Tu “dream team”

No importa cuál sea tu ideal, habrás de aprender a relacionarte con muchas otras personas. Dependiendo de lo que quieras lograr, su impacto será más o menos determinante, pero, en cualquier caso, deberás contar con los demás para alcanzar tus metas. Aquello a lo que aspiras es también la expresión de lo que serás incapaz de lograr si no cuentas con la ayuda de otros. Si miras atrás, la lista de personas que han dejado huella en tu vida es larga. Han marcado la diferencia y te han añadido valor de modos diversos y seguramente difíciles de expresar. Cada una de ellas ha sido especial y estás agradecido por su ayuda. De ahí la necesidad de reconocer de nuevo que debes contar con un equipo que te ayude a lograr lo que te propones. Son muchas las cosas que pueden hacer por ti: Te facilitarán que puedas dar lo mejor de ti mismo. Podrás ayudar a otros a desarrollar su potencial. Te harán ganar tiempo. Te acompañarán. Multiplicarán tu esfuerzo. Te ayudarán a lograr tus metas. Si careces de ese equipo, tu ideal se volverá inalcanzable; será difícil que logres algo significativo. Con un mal equipo, tu sueño se convertirá una pesadilla. Si cuentas con buenos colaboradores, tu aspiración tiene potencial. Y si tienes un gran equipo, tus metas serán indefectibles. Necesitas un “dream team” y estas son las cualidades de las personas que han de formar parte de ese equipo: Están comprometidas con que tu trabajo tenga impacto. Aprovechan toda oportunidad de aprendizaje y mejora. Te responden con respeto y honestidad. Están dispuestos a decirte la verdad. Te animan a perseverar. Te motivan, que te empujan a progresar, a pensar mejor, trabajar con más intensidad y arriesgar más. Sólo se conforman con la...

¡No es mi trabajo!

Si escuchas decir esto a alguien de tu equipo, tienes un problema. Es señal de que tus colaboradores no se comunican ni asumen la responsabilidad de hacer lo que la empresa necesita, lo que incluye el ayudarse mutuamente. Si la cultura fuera la correcta, les importaría el avance de la organización en vez de mostrar esa actitud defensiva y displicente. Cuando detectes estos signos que impiden que las personas puedan desarrollar un trabajo destacado y disfruten realizándolo, estás obligado a actuar. Tienes estas tres opciones: Tomar cartas en el asunto. Habla con tus colaboradores y descubre si su descontento es general o específico. Si es gente identificada con la empresa, pero frustrada por el trabajo que desarrollan, mira de cambiarles de puesto y ponerles en uno en el que puedan progresar. Investiga. Estudia la cultura que empuja a los directivos y si identificas algún problema, cámbiala. No puede establecerse una teórica escala de valores y luego actuar como si no existieran. Esto no pasa desapercibido. Los colaboradores observan a sus directivos e imitan su comportamiento. La falta de coherencia destroza el entorno de trabajo. Si no estás en una posición directiva y observas esa cultura tóxica, tu mejor opción es marcharte, pues cambiar la organización desde abajo y en solitario es una tarea imposible. Despedir a quien corresponda. Es la opción más radical, y complicada cuando afecta a un cargo directivo. No importa lo bien que le vaya a la empresa; un mal entorno de trabajo puede desencadenar una espiral de degradación que cause un daño irreparable. Es necesario prescindir del agente tóxico por el bien del conjunto. No contar con una cultura saludable impide construir una organización duradera y viable. Necesitas que la gente acuda a trabajar con la ilusión de poder realizar...

¿Todos mienten?

