Habla sin miedo

Lo que marca tu diferencia es la capacidad de tu trabajo para lograr resultados y tener impacto, para hacer que sucedan cosas. Eso te gana el respeto de los demás, lo mismo que la capacidad para tomar la palabra y asumir responsabilidades, no tanto para que tu sobresalgas sino para defender el avance de tu organización. En la defensa de esas ideas originales, muchas veces recibidas con desdén, no cabe abandonar. La tentación empuja a marcharse pues es la opción más sencilla. El dinamismo del mercado laboral en muchos lugares hace que si no estás satisfecho en un lugar busques otro donde creas que tus ideas serán mejor recibidas. De ahí que lo fácil sea rendirse y no pelear por defenderlas. Pero actuar así no beneficia tu imagen de innovador ni te ayuda a destacar. Has de persistir para ganarte el derecho a que te escuchen y superar la decepción de que te ignoren. Sólo cuando se demuestre imposible avanzar tendrás el argumento para dejar esa rígida e inamovible organización. Será entonces el momento de buscar oportunidades en otro lado, donde puedas desarrollar tu originalidad y tu capacidad de innovación. La experiencia señala que aquello de lo que te arrepentirás mañana no serán los errores que hayas cometido sino las decisiones que no tomaste, tus errores de omisión. Si pudieras volver atrás, seguro que te preocuparías menos de ti mismo y más de las ideas que deberías defender. Lo lamentarías menos....

¿Estás quemado?

Anímate a analizar de manera crítica la situación profesional en la que te encuentras para determinar si te te sientes “quemado” o por el contrario estás apasionado y disfrutas con lo que haces. Toma un papel y haz un inventario de tu vida, de tus aspiraciones y de lo que estás haciendo en la actualidad. Quizás has perdido la referencia y ya no persigues grandes ideales, sino que te conformas con sentirte ocupado y disfrutar de un cierto bienestar económico. Seguramente estás lejos de lo que pensabas que eras capaz de alcanzar. La sensación de estar “quemado” suele nacer por haber perdido de vista esas aspiraciones y no trabajar por realizarlas. Pero en la medida que recuperas la conciencia de lo que deseas descubrirás que no estás tan quemado o que la situación es perfectamente reversible. Reafirmar los propósitos rejuvenece. Centrarse de nuevo en ellos lleva a recuperar la fuerza para lograrlos y avanzar más rápido que nunca. Si tienes claro lo que persigues no permitirás que te “quemen”....

Te estás ahogando 09Mar

Te estás ahogando

Si eres como la mayoría, seguramente respiras con inspiraciones cortas y superficiales, sin contraer de forma completa el diafragma para llenar los pulmones, y no eres consciente de ello. La capacidad pulmonar se corresponde con la cantidad de aire que los órganos necesitan para funcionar con eficacia y cada vez que respiras de manera superficial, sin que el abdomen se llegue a hinchar, dejas de proporcionar a tu cuerpo todo el oxígeno que necesita. Tu cerebro reclama el 20% del aporte del oxígeno corporal; lo necesita para controlar funciones básicas como respirar, ver, y otras funciones más complejas como pensar y controlar tus emociones. El cerebro dedica el oxígeno primero a las funciones básicas, para mantenerte vivo, y el resto lo utiliza para funciones complejas, las que te mantienen alerta, centrado y calmado. La respiración superficial reduce el oxígeno que llega al cerebro, lo que se acompaña de una menor capacidad de concentración, olvidos, cambios de humor, inquietud, ansiedad pensamientos depresivos y falta de energía. La próxima vez que te encuentres en una situación de estrés o intensamente emocional, céntrate en realizar inspiraciones lentas y profundas, inhalando por la nariz hasta que sobresalga el abdomen, y exhalando de forma suave y completa por la boca. Al exhalar, fuerza la respiración hasta vaciar por completo los pulmones. Con la práctica, esta técnica respiratoria se volverá habitual y podrás realizarla en presencia de otras personas sin que lo noten, lo que te resultará muy útil cuando te encuentres en medio de una situación difícil. Los efectos de una adecuada oxigenación del cerebro se manifiestan de inmediato. Muchos los describen como una sensación de calma, de entrar en un estado de relajación que proporciona gran claridad mental. Esto hace que respirar correctamente sea una técnica tan sencilla...

