Libertad o muerte

Podría ser el lema de una revolución social. Y de algún modo es también el lema de la propia revolución individual, la que enfrentamos ante las grandes decisiones personales. No hay un secreto escondido que garantice la idoneidad de una decisión. El valor de las decisiones depende del coraje necesario para ejecutarlas. Las grandes decisiones, las que fundamentan la naturaleza de las sociedades o de las personas, se asumen enfrentando riesgos notables que en ocasiones pueden comprometer la libertad o la vida. Los principios que deben gobernar toda decisión son la convicción y el coraje. Quienes deciden con firmeza y diligencia saben lo que quieren y lo suelen conseguir. Estas características de las decisiones son propias de quienes ejercen responsabilidades de liderazgo, las que justifican su posición. La indecisión, por el contrario, es propia de personalidades que no han sabido madurar, de quienes carecen de un propósito definido en sus vidas. Quizás pueda afirmase que la infelicidad actual de muchas personas en sus puestos de trabajo es consecuencia de esa falta de propósito definido acerca de qué hacer y cómo elegir el lugar donde llevarlo a cabo. Definir la propia misión y realizarla siempre requiere coraje y en ocasiones a niveles extraordinarios. De ahí que quienes no están dispuestos a ejercerlo, quienes no quieran pagar el precio exigido vean limitada su libertad e independencia y restringidas sus posibilidades de desarrollo....

Inundados

Son decenas de miles los impactos sensoriales, y en particular visuales, que recibimos sin interrupción cada día. Nos inundan con infinidad de detalles y de información. Y sin embargo es muy poco lo que verdaderamente llegamos a percibir del mundo que nos rodea. Igual ya has visto este video que lo presenta de manera muy realista y poética. La multitarea, especialmente propiciada por la necesidad de prestar atención a las redes sociales, leer los correos, atender las llamadas, a la vez que realizas el trabajo que te corresponde, demuestra tener ya muy malas consecuencias. Los neurólogos han confirmado el coste metabólico que para el cerebro representa el pasar continuamente de unas tarea a otras. Por contraposición, el concentrar la atención en una actividad determinada consume mucha menos energía. Esto significa que quienes se organizan para dedicar tiempo a concentrarse en tareas concretas no sólo son más productivos y eficaces sino que están menos agotados al final del día. La multitarea, por definición, rompe el hilo de pensamientos necesarios para la creatividad y la resolución de problemas. Esto impacta negativamente en la capacidad de innovación. Sin tiempo para la concentración y dejar volar la imaginación, difícilmente podrán generarse soluciones creativas. La estimulación continua a que estamos sometidos se vuelve adictiva para las áreas del cerebro implicadas, en detrimento de funciones superiores que demandan un esfuerzo y atención sostenidas. Hay que rehabilitarse practicando tareas cuya recompensa se hará esperar y evitando las que proporcionan satisfacciones inmediatas. La creatividad exige explorar ideas, descubrir analogías, conectar cosas dispares. Y eso demanda capacidad de concentración y de ensoñación. Si no reaccionamos, corremos el peligro de ahogarnos....

Perfeccionismo 06Oct

Perfeccionismo

La mayoría consideramos que establecerse unos estándares altos es un buen objetivo. Buscar la excelencia demuestra fortaleza de carácter y un compromiso ético con las propias obligaciones. Ponerse unas metas altas impulsa a alcanzar un nivel de desempeño elevado. Pero en algunos casos esos deseos pueden llevar a caer en el perfeccionismo cuando se pretenden objetivos excesivamente elevados y poco realistas. Equivocadamente puede pensarse que el perfeccionismo es deseable, e incluso necesario para alcanzar el éxito. En la práctica se demuestra que de hecho lo limita. El deseo de ser perfecto impide igualar el desempeño de otros que se establecen metas más realistas y priva de alcanzar la satisfacción personal por lo realizado. Para combatirlo: Ten conciencia de estar afectado. Aprende a reconocerlo en la manera en la que te comportas, piensas y sientes. Sé más realista. Reemplaza la autocrítica por pensamientos positivos realistas. Asume el punto de vista de otras personas. No des por buena la valoración que tu haces de situaciones o resultados. Adopta una visión de conjunto. No te pierdas en los detalles. Acepta transigir. Sé más tolerante flexible y acepta unos estándares más razonables. Cambia de comportamientos. Exponte de manera gradual y repetida a situaciones que sueles evitar por miedo a no estar a la altura. Combate la desidia. Afronta las tareas que pospones por miedo a tus errores o imperfecciones. Date un homenaje. Prémiate por el buen trabajo que haces. Practica y disfrutarás a la vez que destacarás por tu trabajo....

Programa 7×52

Esta nota es para presentarte una de las propuestas singulares de este curso. Si sigues este Blog, seguro que te interesa la mejora de la productividad, la capacidad de iniciativa y el crecimiento de tus actividades, tanto para ti como para tus colaboradores. En el documento adjunto encontrarás información del Programa 7×52. Es mi compromiso para ayudarte a conseguir los objetivos anteriores mediante una actividad de coaching compatible con las actividades profesionales. No es fácil que encuentres una propuesta de orientación y acompañamiento tan comprometida como la que te presento. El Programa 7×52 dará comienzo el día 1 de Octubre. Verás que hay que estar loco como para ofrecerlo. Seguro que te interesará. No te pierdas esta oportunidad. Un fuerte abrazo. Paco Guillén...

