Ponle una fecha

No tienes proyecto si careces de fecha de entrega. Por eso no avanzas. Asígnale fecha, divúlgala y cumple con el...

¿Copiar recetas?

En el mundo empresarial, quienes se aplican a tareas de formación y asesoramiento, necesitan disponer de ejemplos de éxito. Son la base para justificar determinadas herramientas de análisis y la aplicación de recetas universales de éxito. Las marcas de todos conocidas, resultado de una singularidad que han cultivado de manera prolongada y consistente, sirven de referencia para analizar comportamientos y discutir resultados. En el análisis de dichas empresas ejemplares es fácil caer en la repetición de lugares comunes, hoy día de dudosa validez. El éxito de las recetas del pasado, adecuadas para entornos estables y circunstancias reproducibles, no puede ser copiado en la situación actual. En unos momentos en los que ya no existen propiamente sectores o competidores según las definiciones tradicionales, ni productos genéricos para clientes anónimos, las empresas más destacadas no coinciden con marcas muy conocidas ni su acierto es fácil de justificar. La revolución empresarial la lideran empresas desconocidas para la mayoría, y la naturaleza de sus decisiones responde a una complejidad difícil de evaluar desde el exterior. Esta transformación, como sabes, responde al diferente comportamiento del consumidor, quien detenta ahora el poder de decisión y que ya no se deja arrastrar por las marcas sino que considera muchos otros aspectos. Puedes observar cómo las empresas más diligentes implantan iniciativas para acercarse a los clientes y tener para con ellos un trato más estrecho. Suelen apoyarse en las redes sociales para lograrlo. Pero no te confunda; tampoco copiar esas iniciativas de marketing y comerciales te será de utilidad si no responden a un verdadero cambio en la estrategia de la empresa. Entonces, ¿en qué te debes fijar para aprender de ellas…?: En la naturaleza de la relación con sus clientes: ¿Los conocen a fondo? ¿Explotan en favor de ellos la enorme...

Ayuda a un colaborador...

Pregunta a un colaborador cuál es el principal problema que le preocupa. Ayúdele a reflexionar sobre el resultado que desearía conseguir, a recordar cómo se resolvieron problemas similares y a determinar algunos de los pasos a seguir....

El arte y la estrategia...

Arte y estrategia son dos términos que fácilmente encontrarás unidos. Sin embargo, pocas veces se explica la verdadera naturaleza de su relación y sus implicaciones. En la medida en que la estrategia es el resultado de la aplicación de las capacidades creativas y la imaginación de las personas, puede calificarse como un arte. Y a quienes la ejercitan podríamos denominarlos artistas. Este reconocimiento es tanto más debido cuanto los trabajos de la estrategia son tantas veces objeto de estudio, análisis y admiración. También existen los falsos artistas o meros copistas. No todos los directivos se empeñan con esfuerzo en la tarea creativa. Hay quienes su falta de convicción, su apatía o desilusión, les lleva a dejarse arrastrar por una inercia que acaba conduciendo a la frustración personal y el abandono de su empresa. Pero hoy quiero apuntar tan solo lo que representa el observar a la estrategia como un arte. Puedes pensar en ella de un modo comparado con la pintura o la música. Se me ocurren estas consideraciones: Su carácter humano. Las personas son determinantes en su formulación y ejecución. Un abordaje científico no es de suficiente utilidad. La estrategia no puede proponer soluciones exactas y de carácter universal. La diversidad, como en el arte, es lo propio de la estrategia. Sus posibles obras pueden ser infinitamente distintas entre si. Se necesitan instrumentos y herramientas para realizar sus obras. Y el mayor o menor dominio de ellas determina la aptitud del artista. Como todo arte, su reconocimiento y aceptación viene condicionada por el modo en que es comunicado. Incluye siempre la necesidad de formación para los no iniciados o los que aún no saben apreciarlo. La experiencia, la persistencia y la práctica hacen progresar la calidad de la obra realizada. Y como otras artes, la estrategia es capaz de estimular la actuación...

Calcula las consecuencias de perder tu trabajo...

Pensar en ello te ayudará a estar preparado y tomar decisiones que te protejan llegado el caso. Si dispones de una reserva económica podrás actuar sin presiones y del modo en que habrás previsto....

Siéntete incómodo

Sal de tu zona de confort, abandona la comodidad y atrévete con iniciativas osadas. Evitarás quedarte anquilosado y obsoleto....

Haz públicos tus objetivos...

