Igual estás preocupado… 05Jun

Igual estás preocupado…...

Quizás andas demasiado enredado, apegado a muchas cosas, cargado de deudas y con dificultades para llegar a final de mes. Igual buscas desesperadamente cambiar e intentas mil cosas que nunca funcionan. Persigues objetivos que deseas te lleven a una vida mejor y no parecen a tu alcance. La solución pasa por que descubras a estar contento con menos, probablemente que comas menos y de manera más saludable, que leas buenos libros, que dediques tiempo a estar con amigos. Si estás contento contigo, con los que te rodean, con lo que tienes, tendrás menos cosas por las que preocuparte. Quizás los momentos sean malos, y objetivamente tengas razones para sentirte desgraciado. Pero, como veíamos hace unos días, no son las circunstancias externas sino la disposición interior la determinante de que te sientas seguro, confiado, feliz. No has de esperar a que cambie todo para empezar sentirte contento. Empieza ya: Reconoce las cosas que te rodean y por las que debes estar agradecido. Redescubre las pequeñas cosas que te gustan y te hacen feliz. Acepta a los demás como son, sin esperar que deban mejorar para contentarte. No te compares con nadie. Acéptate como eres y ya irás mejorando, a tu ritmo, en lo que te propongas. Ten amigos. Tu cambio de actitud mejorará la manera de relacionarte. Despréndete de lo superfluo. No acumules posesiones que sólo atraen preocupaciones. Céntrate en las actividades que te ayuden a desarrollarte y descarta el resto que te ocupan el tiempo que quieres disponer para otras cosas que te gustan. Ten un objetivo. No trates de hacer tantas cosas y céntrate en una sola. Busca quién te inspire y encuentra la motivación. Comparte tu propósito con los demás y deja que te ayuden. Empieza con pequeños logros y celebra su...

“Apaga” Internet 04Jun

“Apaga” Internet

Me explico. Pedirte que te desconectes un rato es la manera defenderte del excesivo ruido del que hablaba el sábado. Es mi mejor consejo para liberarte de la negatividad que nos rodea. No puedes empezar el día con las noticias o los correos que te indican que el mundo a tu alrededor se desploma, entre otras razones porque es falso. El estrés que te genera reduce totalmente tu capacidad para ser creativo y encontrar soluciones. Te lleva a cometer errores y entras en un círculo vicioso del que debes escapar. La recesión que te ha preocupar no es la económica sino la personal. No puedes mirar sólo cómo pasan los días a la espera de tiempos mejores, aguardando a que la economía se recupere o nos la arreglen. No puedes permitirte el estar disperso, esconderte en la lectura de la prensa, de las malas noticias, o buscar recompensas inmediatas fáciles para sobrevivir. Esa es una mala vida. Debes ocuparte en crecer como persona y como profesional cada día, y especialmente ahora: Desarróllate emocionalmente: Cuando estás en paz, relajado, tranquilo, estás más inspirado y tu capacidad se incrementa notablemente. Tu mejor estado de ánimo te permite trabajar mejor, estar de mejor humor, y los clientes lo notan y se genera un círculo virtuoso. Desarróllate técnicamente: Vuelve a ser el dueño de tu tiempo y de lo que haces con él. Estudia, aprende, empieza cada día adquiriendo nuevos conocimientos. Hemos de recuperar un modo de trabajar que haga que las cosas funcionen de nuevo, como antes de la crisis. Llega a conocer a más personas. Para relacionarse con la gente necesitas desarrollar tu capacidad de empatía y mucha generosidad. Cada día ofrece algo sin esperar nada a cambio. Es lo mejor que puedes hacer para que...