El camino

Este es un camino que puedes seguir cuando consideres la estrategia para alcanzar tus aspiraciones: Define las posiciones: ¿Cuál es el punto de partida? ¿Cuál es la meta? ¿Qué pasos debes dar para llegar ella? Examina tus actuaciones: ¿Qué iniciativas debes desarrollarcada día para acercarte a tu meta? Considera todas tus opciones: ¿Qué parte de tu estrategia estás dispuesto a modificar para poder avanzar? Utiliza todos tus recursos: ¿De qué recursos dispones? Enuméralos. Descarta todo lo que no sea esencial: ¿En qué actividades estás implicado que te desvían del camino que conduce a tu meta? Acepta todos los retos: ¿Qué problemas, obstáculos o fracasos se te pueden presentar en este camino hacia tu meta? ¿Qué puedes hacer para evitar lo predecible? ¿Qué puedes hacer para prepararte y afrontar tus retos? ¿Qué debes hacer para prevenir posibles fracasos? Utiliza estas respuestas para describir en detalle: Tus obligaciones diarias Tus objetivos mensuales Tu plan a largo plazo Después, síguelo. Pero ten en cuenta que habrás que actualizarlo cada semana, cada mes, cada año. Eso es normal. Cada vez que lo cambies mejoras e incrementas tus opciones para llegar donde te propones....

Duda asesina

La duda te mata, asesina tus aspiraciones. Tienes tantas dudas que no eres capaz de creer en ti mismo, que no puedes centrarte en lo que deseas conseguir. Dudar es tu verdadero problema. Es una enfermedad muy peligrosa y traicionera. Afecta a personas y organizaciones, a las relaciones interpersonales y a los ideales, y en ocasiones se convierte en el mayor de tus problemas. Deja de considerar lo que has sido o en lo que te has convertido, de culparte y de insistir en tu ineptitud, o de escuchar a quienes no confían en ti. Dales a conocer eso que tu ambicionas, convénceles de que es tu mejor opción y anímales a respaldarte o alejarse. Reconoce también la imposibilidad de esa misión en la que te embarcas, el que nadie antes que tu lo haya logrado, y pon de manifiesto tu fanatismo. Ninguna circunstancia justifica tus dudas y responde, por tanto, con determinación. Para poder avanzar, aclara a todo el mundo que no aceptarás dudas ni reproches y que esperas el apoyo total de quienes te rodean. Recuérdalo, la duda es tu enemiga. Te ha impedido llegar donde querías, te ha dejado sin una causa por la que pelear ni objetivos por alcanzar. Es esa falta de definición lo que ha permitido que tus dudas te retengan atrapado....

Autocontrol

Es la capacidad para reconocer las propias emociones y elegir cómo responder. Y va más allá de respirar hondo y tratar de contener el fuerte impulso emocional. El autocontrol se construye a partir del autoconocimiento, que es necesario para responder de forma activa a una emoción cuando se la reconoce. Dado que tu naturaleza te empuja a experimentar las emociones antes de que puedas responder, lo que hace destacar a un buen directivo es el saber reconocerlas y reaccionar a ellas antes de perder el autocontrol. Disponer de un alto grado de autoconocimiento te ayuda a no equivocar el camino y hacer cosas que limiten tu crecimiento. También coopera a no generar frustración entre los que te rodean, evitando provocar resentimientos y antipatías. Si no paras de pensar en tus sentimientos, en el modo en que condicionan tu comportamiento, te convertirás en la víctima de un secuestro emocional. Aunque no seas consciente de ello, las emociones te controlarán, te pasarás el día reaccionando a ellas sin poder elegir qué hacer o qué decir. Por el contrario, cuando desarrollas la capacidad de tomar las riendas de tu carácter antes de que se dispare en la dirección equivocada, puedes controlar situaciones difíciles, reaccionar con habilidad a los cambios, de forma positiva y productiva, y tomar la iniciativa necesaria para alcanzar lo que te propones....

Aguanta y persevera

El camino para alcanzar toda aspiración está lleno de complicaciones. Más vale que las esperes; mejor aún prepárate para afrontarlas. Compensa anticiparlas y prepararse que no mirar atrás y lamentarse. El primer reto para lograr tus aspiraciones es el fracaso. Todos lo experimentamos. Por ello, a pesar de los reveses, agárrate a tus ideales hasta que por fin los alcances. Puesto que ta habrás de encontrar con el fracaso, hazte amigo de él. Asume las frustraciones, analízalas, aprende de ellas. Con tal de que no repitas siempre los mismos fallos, acabarás aprendiendo de ellos y te volverás emocionalmente más fuerte. El segundo reto que has de afrontar y superar es la inflexibilidad. Sólo hay dos tipos de planes los que podrían funcionar y los que no. No existe el plan perfecto. Has de elegir uno con potencial y hacerlo funcionar. Y en el proceso mantenerte flexible. Tus aspiraciones se han de mantener inalterables, pero todo lo demás cambiará: plazos de tiempo, recursos disponibles, supuestos, iniciativas, colaboradores… Dos capacidades has de desarrollar: Descubrir qué has de cambiar y saber cómo cambiarlo. Si te mantienes flexible y aplicas esas directrices tienes muchas posibilidades de superar los desafíos y salvar los obstáculos. Nunca contarás con garantías, pero si tienes un plan, te mantienes flexible, concentras tus esfuerzos y trabajas cada día para acercarte a tus aspiraciones, tienes muchas opciones para alcanzarlas....