Vocación

En el ámbito profesional la vocación es lo que caracteriza el trabajo del competente. Es lo que aporta esa nota de autenticidad y singularidad, aquello que le permite destacar por encima de cuantos dicen desarrollar las mismas tareas. Hay que tener vocación para cualquier trabajo que se desarrolle, aunque a muchos les gustaría que la suya fuera de esas que piden hacer cosas sencillas y económicamente bien remuneradas. Quien tiene verdadera vocación la desarrolla por encima de circunstancias adversas y aunque hubiera de hacer su trabajo sin cobrar. El que le paguen no pasa de ser un regalo que es bien recibido. La pasión por tu trabajo no puedes aprenderla ni tampoco disimularla. Es el resultado de ese don especial que tienes. Si aún no lo has descubierto habrás de buscarlo. Toda persona tiene un don especial. Parafraseando a un poeta, el día que naciste no le pillaste a Dios enfermo. Sólo te falta encontrar tu talento. Quizás llevas años buscando ese don, tratando de identificar esa actividad para la que sabrás que has sido llamado. Seguramente más una vez creías haberlo encontrado para descubrir al poco tiempo que aún no diste con él. Sigue indagando. La vida consiste en una búsqueda continuada del encaje entre tus cualidades y las oportunidades que se te presentan. Si te cansas o te acomodas en lo primero que encuentres, habrás de simular lo que no eres y acabarás marginado en la mediocridad, por muy bien que te la paguen durante un tiempo. Tu integridad reclama que sigas buscando y no abandonar. Pregúntate en qué eres bueno y explora distintas opciones. Tendrás tropiezos en el camino pero cada uno de ellos te animará a seguir investigando y te acercará al objeto de tu pasión. No conseguirás destacar si...

Perdónate

Seguro que has «metido la pata” más de una vez. Todos equivocamos nuestros juicios y cometemos errores más veces de las que deseamos reconocer. En ocasiones también nos vemos inmersos en errores o circunstancias negativas que no son culpa nuestra pero que nos afectan de manera significativa. En uno y otro caso, lo importante es lo que hacemos a continuación. Nada positivo se deriva de sentirse culpable o seguir lamentándose por cosas que están fuera de tu control. Además, habrás escuchado muchas veces que de los errores se aprende. En efecto es posible aprender de ellos pero no está garantizado. Hay que ser capaz de reconocerlos y asumirlos. Y pasar página. Tampoco se aprende si vives en la culpa por el error cometido, si no reflexionas y lo superas, en definitiva, si no te perdonas. Errar es propio de la naturaleza humana y perdonarte por los fallos, errores y equivocaciones los transforma en fuente de sabiduría y aprendizaje. Si no te perdonas, esas mismas circunstancias te traerán nuevos conflictos, intranquilidad y preocupaciones. Sólo si lo haces podrás poner las cosas en perspectiva, centrar tu atención en lo que tienes por delante y no el pasado, liberarte de tensiones y frustraciones. Te permitirá ganar en autoestima y responsabilidad, te dará la oportunidad de crecer y avanzar. Por tanto, para aprender de los errores has de elegir hacerlo. Te transformará a ti y a tu organización, permitiéndote avanzar con agilidad y obtener mejores resultados. En lo personal, perdonarte te convierte en más sabio y a la vez resulta más saludable....

Excusitis

Si buscas el éxito, fíjate en las personas que lo han alcanzado e identifica los principios que las han movido. A los derrotados los encontrarás enfermos de excusitis. Es la enfermedad que separa a los que abandonan de los que progresan; la barrera tras la que se defienden los pusilánimes. Es una enfermedad degenerativa que se cronifica y agrava. Con la repetición, los pensamientos negativos se auto refuerzan. Cada nueva excusa profundiza en el subconsciente la coartada para retirarse. Carecer de inteligencia, de salud, de edad o suerte son los argumentos más frecuentes de la excusitis. Y si quieres curarte de ella… Para excusas de mala salud: No hables de ella. Nadie simpatiza con un quejica crónico. No te preocupes por ella. Obedece, cumple con lo que te indiquen y olvídate. Muéstrate contento por la poca o mucha salud que tengas. Te prevendrá de empeorar. Recuerda que tienes una vida para disfrutar que no puedes desaprovechar. Para excusas de corta inteligencia: No desestimes tus conocimientos ni sobrevalores los de los demás. Descubre tu valía. La actitud es más importante que la inteligencia. Descubre las razones que te empujan a actuar. Reconoce que más importante que tener los conocimientos es saber dónde encontrarlos. Para excusas de edad inadecuada: Piensa con entusiasmo en nuevas oportunidades por desarrollar. Cualquiera que sea el tiempo productivo que aún te quede, no puedes desaprovecharlo. Invierte ese tiempo en hacer lo que deseas. Lo mejor estará entonces por llegar. Para excusas de mala suerte: Fíjate en la “buena suerte” de otros. Verás que iba precedida de preparación y trabajo. Tu suerte cambiará si te concentras en desarrollar tus cualidades y las pones en práctica. La curación está a tu alcance y, excepcionalmente, la automedicación es aceptable....

