Agilidad organizativa...

En los tiempos actuales, marcados por la innovación tecnológica y el cambio, es posible identificar aún muchas organizaciones incapaces de tomar decisiones apropiadas y con diligencia. Esto se debe en gran medida al exceso de información, que les deja confundidas y distraídas, y de análisis, que les conduce a la parálisis. El tamaño también juega en contra, pues sus directivos se pierden en debates sin fin, buscando argumentos de racionalidad o pruebas científicas que les garanticen acertar. A ese trastorno se opone la agilidad organizativa, la capacidad para adaptarse rápidamente y reorientar el rumbo a una nueva dirección. Se caracteriza por abandonar inercias y burocracias así como permitir a las personas que apliquen su intuición y asuman responsabilidades. Requiere la estructuración de equipos multidiscilplinares centrados en resolver las necesidades de los clientes y que compartan el objetivo a alcanzar. En la base de este modelo organizativo está el equilibrio ponderado entre el conocimiento y experiencia de los profesionales que la componen, y primar la actuación para implantar buenas decisiones tomadas con rapidez. La solución parece clara pero al ser pocas todavía las organizaciones que la aplican, conceden una ventaja definitiva a aquellas que la adoptan. Volveremos sobre esto en unos...

Progresar

En contra de lo que pudiera parecer no todos están dispuestos a progresar en su trabajo, en su organización, o en su vida personal. Crecer significa cambiar y eso se acompaña de riesgos que algunos temen. Y con razón; tienen experiencias negativas por el modo en que les trataron cuando quisieron mejorar algo. Descubre quienes son esos que realmente están dispuestos a progresar para trabajar con ellos....

Maldito correo

O correo maldito… Es la calificación que muchas veces se ganan los correos electrónicos como consecuencia de los malentendidos que generan. Quién no se ha sentido molesto por un correo recibido o quién no se ha visto sorprendido por los efectos emocionales tan insospechados como no intencionados generados por un correo propio aparentemente banal. Para evitar esas situaciones debieras establecer una serie de normas sobre su uso y comprometerte a seguirlas: Los correos sólo deberías usarlos para compartir datos, información o para programar una entrevista personal. Deberán ser lo más breves posible y el asunto debe quedar perfectamente claro y concreto. No deberías utilizarlos para transmitir nada de naturaleza personal salvo para dar una felicitación extraordinaria. Si crees que lo necesitas para desahogarte, escríbelo y guárdalo en una carpeta de borradores para eliminarlo en un día posterior. Para todo lo demás, utilizar el teléfono o la entrevista personal. Y si por casualidad incumples con alguna de las reglas, acude de inmediato a disculparte. Actuando así…: Te ahorrarás infinidad de horas y reducirás la posibilidad de conflictos, a la vez que animarás a emplear la conversación personal para abordar temas complejos. Harás desaparecer esos molestos correos de ida y vuelta entre distintos destinatarios y que se prolongan por varios días. El intercambio de ideas será más eficaz, la gente se comunicará mejor y colaborarán de manera más eficiente....

Sé desprendido

Tu capacidad de liderazgo se apoya en un estilo de comunicación que debe ser intencionado y no superficial ni accidental. Una cualidad que contribuye a lograrlo es la de que seas desprendido, generoso, en el modo de transmitir y relacionarte. Esta condición se manifiesta de manera muy sutil en las siguientes circunstancias: Utiliza palabras capaces de generar el mayor impacto positivo sobre los que te escuchan. Busca conectar con toda persona con la que hables y haz todo lo que esté en tu mano para asegurar que comprende tus intenciones. Implícate cuanto sea necesario para que la otra persona sea capaz de recibir tu mensaje. Cuando hables ponte en su lugar, ten presente sus necesidades, y asegúrate de que cada palabra que utilizas es la adecuada. Emplea las palabras idóneas según la conversación. Tendrás que hablar más despacio para poder elegir con cuidado palabras que se entiendan exactamente y expresen con propiedad lo que tratas de decir. Preocúpate por la imagen que transmites. Demuestra que eres razonable y no maltratas a la gente a la que te diriges. Presta atención. Particularmente útil en un mundo en el que es raro encontrar a alguien que lo haga de verdad. Pon todos los sentidos para escuchar a quien te habla en vez de compartirlo con otras tareas. Ofrece apoyo y reconocimiento. No se necesitan muchas palabras; es sobretodo una actitud. Hazles sentirse seguros. Muéstrate humano. Manifiéstate abierto en lo personal, señalando lo que es importante para ti. Comparte información propia que ayude a los demás a sentirse cómodos contigo. Ser desprendido es una manera de demostrar que te preocupas por los demás. Ayuda a desarrollar la confianza que genera motivación y permite llevar la conversación a niveles más profundos. Facilita la posibilidad de aprender y crecer....

Te corresponde

Cuando otros rehúyen los problemas, a ti te corresponde asumir la responsabilidad de las cosas que no marchan bien. A ti te toca decidir lo que se ha de hacer. Quizás otros no lo piensan pero nada impide que te hagas cargo de la situación....

