Desde el cementerio

Estas fechas son adecuadas para dedicar alguna reflexión a nuestro sistema de formación universitaria. No se trata tanto de proponer hoy ideas nuevas, sino de insistir en la lamentable situación en la que, con carácter general, se encuentran nuestras universidades, alejadas de las tendencias educativas más actuales, mal valoradas por propios y ajenos, y prisioneras en un sistema controlado férreamente por quienes más tienen que perder. Leía hoy que mover una universidad es como mover un cementerio; no puedes esperar ninguna ayuda de sus residentes. Es difícil que los profesores acepten que hay abundantes materiales en Internet mejores que los que ellos presentan en sus clases, o que reconozcan abiertamente que no son ellos quienes pueden liderar un cambio que va en contra de sus propios intereses. Les asusta y acobarda la competencia que ya se ha instalado y a la que tratan de frenar mediante el juego sucio. Y una mayoría de alumnos creen que basta con asistir a clase y entender lo que se cuenta, sorprendiéndose después de sus dificultades para aprobar. Se extrañan…: de tener que dedicar tanto tiempo adicional para memorizar o recordar cosas que no siempre se podrán consultar, de que se les pida su participación activa en la resolución de problemas, de manera individual y en grupo, de que se les proporcionen las bases para desarrollar unas competencias personales y profesionales más críticas que las técnicas para encontrar trabajo y sobresalir. Como ha demostrado la experiencia de otros sectores e instituciones secuestradas por sus propios miembros, la solución germinará fuera el sistema y será promovida por agentes que fueron expulsados o que voluntariamente han decidido salir de él. Cuanto antes prospere esa semilla, antes se beneficiará toda la sociedad. Mientras tanto, en la universidad, como en el cementerio,...

Sin abuela

No necesitas abuela que te diga lo bueno que eres y el potencial que tienes. Lo sabes y además debes reconocer que eres capaz de mejorar y de llegar más lejos, de llevar una vida que deje huella en los demás. No importa la edad que tengas, decide ya dar lo mejor de ti mismo. No hay ninguna razón para retrasar este compromiso. Bueno tus evidentes limitaciones, pensarás… Tu entorno social, tus circunstancias familiares, tu condición física… Grave error. Si miras con detenimiento a tu alrededor deberás reconocer que eres un privilegiado en comparación con cientos o miles de millones personas, a la vez que un cobarde, a la vista de lo que otros, en peor situación que tú, son capaces de lograr. Ciertamente hay cosas que escapan a tu control, pero en la mayoría de las circunstancias de la vida tienes ocasión y oportunidad para actuar y mejorar tus capacidades. Sólo tienes que abandonar la comodidad y empezar a sorprenderte y disfrutar.   Notas relacionadas: SkillsPro...

Buenas intenciones

Hay una enorme diferencia entre lo que son las buenas intenciones y la intencionalidad. Las primeras pueden hacerte sentir bien pero no ayudas a nadie con ellas. La segunda es la que te mueve a la acción, te permite obtener resultados, dejar huella. Para progresar en tus capacidades debes reconocer en primer lugar que estás viviendo por debajo de tu potencial. Incluso aunque te veas como alguien con éxito, aún puedes mejorar. Puedes alcanzar metas que no has imaginado si te comprometes al seguir el camino que conduce a ellas. Cuando reconozcas que tus supuestas limitaciones son falsas, estarás en condiciones de trabajar por superarlas. Y empezarás a apreciar el potencial que aún tienes por desarrollar....

¿Te conoces?

Son diversos los factores que condicionan la posibilidad de alcanzar un conocimiento propio veraz: Distracciones, excusas, fantasías, no saber escuchar, dejar sin resolver sentimientos negativos, no meditar suficientemente… Se requiere mucha disciplina para detenerse a reflexionar sobre uno mismo y las propias experiencias. Se necesita madurez para pedir a otros que nos ilustren sobre lo que no somos capaces de reconocer de nosotros mismos. Precisas encontrar a un amigo, colega, mentor o alguien de tu familia que pueda ayudarte, dirigirte y proporcionarte una orientación honesta y continuada. Y conforme descubras cosas sobre ti mismo, trata de discernir en cuáles debes centrar tu atención, que serán de ordinario tus fortalezas pues sobre ellas podrás construir tu excelencia. Si te enfocas en tus debilidades a lo más que podrás aspirar es a alcanzar la mediocridad....

Tú no tienes límites...

Ese es el eslogan de la campaña de nuestra Universidad cuyo spot está arrasando en las redes sociales. Pero esa idea no se debe aplicar sólo a gente joven que comienza a construir su carrera profesional. Probablemente tú mismo desearías obtener más de la vida que llevas. Quizás no estás alcanzado todo lo que te gustaría y no estás satisfecho con tu progreso. No importa la edad que tengas, siempre es saludable tener aspiraciones aún no satisfechas. Pero ¿sabes lo que te limita? Si lo ignoras no podrás eliminar esos obstáculos. Tus capacidades no han sido preestablecidas pese a que en la práctica te hayas acomodado con un determinado nivel de desempeño. Tu potencial no está acotado. No puedes ver al mundo ni definir a las personas, o a ti mismo, por las limitaciones sino por sus posibilidades. Puedes tener condicionantes, pero no tienen por qué ser inamovibles ni frenar tu desarrollo. Avanzar en el auto conocimiento y adquirir la conciencia de lo que careces te pone en el camino de hacer crecer tus capacidades, de ver con más claridad y tomar decisiones. Rompe ese techo que retiene y limita tu potencial. Ensancha tu forma de pensar y tu capacidad. Acepta el reto y cambia de vida....

