¿Quién puede ser capaz en tu organización de generar la vinculación con el cliente que demanda la estrategia actual de la empresa? Evidentemente sólo puede hacerlo el factor humano de la misma, con la ayuda de algunos sistemas tecnológicos y en el contexto de una cultura organizativa que lo favorezca. Hoy trato de reflexionar sobre qué tan fácil resulta disponer de esos empleados comprometidos con la empresa y capaces de desarrollar las tareas que resultarán en unos clientes vinculados, y la influencia del diseño de la organización y su cultura. En mi experiencia, el grado de compromiso de los empleados no suele ser muy alto, y no porque a la gente no le guste su trabajo (esto puede ser parte de la causa) sino porque en realidad no confían en sus jefes. Es muy probable que quienes debieran liderar a los empleados no ejerzan esta función pues los ven más como subordinados y no como colaboradores. Las relaciones entre ambos se vuelven fácilmente políticas, en un contexto en el que los subordinados tratan de satisfacer a sus jefes y éstos se aseguran su lealtad mediante el control de la carrera profesional de aquéllos. Otro problema fácil de observar es la escasa autonomía de las personas en la organización. Una vez contratadas y asignadas a un determinado puesto se encontrarán con serias dificultades para escoger el trabajo a realizar, la manera de llevarlo a cabo, o los componentes del equipo con quienes trabajar. Las definiciones de los puestos de trabajo traen como resultado que en el mejor de los casos la gente acabe entregando exactamente eso que se les pide, y nada más. Todo esto significa talento desaprovechado. El énfasis en las normas y regulaciones hace que los empleados acaben siendo tratados como si fueran...
El papel de la cultura empresarial en la innovación...
Los elementos que hacen a una empresa realmente innovadora son diversos: una estrategia centrada en la innovación, un conocimiento profundo del cliente, disponer de un gran talento, un conjunto de capacidades adecuado para la implantación de la estrategia… Sin embargo, más importante que cualquiera de esos elementos aislados, es el papel de la cultura de la empresa para integrarlos: los patrones de comportamiento, sentimientos, maneras de pensar y creencias de la organización. Según los resultados de este estudio sobre Innovación Global, sólo la mitad de las empresas afirman que disponen de una cultura que apoye con firmeza su estrategia de innovación. Y en la misma proporción dicen reconocer que su estrategia de innovación no está alineada con la estrategia global de la empresa. Esta desconexión es tanto un problema como una oportunidad. Por un lado, se asocia a un peor rendimiento en comparación con las empresas competidoras. Por otro, los directivos son conscientes de lo que está en juego, incluso aunque sus empresas no hagan las cosas bien. Reconocen como sus objetivos estratégicos principales lograr “el rendimiento superior del producto” y “un producto de calidad superior”, y coinciden en que los atributos culturales más importantes habrían de ser “una fuerte identificación con el cliente” y la “pasión/orgullo por los propios productos”. La lección es que cuando se trata de innovar, no sólo hay que repensar la plataforma de investigación y desarrollo. La cultura de la empresa es útil para promover la innovación y acelerar su ejecución. Para ello se aconseja: Que la estrategia de innovación se defina de manera clara y sea comunicada a través de toda la organización. Que exista alineación entre los técnicos y los altos directivos y que los primeros participen en la toma de decisiones estratégicas. Que la agenda de...
Los que tienen el poder se equivocan en exceso...
