Tengo la impresión de que las teorías sobre la motivación al uso siguen presentando una visión restringida de la realidad de las personas que trabajan en cualquier organización. Incluso en los momentos actuales, es preciso reconocer que la contribución de las personas en la empresa tiene un carácter voluntario. No se trata de siervos a las ordenes de un señor, carentes de toda capacidad de decidir, ni tan siquiera sobre el modo de desarrollar su trabajo. Los profesionales disponen de alternativas. Lo creas o no, si están descontentos con el entorno de trabajo que les ofreces, acabarán por marchar. De entre ellos, los más capaces serán los primeros en identificar esos otros lugares mejores donde trabajar. La motivación se ha convertido en muchas ocasiones en una palabra hueca. Pocas relaciones laborales van más allá de una estipulación contractual: harás lo que te digo por el salario que te pago. No aciertan a ver que el contrato no es lo principal, sino el compromiso. Dirigir a unos profesionales requiere un comportamiento ético y proporcionarles una motivación adecuada. No puedes gestionar a las personas como gestionas las materias primas, el dinero, la logística o los espacios publicitarios. Están dedicando buena parte de su vida, lo más valioso que tienen, y les ha de compensar en muy diversas dimensiones. Deberías considerar que: No es el dinero el principal motivador, ni el más fuerte. El entorno de trabajo ha de ser participativo y no totalitario ni anárquico. El trabajo deberá ser interesante y estimulante. No todos los profesionales son iguales. Su comportamiento depende de cada individuo y de sus circunstancias. Su contribución es voluntaria y se les ha de tratar con respeto. No son robots que responden a órdenes y procesos predeterminados. El respeto no basta. Exigen mucho...
Cultiva otra disciplina...
Desarrollo hoy algo más la idea comentada hace unos días (Tu desarrollo personal). Si quieres desempeñar con éxito las más altas posiciones directivas en tu organización deberías ser experto en alguna otra disciplina. Los conocimientos adquiridos en otras áreas son una buena preparación para asumir responsabilidades en otros campos. Todo alto directivo tiene que interactuar con profesionales de diversas especialidades, de su organización y de fuera de ella. Esto le obliga a funcionar fuera de su zona de confort, al desconocer los aspectos técnicos de las cuestiones que se traten. Además, los avances en cualquier especialidad suelen proceder de la aplicación de conocimientos de otras disciplinas. Ganarás en confianza al saber que tus capacidades no se limitan a un único ámbito. No te resultará extraño en esos entornos el tener que manejar nuevas metodologías para la resolución de problemas complejos o con los que no estés familiarizado. Si te ves en la situación de gestionar algo completamente distinto podrás tener la tranquilidad de poder llevarlo a buen término. Deberás elegir al menos una disciplina alejada del mundo de los negocios. No cuenta aquí la Liga de Futbol Profesional. Ha de ser algo sin relación con lo que te ganas la vida. Al principio te costará. Tu nivel de desconocimiento contrastará con la experiencia que ya has adquirido tras los muchos años de trabajo en tu profesión original. Incluso puede que te sientas culpable por dejar de dedicarle tiempo a tu actividad principal. Pero conforme avances en el dominio de la nueva disciplina comprobarás que en nada se habrá visto afectada tu competencia original. El resultado será que ganarás en confianza para enfrentarte a situaciones nuevas y desconocidas. Y tu organización se beneficiará por ello. Para lograrlo…: Empieza por leer diariamente acerca de materias alejadas...
Tu desarrollo personal...
Imagino que no serás de esos directivos que creen disponer de una ciencia infusa que les proporciona las capacidades que necesitan para desarrollar su trabajo. O de los que se plantean su progresión profesional como resultado de la suerte o del favoritismo político en su empresa. Todos disponemos de capacidades y limitaciones en distintos grados. Y a cada uno nos corresponde desarrollar nuestros conocimientos para alcanzar los objetivos y contribuir a mejorar nuestro entorno. No esperes que sean otros o tu empresa la que se preocupe de tu desarrollo. No suele ocurrir y tampoco te preparará para las dificultades imprevistas a las que te debas enfrentar. Seguro que tienes una lista de proyectos en los que te propones trabajar, aunque con frecuencia los pospones por asuntos más urgentes. En efecto, el desarrollo personal no es fácil de llevar a cabo. Requiere mucho esfuerzo y disciplina. Las siguientes propuestas servirán orientarte en cómo hacerlo: Pregúntate cuál es tu verdadero negocio. No en qué sector te mueves ahora sino que es lo que realmente te gustaría ser. Dónde te gustaría desarrollar tus habilidades y que huella te gustaría dejar. Algunos lo identifican enseguida y otros lo descubren hacia el final de su carrera. En todo caso, la respuesta te dará pistas acerca de lo que debes hacer. Deberás leer libros de diferentes disciplinas. Te proporcionarán conocimientos generales en diferentes áreas, lo que te ayudará a desenvolverte en circunstancias para las que carezcas de conocimientos específicos. Es una ventaja frente a ser un gran especialista en una parcela muy limitadesarrolloda. Te generará un repertorio de ideas más amplio que te será de gran utilidad para promover innovaciones significativas. Escribe con asiduidad. Aunque sólo sea para ti, por tu propio placer, para clarificar tus ideas. Hoy dispones de...
