¿Cuáles son las consignas que te has encontrado hoy en tu trabajo? ¿Qué mensajes te bombardean de continuo para recordarte los valores y los objetivos a alcanzar? Si no los conoces o no los has establecido para tus colaboradores, es imposible que nadie en tu organización despliegue la energía, la motivación o la confianza necesarios para hacerlos realidad. El ambiente de trabajo podrá describirse, en el mejor de los casos, como acomodado y los resultados, probablemente mediocres. Las personas, como las organizaciones, necesitamos recordar diariamente nuestros compromisos con los ideales comunes y propios, con la necesidad de servir, de tomar decisiones, de asumir riesgos, de ser eficientes con los recursos que manejamos, con la manera de comportarse… Si no escuchas esas consignas o lemas, si no se actualizan y se viven, te quedarás rezagado....
Para fortalecerte
Haz una relación de esas cosas, fuentes de energía, a las que puedes acudir cuando necesitar elevar tu ánimo o tu motivación: Experiencias: Actividades que te rejuvenezcan. Amistades: Personas que te empujen. Entretenimientos: Actividades en las que te recuperes. Libros: Con mensajes capaces de hacerte cambiar. Meditación: Ejercicio espiritual que te fortalece. Pensamientos: Fuente de ideas sugerentes. Metas: Ideales inspiradores. Música: Canciones que te estimulen. Hogar: La familia que cuida de ti. Cualidades: Los talentos que te activan. Recuerdos: Acontecimientos que te emocionan. En estas y otras categorías podrás encontrar las fuerzas que precisas....
Para llegar a la cima...
Para algunos, el éxito consiste en poner de manifiesto su superioridad. No pueden soportar el tener que poner esfuerzo para lograr algo pues eso sería poner en duda su talento. Es un error. Tus capacidades te pueden llevar a la cima, pero sólo la determinación te mantendrá en ella. Los mejores no han nacido como seres especiales y con todo a su favor. Trabajaron duro, aprendieron a mantener la concentración en momentos difíciles, y se esforzaron más allá de sus posibilidades cuando se vieron obligados a hacerlo. Necesitas esa determinación para seguir insistiendo y cada vez con más fuerza. No importa lo bueno que seas, siempre podrás mejorar se continúas practicando con regularidad, trabajando duramente. La mentalidad del campeón es la del que considera que el éxito está en dar lo máximo de uno mismo, en aprender y mejorar. No se trata tanto de ser el mejor como de trabajar duro para alcanzar la mejor versión de uno mismo. Esa es la mejor ambición. Cualquiera que sea el lugar que debas abandonar, si lo dejas habiendo dado todo lo que tenías, siempre saldrás victorioso....
¿Qué te desgasta y agota?...
Si tenías la idea de que puedes conseguir cualquier cosa si la trabajas con la suficiente intensidad, puede que ya hayas descubierto que no eso no es del todo cierto. Tu potencial es tan ilimitado cuanto inasequible en aquellas áreas para las que careces de las cualidades apropiadas. El creer que se puede alcanzar cualquier cosa en el puesto de trabajo, hace que algunos pierdan años luchando batallas para las que no están capacitados y que les llevan al desencanto. Tiene más sentido dedicar la vida a aquello que te resulta más propio. Descubre cuáles son tus cualidades naturales y desarróllalas para beneficio tuyo y de los demás. No necesitas nadar contracorriente sino dejarte empujar por ella para ganar en eficacia y motivación, y llegar así más lejos. El tener que afrontar cambios es otra de las causas que generan mayor desgaste. Consume más energías físicas, mentales y emocionales de las que uno podría imaginar. El secreto para gestionarlo bien es no detenerse a luchar contra lo obsoleto sino contribuir a construir lo nuevo. Presta atención a aquellas actividades y circunstancias que contribuyen a tu agotamiento y trata de evitarlas o mira de defenderte de ellas....
10 mandamientos
Han salido así, sin más, pensando en directivos y en el mejor modo de ejercitar su responsabilidad. Están tomados de ideas de aquí y de allá… No responden a ningún orden ni prioridad. Seguro que puedes encontrar muchos otros… Actúa más como un guía que como un juez. Tu trabajo es comprender los errores de los otros y ayudar a superarlos. Rodéate de gente mejor que tú. Mejorarán tu productividad y te harán parecer más valioso de lo que eres. Selecciona a la gente por su actitud y mentalidad más que por su pedigrí académico. Establece canales de diálogo y comunicación, para que te hagan llegar sus honestas opiniones. Sé honesto y no les ocultes la verdad, por dura que sea. Desafía el pensamiento único. Pregunta qué es lo que gusta y lo que no; descubre lo que debe cambiarse. Ten el coraje de abrirte a nuevas ideas, independientemente de su origen, y promueve la crítica constructiva. Ataca el elitismo, deshazte de los intrigantes, de los controladores y abusadores, y promueve los valores del crecimiento y dejar huella en los demás. Suprime jerarquías, estimula que se compartan ideas y premia el trabajo en equipo más que el individual. Mantente en contacto con la realidad, suprime tu ego y potencia tu humanidad. Muéstrate compasivo y sensible cuando tus decisiones tengan un impacto negativo en las personas. El resultado será que proporcionarás mayor prosperidad y felicidad a mucha gente....
En otro lugar de «La Mancha»…...
