Están cambiando tu negocio...

De hecho, la mayoría de los negocios se caracterizan por estar sometidos a algún tipo de normativas, o actuar como intermediarios en un mercado, o formar parte de un ecosistema de cadena de valor con diversos miembros que ejercen el papel de intermediarios. De ahí que, cuando se escucha hablar del blockchain como una solución cuyo principal objetivo es obviar a una autoridad central y evitar intermediarios, se genere una cierta inquietud a la vez que se intuyen nuevas oportunidades. La situación actual es que muchas organizaciones resuelven esas reticencias explorando la aplicación del blockchain por la vía del desarrollo de “Pruebas de Concepto”. Antes de comprometerte con una solución concreta o seleccionar un proveedor determinado, es necesario tener en cuenta distintos aspectos que condicionan el modo de abordar la aplicación del blockchain. El potencial del blockchain no se limita a saltarse la intermediación. Los directivos deben plantearse muchas otras cuestiones para ser conscientes del reto que se les plantea y como debieran abordarlo: ¿En qué manera la implantación del blockchain puede afectar a mi negocio? ¿En qué modo afectará a mi relación con los clientes? ¿Cómo condicionaría a mi ecosistema empresarial y cadena de aprovisionamiento? ¿Cómo resuelve los temas de privacidad, seguridad e integridad? ¿Qué tipo de caso de uso tendría sentido para nuestro negocio? ¿Qué plataforma es a más adecuada para nuestras necesidades y qué posibilidad hay de escalarla? ¿En qué medida se ve condicionada por la normativa existente? ¿Por dónde deberíamos comenzar? En la medida que la seguridad, transparencia, la inmutabilidad, la confianza, la diligencia de los procesos, los costes, la intervención de terceros, jueguen un papel significativo o determinante en el desarrollo del negocio, las probabilidades de que el blockchain ya lo esté perturbando son elevadas. Desde BlockTac podemos ayudarte...

¿Blockchain? ¡Para qué…!...

La tecnología blockchain puede aplicarse en casi cualquier entorno que uno pueda imaginarse, desde hacer el seguimiento de un paquete alrededor del mundo, a crear registros de propiedad, luchar contra la piratería on line o acabar con los productos falsificados. Es cierto que su reconocimiento ha llegado de la mano de sus capacidades financieras, pero esta tecnología va mas allá del bitcoin y otras criptomonedas. Esa versatilidad junto a la volatilidad de las criptomonedas y una cierta dificultad para acabar de comprender todos los extremos de dicha tecnología es lo que genera cierta susceptibilidad y desconfianza en algunos ámbitos. Pero esto no es nuevo. Lo mismo se apreció en los inicios de Internet, cuando se descartaba que pudiera tener alguna utilidad o cuando años más tarde, tras la burbuja de las “.com” nadie creía que se pudieran hacer negocios basados en Internet. Son ya incontables los proyectos en desarrollo que permitirán que herramientas como los contratos inteligentes, la transferencia digital de la propiedad o los derechos de autor tengan acogida en esta tecnología. La primera aplicación de Blocktac es una de esas innovaciones radicales que han encontrado su lugar en el mundo de la acreditación de la formación y las competencias de las personas. La idea detrás de todas esas aplicaciones es similar a la propia del bitcoin: restablecer la autonomía de la persona sin que deba depender de servicios centralizados o empresas intermediarias. Este carácter transparente y descentralizado de las aplicaciones proporciona unas ventajas tecnológicas sin precedentes. El atractivo radica en unos bloques de información que se transmiten y se distribuyen por la red. Más que incluir sólo los datos de una transacción, los bloques de hecho contienen y transmiten información entre usuarios de forma transparente. Las aplicaciones desarrolladas sobre esta plataforma eliminan...

Blockchain en el sector asegurador...

El sector asegurador parece contar con una posición singular para sacar partido de la tecnología blockchain. Puede ser la manera de afrontar los retos que el sector tiene planteados, entre los que se incluyen la escasa vinculación de los clientes, el bajo crecimiento en mercados maduros, y la tendencia hacia la digitalización. Las expectativas no están sólo la reducción de costes y mejora de la eficiencia, sino que puede hacer crecer los ingresos, al atraer nuevo negocio por un servicio de mayor calidad. Mejorarán las relaciones con todos los grupos partícipes, desde los clientes a los reguladores, al disminuir los errores y ganar en precisión. Pueden incluso reducirse las necesidades de capital si las partes implicadas en las transacciones son capaces de llegar a acuerdos manera más rápida. A continuación, se repasan los principales ámbitos de su aplicación y su potencial impacto. Detección de fraudes y prevención de riesgos Se estima que entre el 5 y 10% de las reclamaciones a las aseguradoras son fraudulentas, lo que representa un coste en los Estados Unidos de más de 40 miliardos al año. La tecnología del Blockchain permite que las aseguradoras puedan verificar la autenticidad de los clientes, de sus pólizas y reclamaciones, detectando posibles duplicidades y las actuaciones de sujetos bajo sospecha. De igual modo se reduce el riesgo de fraude asociado a pagos internacionales y en monedas diversas, o el derivado de aquellas circunstancias en las que empresas se encuentran alejadas de sus clientes finales. La validación y verificación en blockchain añaden valor a muchos de los procesos de aseguramiento. Documentación de los contratos. En la preparación de los contratos se trabaja con distintas versiones, sobre las que no debe quedar duda de que se avanza según lo acordado con anterioridad. El blockchain proporciona...

