Te han hecho creer que la motivación viene de fuera, determinada por factores externos. De que si no te la proporcionan nada se lleva a término. Pero si así fuera habrías entregado tu libertad a terceros. Tu desempeño sería esclavo de quien más influencia o presión pudiera ejercerte. Carece de sentido. No puede ser....
No todos son iguales
Siempre encontrarás alguna buena causa liderada por gente inmoral e incompetente. Pero eso no la desmerece. Aprende a distinguir personas e instituciones por lo que hacen y no por lo que dicen de ellos mismos o por lo que aparentan. Cuanto más apoyes a los comportamientos honestos, menos oportunidades tendrán los aprovechados de sacar...
Confía en ti
Te equivocas al buscar en el exterior la aprobación que te dé fortaleza y confianza. La confianza no depende de que te la den; nace de dentro, de tu fe en ti mismo y en tu capacidad. Aunque es cierto que no es estática y que puede verse condicionada por tu interacción con quienes te rodean. Lo importante es que puedes pensar en la confianza como algo que logras desarrollar a través de diferentes comportamientos, como por ejemplo: Cuida tu imagen. Destaca por tu buena presencia y el modo en que mantienes tu compostura. Guíate por tus valores. Actúa de manera acorde con ellos. Elige el lugar de trabajo. Busca uno en el que puedas desarrollarte. Sal de tu zona de confort. Hacer algo distinto de lo ordinario puede impulsar tu confianza. No esperes a ser elegido. Toma la iniciativa, da a conocer tus capacidades. Desarrolla competencias. Decide las que te convienen y estudia y practica cada día. No te dejes intimidar: Tus ideas y tu participación pueden ser igual de valiosas que las de los demás. Habla con calma. No te expreses de manera apresurada. Lo que dices tiene interés en ser escuchado. Aborda asuntos que retrasas. Ponte con uno de ellos a primera hora y resuélvelo. Pon orden. Corrige algo del desorden que te rodee en casa o en el despacho. Ayuda a otros. Ofrece tus conocimientos, tus recursos económicos o tu trabajo. Muéstrate agradecido. Reconoce siempre cualquier ayuda por pequeña que sea. No estés sólo. Rodéate de gente que te apoye y te ofrezcan opiniones sinceras que te ayuden a mejorar. No aparentes lo que no eres. Aunque en alguna ocasión te salve, a largo plazo te perjudica. Ignora el rechazo. No lo tomes como un reflejo de tus capacidades. Evita...
Cautivos
Ya son muchas las empresas que creen haber descubierto el enorme potencial de las nuevas tecnologías para tener cautivos a sus clientes. Su propósito inconfesable es convertirlos en unos usuarios compulsivos de la información y servicios proporcionados a través de aplicaciones específicas y corporativas. Para lograrlo buscan que instalen la aplicación en sus dispositivos móviles y crear la suficiente presión a través de las redes sociales para mantener la atención sobre ella, sus funcionalidades y los productos que se ofrecen. El objetivo innegable es el convertir más que en un hábito, en una adicción, el consumo de los productos de la empresa y reforzarla con la gratificación inmediata que significa el reconociendo social de sus seguidores por ese comportamiento de compra. El fenómeno se refuerza con rapidez pues la información recogida de los hábitos de consumo y de las valoraciones y comentarios registrados se utiliza para especificar una oferta de productos y servicios específicamente dirigidos a ese cliente adicto. Actuar de este modo parece proteger a la empresa de la competencia. Se supone que los mecanismos diseñados para establecer la rutina de dedicar cada vez más tiempo a la aplicación de la marca evitará que se atienda a los reclamos de la competencia. Detrás de estos comportamientos se esconden al menos dos grandes errores, uno ético y otro estratégico. El primero se caracteriza por menospreciar la libertad de los consumidores y tratar de anularla con prácticas adictivas que se suponen de eficacia universal. La práctica demostrará que ni son tantos los que se enganchan ni lo harán por mucho tiempo. El error estratégico es confundir un cliente cautivo con un cliente cautivado. Es una confusión común de quienes optan por la estrategia del System Lock-in o Sistema Cautivo del Modelo Delta. Dicha posición nunca se...
La honradez
Hablar de la honradez en el mundo empresarial podría parecer redundante. Nadie quiere hacer negocios con empresas tramposas, mentirosas, que engañen a sus clientes o empleados. Pero hay que hacerlo por la humana tendencia a racionalizar comportamientos de dudosa honestidad: No decir a un cliente los defectos de tu producto, ocultar en el currículo determinadas experiencias laborales, el número de horas dedicadas a un proyecto o la consideración de gastos comerciales los pagos por unos servicios atípicos. Además, cada uno tiende a definir el concepto honestidad a su manera, lo que se complica si además se tienen en consideración diferencias culturales. Está comprobado que las políticas, procedimientos y auditorías no bastan para asegurar un comportamiento honesto. Pueden servir de orientación para los grandes asuntos pero las decisiones menudas y diarias requieren el juicio personal. A primera vista parece que es costoso, también económicamente, actuar con honradez, por lo que se busca la racionalización y el compromiso. Pero actuar con honestidad evita precisamente los costes no deseados y acompañantes de esos compromisos, como la pérdida de la reputación, el estrés y la complicación y agravación sucesiva de los problemas. Si te comprometes con tus propios valores, el resto de la gente, colaboradores, proveedores y clientes te demostrarán a su vez su compromiso. Sus decisiones se basarán en que confían en tu seriedad y tu palabra. Y eso se transformará en beneficios económicos. No compensa buscar maneras de saltarse la honradez y mantener las apariencias. Pierdes el tiempo en vez de trabajar por lograr los resultados deseados. Inicialmente puede exigir sacrificios pero en seguida su eficacia se pondrá de manifiesto con unos resultados extraordinarios. Afortunadamente, los últimos años han dejado claro que la honradez es rentable, aunque muchos aún se resistan a aceptarlo....
