Si escuchas decir esto a alguien de tu equipo, tienes un problema. Es señal de que tus colaboradores no se comunican ni asumen la responsabilidad de hacer lo que la empresa necesita, lo que incluye el ayudarse mutuamente. Si la cultura fuera la correcta, les importaría el avance de la organización en vez de mostrar esa actitud defensiva y displicente. Cuando detectes estos signos que impiden que las personas puedan desarrollar un trabajo destacado y disfruten realizándolo, estás obligado a actuar. Tienes estas tres opciones: Tomar cartas en el asunto. Habla con tus colaboradores y descubre si su descontento es general o específico. Si es gente identificada con la empresa, pero frustrada por el trabajo que desarrollan, mira de cambiarles de puesto y ponerles en uno en el que puedan progresar. Investiga. Estudia la cultura que empuja a los directivos y si identificas algún problema, cámbiala. No puede establecerse una teórica escala de valores y luego actuar como si no existieran. Esto no pasa desapercibido. Los colaboradores observan a sus directivos e imitan su comportamiento. La falta de coherencia destroza el entorno de trabajo. Si no estás en una posición directiva y observas esa cultura tóxica, tu mejor opción es marcharte, pues cambiar la organización desde abajo y en solitario es una tarea imposible. Despedir a quien corresponda. Es la opción más radical, y complicada cuando afecta a un cargo directivo. No importa lo bien que le vaya a la empresa; un mal entorno de trabajo puede desencadenar una espiral de degradación que cause un daño irreparable. Es necesario prescindir del agente tóxico por el bien del conjunto. No contar con una cultura saludable impide construir una organización duradera y viable. Necesitas que la gente acuda a trabajar con la ilusión de poder realizar...
Blockchain y la contabilidad...
La tecnología del blockchain va a transformar todos los ámbitos de la contabilidad, revolucionando la forma de trabajar, el lugar donde hacerlo y el modo de comunicarse con los clientes. La naturaleza de los servicios de asesoramiento fiscal y auditoría evolucionará rápidamente hacia algo tan distinto que obligará a los profesionales a renovarse a un ritmo y profundidad extraordinarios. De la cadena de bloques se afirma que es el mayor avance desde la invención de los asientos por partida doble hace más de 500 años. Con blockchain, en un ecosistema empresarial todos los participantes pueden tener registros compartidos de los detalles de cada transacción que se corresponda con asientos contables. Este libro mayor compartido se convierte en la fuente única de verdad para todos y cada uno de ellos. Con respecto a organismos externos, como entidades reguladoras y auditoras, les dará acceso sólo de lectura a esos registros, y podrán verificar y validar de manera instantánea y automática esas transacciones para generar informes o con otros fines administrativos. Esto hará que las auditorías pasen a ser un proceso mucho más analítico, semi-automatizado, e incluso continuado. Esta tecnología tendrá por tanto un gran impacto en los profesionales de la contabilidad y auditoría, tanto para los auditores externos como para los contables y auditores internos. Obliga a replantearse cómo se han de desarrollar los procesos de la contabilidad y auditoría en las organizaciones. Y cuando se integre el blockchain con el análisis de datos y la inteligencia artificial, se podrán detectar anomalías en tiempo real, sin necesidad de esperar a final de mes, de trimestre o de año. Desaparecerá la necesidad de revisar archivadores o realizar dobles comprobaciones de transacciones aleatorias para descubrir que se produjo una transacción fraudulenta meses atrás. Los errores materiales y las...
Gestionando la suerte...