Lentos y precavidos

Por muy rápido que creas que vayas, lo más probable es que no corras lo suficiente. La velocidad es esencial para que tu organización pueda reaccionar a los cambios que se producen en los mercados y para aprovechar oportunidades antes que otros competidores. Un modo de ganar velocidad es automatizar procesos y tareas que consumen mucho tiempo. El objetivo es poder reaccionar con rapidez más que asegurar que todo ha de salir perfecto. La agilidad se ha convertido en el modo de vida de las empresas eficaces. Se caracteriza por ciclos de desarrollo cortos para atender necesidades específicas, probando y ajustando repetidamente las soluciones propuestas a los clientes. Parece existir consenso hoy en que las empresas han de asumir más riesgos y no menos. Muchos directivos desearían que los procesos de transformación en los que se han embarcado hubieran sido más radicales. Los cambios incrementales ya no son garantía de viabilidad. Se precisa apostar por nuevas tecnologías y modelos de negocio, por una cultura de prueba prueba y error donde cada fracaso sea una oportunidad para mejorar, para transformar el negocio. Asumir más riesgos hoy no significa ser un suicida sino responsable....

Encuentra a un loco

Los genios cometen errores, pero su genialidad es reconocida. Para encontrarlos diseña sistemas que generen disparates, entendiendo como tales ideas que se salgan de lo establecido. Si sólo se aprueban las ideas que caen dentro de la norma, se pierden las originales e innovadoras. Aprecia la diversidad, permite el cambio, actúa de forma imprevisible. Suele ser la mejor estrategia. No busques consensos sino discusiones. En la controversia encontrarás la respuesta ganadora....

Acaba con la desidia

Hay dos tipos de desidia. La destructiva, que te lleva a evitar las tareas que estás obligado a acabar, y la productiva, que forma parte de todo proceso creativo. Este segundo tipo de abandono no sólo es bueno sino necesario. La creatividad requiere tiempo por lo que cuando dejas un proyecto de lado durante unos días, o semanas, tu mente se permite divagar, lo que te da la capacidad para descubrir ideas divergentes que mejoren tu proyecto. Si no logras los resultados que esperabas, deja descansar el proyecto y centra tus energías en otro asunto, para retomarlo más tarde con la mente más clara. Cuando trabajas en un proyecto creativo y no pones una fecha límite, si paras las tareas unas semanas para permitir que la mente divague, no se trata de desidia. Es parte del proceso creativo. Esa frescura mental mejorará los resultados de tu trabajo. La desidia destructiva es algo completamente distinto. Aquí evitas trabajar en lo que debes acabar, aunque sabes las consecuencias negativas que eso te ocasionará. Es un hábito que te acaba dañando. Todos tenemos montañas de cosas por hacer de las que no somos capaces de escapar. Ahí está todo aquello que necesitas acabar pero que deliberadamente evitas. No se trata de una incapacidad para gestionar el tiempo, o de falta de fuerza de voluntad, o escasa autodisciplina. Esa desidia no es pereza sino una manera de defenderse del estrés, un deseo subconsciente de sentirse mejor de inmediato. Pero lo que te estresa no es ese trabajo que retrasas sino los grandes temas que te afectan, ya sea el dinero, tus relaciones, o la vida en general. Esas concesiones que te permites te liberan del estrés que padeces. ¿Cómo se arregla esto? Aceptándolo con honestidad y reconociendo la...

Lo urgente manda

La tecnología lo cambia todo. La digitalización, los análisis numéricos avanzados, la inteligencia artificial, impactan de forma significativa en sectores y estrategias competitivas; hasta el punto de redefinir las prioridades de las organizaciones, que deben adaptarse o morir. Esto hace que las empresas se vean obligadas a experimentar con cambios cada vez más radicales. Las más destacadas se caracterizan por responder de manera flexible y rápida a los nuevos retos y oportunidades tan pronto se presentan. A diferencia de las tradicionales y supuestamente más seguras, que acumulan información que se transmite por la cadena de mando para ser analizada a nivel central y desde donde se toman las decisiones, las más actuales lo resuelven con inteligencia en la base de la organización. Manda la urgencia. En un entorno tan cambiante, si no quieres quedarte rezagado, la velocidad es imperativa. No basta tomar decisiones de calidad sino que además se ha de hacer a gran velocidad. Equivocarse suele ser hoy menos gravoso que el quedarse rezagado por querer ir más seguro. Es esencial estar preparado para cambiar de rumbo y reajustarlo rápidamente. Como el destino cada vez es más incierto, la estrategia ha de ser exploradora, más que dirigida a un destino concreto final. La creación de valor es una cuestión que se plantea de forma incesante y que nunca se resuelve de manera definitiva. Y desde luego la solución nunca es singular y decidida en las alturas sino diversa, contingente, y decidida e improvisada por quienes mejor conocen las necesidades de los clientes y están en condiciones de atenderlas....