Presumir de ellos

Una de las cosas que tiene ser jefe es que cuando tu gente hace un buen trabajo, tu obtienes por ello más crédito del que mereces. Sin caer en la arrogancia, ese reconocimiento excesivo te resulta necesario para reforzar en tus colaboradores la relación entre el esfuerzo que ponen y los resultados que se obtienen. Además, les gusta saber que estás en el buen camino y que compensa trabajar para ti. Has de saber presumir sin caer en la fanfarronada, destacando sin dudar los éxitos conseguidos y atribuyéndolos de inmediato al papel de tus colaboradores y felicitándote por su participación. Actuar así te ganará la imagen de ser un jefe responsable y humano. De hecho, no te importe reconocer para tus colaboradores más mérito del que tu creas que se merecen. Y eso a pesar de que ellos mismos sean los primeros en no darte mucho crédito a ti. No en vano conocen mejor que nadie quién ha hecho qué. Todos ganáis si eres capaz de atraer para tu equipo el máximo reconocimiento posible y tu te quedas con lo menos que puedas. Por el hecho de ser el jefe ya tienes mucho prestigio ganado y, al pasar las alabanzas a tus colaboradores, si eres sincero, te ganarás su confianza y admirarán tu modestia y generosidad....

Autenticidad

Vives en un mundo paradójico. Por un lado estás más conectado que nunca y por otro te sientes insatisfecho y necesitado. En buena parte esto se debe a la superficialidad de tus relaciones. Tu red de contactos es cada vez más amplia pero su calidad es baja. La tecnología no puede suplir la proximidad o la comunicación no verbal, lo que desemboca en una realidad artificiosa y una falta de sinceridad. Te crees obligado a crear una imagen de ti mismo perfecta, con una vida sin contratiempos ni dificultades. De este modo resulta difícil mantener unas relaciones valiosas y relevantes. Si la autenticidad es importante, aún es más necesaria si tienes responsabilidades directivas. La sinceridad es un elemento crucial en el lugar de trabajo. Si demuestras integridad y personalidad te ganarás apoyos y lealtad. Te seguirán no importa dónde, con independencia de las circunstancias. Para lograrlo, deberás centrarte primero en tu propio desarrollo. Has de descubrir tus valores y potencialidades, tu pasión y tu visión. Al hacerlo establecerás la guía que orientará tus comportamientos y empezarán a verte centrado, disciplinado, creíble y confiable. En unos tiempos en los que la confianza escasea, cultiva tu sinceridad o autenticidad para que se convierta en tu mejor activo....

Deja de preocuparte 22Feb

Deja de preocuparte

Preocuparse significa un enorme desperdicio de tu limitado y valioso tiempo. Lo normal es haber sido educados para estar siempre preocupados, pero perdemos demasiado tiempo y energías preocupados por cosas que escapan a nuestro control o que potencialmente podrían salir mal. Estar preocupado es la situación por defecto de tu mente cuando no prestas atención a lo que haces. Has de saber reconocer de inmediato esa situación para poder recuperar el control. La preocupación no resuelve nada y te priva de disfrutar el momento presente. Cuando tu mente te lleva a lugares tristes, oscuros o negativos, no tienes porqué seguirla. Reconoce que se está convirtiendo en tu enemigo y recupera de nuevo el control. Basta con que te preguntes por qué cosas debes estar agradecido en ese mismo instante, y qué recuerdos te gustaría rememorar. Para poder responder será preciso que tengas almacenadas en la memoria muchas cosas de tu vida, experiencias, amistades…, y que las busques como respuesta que necesitas para esa ocasión. Al hacerlo te fuerzas a centrarte en los aspectos positivos de tu vida, y eso tendrá un impacto inmediato, hasta el punto de empezar a sentirte agradecido en vez de preocupado....

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