Agradecimiento
De todos tus pensamientos hay uno que puede transformar profundamente tu vida de manera continuada: El agradecimiento. Reconocer lo que ya tienes es un paso fundamental para alcanzar los objetivos que deseas. Si te concentras en lo que no tienes, nunca tendrás suficiente. Sé agradecido por lo que tienes y acabarás teniendo...
Como tu madre
Cuando se trate de cuidar la relación con los clientes, incluso para destacar en el servicio prestado, puedes seguir las indicaciones que seguro escuchaste más de una vez de tu madre: Ponte en el punto de vista de la otra persona. Hazle sentir al visitante cómodo y bienvenido. Preséntate con una apariencia cuidada. Trata a los demás como querrías ser tratado. Saluda mirado a los ojos y con una sonrisa. Pide las cosas por favor y da siempre las gracias Pide disculpas cuando cometas un error o incomodes a alguien. Cumple lo que prometas. No digas mentiras. Si no puedes hablar bien de alguien, mejor no digas nada. Haz las cosas bien o no las hagas. Quienes proporcionan un servicio excelente en un mundo en el que la excelencia no es fácil de encontrar, no pasan desapercibidos. Si tus colaboradores siguen esas indicaciones seguro que prestarán un servicio extraordinario. Y a quienes así lo hagan, hazles crecer su autoestima y confianza. Que se sientan reconocidos y valorados....
Profesionales
La profesionalidad es una condición que se exige hoy en todo puesto de trabajo, no importa su especie. Actuar profesionalmente no tiene que ver con titulaciones o posiciones de autoridad; tampoco basta con trabajar bien y cumplir el horario; hace referencia a la manera de comportarse ante clientes y colaboradores. Pueden identificarse algunos rasgos comunes en aquellos que reconocemos que actúan con profesionalidad: Fiabilidad: Los demás saben que pueden depender y apoyarse en ellos. Competencia: Disponen de los conocimientos y capacidades para hacer bien su trabajo. Honestidad e integridad: Dicen la verdad y se muestran consistentes con sus principios. Respeto y apoyo a los demás: Los tratan con educación y encuentran tiempo para colaborar con el trabajo de otros. Actualización: Se preocupan de mantener al día sus conocimientos. Actitud positiva: Dispuestos siempre a resolver problemas y superar dificultades. Concentración: No se dispersan en otros temas y ocupaciones. Estos comportamientos se concretan de manera práctica de muchas maneras y en muy variadas circunstancias cada día en el lugar de trabajo y en la relación con terceros. En esencia, la actitud profesional se demuestra en la pasión por la excelencia, por dejar huella en todo aquello que se emprende, por aportar iniciativa y compromiso a los proyectos y por asumir las responsabilidades. En todo lo anterior siempre existe la oportunidad de crecer....
El lenguaje
El modo en que te expresas pone de manifiesto tu actitud y motivación, describe tu propia imagen y valores y el modo en que te relacionas con los demás. Pide a alguien en que confíes que valore el lenguaje que utilizas. Y no es menos importante el modo en que hablas contigo mismo por su capacidad para estimularte a la acción....
Lo básico
Lo que caracteriza las empresas más destacadas es su atención a los pequeños detalles, a los aspectos básicos y fundamentales del negocio. Mientras que para otras pasan desapercibidos, quienes los cuidan consiguen incrementar sus ventas y beneficios. La razón se encuentra en que para los clientes, las pequeñas cosas son las importantes, las que establecen la diferencia. Algunos de esos aspectos fundamentales son comunes a muchos negocios, como por ejemplo: La limpieza. No se limita su importancia a los servicios de restauración y hostelería. Cualquiera que sea la actividad, influirá en la decisión de volver de los clientes. El cuidado de la apariencia e higiene personal. Cada empresa tendrá sus políticas pero en cualquier caso habrán de ser coherentes con la imagen que se desea mostrar a los clientes. La comunicación. La capacidad de comunicación es un buen indicador de la profesionalidad y la preparación. No basta con que sea clara, además ha de ser coherente y oportuna. La cortesía. Obliga a centrarse en las necesidades de cada cliente y ser capaz de ir más allá de lo esperado para atenderlas. El conocimiento. Se trata de disponer con certeza de las capacidades adecuadas para proporcionar un buen servicio al cliente Debes identificar en qué modo se cuidan estos aspectos fundamentales en tu negocio y si existen otros particulares que deberías sumar a esta lista....