Nunca te apetecerá

No eres consciente, pero la mayoría de tus decisiones no las tomas basándote en razones lógicas, ni en la intuición, ni obedecen a los objetivos que persigues o los ideales a los que aspiras. Son tus sentimientos y emociones los que las condicionan. Sientes antes de pensar y sientes antes de actuar. Eres como una máquina movida por las emociones, y casi nunca se encuentran alineadas con lo que verdaderamente te conviene. Está comprobado que optarás por lo que te hace sentir bien o te parece más fácil, en vez de elegir lo que sabes que será mejor para ti en el largo plazo. Sólo cuando seas consciente de que el problema reside en tus sentimientos serás capaz de superarlo. Cada vez que tienes que tomar una decisión, consideras inconscientemente los pros y los contras y te inclinas por aquello que el sentimiento te pide. Es tan instantáneo que apenas lo percibes. De aquí la dificultad de cambiar. Los sentimientos te llevan a decidir antes incluso de que te des cuenta. Pero si sólo actuas así, nunca obtendrás lo que deseas. Debes aprender a separar las emociones que experimentas de las acciones que tomas. Si no lo consigues, no alcanzarás tu verdadero potencial. Si dudas, empezarás a pensar lo que tienes que hacer, analizarás ventajas e inconvenientes, considerarás cómo te sientes respecto a lo que tienes que hacer y decidirás escaparte sin hacerlo. Quizá no puedes controlar cómo te sientes, pero siempre está en tu mano elegir cómo actuar....

Economía de la innovación...

La manera de crear valor económico hoy exige nuevas maneras de pensar y nuevas herramientas y formas de gestionar. El modo en que se genera y se retiene ese valor es fundamentalmente distinto de los sistemas de un pasado nada lejano. La rapidez del cambio tecnológico impacta de manera determinante en el modo en el que la empresa genera valor, lo retiene y lo sostiene en el tiempo. La necesidad innovar es aún más acusada en sectores en los que la acelerada transferencia de conocimientos obliga a las empresas a reinventar el modo en el que llegan al mercado, los activos que deben incorporar y el modo en que se relacionan con proveedores y clientes. Los mecanismos de retención del valor se encuentran hoy fuera de la empresa, y a la vez, el valor generado por ella es esencial para la viabilidad del ecosistema al que pertenece. La propia definición de la empresa se está modificando, dejando de ser una entidad autónoma capaz de generar y retener de valor para pasar a formar parte de una comunidad interdependiente cuyos miembros negocian de continuo su papel en la creación y retención de ese valor. Las ventajas competitivas son más efímeras e inseguras que nunca. Si una empresa trata de aislar su conocimiento del resto del mundo se está cerrando a las innovaciones que surgen en el exterior. La mejor fuente de innovación en esta “economía de la innovación” son las ventajas basadas en el conocimiento y que se usan para crear unas capacidades singulares y algo más duraderas. Ya no se crea valor defendiendo una posición singular en el mercado, sino innovando, reinventando y adaptando el valor que se produce de forma acompasada a la evolución de los sistemas y sectores. Esto impacta de manera...

Buscando talento

Las empresas suelen subestimar el tiempo que se tardan en desarrollar las capacidades necesarias para llevar a cabo la transformación digital. Pueden asumir que necesitan nuevo talento, pero desconocer de qué tipo y en qué número. Y no bastará con contratar al directivo responsable de desarrollarlo. La incorporación de ese talento ha de comenzar con la identificación de los problemas a resolver. A partir de ellos se podrán clarificar las necesidades y determinar el número de personas necesarias y las capacidades específicas que deben aportar. La inversión necesaria puede parecer importante o desproporcinada inicialmente, pero si se hace con acierto se amortizará muy rápidamente. Y ese talento deberá desenvolverse en un entorno de trabajo que culturalmente puede diferir del habitual en la empresa. Será más propio que trabajen en espacios informales en los que compartan ideas y trabajen conjuntamente, lo que necesitará además de mecanismos de integración con el resto de la organización. De no hacerlo así podrían acabar trabajando en sus cosas y no en lo que la empresa precisa....

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