Todo directivo debe disponer de la capacidad para manejar bien los conflictos, y conforme aumentan sus responsabilidades, más necesaria es esa competencia. Es la inteligencia emocional lo que te permite reconocer e interpretar adecuadamente aquello que les ocurre a tus colegas, colaboradores o clientes. Has de poder distinguir si un colaborador está frustrado, o bien, enfadado. La distinción es importante, pues la frustración aparece cuando alguien se siente incapaz de lograr un objetivo, mientras que el enfado es la respuesta a un trato que se percibe como injusto o equivocado. Sin embargo, la mayoría de directivos no son capaces de establecer la diferencia. Estudios realizados demuestran que cuanto mayor es la responsabilidad directiva, más disminuye la inteligencia emocional, comenzando ya desde el acceso al puesto de mando intermedio. La inteligencia emocional es un componente principal de la fortaleza mental. Los directivos que poseen esta capacidad de resistencia pueden gestionar sus emociones de tal modo que las negativas no condicionen ni su comportamiento ni su manera de pensar. Aunque experimenten momentos de mal humor, no actúan sin la reflexión necesaria. Una circunstancia que puede contribuir a la pérdida de inteligencia emocional es la adicción al trabajo. Si bien muchos hemos crecido con la convicción del valor intrínseco de un trabajo intenso y bien hecho, hemos de reconocer que un estilo de vida basado en valores como el acúmulo de dinero o de éxitos, es una frivolidad. Es fácil que te aleje de otros valores más apreciados como los de la familia o las relaciones de amistad. Puedes corregir esa posible deficiencia buscando un amigo o familiar cercano y confrontar con él tu disposición a sacrificar el descanso, las vacaciones, la juventud, la salud, la familia o tus principios morales…, por el trabajo que realizas. Piensa...
Para fortalecerte
Haz una relación de esas cosas, fuentes de energía, a las que puedes acudir cuando necesitar elevar tu ánimo o tu motivación: Experiencias: Actividades que te rejuvenezcan. Amistades: Personas que te empujen. Entretenimientos: Actividades en las que te recuperes. Libros: Con mensajes capaces de hacerte cambiar. Meditación: Ejercicio espiritual que te fortalece. Pensamientos: Fuente de ideas sugerentes. Metas: Ideales inspiradores. Música: Canciones que te estimulen. Hogar: La familia que cuida de ti. Cualidades: Los talentos que te activan. Recuerdos: Acontecimientos que te emocionan. En estas y otras categorías podrás encontrar las fuerzas que precisas....
Para llegar a la cima...
Para algunos, el éxito consiste en poner de manifiesto su superioridad. No pueden soportar el tener que poner esfuerzo para lograr algo pues eso sería poner en duda su talento. Es un error. Tus capacidades te pueden llevar a la cima, pero sólo la determinación te mantendrá en ella. Los mejores no han nacido como seres especiales y con todo a su favor. Trabajaron duro, aprendieron a mantener la concentración en momentos difíciles, y se esforzaron más allá de sus posibilidades cuando se vieron obligados a hacerlo. Necesitas esa determinación para seguir insistiendo y cada vez con más fuerza. No importa lo bueno que seas, siempre podrás mejorar se continúas practicando con regularidad, trabajando duramente. La mentalidad del campeón es la del que considera que el éxito está en dar lo máximo de uno mismo, en aprender y mejorar. No se trata tanto de ser el mejor como de trabajar duro para alcanzar la mejor versión de uno mismo. Esa es la mejor ambición. Cualquiera que sea el lugar que debas abandonar, si lo dejas habiendo dado todo lo que tenías, siempre saldrás victorioso....
¿Qué te desgasta y agota?...