La complejidad del mundo en el que te mueves hace que te tropieces de continuo con el riesgo y la suerte. La suma de todas tus actuaciones no proporciona ni explica la totalidad de tus resultados, que se ven condicionados por innumerables factores. Reconocemos y definimos como riesgo cuando tomamos decisiones que consideramos acertadas pero que dan malos resultados, y la suerte cuando haciendo algo malo o imperfecto logramos un gran resultado totalmente inesperado. El riesgo y la suerte son, de hecho, dos caras de una misma moneda y deberían recibir el mismo nivel de reconocimiento. El primero es fácil de identificar al ver que hay cosas escapan a tu control, lo que te enseña y ayuda a ajustar tu estrategia. Sin embargo, eso no ocurre con la suerte, al generar un falso sentimiento de control por pensar que hiciste algo bien y lograr lo que esperabas. No te ayudará a tomar buenas decisiones de forma repetida en el futuro. Este distinto reconocimiento se debe en parte al propio ego y en parte al deseo de descubrir patrones de éxito para aplicarlos y repetir victorias. Por eso es importante aplicar también a la suerte algunas cosas que nos enseña la gestión de riesgos: Aprender a cuantificarla. Has de saber medir qué parte del éxito se debe a la suerte y por tanto no puedes esperar que se repita. No todos están dispuestos a aceptarlo pues darle cualquier protagonismo a la suerte les parece un insulto y un desprecio al esfuerzo que pusieron. Pero, así como al riesgo no le importa el esfuerzo que pongas para condicionar tus resultados, lo mismo puede decirse de la suerte. Ambos te enseñan humildad, aunque el riesgo lo hace de inmediato y la suerte sólo cuando te abandona. Saber...
Descubridores y colonos...
Los descubridores se describen como pioneros en el desarrollo y comercialización de productos. Los colonos, por el contrario, son más lentos y esperan a que los primeros creen el mercado para entrar. Dicen las estadísticas, que como todos sabemos siempre mienten, que el 47% de los descubridores fracasan, frente al 8% de los colonos; y si los pioneros triunfan, sólo se quedan con el 10% del mercado. Otros estudios apuntan a que quizás capturen más cuota de mercado, pero acaban teniendo menos beneficios y menos probabilidades de sobrevivir. Sorprendentemente, parece que los inconvenientes de ser los primeros son superiores a las ventajas, por lo que, si eres de los que sienten urgencia por meterse en nuevos líos, hay quienes te animan a reflexionar con cuidado sobre la idoneidad de hacerlo en este momento. A los colonos se les suele menospreciar tachándoles de imitadores, aunque algunos defenderán que, en vez de responder a la demanda identificada, prefieren tomarse su tiempo hasta estar en condiciones de ofrecer algo nuevo o revolucionario en su categoría. Quienes tienen propensión a asumir riesgos se sienten empujados a ser los primeros, a tomar decisiones impulsivas, mientras que los más conservadores esperan a que les llegue la oportunidad y blindan sus riesgos antes de lanzarse. Los pioneros están llamados a cometer todo tipo de errores mientras que los colonos los observan y aprenden de ellos sin tener que padecerlos. Los primeros suelen quedarse anclados en sus ofertas iniciales mientras los segundos pueden observar los cambios en el mercado y ajustarse a ellos. Vaya, que parece de tontos perseguir la posición de ser pioneros, según las estadísticas que manejan los colonos, claro. Pero lo cierto es que si todos esperáramos para actuar nunca se produciría nada original. Alguien tendrá que asumir el...
¿Todos mienten?
Para el añorado Dr. House no cabía ninguna duda. Y las innovaciones tecnológicas parecen darle la razón. Si se estudian las aplicaciones de la tecnología que está revolucionando el mundo de los negocios, la tecnología blockchain, todas parecen orientadas a resolver las distintas mentiras o engaños establecidos y propios de cada sector económico. Todo comenzó con el desarrollo de las criptomonedas que surgieron como reacción defensiva a los engaños de las instituciones financieras que condujeron a la crisis del 2008. Independientemente del éxito final de una u otra moneda virtual, sin duda han tocado de muerte al segundo oficio más antiguo de mundo. Y cada día descubrimos propuestas y soluciones de la tecnología blockchain que se presentan para protegernos de otras tantas mentiras: Ventas fingidas, votaciones saboteadas, diplomas universitarios falsificados, experiencias profesionales inventadas, piezas de recambio auténticas que no son originales, medicamentos caros que están falsificados, prendas de ropa y complementos de marcas exclusivas pero de contrabando, la botella de Rioja rellena de un vino adulterado, siniestros fingidos para cobrar indemnizaciones, grandes copias como obras de autor verificadas, nuevos coches de segunda mano con cuentakilómetros amañados y un historial de accidentes desaparecido, productos de alimentación de tanta calidad como incierto es su origen, documentos de identidad manipulados, las estadísticas o los asientos contables…, por poner algunos ejemplos. Las cifras que se manejan en cada caso para fundamentar la aplicación del blockchain y la transformación radical de esos sectores son asombrosas. Aunque no todo sea mentira, el engaño alcanza proporciones considerables y no hay modo de separar el grano de la paja. La información cifrada y distribuida en miles de servidores y los “smarts contracts” de ejecución automática y gobernados por unas líneas de código inviolables parecen destinados a convertirse en la nueva autoridad garante...
