos indebidos. En la fase 3 ya aparecen los problemas resultantes de las decisiones erróneas de la fase anterior. Pero se niegan los peligros y se ignoran los riesgos pese a que las pruebas se acumulan. La fase 4 es de caída, arrastrada por los problemas y el intento de aplicar soluciones parciales e insuficientes. Alguna aparente recuperación momentánea seguida de nuevas caídas dado que no se aplican soluciones determinantes y definitivas. La fase 5 lleva a la desaparición de la empresa que se quedó sin respuestas adecuadas a sus problemas. Seguro que puedes identificar empresas en algunas fases de esta evolución. En nuestro entorno de crisis, son muchas las que se desploman en la fase 4. Pero no todas están llamadas a caer sin remedio. Para recuperarse es necesario prepararse bien y actuar con disciplina. Posiblemente se habrán de tomar decisiones osadas, pero con la seguridad de que se hace lo correcto y que se evitan riesgos innecesarios. Será la...
Abandona la comodidad...
Seguro que sabes de lo que hablo. Las actividades de cada día puedes clasificarlas al menos en dos grupos genéricos: Aquellas actividades que haces con más o menos gusto, que no tienen una especial dificultad, ni tampoco molestan a nadie. Al llevarlas a cabo incluso dan toda la impresión de que eres muy productivo. Y luego están las otras que requieren mayor esfuerzo, que «desgastan» neuronas, que te exigen interactuar con otros, levantarte de tu mesa y adentrarte en la siempre incómoda jungla de la organización. Estas son las actividades para las que siempre encuentras razones para posponerlas. Lo cierto es que las primeras no te hacen especialmente productivo ni valioso para la organización. Hasta tu cuñado podría sustituirte. Podrías pasarte el día contestando correos y no haber trabajado verdaderamente en aquello que debías. Pero para eso no te han contratado; no es lo que se espera de ti. ¡Decídete ya! Elige hacer aquello que es más importante y definitivo para tu desarrollo personal y profesional. Requerirá sacrificio, sin duda, pero la recompensa es impagable. Es seguro que necesitarás quien te oriente y te siga. ¡Búscalo...
Libertad
Siguen vigentes estos tiempos difíciles. Y algunos, malvados, parecen querer sacar ventaja de ellos. En las últimas semanas me han llegado historias duras por las que os veis afectados. Que sepas que no eres el único. Es ley de vida y nos pasa a todos. No te puedes dejar vencer por el agobio o la angustia que te generan agentes externos. Si te sientes frágil y amenazado, perseguido o humillado, es una equivocación caer en el rencor. Sé consciente que cuentas con lo más valioso: tu libertad. La libertad está en tu interior y nadie te la puede arrebatar. No depende de las barreras ni las circunstancias a las que te debas enfrentar. No se encuentra más allá de esas ataduras, obstáculos o restricciones que se te imponen. De hecho nunca estarás del todo libre de ellas y por tanto sería absurdo que te generaran una insatisfacción permanente. La libertad se puede ejercer y disfrutar incluso en ese contexto estrecho y vulgar, en ese entorno hostil y vengativo en que te encuentras. Basta que creas en ti y en las personas que te acompañan en ese proyecto vital de crecimiento personal. Defiende tus valores y déjate orientar por ellos particularmente en estos momentos en que te lo ponen humanamente más difícil, en los que la persecución se vuelve más intensa. Gracias por...