«… de cuyo nombre no puedo olvidarme, unos directivos contaban, siempre en primera persona, las historias de sus hazañas. Las gentes de alrededor se tenían por privilegiados al participar de aquellas grandezas y ser reconocidos como miembros de la familia. Por la trampa de la necesidad y con entusiasmo dudoso, sacrificaban sueldos y promociones con la esperanza de un día, alcanzado el éxito empresarial, recuperarlos con demasía. Pero ese logro no llegaba, y año tras año escuchaban historias repetidas de las antiguas victorias de aquellos con quienes trabajaban.» Lo que parece un fragmento perdido de un libro de caballerías, me resulta muy conocido. Describe el ambiente que te puedes encontrar en algunas empresas e instituciones, más de las deseables. Se caracteriza por escuchar, en las presentaciones públicas de sus directivos, un mayor uso del «yo» que del «nosotros». Pero lo verdad es que esos «yo», en vez de brillar como estrellas, alumbran lo que una mala linterna y duran lo que unas pilas baratas. «Mejor sería, amigo Sancho, que esos pretendidos genios cesasen de aburrirnos justificando de continuo su talento e hicieran valer las cualidades de su equipo, al que deberían hacer crecer y en el que habrían de pasar desapercibidos…» No es misión del directivo aparecer como superior y ganar batallas propias, sino asumir su responsabilidad de conformar un equipo ganador. Nunca nadie logra nada solo y por méritos propios; ni siquiera en los deportes individuales....
¿Qué recarga tus pilas?...
Cuando tus energías están al máximo nivel tu agudeza mental es más fina, tu fortaleza física es mayor, te relacionas mejor, estás más comprometido y te sientes mejor. Esta situación crea un círculo virtuoso que influye positivamente en quienes te rodean. Esta recarga de energía habitualmente te llegará porque haces algo por el bien de terceros, porque te relacionas de manera positiva con los demás, o porque realizas actividades que mejoran tu salud física y mental. A continuación tienes algunos ejemplos de actividades que contribuyen a recuperar tus energías: Cuando ejercitas tus cualidades y te aplicas en esos dones que te son propios. Cuando dedicas tiempo y compartes experiencias con la familia y los amigos. Cuando buscas maneras de ayudar o añadir valor a los demás. Cuando te mantienes en buena forma haciendo ejercicio, descansando y alimentándote adecuadamente. Cuando contribuyes al desarrollo de otras personas y organizaciones. Cuando cultivas tu vertiente espiritual y trascendente. ¿Qué otras actividades e interacciones te ayudan a ti, en particular, a recargar las pilas?...
Desconecta
Tienes que encontrar momentos para recomponerte, pensar, respirar con tranquilidad. Serán ocasiones en las que puedas dedicarte a esas actividades que ayuden a desarrollarte. Si sobrecargas tu agenda, en el corto plazo aparecerás como muy productivo, pero al mismo tiempo dejarás escapar oportunidades pues no tendrás ocasión de acceder a ellas. Has de reservar espacios para recuperarte de dificultades y emociones. Lo necesitas para tu salud y eficacia, pues de lo contrario te volverás irritable, impaciente, ansioso e inseguro. Adoptarás una actitud negativa y se deteriorarán tus relaciones con terceros. Es importante que no tengas toda tu agenda organizada hasta el extremo. Deja huecos para atender a lo inesperado y para tener ocasión de recuperarte psicológica y emocionalmente. Ábrete a la sorpresa para que esas oportunidades se te presenten como por casualidad....
Muévete
La gente competente no se queda parada y espera que le pasen cosas. Se mueve y hace que tengan lugar. Eso requiere empeño, intencionalidad y concentración. Deberías centrar tus esfuerzos en lo que debes hacer, en lo que haces bien y en lo que te gusta hacer. Esto último siempre motiva, como también aquello que sabes hacer bien, mientras que lo que debes hacer no siempre resulta estimulante, a menos que esté alineado con los dos factores anteriores. Si lo logras, tu trabajo aparecerá continuamente muy atractivo. ¿Cómo conseguirlo? Reajustando lo que estás obligado a hacer, o identificando aquello que sólo tú puedes hacer, o cambiando de trabajo. Hoy has de ser creativo, poder comunicar y liderar a otros. Si consigues que esas cosas estén alineadas con tus capacidades y lo que te apasiona, no importará la edad que tengas....
El sentido del esfuerzo...
Socialmente parecen valorarse más los resultados que se consiguen de manera natural que los logros alcanzados con esfuerzo. Se aprecia a héroes con cualidades sobrehumanas mientras que el esfuerzo queda para aquellos seres insignificantes e incapaces, personas con limitaciones que no tienen nada que perder por intentarlo. Hay a quienes les asusta el esfuerzo, porque necesitar de él proyecta una sombra de duda sobre sus capacidades o porque ejercerlo te deja sin excusas cuando no alcanzas lo que deseas. La realidad es que incluso los genios han de trabajar muy duro para lograr sus metas. No hay nada de heroico en poseer un determinado don. Es más lógico admirar el esfuerzo pues es lo que transforma una capacidad potencial en un logro. El esfuerzo es determinante para cualquier logro sostenido, pero es verdad que no es lo único relevante. El acceso a diferentes recursos y oportunidades puede condicionar la eficacia del esfuerzo. En cualquier caso, has de poner el máximo sacrificio en las cosas que más te agraden y sostenerlo en medio de las dificultades. El resultado que alcances será, en muchas ocasiones, algo colateral o subordinado respecto a la pasión que pones en lo que haces. Te engañas cuando menosprecias tu talento y desdeñas el impacto que el esfuerzo puede tener para abrirte nuevas oportunidades. Ese esfuerzo te puede cambiar como persona....