Para variar, retrásalo...
Hoy toca promocionar la dejadez. Cuando la familia, la escuela, la empresa, o los mentores insisten en destacar las ventajas de la diligencia, hoy, para variar, conviene señalar la utilidad de la pereza, de postergar las iniciativas. En la lucha por lograr los objetivos siempre se aconseja avanzarse a la programación de las tareas, se insiste en las ventajas de la rapidez, de ser el primero y ganar a los competidores. Sin embargo, en muchas ocasiones, la premura genera inconvenientes y perjuicios. La productividad de lo mediocre sólo requiere una disciplina ordinaria. Se trata de algo seguro que a nadie pone en peligro. Pero la mediocridad tampoco cambia nada. La genialidad, por el contrario, suele ser incontrolada e incontrolable. La originalidad no se deja apresurar. Lo que denominan procrastinar puede ser enemigo de la productividad, pero también en ocasiones un recurso de la creatividad. Lo que unos etiquetan como pereza otros lo consideran esperar al momento oportuno. La gente de talento suele lograr más cuando parece que trabaja menos, pues andan pensando y desarrollando en sus mentes una idea más acabada. La dilación o la desidia son un hábito común de las mentes creativas y de los grandes descubridores. Leonardo Da Vinci dedicó unos quince años a desarrollar sus ideas para La Última Cena y otros tantos para concluir La Gioconda. Se trata del efecto Zeigarnik, psicólogo ruso que demostró que se tiene mejor memoria para las tareas inacabadas que para las concluidas. Cuando se termina un trabajo se deja de pensar en él, mientras que si se ha interrumpido y queda pendiente, se mantiene activo en la mente. Es normal por tanto que la originalidad se acompañe de la lentitud, aunque eso no significa abandonar toda planificación. Se han de posponer las cosas...
Sin vacaciones
Todos dicen necesitar unas vacaciones, un tiempo de descanso para relajarse y desconectar; pero lo cierto es la mayoría no está en condiciones de poder permitirse una vacación lo suficientemente larga para verdaderamente lograrlo. Y aunque ese descanso pueda proporcionar algún alivio, la verdadera razón para tomarlo debería ser la de reactualizar las propias metas. El simple hecho de obsesionarse con realizar una contribución significativa y dar lo máximo de uno mismo son motivos suficientes para recuperarse y recargar energías, mientras que de muchas vacaciones se regresa con menos fuerzas que cuando se empezaron. Muchos ansían esas vacaciones porque creen que les cambiarán cuando lo que verdaderamente renueva es el compromiso con un propósito superior. Por eso hay quienes no consideran el trabajar como una carga. Corres el peligro de frenar tu progresión si escuchas a quienes te dicen que no trabajes tanto, que descansar sería bueno para ti, que te mereces unas vacaciones. Disfrutar trabajando no te hace imperfecto sino productivo. Quienes te animan a relajarte no persiguen lo mismo que tu. No te disculpes por luchar por tus aspiraciones ni te dejes influir por aquellos que ya se dan por contentos pese a no haber logrado nada....