Ponte en su lugar
Cada uno de nosotros ve el mundo de forma diferente. Nuestro punto de vista viene condicionado por nuestra propia historia, la formación recibida, nuestros valores y creencias, el trabajo que realizamos y la posición que tenemos… Parece obvio y sin embargo actuamos como si de hecho todos lo vieran con nuestros ojos. De ahí la sorpresa cuando aparecen conflictos en nuestra relación con los demás y en asuntos que nos resultan definitivamente claros. El origen de las discrepancias suele ser doble. Por una parte, la propia complejidad de las cosas que difícilmente puede expresarse con nitidez en el lenguaje que utilizamos. La simplificación lleva a omitir detalles que hacen perder buena parte del significado original. Por otra, las diferencias personales y de contexto a la hora de percibir y valorar el mensaje recibido. En la empresa pueden encontrarse un buen número de situaciones conflictivas determinadas en gran parte por una inadecuada comunicación. De entre las muchas indicaciones que pueden darse para mejorarla, hoy me centraré en una: la de adoptar el papel del otro, de tu oponente. Se trata de que abras la mente más allá de lo que habitualmente haces para asumir un punto de vista más amplio. Algunos no se atreven a hacerlo por sentirse amenazados. Tienen miedo a descubrir o aceptar la posibilidad de que la posición del contrario sea más legítima que la propia. Si te encuentras en una discusión y ves que no avanzas, te ayudará tratar de verbalizar y resumir lo que la otra persona te está diciendo. Manifiesta lo que tu crees que te han estado diciendo. Al hacerlo romperás la dinámica de la discusión y te servirá para asegurarte de haber comprendido correctamente. Te obligas a escuchar con atención en vez de preparar argumentos con los...
Enemistad
Lamentablemente te la habrás encontrado, como yo, en las organizaciones en las que has trabajado. Y seguramente también habrás experimentado que sus efectos pueden llegar a ser catastróficos tanto para tu carrera como para la propia organización. En un mundo laboral caracterizado por sus incertidumbres, contingencias y enfoque en el corto plazo, no puedes evitar que un colaborador o un superior se sienta amenazado por tus conocimientos, capacidad de trabajo o disponibilidad para colaborar y compartir tus ideas. Esto genera un entorno de confrontación que llega a hacer imposible cumplir tus objetivos o sacar adelante un trabajo de calidad. Podrías tratar de diferenciar entre adversarios y enemigos, según que esa enemistad sea condicionada o incondicional. Los adversarios trabajan en contra de tus intereses por su propio beneficio, y podrían dejar de serlo si cambiaran las circunstancias. La desconfianza que te tienen los enemigos es habitualmente tan predecible como irrecuperable. Clasificarlos resulta irrelevante dado que tu actuación ha de ser inicialmente la misma. No puedes ignorarlos. Su capacidad de destrucción puede ser tan alta que deberás centrarte en la manera de ganar su confianza y convertirlos en aliados. Has de saber que su rivalidad puede tener un origen en parte racional y en parte emocional. De ahí que tus esfuerzos por generar incentivos razonables para la colaboración no siempre den resultado. En la práctica, intenta…: Desviar las emociones negativas de tu rival hacia otro lado. Identifica una amenaza común y trabajad juntos para superarla o descubre un interés común que acerque posiciones. Ofrecer algo valioso sin necesidad de pedir de inmediato nada a cambio. Se trata de establecer una relación, no de negociar. Implícitamente generarás el compromiso de compensar dicha acción. Procura que el esfuerzo de reciprocidad no sea importante y ni la presión alta....