Abrevia

El impacto que tiene la presentación de tus ideas no suele coincidir con la intención con la que las has formulado. Si juzgaras la calidad de tus conversaciones por los efectos que generan, probablemente dirías que es extremadamente baja. Una prueba de ello la tienes en el entorno del trabajo en equipo, donde se consume mucho tiempo en discusiones que podrían decidirse en minutos. Es habitual observar en ellas que se reacciona de manera inapropiada a interpretaciones erróneas de algo que ni siquiera fue dicho. Estas situaciones se producen porque: Se emplean demasiadas palabras para describir las propias ideas. Los oyentes desconectan y cada intervención se convierte en una sucesión de monólogos. No se comprende lo que el ponente está diciendo. De ahí que el objetivo de la reunión comúnmente no se alcance. El ponente no usa un lenguaje y unos conceptos que el resto de asistentes esté en condiciones de entender de inmediato. Todo esto conduce a discusiones sobre aspectos formales o superficiales y no a debatir sobre los asuntos reales. Si te comunicaras con brevedad, facilitarías a quienes te escuchan el implicarse en la conversación que deseas mantener con ellos, dado que…: Te obliga a tener claro lo relevante de tu mensaje antes de hablar. Esto ayuda a centrar las conversaciones. Un par de frases pueden bastar. Y quien te escucha lo hará entonces con gusto al valorar tu actitud. Permite a la audiencia procesar la información en vez de gastar tiempo en digerir un montón de ideas, dado que su capacidad de procesarlas es limitada. Ser breve ahorra tiempo y energía. Tardas menos en transmitir tus ideas y éstas son comprendidas con más rapidez y menor debate. Esto libera tiempo para profundizar en los asuntos o para avanzar hacia otros temas...

Tendrás que incomodarles...

Tu responsabilidad directiva incluye el tener que llevar a tus colaboradores hasta el límite de su zona de confort para que aprendan a su vez a sentirse cómodos al poner a otros en situaciones difíciles. Cambiar, progresar, exige tanto dar más de uno mismo como ceder y amoldarse. Eso es lo que lo hace incómodo. Cuando se intenta algo nuevo es fácil abandonar al percibir las dificultades acompañantes. La frustración que eso genera es normal y requiere proporcionarles ánimo y estímulos. Para entrenarles a afrontar esas situaciones es necesario que les proporciones experiencias que les exijan esforzarse y dar más de lo habitual, hasta el punto de la incomodidad. La sociedad actual no sólo busca la comodidad sino que evita por todos los medios el poner a nadie en situaciones comprometidas, ya sean de orden físico, mental o emocional. Preocupa el generar rechazo, molestar a la gente o perder amigos. Por eso se prefiere dejar las cosas como están. De ahí la dificultad directiva para mejorar el desempeño de quienes desearían seguir sintiéndose cómodos. Pero eso mismo deberías aplicarlo para tu propio desarrollo. Si tienes a tu alrededor a otros que te exijan más de lo que te gustaría, te ayudarán a crecer con más rapidez que si lo intentaras en solitario. Habrás de esforzarte más allá del aburrimiento pero sin llegar al nivel de la ansiedad. No se trata del esfuerzo habitual de hacer más de lo mismo que has hecho siempre. Eso sólo conduce al estrés y al cansancio. Lucha por alcanzar esa zona de incomodidad que te permite estar inspirado y conseguir tus objetivos. Es entonces cuando descubres nuevos puntos de vista y aprendes a pensar de manera distinta. Tendrás que superar esa barrera cultural que lleva a no incomodar a...

La conversación

Cada vez que debas mantener una conversación con un colaborador para ayudarle a mejorar su desempeño ve preparado con un plan concreto de lo que quieres lograr. Establece unas expectativas claras, de modo que en cada momento ambos sepáis de qué estáis hablando, del porqué y adónde queréis llegar. Evitarás así perderte en los detalles y la conversación será más útil al saber lo que tratas de conseguir y cómo lograrlo....

Felicita

Hay directivos que opinan que la retroalimentación positiva para sus colaboradores sólo trae consecuencias funestas: que se acomoden o que pidan un aumento de sueldo. Lo cual dice muy poco de ellos mismos. Si quieres transformar el desempeño de tus colaboradores necesitas acentuar lo positivo que observas en ellos, reconocer lo que hacen bien. Tu liderazgo depende de la capacidad de sacar a la luz de forma consistente lo mejor de los demás....

Resolviendo problemas...

Algunos directivos piensan que su trabajo consiste en decir a sus colaboradores lo que deben hacer o disponer de todas las respuestas. Son los mismos que se quejan de que siempre tienen que estar resolviendo los problemas de los demás. Cuando alguien te pida ayuda con un problema, lo mejor que podrías hacer es lo siguiente: Trata primero de orientarle para que pueda encontrar la solución por sus propios medios. En las ocasiones en las que no pueda encontrar la respuesta en el momento, ayúdale a descubrir cómo dar con ella más tarde, mejor que entregársela tu directamente. Y si la información específica sólo la tienes tu, mira de proporcionarla de modo que tu colaborador deba participar de forma activa en su recepción y comprensión....

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