Demasiado ruido

La agitación de los negocios, la competencia de todos contra todos, la persecución de objetivos diversos y dispersos, la discusión acalorada por defender opiniones de las nadie está seguro… Ahora los decibelios han aumentado hasta hacerse ensordecedores. Las voces generadas por bancos, deudas, primas y cuñados, amplificadas por voceros aparentemente ilustrados, ya no dejan pensar. No hay manera de entenderse ni de reconocerse. No nos entendemos acerca de lo que es más conveniente para volver a trabajar, en algo, con eficacia, y de utilidad para alguien. Ni tampoco sobre cómo realizarlo, ni con qué recursos, ni en compañía de quién. Ni el porqué de las trabas y limitaciones que algunos ponen para hacerlo. Ni nos reconocemos por los metros con que nos miden. Nos aplican una contabilidad que nos señala la depreciación de nuestros activos, los que teníamos pero ya no tenemos, y nos valora lo que nunca tuvimos pero ahora debemos. Y los que así cuentan todavía reclaman cobrar por sus ejercicios de magia. Puestos a valorar bien lo que tienes, es preciso saber qué activos son verdaderamente valiosos e interesantes. No consigo recordar a nadie que se presente a sí mismo por el sueldo que gana o la cifra de su patrimonio. Quizá los hay pero son unos insensatos que me alegro de no haberme tropezado. Son otros activos, los no tangibles, los que te deben preocupar. Lo que sabes, la experiencia que adquieres, lo que estás aprendiendo, a quién conoces, a cuántos ayudas, el bien que haces… No importa que no aparezcan reflejados en el PIB ni en los balances de la contabilidad nacional. Pero al final son los que más cuentan. Insisto, demasidado ruido. Si volviera la calma, con un poco de silencio, recuperaríamos el sentido y veríamos que estos...

Arreglando la dispersión...

Si en los dos días pasados hemos considerado el efecto negativo de la multitarea en el funcionamiento individual y de los equipos, hoy veremos el impacto en las organizaciones y como arreglarlo. Hay que empezar recordando que la responsabilidad del directivo es garantizar la productividad de los profesionales para cumplir con sus responsabilidades. Y a diferencia de épocas pasadas, el trabajo requiere hoy creatividad, aplicación de criterios y elaboración de juicios, cosas que no pueden realizarse sin la concentración adecuada. La dispersión que afecta a los profesionales tiene para las organizaciones unos efectos que se amplifican debido a que: Los proyectos son hoy el resultado de los trabajos de grupos más que de individuos. Las distracciones ocasionadas por la actitud de multitarea de unos, disminuye la concentración, reduce la calidad y retrasa el trabajo de otros. La falta de concentración de los directivos retrasa la toma de decisiones o se toman de manera apresurada tras un análisis superficial. Todas las tareas parecen urgentes, con lo que no se asignan adecuadamente recursos a los temas críticos y se abordan problemas de manera equivocada.   En conjunto se calcula que la productividad de la organización se reduce a la mitad. No obstante, es posible poner en marcha remedios contra la multitarea que permitirán a profesionales y directivos ganar en productividad y eficacia: Establece con claridad y coordina el nivel de prioridades de las tareas para que la gente pueda centrarse en ellas y llevarlas a cabo hasta el final sin interrupciones. Reduce a la mitad el número de proyectos en marcha. Menos proyectos comporta menos tareas simultáneas  y, por tanto, menos confusión sobre el nivel de prioridades. Pon en marcha proyectos con la preparación adecuada y disponiendo de todo lo necesario (objetivos claros, recursos necesarios, especificaciones,...

Ponte pesada en las reuniones...

Me temo que es la única manera de arreglar las reuniones. Si lo habitual ya era que estuvieran mal dirigidas y gestionadas, el virus de la multitarea que afecta ahora a los asistentes a las mismas las ha acabado de rematar. Aclaro…: La causa no está en la reunión, sino en el comportamiento de los que participan en ellas. Quienes ya acuden con la idea preconcebida de que será de poca utilidad, miran de hacer y pensar otras cosas a la espera del momento de recibir la palabra. Con la auto excusa de ser más productivos, algunos participantes se dedican a leer los correos, enviar mensajes o navegar por Internet desde el móvil o el ordenador. El resultado es una absoluta pérdida de tiempo tanto individual como del equipo y la total ausencia de resultados. Sin entrar aquí en los métodos para gestionar unas reuniones eficaces, estas propuestas te ayudarán a arreglarlas si te pones pesada(o): Exige que los asistentes acudan sin teléfonos o que los apaguen antes de comenzar la reunión. Ha de ser una regla fundamental de su funcionamiento. Programa reuniones más cortas, de 45 minutos, para ganar en intensidad y que todos puedan mantener la concentración. Empieza y acaba las reuniones con puntualidad.   No será fácil. Dada la inercia existente tendrás que ponerte seriamente pesada. A cambio, trata de hacerles la vida más fácil a tus colaboradores: No exijas siempre respuestas inmediatas y a toda hora. Se ven interrumpidos de continuo y les impides centrarse en sus prioridades. Asegúrate de que encuentran algunos momentos para descansar y relajarse. Les ayudará a recuperar fuerzas y mejorar su rendimiento.   Mira que hacer algo porque la situación se vuelve penosa. Y la organización se resiente, como veremos mañana.   Otras notas relacionadas:...

