¿Blockchain? ¡Para qué…!

La tecnología blockchain puede aplicarse en casi cualquier entorno que uno pueda imaginarse, desde hacer el seguimiento de un paquete alrededor del mundo, a crear registros de propiedad, luchar contra la piratería on line o acabar con los productos falsificados. Es cierto que su reconocimiento ha llegado de la mano de sus capacidades financieras, pero esta tecnología va mas allá del bitcoin y otras criptomonedas.

Esa versatilidad junto a la volatilidad de las criptomonedas y una cierta dificultad para acabar de comprender todos los extremos de dicha tecnología es lo que genera cierta susceptibilidad y desconfianza en algunos ámbitos. Pero esto no es nuevo. Lo mismo se apreció en los inicios de Internet, cuando se descartaba que pudiera tener alguna utilidad o cuando años más tarde, tras la burbuja de las “.com” nadie creía que se pudieran hacer negocios basados en Internet.

Son ya incontables los proyectos en desarrollo que permitirán que herramientas como los contratos inteligentes, la transferencia digital de la propiedad o los derechos de autor tengan acogida en esta tecnología. La primera aplicación de Blocktac es una de esas innovaciones radicales que han encontrado su lugar en el mundo de la acreditación de la formación y las competencias de las personas.

La idea detrás de todas esas aplicaciones es similar a la propia del bitcoin: restablecer la autonomía de la persona sin que deba depender de servicios centralizados o empresas intermediarias. Este carácter transparente y descentralizado de las aplicaciones proporciona unas ventajas tecnológicas sin precedentes.

El atractivo radica en unos bloques de información que se transmiten y se distribuyen por la red. Más que incluir sólo los datos de una transacción, los bloques de hecho contienen y transmiten información entre usuarios de forma transparente. Las aplicaciones desarrolladas sobre esta plataforma eliminan así la necesidad de intermediarios en la compraventa de productos o servicios.

En lo relativo a la propia identidad virtual, el blockchain puede usarse en los procesos de verificación de la autenticidad de documentos sin necesidad de remitir documentación sensible a terceras partes. Los propietarios de esa tarjeta de identidad virtual mantienen el control de los datos sin que el receptor tenga que almacenar necesariamente una copia de dicha información.

La innovación tecnológica del blockchain se orienta a crear un nuevo tipo de mercados descentralizados. Su impacto en la vida diaria irá más allá de las transacciones de activos financieros, afectando a muchos aspectos cotidianos, incluida la comunicación digital, eliminando intermediarios y reduciendo costes.

En último extremo, esta tecnología se fundamenta en el desarrollo de unas comunidades innovadoras que dan soporte a las distintas aplicaciones, y cuyos miembros tienen derecho al voto en las materias de las que se ocupan. De este modo legitiman y democratizan los procesos de toma de decisiones y les dan una transparencia como nunca antes tuvieron. De aquí nace el papel formativo del bitcoin y de la tecnología del blockchain que lo soporta:

  • Dar a conocer a la gente corriente que es posible defenderse del fraude y la corrupción.
  • Que puede cambiarse el modo en que se accede y se usan distintos servicios, plataformas y tecnologías.
  • Que puede verse el mundo de un modo distinto y nuevo.

 

Fuente: BlockTac.