Para el añorado Dr. House no cabía ninguna duda. Y las innovaciones tecnológicas parecen darle la razón. Si se estudian las aplicaciones de la tecnología que está revolucionando el mundo de los negocios, la tecnología blockchain, todas parecen orientadas a resolver las distintas mentiras o engaños establecidos y propios de cada sector económico. Todo comenzó con el desarrollo de las criptomonedas que surgieron como reacción defensiva a los engaños de las instituciones financieras que condujeron a la crisis del 2008. Independientemente del éxito final de una u otra moneda virtual, sin duda han tocado de muerte al segundo oficio más antiguo de mundo. Y cada día descubrimos propuestas y soluciones de la tecnología blockchain que se presentan para protegernos de otras tantas mentiras: Ventas fingidas, votaciones saboteadas, diplomas universitarios falsificados, experiencias profesionales inventadas, piezas de recambio auténticas que no son originales, medicamentos caros que están falsificados, prendas de ropa y complementos de marcas exclusivas pero de contrabando, la botella de Rioja rellena de un vino adulterado, siniestros fingidos para cobrar indemnizaciones, grandes copias como obras de autor verificadas, nuevos coches de segunda mano con cuentakilómetros amañados y un historial de accidentes desaparecido, productos de alimentación de tanta calidad como incierto es su origen, documentos de identidad manipulados, las estadísticas o los asientos contables…, por poner algunos ejemplos. Las cifras que se manejan en cada caso para fundamentar la aplicación del blockchain y la transformación radical de esos sectores son asombrosas. Aunque no todo sea mentira, el engaño alcanza proporciones considerables y no hay modo de separar el grano de la paja. La información cifrada y distribuida en miles de servidores y los “smarts contracts” de ejecución automática y gobernados por unas líneas de código inviolables parecen destinados a convertirse en la nueva autoridad garante...

Habla sin miedo

Lo que marca tu diferencia es la capacidad de tu trabajo para lograr resultados y tener impacto, para hacer que sucedan cosas. Eso te gana el respeto de los demás, lo mismo que la capacidad para tomar la palabra y asumir responsabilidades, no tanto para que tu sobresalgas sino para defender el avance de tu organización. En la defensa de esas ideas originales, muchas veces recibidas con desdén, no cabe abandonar. La tentación empuja a marcharse pues es la opción más sencilla. El dinamismo del mercado laboral en muchos lugares hace que si no estás satisfecho en un lugar busques otro donde creas que tus ideas serán mejor recibidas. De ahí que lo fácil sea rendirse y no pelear por defenderlas. Pero actuar así no beneficia tu imagen de innovador ni te ayuda a destacar. Has de persistir para ganarte el derecho a que te escuchen y superar la decepción de que te ignoren. Sólo cuando se demuestre imposible avanzar tendrás el argumento para dejar esa rígida e inamovible organización. Será entonces el momento de buscar oportunidades en otro lado, donde puedas desarrollar tu originalidad y tu capacidad de innovación. La experiencia señala que aquello de lo que te arrepentirás mañana no serán los errores que hayas cometido sino las decisiones que no tomaste, tus errores de omisión. Si pudieras volver atrás, seguro que te preocuparías menos de ti mismo y más de las ideas que deberías defender. Lo lamentarías menos....

Duda asesina

La duda te mata, asesina tus aspiraciones. Tienes tantas dudas que no eres capaz de creer en ti mismo, que no puedes centrarte en lo que deseas conseguir. Dudar es tu verdadero problema. Es una enfermedad muy peligrosa y traicionera. Afecta a personas y organizaciones, a las relaciones interpersonales y a los ideales, y en ocasiones se convierte en el mayor de tus problemas. Deja de considerar lo que has sido o en lo que te has convertido, de culparte y de insistir en tu ineptitud, o de escuchar a quienes no confían en ti. Dales a conocer eso que tu ambicionas, convénceles de que es tu mejor opción y anímales a respaldarte o alejarse. Reconoce también la imposibilidad de esa misión en la que te embarcas, el que nadie antes que tu lo haya logrado, y pon de manifiesto tu fanatismo. Ninguna circunstancia justifica tus dudas y responde, por tanto, con determinación. Para poder avanzar, aclara a todo el mundo que no aceptarás dudas ni reproches y que esperas el apoyo total de quienes te rodean. Recuérdalo, la duda es tu enemiga. Te ha impedido llegar donde querías, te ha dejado sin una causa por la que pelear ni objetivos por alcanzar. Es esa falta de definición lo que ha permitido que tus dudas te retengan atrapado....