Da a conocer los objetivos que te propones alcanzar y en particular aquellos que te resultan más difíciles de conseguir o en los que careces de suficiente motivación para emprenderlos....

El Problema

Muchas de las nuevas iniciativas empresariales se desarrollan de manera consciente como soluciones que tratan de responder a un problema. Las metodologías más extendidas en los últimos años, identificadas con términos como “lean”, “agile”, “canvas” han ayudado a enfocar los esfuerzos de los emprendedores que las siguen en la implantación de soluciones concretas a determinados problemas. Mi observación de muchas de esas iniciativas y de la aplicación de dichas metodologías me lleva a dos consideraciones: No se suelen acompañar de una formulación estratégica sólida o actual. Son herramientas que se aplican sobre presupuestos sectoriales obsoletos o se apoyan en las tradicionales estrategias competitivas genéricas. Los problemas se definen, en la práctica, a posteriori, una vez que el emprendedor ha ideado una solución de la que ya se ha apasionado. Esto hace que aquellas metodologías, con ser valiosas, no sean tan eficaces como debieran. En mi opinión, la causa de los errores anteriores nace de que aún se mantiene la inercia de considerar la empresa desde el punto de vista de la oferta y no de los clientes. ¿Pero si se proponen soluciones a problemas, cómo defiendo que mantienen el punto de vista del producto? Pues porque los problemas que tratan de resolver, en la mayoría de las ocasiones, tienen un carácter genérico, abstracto, que no responden a necesidades concretas de clientes bien identificados. Y como he defendido muchas veces en estas páginas, no existen los problemas genéricos. No hay un problema sin alguien que lo padezca. Sólo es de utilidad resolver problemas ligados a clientes concretos. Puede parecer ésta una afirmación extrema. Todos podemos aceptar la existencia de problemas abstractos, que intelectualmente resultan atractivos de estudiar y llegar a resolver. Y algunos de ellos eventualmente podrían acabar encontrando un camino para su aplicación a los mercados en...

Desarrolla una nueva habilidad...

Ya sea una habilidad de conocimiento u operativa, podrás conquistar una cada mes si te estableces unas metas sencillas y concretas a la vez que relevantes....

Fija la hora de regresar a casa...

No es imposible. Establece por defecto una hora fija para acabar de trabajar y dala a conocer a la familia y a los colaboradores. Y si un día hay que modificarla, se hace, pero todos entenderán que se trata de una excepción....

Propuesta de valor para tus colaboradores...

Entre los grupos partícipes a los que la empresa debe entregar una oferta de valor concreta se encuentran tus colaboradores. Aunque esta debiera ser una premisa evidente, no se suele considerar suficientemente ni de manera específica. ¿Cómo puede formularse dicha propuesta de valor? Como para cualquier otro “cliente», se deben atender las necesidades de los empleados de manera que se asegure una vinculación incondicional. En este caso, dicha vinculación y compromiso son críticos para poder entregar a su vez la oferta demandada por los clientes finales de la empresa. La experiencia nos dice que ni las recompensas materiales ni las promociones profesionales son suficientes para obtener la vinculación emocional y el compromiso de nuestros colaboradores. La propuesta de valor se ha de construir a partir de: La identidad de la empresa, fundamentada en su propósito institucional y los valores que la definen. La coherencia de las políticas institucionales con dichos principios. La fidelidad a aquellos valores en el comportamiento de los directivos y en la toma de decisiones. El modo en que se reconoce la contribución individual de cada uno de los colaboradores a la viabilidad de la empresa. Tampoco aquí se pueden proponer ofertas genéricas. Es importante identificar la diversidad de los perfiles y necesidades de los colaboradores. Su conocimiento detallado permitirá establecer propuestas de valor adecuadas a las necesidades individuales. En la ejecución de estas propuestas de valor tiene un papel fundamental la comunicación. Es responsabilidad de los directivos desarrollar las iniciativas adecuadas que transmitan los elementos de dichas propuestas de manera clara y estimulante, a la vez que demuestran su compromiso con ellas. Si así se hace, crecerá la reputación de la empresa por el valor que proporciona a sus colaboradores y se convertirá en la empresa preferida en la que trabajar....

Trabaja en un objetivo estratégico...

Dedica al menos dos días a la semana a trabajar durante 90 minutos en un objetivo de desarrollo profesional y que esperes alcanzar en el corto plazo. Dale prioridad absoluta a su cumplimiento....

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