Si tenías la idea de que puedes conseguir cualquier cosa si la trabajas con la suficiente intensidad, puede que ya hayas descubierto que no eso no es del todo cierto. Tu potencial es tan ilimitado cuanto inasequible en aquellas áreas para las que careces de las cualidades apropiadas. El creer que se puede alcanzar cualquier cosa en el puesto de trabajo, hace que algunos pierdan años luchando batallas para las que no están capacitados y que les llevan al desencanto. Tiene más sentido dedicar la vida a aquello que te resulta más propio. Descubre cuáles son tus cualidades naturales y desarróllalas para beneficio tuyo y de los demás. No necesitas nadar contracorriente sino dejarte empujar por ella para ganar en eficacia y motivación, y llegar así más lejos. El tener que afrontar cambios es otra de las causas que generan mayor desgaste. Consume más energías físicas, mentales y emocionales de las que uno podría imaginar. El secreto para gestionarlo bien es no detenerse a luchar contra lo obsoleto sino contribuir a construir lo nuevo. Presta atención a aquellas actividades y circunstancias que contribuyen a tu agotamiento y trata de evitarlas o mira de defenderte de ellas....
10 mandamientos
Han salido así, sin más, pensando en directivos y en el mejor modo de ejercitar su responsabilidad. Están tomados de ideas de aquí y de allá… No responden a ningún orden ni prioridad. Seguro que puedes encontrar muchos otros… Actúa más como un guía que como un juez. Tu trabajo es comprender los errores de los otros y ayudar a superarlos. Rodéate de gente mejor que tú. Mejorarán tu productividad y te harán parecer más valioso de lo que eres. Selecciona a la gente por su actitud y mentalidad más que por su pedigrí académico. Establece canales de diálogo y comunicación, para que te hagan llegar sus honestas opiniones. Sé honesto y no les ocultes la verdad, por dura que sea. Desafía el pensamiento único. Pregunta qué es lo que gusta y lo que no; descubre lo que debe cambiarse. Ten el coraje de abrirte a nuevas ideas, independientemente de su origen, y promueve la crítica constructiva. Ataca el elitismo, deshazte de los intrigantes, de los controladores y abusadores, y promueve los valores del crecimiento y dejar huella en los demás. Suprime jerarquías, estimula que se compartan ideas y premia el trabajo en equipo más que el individual. Mantente en contacto con la realidad, suprime tu ego y potencia tu humanidad. Muéstrate compasivo y sensible cuando tus decisiones tengan un impacto negativo en las personas. El resultado será que proporcionarás mayor prosperidad y felicidad a mucha gente....
Muévete
La gente competente no se queda parada y espera que le pasen cosas. Se mueve y hace que tengan lugar. Eso requiere empeño, intencionalidad y concentración. Deberías centrar tus esfuerzos en lo que debes hacer, en lo que haces bien y en lo que te gusta hacer. Esto último siempre motiva, como también aquello que sabes hacer bien, mientras que lo que debes hacer no siempre resulta estimulante, a menos que esté alineado con los dos factores anteriores. Si lo logras, tu trabajo aparecerá continuamente muy atractivo. ¿Cómo conseguirlo? Reajustando lo que estás obligado a hacer, o identificando aquello que sólo tú puedes hacer, o cambiando de trabajo. Hoy has de ser creativo, poder comunicar y liderar a otros. Si consigues que esas cosas estén alineadas con tus capacidades y lo que te apasiona, no importará la edad que tengas....
El sentido del esfuerzo...
Socialmente parecen valorarse más los resultados que se consiguen de manera natural que los logros alcanzados con esfuerzo. Se aprecia a héroes con cualidades sobrehumanas mientras que el esfuerzo queda para aquellos seres insignificantes e incapaces, personas con limitaciones que no tienen nada que perder por intentarlo. Hay a quienes les asusta el esfuerzo, porque necesitar de él proyecta una sombra de duda sobre sus capacidades o porque ejercerlo te deja sin excusas cuando no alcanzas lo que deseas. La realidad es que incluso los genios han de trabajar muy duro para lograr sus metas. No hay nada de heroico en poseer un determinado don. Es más lógico admirar el esfuerzo pues es lo que transforma una capacidad potencial en un logro. El esfuerzo es determinante para cualquier logro sostenido, pero es verdad que no es lo único relevante. El acceso a diferentes recursos y oportunidades puede condicionar la eficacia del esfuerzo. En cualquier caso, has de poner el máximo sacrificio en las cosas que más te agraden y sostenerlo en medio de las dificultades. El resultado que alcances será, en muchas ocasiones, algo colateral o subordinado respecto a la pasión que pones en lo que haces. Te engañas cuando menosprecias tu talento y desdeñas el impacto que el esfuerzo puede tener para abrirte nuevas oportunidades. Ese esfuerzo te puede cambiar como persona....