Las decisiones que toman las personas con poder en las empresas tienen un impacto a largo plazo tanto en sus organizaciones como en sus empleados. Este artículo describe cómo quienes detentan ese poder desestiman una parte crucial del proceso de toma de decisiones: la de escuchar las opiniones de otros. Tener poder aumenta la sensación de confianza, lo que parece conducir a una valoración excesiva del propio juicio y da lugar a decisiones equivocadas. Estudios anteriores han demostrado que la calidad de las decisiones disminuye si la gente se apoya en exceso en sus propias opiniones y desoye las observaciones de los demás. La información que otros pueden proporcionar ayuda a corregir las desviaciones que se producen cuando se da excesiva importancia a las propias opiniones y a las primeras impresiones. El trabajo analizado estudia el papel del poder (definido como la capacidad de influir en otros debido al control de los recursos y los incentivos) en la disponibilidad para aceptar las opiniones de terceros. Sus resultados confirman que quienes tienen el poder son menos propensos a dejarse asesorar, confían en exceso en sus propias respuestas, y éstas son menos acertadas que las de quienes carecen de ese poder. Estos resultados tienen serios efectos en las organizaciones. El poder puede afectar significativamente no sólo a la capacidad para aceptar asesoramiento y consejo sino también a la disponibilidad para buscar ayuda o aprobar la evaluación del propio desempeño. Se han de buscar por tanto maneras de minimizar esos problemas. Las propias organizaciones deberían ser capaces de ayudar a quienes tienen el poder para que se dejen asesorar en las decisiones especialmente críticas. Un modo de hacerlo es el establecer reuniones en el inicio de todo proceso de toma de decisiones donde aquellas personas tengan...
La ayuda también hay que ganársela...
En muchas ocasiones he hecho referencia a la actitud de servicio hacia los demás, independientemente de si la reclaman o la reconocen. Hoy escribo para los beneficiarios de esas ayudas con la intención de que despierten y cambien de actitud. En las últimas semanas he sido testigo de muchos casos de gente dispuesta a ayudar y de beneficiarios que no realizaban el esfuerzo mínimo necesario para recibirla o aprovecharla. Por ejemplo, una directora preocupada por la formación de sus colaboradoras, les facilita el camino para realizar los estudios que les permitirían alcanzar la titulación que desean. Y, después de varios intentos, la apatía de las propias beneficiarias les hizo incapaces de rellenar la solicitud de admisión. Parece que quienes tienen trabajo son los que han de buscarlo para quien no lo tiene; que quienes disponen de formación la han de proporcionar a quienes carecen de ella; que quienes ganan dinero lo han de entregar a quienes les falta. Todo eso está bien, pero observo con demasiada frecuencia que quienes reciben esa ayuda no hacen nada para merecerla ni agradecerla. Mi impresión es que la salida a esta situación de crisis se ve afectada por esa misma actitud apática que lleva a esperar que otros emprendan las acciones que nos devolverán a la normalidad. Los que ayudáis, a seguir haciéndolo. Y los que esperáis recibir, por favor, sacudiros la pereza y poneros en...
Marca personal (6)
Errores a evitar Pueden aparecer algunos errores que dificulten tus esfuerzos por desarrollar una marca personal eficaz. A continuación se presentan algunos de ellos y sugerencias sobre cómo evitarlos: Esa marca no te corresponde. Si pones demasiado énfasis en atender las opiniones de los otros acerca de cómo deberías ser y comportarte, y estuvieran en contradicción con tus valores y lo que tu piensas, esa marca no podrás mantenerla. Te has de mostrar auténtico y fiel a tus principios. La marca es apropiada, pero no su realización. Podría ocurrir que tu marca no encaje con la organización. Quizás debieras entonces dejar el trabajo para mantenerte fiel a quien quieres ser. Seguramente ya lo intuyes y sólo se trata de dar los pasos para ganar en certeza. Entonces tendrás muy claro el tipo de organización a la que quieres pertenecer y te podrás a buscarla. No te acaba de aparecer adecuada. Si este es el caso, será porque esa marca no encaja con tus valores o que tu aspiración no es la que realmente deseas. Vuelve a revisar la definición de los valores y la aspiración y, si te ayuda, pide que alguien que te conozca que te acompañe en ese proceso. Te engañas. Has desarrollado una marca con la que realmente no te identificas. No es posible vivir como alguien distinto a quien uno es, en continua contradicción con las propias creencias y valores. Te hace incongruente, inseguro y desgraciado. Desarrollar la propia marca requiere tiempo y un alto grado de compromiso personal. Para algunos esto puede parecer un inconveniente, en especial cuando te exige hacerte preguntas difíciles, pero vale la pena el esfuerzo. [Anterior] Marca...