Presumir de ellos

Una de las cosas que tiene ser jefe es que cuando tu gente hace un buen trabajo, tu obtienes por ello más crédito del que mereces. Sin caer en la arrogancia, ese reconocimiento excesivo te resulta necesario para reforzar en tus colaboradores la relación entre el esfuerzo que ponen y los resultados que se obtienen. Además, les gusta saber que estás en el buen camino y que compensa trabajar para ti. Has de saber presumir sin caer en la fanfarronada, destacando sin dudar los éxitos conseguidos y atribuyéndolos de inmediato al papel de tus colaboradores y felicitándote por su participación. Actuar así te ganará la imagen de ser un jefe responsable y humano. De hecho, no te importe reconocer para tus colaboradores más mérito del que tu creas que se merecen. Y eso a pesar de que ellos mismos sean los primeros en no darte mucho crédito a ti. No en vano conocen mejor que nadie quién ha hecho qué. Todos ganáis si eres capaz de atraer para tu equipo el máximo reconocimiento posible y tu te quedas con lo menos que puedas. Por el hecho de ser el jefe ya tienes mucho prestigio ganado y, al pasar las alabanzas a tus colaboradores, si eres sincero, te ganarás su confianza y admirarán tu modestia y generosidad....

La base de la confianza...

En el mundo empresarial la confianza se fundamenta en que la otra parte se comportará de acuerdo los principios de honestidad, consideración, responsabilidad y transparencia. La honestidad no es sólo un asunto moral, sino también económico. Para establecer unas relaciones de confianza con los colaboradores, socios, clientes, accionistas y la población en general, las organizaciones han de ser veraces, precisas e íntegras en sus comunicaciones. No vale engañar por lo que se calla ni confundir amparándose en la complejidad. La consideración nace del justo intercambio de beneficios o pérdidas entre las partes que operan de buena fe. Pero la confianza reclama un genuino respeto por los intereses, deseos o sentimientos de los otros y que las partes actúen de forma benévola recíprocamente. La responsabilidad significa un claro compromiso con todos los grupos partícipes y ser respetuoso con ellos. Tanto las personas como las instituciones deben demostrar que hacen honor a sus obligaciones y reconocen sus promesas incumplidas, sin desviar la atención ni culpando a terceros. La transparencia consiste en funcionar de modo abierto, en trabajar a las claras. Si alguien se plantea que quizás se oculta algo eso un signo de falta de transparencia que lleva a la desconfianza. Es legítimo poseer información reservada, pero cuando se trata de información relevante para los grupos partícipes, mostrarse abiertamente es clave para ganarse la confianza. La confianza en las instituciones y empresas ha caído estrepitosamente desde la recesión del 2008. En la era anterior al blockchain, la confianza en las transacciones nacía de las personas, intermediarios y organizaciones que operaban con integridad. Y cuando no se conocía a la otra parte, se confiaba en terceros no sólo para que dieran fe de ellos sino también para que intermediaran y registraran las transacciones que se realizaban on...