El trimestre
Con el principio de año aparecen fuerzas renovadas para mejorar la productividad y pelear por la consecución de objetivos. Este comportamiento es consecuencia del hábito de considerar las metas como propósitos anuales. Se acepta por tanto una cierta demora en las actividades como algo comprensible y aceptable que podrá recuperarse más adelante durante el año. Apenas preocupan los retrasos pues diciembre queda muy lejos. Resulta mucho más eficaz cambiar ese modo de pensar y redefinir las metas en periodos trimestrales. Se incrementa así el sentido de urgencia pues los compromisos aparecen más próximos y animan a realizar los esfuerzos necesarios para alcanzarlos. Si quieres adoptar esta nueva manera de trabajar, te recuerdo cosas que pueden ayudarte: Ten presente tu visión. Lo que te propones emprender tiene sentido en relación a aquello en lo que esperas convertirte en el futuro cercano. Si no la has definido o no la encuentras suficientemente motivadora, detente a formularla de manera explícita. Concreta tus objetivos. Forman parte del plan para hacer realidad tu visión. Sólo has de establecerlos para el próximo período de doce semanas. De este modo en número de objetivos es menor, las metas más alcanzables y las actividades a realizar más concretas y claras. Programa tus acciones. Tus compromisos inmediatos han de aparecer ahora más claros y las acciones a emprender en los próximos días son fáciles de determinar. Las prioridades resultan ahora evidentes y la toma de decisiones se simplifica. Repasa los indicadores. En estos períodos cortos habrás de seleccionar aquellos que anticipen logros futuros que los que informan sobre resultados del pasado. Por ejemplo: Número de propuestas presentadas más que la cifra de ventas realizadas. Mide más el desempeño que los resultados. Saca tiempo para pensar. Es tu recurso más valioso y productivo. No...
El perfeccionista (1)...
Una razón del fracaso de directivos en posiciones de liderazgo ejecutivo es la tendencia a lo que se denomina micromanagement. Consiste en el ejercicio de un control excesivo e inapropiado que acaba por bloquear e inhibir a las personas necesarias para lograr los objetivos de la organización. La raíz de esta disfunción directiva suele ser el perfeccionismo. La búsqueda de la perfección lleva a sobreimponerse a los colaboradores impidiendo su autonomía, la asunción de responsabilidades y la generación de confianza. Si bien hay aspectos del perfeccionismo que podrían conducir a un mejor desempeño, como el establecer el orden y unos estándares elevados, paradójicamente deteriora otros aspectos. El perfeccionista no acepta los cambios, por interpretarlos como reconocimiento de un fracaso personal que trata de disimular cayendo en la desidia y en no acabar nunca las tareas. Este rasgo de su personalidad suele estar muy arraigado por haberlo ejercitado desde tanto tiempo que se ha vuelto su manera natural de ser. De hecho, al perfeccionista le suele ir bien en las organizaciones hasta que se le promueve a puestos de responsabilidad que impliquen confiar en los demás y delegar responsabilidades. A continuación se muestran algunos problemas derivados de este comportamiento. El perfeccionista… Es incapaz de conectar con la gente y establecer relaciones, lo que deteriora sus resultados pues los colaboradores no se sienten motivados a rendir lo debido. Pierde visión estratégica y empuja a trabajar duro en los asuntos equivocados. El desempeño sufre por no destinar los recursos a las iniciativas pertinentes. Se centra en el trabajo y no en los resultados. Le importa aparentar un trabajo intenso en vez de mostrar eficacia. Hace el trabajo de otros, lo que lleva a la inacción de los buenos colaboradores y a la pérdida de la capacidad de...