¿Cuántas capacidades tienes?...
Son sin duda muchas; quizás se cuenten por docenas. Unas tienen que ver con tu empuje físico y otras con la gestión de tus emociones; con tu capacidad de pensar y de relacionarte; con tu creatividad y con el desempeño que puedes alcanzar; con tu cualidad para ejercer de líder. Cada una de esas competencias se construye a partir de tus talentos y decisiones. No se desarrollan de forma aislada, sino que se apoyan unas a otras. Cada vez que alguna de ellas crece las otras se refuerzan y aumentan tu potencial. Constituyen un soporte sólido sobre el que construyes tu vida y te hacen capar de soportar grandes cargar y dificultades....
¿De qué lado estás?...
Quizás eres de los que defienden que las capacidades de las personas vienen como labradas en piedra. O bien eres de los inteligentes, de los que tienen éxitos y sortean los fracasos, o no lo eres, y te caracterizarás por los repetidos fracasos que te acompañan. El esfuerzo y la perseverancia no juegan papel alguno en esta clasificación. O tal vez seas de los que piensan que la inteligencia y la personalidad pueden desarrollarse y no son algo fijado y preestablecido. De los que creen que la formación y la práctica pueden contribuir a hacer crecer tu atención, tu memoria, tus conocimientos, y, por tanto, volverte más inteligente. Tu desarrollo sería el resultado del efecto de tus genes pero también del entorno, pues aquellos necesitan información de éste para funcionar de manera apropiada. Se puede partir de distintos temperamentos y aptitudes, pero la experiencia, la formación, y el esfuerzo personal juegan un papel determinante en los resultados que se alcanzan. Tu actitud en este asunto tendrá un efecto decisivo. Puede determinar el que alcances a ser la persona que deseas, que logres aquellas cosas que más valoras. Creer que tus capacidades vienen prefijadas te obliga a ponerte a prueba continuamente, a dejar clara tu inteligencia, tu personalidad y tu carácter. Pero si, por el contrario, defiendes que puedes cultivar y hacer crecer tus cualidades personales, el esfuerzo y la experiencia jugarán un papel determinante en los intereses, talentos y aptitudes que puedas alcanzar, y nadie podrá predecir tu verdadero potencial. En este último caso, carece de sentido: Tratar de demostrar lo inteligente que se es cuando lo importante es siempre mejorar. Ocultar las propias deficiencias en vez de mirar de superarlas. Buscar el reconocimiento de terceros para sostener la autoestima en vez de rodearte...
Convencidos
Estás rodeado de cosas y experiencias que muchos consideraron imposibles en otros tiempos. Si hicieron realidad porque siempre hay personas que son capaces de llevar a cabo acciones que otros consideraron imposibles o impensables. Lo logran por su convicción de que ese objetivo necesita salir adelante por alguna razón, hasta el punto de comportarse de manera irracional en su lucha por alcanzarlo. La convicción es una creencia firmemente establecida. Es disponer de una certeza, sólidamente asentada, de la capacidad de sacar los propios objetivos adelante, hasta el extremo de no considerar viable cualquier otra opción. Cuando estás convencido, actúas. No tienes que pensar porque ya decidiste. Eres capaz de lograr lo imposible, que es aquello que todos consideran inalcanzable hasta que alguien como tú, con tu convencimiento, lo hace posible....