Autenticidad

Vives en un mundo paradójico. Por un lado estás más conectado que nunca y por otro te sientes insatisfecho y necesitado. En buena parte esto se debe a la superficialidad de tus relaciones. Tu red de contactos es cada vez más amplia pero su calidad es baja. La tecnología no puede suplir la proximidad o la comunicación no verbal, lo que desemboca en una realidad artificiosa y una falta de sinceridad. Te crees obligado a crear una imagen de ti mismo perfecta, con una vida sin contratiempos ni dificultades. De este modo resulta difícil mantener unas relaciones valiosas y relevantes. Si la autenticidad es importante, aún es más necesaria si tienes responsabilidades directivas. La sinceridad es un elemento crucial en el lugar de trabajo. Si demuestras integridad y personalidad te ganarás apoyos y lealtad. Te seguirán no importa dónde, con independencia de las circunstancias. Para lograrlo, deberás centrarte primero en tu propio desarrollo. Has de descubrir tus valores y potencialidades, tu pasión y tu visión. Al hacerlo establecerás la guía que orientará tus comportamientos y empezarán a verte centrado, disciplinado, creíble y confiable. En unos tiempos en los que la confianza escasea, cultiva tu sinceridad o autenticidad para que se convierta en tu mejor activo....

Deja de preocuparte 22Feb

Deja de preocuparte

Preocuparse significa un enorme desperdicio de tu limitado y valioso tiempo. Lo normal es haber sido educados para estar siempre preocupados, pero perdemos demasiado tiempo y energías preocupados por cosas que escapan a nuestro control o que potencialmente podrían salir mal. Estar preocupado es la situación por defecto de tu mente cuando no prestas atención a lo que haces. Has de saber reconocer de inmediato esa situación para poder recuperar el control. La preocupación no resuelve nada y te priva de disfrutar el momento presente. Cuando tu mente te lleva a lugares tristes, oscuros o negativos, no tienes porqué seguirla. Reconoce que se está convirtiendo en tu enemigo y recupera de nuevo el control. Basta con que te preguntes por qué cosas debes estar agradecido en ese mismo instante, y qué recuerdos te gustaría rememorar. Para poder responder será preciso que tengas almacenadas en la memoria muchas cosas de tu vida, experiencias, amistades…, y que las busques como respuesta que necesitas para esa ocasión. Al hacerlo te fuerzas a centrarte en los aspectos positivos de tu vida, y eso tendrá un impacto inmediato, hasta el punto de empezar a sentirte agradecido en vez de preocupado....

¿Culpable o avergonzado?...

La mayoría de los tests de personalidad utilizados en los procesos de selección de personal no toman en consideración los principios morales del candidato. Sin embargo, éstos son los mejores predictores de un comportamiento ético. Dichos principios engloban diversos rasgos que influyen en la conducta de las personas y sus relaciones interpersonales. Por ejemplo, quien es propenso a experimentar sentimientos de culpa suele tener una conciencia mejor formada, es más probable que demuestre empatía, que trabaje bien en equipo y que sepa aprender de sus errores. Es capaz de anticipar aquel sentimiento y por tanto evita desarrollar un mal comportamiento y su desempeño profesional suele ser mejor. En posiciones directivas, son valorados como más eficaces y tienen un elevado sentido de la responsabilidad personal. Por el contrario, quienes tienen tendencia a sentirse avergonzados, suelen caer en la ira, en la evasión, o incluso en la depresión y la ansiedad. Esto se debe a que sus sentimientos no se centran en su comportamiento sino en qué tipo de personas son. La vergüenza lleva a respuestas centradas en uno mismo, lo que conduce a comportamientos menos éticos. En el corto espacio de tiempo de la entrevista personal es posible obtener abundante información sobre los principios morales de una persona. Dos tipos de preguntas son particularmente útiles para desvelarlos. La pregunta del error: Explícame alguna ocasión en la que cometiste un error en tu trabajo. ¿Cómo te sentiste? ¿Qué hiciste? ¿Aprendiste algo de esa experiencia? Quienes tienen un alto nivel de conciencia trabajan duro para lograr sus objetivos y no quieren quedar mal ni defraudar a los demás. Aquellos con un bajo nivel de conciencia suelen desarrollar un trabajo descuidado, y dan una imagen de pereza o irresponsabilidad por ser poco laboriosos o diligentes. La pregunta del...

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