Tipos de Blockchain
El avance en el conocimiento de la tecnología blockchain ha permitido la diversidad de usos y la aparición de distintos tipos de cadenas. Existen ya cadenas públicas, a las que todos pueden acceder y añadir información, cadenas privadas, de acceso sólo para un determinado grupo dentro de la organización, y consorcios de cadenas, que se usan de forma colaborativa. Cadenas públicas Una cadena pública (también llamadas permissionless) es aquella que todos pueden acceder y colocar en ella sus transacciones, que sólo se incluirán si son válidas. En este tipo de cadena cualquiera puede participar en el proceso de consenso que determina qué bloques se añaden a la cadena y cuál es su estado actual. En una cadena pública, en vez de hacer uso de un servidor central, su seguridad se consigue mediante la verificación criptográfica que realizan los llamados “mineros” por los incentivos que reciben. Cualquiera puede convertirse en minero y agregar y publicar esas transacciones. En este tipo de cadena, y dado que a ningún usuario se le confía la verificación de las transacciones, son todos los participantes quienes dedican recursos de hardware y software para aplicar un algoritmo de verificación de las transacciones mediante la resolución de un problema matemático complejo. El primer minero que encuentra la solución recibe un premio, y cada solución, junto con las transacciones utilizadas para verificarlo, sirven de base para el siguiente problema resolver. Los conceptos relacionados con esta verificación son la “proof of work” y la “proof of stake”. Consorcio de Cadenas También denominadas “permissioned public”. Es un libro de registros distribuido en el que el proceso de consenso lo controla un conjunto preestablecido de nodos. El derecho a leer la cadena puede ser público o restringido a los participantes, o también disponer de aplicaciones que...
Mejorando la Supply Chain...
Desde materias primas a productos acabados, distintas cadenas de aprovisionamiento han procesado, almacenado y desplazado casi todo aquello con lo que interactuamos cada día. El funcionamiento de estas cadenas se basa en la cooperación de todos los participantes implicados en llevar el producto desde los fabricantes a los consumidores. Han de ser capaces de reorganizarse rápidamente en respuesta a los cambios del entorno, a la situación económica, y a la demanda. De hecho, las cadenas de aprovisionamiento son buenos ejemplos de redes autónomas descentralizadas que organizan a gran escala actividades distribuidas. Las cadenas de aprovisionamiento se enfrentan a problemas significativos: Ineficiencia en el uso de sus recursos. Sólo el 75% de los activos de las cadenas de aprovisionamiento del mundo están siendo utilizados en un determinado momento. Esa enorme red de fábricas, almacenes, barcos, trenes, aviones y camiones padece un significativo exceso de capacidad, y sus sistemas de información no son capaces de ponerla de manifiesto, lo que impide optimizar esos recursos. La gestión del riesgo. A los participantes en las cadenas de aprovisionamiento les resulta difícil medir el desempeño de sus sistemas y no pueden contar con el personal con las competencias necesaria para optimizar su funcionamiento. De poder hacerlo podrían lograr mejoras que se estiman entre un 5 y un 10%. Falta de liquidez. Se estima que en cada momento existen 3,5 trillones de euros bloqueados en los fondos de maniobra de las cadenas de aprovisionamiento. Optimizar su uso mejorará la liquidez de las empresas, reduciría costes financieros y mejoraría su capacidad de apalancamiento. Cambios radicales. El ritmo actual de la innovación tecnológica presenta unos retos enormes para las empresas participantes, obligándoles a incrementar su diligencia, transparencia y eficiencia para responder con rapidez a los cambios que experimentan los mercados. Todos estos...
El camino
Este es un camino que puedes seguir cuando consideres la estrategia para alcanzar tus aspiraciones: Define las posiciones: ¿Cuál es el punto de partida? ¿Cuál es la meta? ¿Qué pasos debes dar para llegar ella? Examina tus actuaciones: ¿Qué iniciativas debes desarrollarcada día para acercarte a tu meta? Considera todas tus opciones: ¿Qué parte de tu estrategia estás dispuesto a modificar para poder avanzar? Utiliza todos tus recursos: ¿De qué recursos dispones? Enuméralos. Descarta todo lo que no sea esencial: ¿En qué actividades estás implicado que te desvían del camino que conduce a tu meta? Acepta todos los retos: ¿Qué problemas, obstáculos o fracasos se te pueden presentar en este camino hacia tu meta? ¿Qué puedes hacer para evitar lo predecible? ¿Qué puedes hacer para prepararte y afrontar tus retos? ¿Qué debes hacer para prevenir posibles fracasos? Utiliza estas respuestas para describir en detalle: Tus obligaciones diarias Tus objetivos mensuales Tu plan a largo plazo Después, síguelo. Pero ten en cuenta que habrás que actualizarlo cada semana, cada mes, cada año. Eso es normal. Cada vez que lo cambies mejoras e incrementas tus opciones para llegar donde te propones....