Para evitar tropezar… 27May

Para evitar tropezar…...

Hoy toca repasar algunas propuestas para evitar caer en la situación de la “multitarea”: Empéñate en hacer una sola cosa cada vez. Es la clave de la productividad. Date un tiempo de 20 minutos para trabajar en un asunto y al acabar decide si sigues con ellos o cambias a otra cosa. Hacerlo de este modo te permitirá cobrar avanzar con eficacia en los proyectos que llevas entre manos. Reserva en tu agenda periodos de tiempo para trabajar concentrado. Si no lo haces nunca encontrarás el tiempo necesario para trabajar en profundidad en un tema. Su duración: entre 90 minutos y las dos horas. Cambia después a otra actividad. Elimina todo lo que pueda distraer tu atención. Apaga del todo el teléfono. Cierra la aplicación de correo electrónico y demás aplicaciones de mensajería. Si estás en el ordenador, cierra aquellas aplicaciones en las que no estés trabajando. Evitarás distraerte con los avisos que puedan generar esos programas. Controla la imaginación. Quizás sea lo más difícil. Si se te ocurren ideas o acciones, anótalas en un papel y vuelve a la tarea fundamental. Cuánto más rápidamente lo hagas menos concentración perderás. Haz lo más importante a primera hora de la mañana, preferiblemente sin interrupciones. Establece cada semana unas citas regulares y programadas para pensar más a largo plazo, creativa o estratégicamente. Tómate unas vacaciones. Es importante que lo sean de veras, es decir,  que aproveches para desconectar del trabajo. Y hazlo periódicamente, repartidas en varias ocasiones durante el año. Bastarán unos pocos días cada vez.   Además cuida el ambiente del lugar de trabajo. Busca uno relajado y que te permita pensar con tranquilidad. Mejor si es un espacio privado y resístete a cualquier deseo de distraerte hasta que llegue el momento que te has...

¡Qué mal trabajas…! 26May

¡Qué mal trabajas…!...

No te lo tomes a mal, no me refería a ti en particular. Me lo decía a mí mismo y a muchos otros con los que me encuentro cada día. Pero, por si puede ayudarle a alguien que conozcas, sigue leyendo. El uso constante y desordenado que hacemos cada día de los distintos dispositivos electrónicos, afectan muy negativamente a nuestro desempeño profesional y contribuye directamente al desgaste personal y a ese sentimiento de estar siempre desbordados: leer correos mientras hablas por teléfono, enviar mensajes mientras asistes a una reunión, consultar actualizaciones en las redes sociales mientras te hablan… Pasamos demasiadas horas seguidas tratando simultáneamente demasiadas cosas. Y si además estás entrenado (enviciado), incluso puedes haber perdido algunas referencias, como cuándo parar o hasta dónde llegar. Toda esa dispersión tiene muchos costes: El primero el de tu productividad. Al dividir tu atención entre múltiples actividades en lugar de centrarte plenamente en una de ellas te comporta tener que dedicar significativamente más tiempo para acabar cada una de ellas. Algunos cifran en un 25% de más ese tiempo extra necesario. También representa un consumo de energía mayor, lo que hace que acabes más cansado al final del día y que tu capacidad de rendimiento en las últimas horas descienda notablemente. Tu imagen profesional también se ve afectada. La capacidad de empatía en las relaciones personales se vuelve nula y tus interlocutores se llevan una impresión muy negativa por la imposibilidad de proporcionarles la atención que te reclaman.   Y como este problema afecta a muchas personas, el impacto en los resultados de las organizaciones es extraordinario, aunque pocos se ocupen de evaluarlo o gestionarlo. Suele decirse el cerebro humano no está preparado para actuar en modo multitarea. Esto no es del todo cierto, pues son muchas...

Pero no estés sólo… 22May

Pero no estés sólo…...