Marca personal (5)
Revisa Tu Marca La revisión de tu marca personal ha de ser un proceso continuado. Está en juego tu propia personalidad, tu reputación y el modo en que llegas a los demás. Quienes te rodean te evalúan en todo momento, te conozcan o no, en el trabajo y fuera de él, en cualquier lugar y circunstancia. Cuándo hacerlo. Hay momentos clave que reclaman una valoración más completa de tu marca: si estás buscando un nuevo empleo, si piensas en nuevas oportunidades o en una promoción, si te reincorporas a tu puesto de trabajo después de un ausencia prolongada, cuando pienses en convertirte en trabajador por cuenta propia. Todas estas son buenas ocasiones para detenerse y hacer balance, ya que van asociadas a cambios significativos en tu vida. Y también es apropiado revisarla en otras circunstancias de menor envergadura, cuando percibas que tu mensaje no tiene el impacto que esperabas o cuándo quieras dar a conocer que estás dispuesto a asumir nuevas responsabilidades. Retoma los valores. El punto de partida en la revisión de tu marca es el mismo que si estuvieras empezando de cero: aclararte acerca de quién eres y cuáles son tus valores. Recuerda que el modo en que vives tu propia marca es consecuencia de ellos. Después has de identificar las diferencias entre lo que eres y la reputación que deseas construir. Si estás convencido de tener bien establecida tu marca y aún así no alcanzas el impacto que deseas obtener, pregúntate si tu comportamiento es coherente con los valores que persigues. Averigua qué nuevas capacidades o comportamientos habrías de desarrollar para completar tu marca y hacerla más eficaz. Adaptarse a los cambios. Has de estar siempre pendiente de cómo los cambios del entorno afectan a tu marca y no descuidarte. Si...
Una respuesta para Antonio...
Me la pedías en tu comentario de ayer y aprovecho el vuelo de regreso a Barcelona para escribirla (en una iPad, claro, sobre una mesita rota, en un avión con un estado de mantenimiento interno deplorable) Empiezo por reconocer que no sé qué más decir, aparte de confirmar que esa realidad que comentas es más frecuente de lo deseable. Y manifestar que, al final, todo se resume en las capacidades desarrolladas por los directivos. La cultura imperante en las organizaciones, sean grandes o pequeñas me parece anticuada e inadecuada. Es el resultado de unos directivos poco preparados y con una actitud poco profesional. Algo que no se permitiría en otras profesiones aquí se acepta porque parece que las organizaciones lo aguantarán todo. Prácticas y conceptos periclitados o contraproducentes, como por ejemplo el análisis DAFO, la estructura de los planes de empresa, o determinados sistemas de medición de resultados e incentivos, se aplican sin criterio ni utilidad alguna. Y el impacto de las decisiones directivas no es menor que las que toman médicos o abogados en relación a la calidad de vida de sus clientes (¡cinco millones de parados!). Por ser más frecuentes, las decisiones de los directivos tienen mucha más repercusión sobre la vida de las personas y por ende, también sobre su salud. Incluso se empieza a imponer en nuestro lenguaje la calificación de «tóxicos» para algunos tipos de directivos, lo que me parece muy apropiado. La calidad de la función directiva que observo es muy floja; peor que muchas otras funciones de la empresa (¿y son los mejor pagados…?). De ahí mi interés y el del Business Learning and Development Institute por contribuir a su mejora. Los programas de formación habituales en universidades y escuelas de negocios se centran más en los...