Comportamiento exterior e interior...

Te comportas según lo que haces. Y ese comportamiento tiene dos componentes, uno externo y otro interno. El externo, cómo te mueves y cómo te expresas, es fácil de observar y objetivar, al contrario del interno, los pensamientos y emociones, difíciles de reconocer incluso para ti mismo y mucho más respecto de los otros. El éxito de las personas en el trabajo, en sus relaciones y en otros ámbitos se debe en gran medida a su capacidad para manifestar externamente sus pensamientos y emociones. Que tu comportamiento se transforme y que los demás te lo reconozcan pasa por expresar en el exterior el componente interior. Para cambiar, no basta contar con los pensamientos y emociones apropiados, sino que se han de transformar en hechos observables. Y tú mismo, sólo experimentarás los resultados de tus ideas e intenciones cuando las lleves a cabo....

Cambiar duele

Tu comportamiento es el resultado de unas iniciativas conscientes, planificadas y determinadas por tus intenciones, por tus aspiraciones. Y al mismo tiempo es en gran medida una respuesta inconsciente a las circunstancias en las que te encuentras. Algunas de tus actuaciones son más automáticas que planificadas, mientras que otras son fundamentalmente intencionadas y escasamente impulsivas. Acabar con viejos hábitos y desarrollar otros nuevos es un proceso difícil y en ocasiones molesto o doloroso....

Contratiempos

La vida nos enseña que las dificultades que arrastramos por necesidad o elección, pueden en verdad elevarnos, hacernos crecer. Son parte de la existencia, no podemos escapar de ellas, y la alegría con que se vive depende de la actitud con que se afronten, la manera en que se asumen y se sobrellevan. Acepta lo inevitable. Hay muchas circunstancias y acontecimientos que se presentan en la vida y que no puedes entender ni cambiar. Nos desconciertan por considerarlas como una injusticia del destino. Pero si reconoces tu naturaleza trascendente, que formas parte de un plan perfecto que no alcanzas a ver ni comprender ahora, podrás asumir lo inevitable con paz en la mente y en el espíritu. Quienes lo ignoran caen en la desesperación o la apatía. Y reconoce a la vez la infinidad de buenas cosas, momentos y hechos que te rodean y que son el resultado de afrontarlos con decisión y superar las adversidades....

Tú puedes

No importa cuán grande sea tu carga, reconoce que dispones de la fortaleza interior para sobrellevarla. Y pon en marcha estas medidas de prudencia: No te enredes más allá de lo necesario. El mundo no espera que seas tú quien le solucione sus enormes problemas. Resuelve tus propios problemas y sé selectivo a la hora de aceptar los problemas de los demás. Hay muchos que quieren descargarse de sus responsabilidades pasándotelas a ti. Afronta un solo problema cada vez. El de ahora. No les des vueltas a los de ayer ni te preocupes por los de más tarde y menos por los de mañana....

Tragedia

Más pronto o más tarde te habrás de enfrentar a una tragedia personal. Las ves que suceden a tu alrededor y de momento parece respetarte a ti. Pero, ¿estás preparado para cuando te llegue? ¿Sabrás como afrontarla? Seguramente serán muchas las cosas que podrías hacer, pero estas cuatro actitudes habrán de estar presentes para ayudarte a salir de esa situación: Admitirla. Se trata de reconocer que se ha producido lo inesperado. Tu desconcierto e incredulidad tratarán de llevarte a un intento inútil de escapar de la realidad. Lo mejor que puedes hacer es afrontar la tragedia de manera franca y honesta. Hacerlo proporciona un cierto alivio que te ayuda a pasar a la siguiente fase. Aceptarla. En el reconocimiento de que al hombre no le es posible controlar todas las circunstancias se encuentra la mayor recompensa emocional y espiritual. La humilde aceptación de la tragedia proporciona los recursos necesarios para hacer frente a las consecuencias que puedan derivarse. En la aceptación se descubre la fuerza para sobrellevar la carga recibida. La resignación es capital para avanzar ahora y alcanzar la tranquilidad del espíritu. Adaptarse. Significa abandonar la pasividad e implicarse en la realización de los cambios necesarios para superar la desgracia y excluye toda posibilidad de rendirse o abandonar. Esta adaptación es una condición interna que reclama voluntad y compromiso sin reservas, que exige coraje y determinación. Actuar. No eres esclavo del destino, está en tu mano elegir en qué ocupar tus pensamientos y a qué dedicar tus energías. Así dejas atrás toda lamentación o pena por la tragedia sufrida. La mejor manera de encontrar la motivación para actuar es ponerse a trabajar pensando en ayudar a otros, en salir de uno mismo y abrirse a los demás. Esa actuación física e intelectual alivia...

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