Si los días anteriores ponía el énfasis en la actitud y el esfuerzo personales para afrontar la crisis y sus consecuencias, hoy insisto en al conveniencia de no hacerlo sólo. Por un lado, aquello que crees que puedes hacer por ti mismo, dos lo hacen mejor. Llegarás antes y más lejos si colaboras con otro que si trabajas en solitario. Por otro lado, los conocimientos de que dispones no son suficientes para hacer bien tu trabajo. Sin duda necesitas de la contribución de otros. Has de identificar por tanto con quienes vas a trabajar. Las ventajas son numerosas: Os reforzaréis y complementareis mutuamente. Ampliará el ámbito de capacidades, experiencia y personalidades. Con su ayuda tendrás la oportunidad para desarrollar nuevas capacidades Aumenta la disponibilidad de cada uno para asumir más riesgos y permite afrontar proyectos más ambiciosos y complejos que a ti solo te resultarían mas difíciles Recibirás nuevas opiniones y soluciones a considerar y por tanto más posibilidades para reflexionar y seleccionar alguna mejor que la tuya. Se asignarán las responsabilidades en razón de la experiencia y disponibilidad de tiempo. El compromiso adicional y recíproco con la calidad, os permitirá llegar a resultados más destacados. Te permitirá poner a prueba tus ideas y propuestas lo que te hará ganar en seguridad a la vez que consolidas la relación. Tendréis más ojos para detectar errores, corregir desviaciones y más manos para ejecutar soluciones que serán más sólidas. Ganarás en satisfacción personal. Tendrás mayor motivación para realizar un buen trabajo en vez de tener que hacerlo todo por uno mismo. Aumentará el sentido de propiedad de la acción y la asunción de responsabilidades al tener que dar cuenta a otro. El compartir información ayudará a incrementar el aprendizaje y la profundidad del conocimiento. Os obligará...

No confundas proyectos y tareas...

Seguro que no lo sueles hacer, pero mi experiencia me sugiere que compensa escribir unas líneas sobre este asunto. Cuando llega el momento de la implantación de la estrategia, y habitualmente en el contexto de la elaboración de un Cuadro de Mando,  observo que es común confundir la gestión de tareas y de proyectos como si fueran cosas intercambiables. Es importante reconocer bien las diferencias para no defraudar expectativas tanto dentro como fuera de la organización. Todo proyecto se compone de tareas pero no toda tarea es parte de un proyecto. Las tareas son los elementos básicos de los proyectos. Cuando se aborda un proyecto lo primero que se debe hacer es descomponerlo en tareas concretas. Habitualmente se caracterizarán por ser de corta duración y asignarse a una sola persona. Si cada uno de los miembros del equipo responsable de un proyecto lleva a cabo sus propias tareas, el proyecto podrá darse por completado. Sin embargo, no todas las tareas que tienes encomendadas forman parte, necesariamente, proyecto. Hay muchas otras que se agrupan en tareas pendientes por realizar y que nos obligan a gestionarlas y priorizarlas junto con las correspondientes a los proyectos en marcha. Para lograrlo tenemos a nuestro alcance diversas aplicaciones que resultan de utilidad para saber lo que tienes pendiente de hacer y para cuándo deberías acabarlo. Sin embargo, la gestión de proyectos tiene un nivel de complejidad mayor que no suelen incorporar las aplicaciones habituales de gestión de tareas. A continuación se mencionan algunas de esas áreas que añaden mayor complejidad y que deben ser consideradas en la gestión de los proyectos: Estimación de las tareas. Es preciso determinar cuál será la duración estimada y su impacto en la duración del proyecto en su conjunto. Programación de las tareas. Se...

Nuevas maneras de abordar tu mercado...

Hace un par de días hablábamos de la necesidad y el modo de innovar. Hoy podemos repasar nuevas vías que podrías probar para lograrlo. Buscas introducir diferencias significativas en tu mercado y lo normal será que no seas capaz de identificar en este momento el modo de hacerlo. Aún no está claro lo puede ser la base del negocio mañana. Por eso es importante que seas el promotor de esos cambios. Aquí tienes algunas maneras de conseguirlo: No te preocupes por preservar lo que hasta ahora ha sido la base del éxito de tu marca. Abandona la manera habitual de pensar: tamaño, precio, alcance, etc. Centra la atención en un par de elementos que realizarás de manera distinta. Trata de descubrir maneras de llegar al cliente completamente distintas de las habituales en el sector. No precisas disponer de salida de una oferta completa puesto que tratas de dirigirte a un segmento de mercado diferente. Introduce combinaciones de productos y servicios con precios que sean difíciles de comparar a otras ofertas existentes en el mercado. Apunta a conseguir una pequeña cuota de mercado en el segmento de precio alto mediante una oferta significativamente distinta y valiosa. O mira de conseguir una mayor cuota de mercado a un precio más bajo. En todo caso, toma decisiones y muévete con rapidez.   Pero no “dispares” al azar. Piensa en las necesidades de tus clientes, expresadas o anticipadas. Y experimenta.   Otras notas relacionadas: Experimentar para...

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