Marca personal (4)
Cuando alguien piensa en ti, lo habitual es que recuerde aquello por lo que eres reconocido, por las capacidades que has demostrado tener. Junto a ello acude la imagen de cómo te presentas, del modo en que vistes. Todos estos son factores que determinan tu marca personal: Tus habilidades y experiencias. Conforman las capacidades que te permiten desarrollar el trabajo que haces. Pueden ser la clave para destacar en determinadas situaciones, como cuando optas a un nuevo puesto de trabajo. Deberás explicar las situaciones a las que te has enfrentado, el modo en que has actuado, y los resultados conseguidos. Tu comportamiento. Tu manera de actuar es muy relevante para configurar tu marca personal. Deberá demostrar tus principales cualidades y habrás de ser consciente de aquellos aspectos que descuidas y saber lo que haces por corregirlos. La consideración de tus valores propios ayudará a orientar tus actuaciones. También te ayudarán a evaluar el trabajo que realizas o la idoneidad de la empresa en la que estás. Tu apariencia personal. No se trata únicamente de cómo vistes. Incluye también el modo en que hablas y todo tu aspecto físico; el modo en que caminas, tu postura, las expresiones faciales, si te muestras animado o no. La mayor parte de lo que comunicas viene determinado por tu tono de voz y tus expresiones no verbales; y las palabras que utilices acaban siendo lo menos significativo. Te has de asegurar que todo ello transmite un mensaje coherente. Has de cuidar el modo de vestir y ser consciente de lo que tu indumentaria trasmite. No hay una afirmación cierta sobre cuál ha de ser la manera de vestir, pero siempre habrás de tener en cuenta tu entorno. Toma un tiempo para revisar todos estos puntos… [Anterior] Marca...
Marca personal (3)
Si has decidido trabajar en el desarrollo de tu propia marca personal a continuación encontrarás un guión de los pasos a seguir. Identifica qué tienes de bueno y cuál es tu manera de actuar. Este paso del proceso es fundamental, ya que construir tu marca personal te lleva a destacar de los demás. Para ello es preciso conocerse bien. Este ejercicio te permitirá identificar las habilidades y cualidades por las que deseas destacar y ser conocido. Decide la reputación que deseas alcanzar. Aquí debes establecer aquellos aspectos por los que quieres ser conocido y recordado. Habrás de comparar después tu decisión con el resultado del análisis anterior acerca de cómo eres ahora. Las diferencias te indicarán las áreas a desarrollar. Descubre qué piensan otros de ti. Se trata ahora de saber cómo te ven los demás y si coincide con el modo en que quieres que te vean. Elige algunos compañeros, colaboradores o clientes en quienes confíes y recoge sus opiniones. Podrás evaluar de este modo la coherencia de tu marca. Establece tus valores. Serán los principales determinantes de tu motivación y servirán de guía para la evaluación de tus acciones. Todo lo relativo a tu marca personal debe estar alineado con tus propios valores. Seguirlos te permitirá destacar y ser fiel a lo que crees. Describe aquello a lo que aspiras. Te ayudará a construir en la mente una imagen del futuro que deseas tener. Deberá ser atractiva, creíble y estimulante. Determinará las acciones necesarias para crear tu futuro. Toda aspiración va ligada a tiempo determinado y una vez alcanzada, habrás de generar la siguiente. Declara tu Misión. Tu declaración deberá guiar tanto tu día a día como las grandes decisiones. Te orientará en el establecimiento de objetivos a corto y largo plazo....
Marca personal (1)
En el entorno profesional y empresarial tan cambiante en el que nos movemos, es preciso tener claro quién se es y en lo que uno quiere convertirse. Y además has de asegurarte que cuantos te rodean son igualmente conscientes de lo que eres y representas, y que reconocen y valoran tu marca personal. De este modo podrás desarrollar una carrera profesional satisfactoria y gratificante. Lo importante de tu marca es que te permite destacar entre la multitud y mostrar tu verdadero talento y aptitudes. Se trata de poner de manifiesto lo que te hace singular, de describir el valor que puedes aportar a un equipo o a una organización. No es tan sólo decidir una imagen, un logotipo o crearte una etiqueta. Consiste en establecer una identidad clara y coherente que te haga singularmente reconocible.La marca personal incluye todo lo relacionado con lo que eres: tus valores, creencias, capacidades, experiencia y la manera de comportarte. Es aquello que transmites a los demás y el modo en que te perciben. Desarrollar tu propia marca no es un proceso complejo pero requiere tiempo. Habrás de conocer realmente cómo eres y cómo actúas, y saber en qué te estás convirtiendo. La autenticidad será clave en la construcción de tu marca. Se define como un concepto psicológico por el que el individuo obtiene satisfacción y emociones positivas al ejercitar sus propias competencias y valores. Se trata por tanto de manifestar tu propia valía en todo lo que...