Qué vas a hacer

Esta es la pregunta que se echa en falta en estos tiempos; o quizás sea la más desatendida. Ciertamente estamos rodeados de problemas políticos y económicos de envergadura y, sin embargo, parece que nadie se hace esa pregunta dado que no se escuchan respuestas concretas. Es una buena ocasión para repasar qué debes hacer como directivo cuando te enfrentes a problemas. Seguro que encuentras razones capaces de que explicar y confirmar tus problemas, pero la pregunta permanece: ¿Qué vas a hacer? En cualquier circunstancia, lo que sigue debería formar parte de tu respuesta: Asume tus responsabilidades y toma decisiones. Reconoce el problema y ponte en marcha. Olvida sus orígenes y abandona la esperanza en un acontecimiento excepcional que lo resuelva por sí solo. Ni esperes ni te lamentes. Haz uso de tus recursos y capacidades. No te desanimes. Son más útiles de lo que piensas. No eres el primero en enfrentarse a esos problemas y podrás superarlos como han hecho otros antes. Investiga o pregunta cómo actuaron. Diseña un plan de acción. Decide a dónde te diriges y determina los objetivos pertinentes a corto y medio plazo. Actúa. Pon en práctica las acciones de tu plan. Da los primeros pasos. Los otros vendrán con naturalidad. Lo que hace destacar a un directivo es su capacidad para emprender aquello a lo que otros renunciarían. Mientras otros se quejan o se resignan, tu decide qué vas a hacer....

Convencimiento

Todo ser humano busca mejorar. Nadie disfruta viviendo adocenado o verse forzado a permanecer en la mediocridad. Pero para progresar se necesita tener iniciativas y estar convencido de disponer de la capacidad para desarrollarlas. Tener ese convencimiento es crítico. La convicción genera poder y energía para actuar. Estar convencido de la posibilidad de alcanzar los objetivos es determinante para poder lograrlos. El cómo se han de hacer las cosas sólo se pone de manifiesto cuando crees que puedes llevarlas a cabo. El convencimiento proporciona el interés, el coraje y el entusiasmo para avanzar. El escepticismo y la reticencia, por el contrario, están en la raíz de la mayoría de fracasos. Las dudas limitan la eficacia de los intentos y atraen mil razones para abandonar. De aquél convencimiento nace la autoestima apropiada para afrontar retos difíciles. Quien dispone de ella la manifiesta en todo lo que hace, en su carácter, en su forma de pensar, en el modo en que se comporta con los demás. Depende de uno mismo el decidir qué tipo de ideas y pensamientos favorece. Has de optar entre las razones por las que apareces débil, limitado, incapaz, rodeado de dificultades y obstáculos, o los argumentos que te señalan que es posible, que sabes hacerlo, que podrás completarlo. Rechaza las actitudes negativas que te paralizan y actúa con convencimiento ante las oportunidades que descubras. En todos los campos se necesitan personas con la capacidad para diseñar su propio trabajo, con el poder de convencer a los demás. Si estás convencido, esos puestos de liderazgo te estarán esperando....

Compromiso

Para que la empresa pueda alcanzar sus objetivos precisa de unos profesionales comprometidos. No basta con que los colaboradores desarrollen un trabajo normal, de cumplir el expediente, sino que se necesita un desempeño extraordinario para alcanzar unos resultados significativos. Un profesional comprometido desea realizar una contribución destacada a su organización y está dispuesto a poner un empeño extraordinario en la realización de las tareas que conducen al logro de los objetivos. Pero el compromiso es algo muy distinto al grado de satisfacción que tratan de medir las encuestas de clima laboral. Puede darse el trabajador satisfecho pero acomodado, lo que no le hace particularmente responsable. Para empezar a trabajar en el desarrollo de profesionales comprometidos se necesita actuar en estos ámbitos: Cuidar la selección y promoción de los colaboradores. Hay que asegurar que cada uno de ellos se encuentra en la posición adecuada. Solicitar de ellos un desempeño destacado. De este modo se les reta a que den lo mejor de sus capacidades. Proporcionarles información. De este modo pueden reconocer la importancia de lo que hacen, valorar su desempeño en relación a los objetivos y asumir la responsabilidad de sus iniciativas. Animarles a que asuman un punto de vista directivo. Esto eleva su nivel de desempeño al comprender su impacto en el éxito de la organización. Les permite ganar confianza, asumir riesgos y funcionar autónomamente, sin necesidad de supervisión. De este modo resulta evidente cómo los directivos que actúan con favoritismos, que retienen información a sus colaboradores para aparentar más poder, o que no delegan ocasionan un grave perjuicio a su empresa y demuestran ser muy poco inteligentes. La calidad del directivo se mide por el nivel de desempeño de sus colaboradores. Y su objetivo, conseguir que estén verdaderamente comprometidos....

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