Mary’s Land
Quienes me seguís con asiduidad sabéis que pocas veces me aparto en los comentarios en este blog de los temas de estrategia y desarrollo personal. Y hoy tampoco lo haré aunque a algunos, por un momento, les pudiera parecer lo contrario. He tenido la suerte acudir el día 12 a un pase privado de la última película de Juan Manuel Cotelo, Mary’s Land (http://www.maryslandmovie.com/). No conozco a mucha gente del cine y a Juan Manuel sólo desde hace un par de años. De sus trabajos desde la productora Infinito más uno debo decir que me parecen tan encomiables como de buena calidad. Tiene mérito producir ahora una película sobre la figura de María de Nazaret y su incesante actividad en el mundo de hoy. Y más aún hacerlo con tanta seriedad como sentido del humor. Toda la obra de Juan Manuel es una buena aplicación práctica del Modelo Delta de estrategia empresarial descrito con frecuencia en estas notas. Él no lo sabe, claro, ni falta que le hace. Sus películas se dirigen a aquellos que experimentan una determinada necesidad insatisfecha y les propone una oferta valiosa y absolutamente personal. No existe un público genérico para sus películas sino espectadores individuales que encuentran respuestas concretas a problemas singulares. Su producto va más allá de la estética. Carece de sentido discutir si te gusta la fotografía, el guión, la música o los actores, por más que su factura sea excelente. La veracidad y utilidad de su propuesta sólo se puede confirmar al salir del cine y aplicar su receta. Por tanto, ya seas ateo o religioso, agnóstico o creyente, de derechas o de izquierdas, ortodoxo o heterodoxo, cristiano o no, mientras seas persona, descubrirás algunos valores que andabas buscando y que desconocías cómo alcanzar. El éxito imprevisible...
Pastorear gatos
Es la traducción literal de la expresión inglesa “herding cats” utilizada para describir lo extremadamente difícil que resulta gestionar determinadas instituciones. La complejidad deriva de la imposibilidad de controlar el comportamiento caótico de sus miembros. Hace muchos años me explicaron que los tres tipos de instituciones más difíciles de dirigir eran los hospitales, las universidades y las prisiones. De momento he tenido suerte y sólo me ha tocado trabajar en las dos primeras… Posiblemente sea una exageración. La dificultad de trabajar con médicos y académicos no procede tanto de su condición profesional como de su naturaleza humana. Los gatos pueden parecer ovejas en comparación con las personas operando en organizaciones. Digo esto para acreditar el papel de los directivos. Es preciso poner de relieve lo significativo de su función y el valor absoluto de sus competencias. Y sin embargo, ni su formación es especialmente cuidada ni su desempeño particularmente alabado. Ahora que se escucha tanto sobre el papel del emprendedor y la necesidad de la creatividad empresarial para recuperar el crecimiento económico, hay que recordar que esas cualidades no bastan. Los objetivos de eficiencia e innovación se alcanzarán en la medida que existan directivos empeñados en su realización y que desplieguen con fortaleza las competencias apropiadas. El que ahora se identifiquen los comportamientos directivos inmorales que abundaron en los pasados años no nos puede mover a confusión. Hoy, tanto la función directiva como la capacidad de liderazgo están más distribuidas y han de ser ejercitadas en distintas circunstancias por todos cuantos participan en una organización. O aprendemos a dirigirnos o no saldremos del caos....
Integridad
Repaso hoy una cualidad del propia de la figura del líder que se interpreta habitualmente de forma restrictiva. Es común asociar el ser íntegro con el mostrar un comportamiento honorable o virtuoso. Esta sería una cualidad propia de la integridad moral y parecería que sólo se ejercita en contadas ocasiones. Sin embargo es razonable ampliar esta condición al ámbito profesional, y en concreto a la obligación del directivo de tomar decisiones y de hacerlo de manera clara, disciplinada y coherente. Esta cualidad es particularmente necesaria en tiempos donde el ejercicio de la responsabilidad de liderazgo exige la toma de decisiones difíciles, con opciones no sencillas de evaluar y potencialmente insatisfactorias para las partes afectadas. Creo que todos observamos hoy en empresas e instituciones comportamientos directivos poco íntegros en este aspecto. Los directivos o líderes implicados, incluso los muy experimentados, prefieren no asumir decisiones complejas pues temen el potencial impacto negativo que tendrían sobre su reputación. Es una falta de integridad profesional no tomar decisiones y atribuir a la situación de crisis los resultados negativos derivados de la propia inacción. Precisamos de directivos íntegros capaces…: de identificar adecuadamente las prioridades de su organización, de perseguirlas y defenderlas incluso cuando los resultados se muestren inciertos, de respaldar a aquellos que se animan a desafiar los retos con decisiones arriesgadas, de evitar la tentación de no hacer nada cuando las opciones sean incómodas. El ejemplo de un directivo profesionalmente íntegro tiene un impacto enorme en la cultura de su organización. Consigue que mantenga la atención en lo importante, en el cumplimiento de la misión, en el servicio a los clientes, en la viabilidad a largo plazo y evita distracciones con asuntos menos relevantes y de corto plazo. Es necesario cultivar y ejercitar esta cualidad. Lo exige...